sábado, 14 de enero de 2017

Historia - Historia antígua

biografías de cartagineses en el siglo III

Aderbal (en griegoΑταρθας) fue el nombre de varios personajes de la Antigüedad. De entre ellos el más importante es quizá el gobernador cartaginés y capitán al mando de la guarnición de Drépano en el año 250 a. C. y probablemente durante toda la primera guerra púnica.
Ofreció batalla al cónsul romano Publio Claudio Pulcro, quien confiaba en asustar al cartaginés dada la envergadura de su flota de guerra, en la batalla naval de Drépano (249 a. C.). El cartaginés, llamando a los mercenarios, les ofreció la posibilidad de una rápida victoria, si presentaban batalla a los romanos, o de la incomodidad de un largo asedio.1 Los mercenarios eligieron la primera opción y se embarcaron, obteniendo Aderbal una rotunda victoria.
Tras despachar a Cartago los barcos y marinos romanos capturados, envía a su lugarteniente Cartalón a Lilibea, gobernada por el también cartaginés Himilcón, y que se encontraba bajo asedio, con órdenes de quemar la flota romana allí fondeada.2 Ayudado por Himilcón, destruye la flota y pone en fuga a los romanos que asediaban la ciudad.
Tras la victoria, el Gran Consejo de Cartago colmó de honores a Aderbal.






Amílcar fue un general cartaginés de la primera guerra púnica. Aunque se desconocen detalles familiares es claro que no es el mismo personaje que Amílcar Barca.
Al tercer año de la guerra (262 a. C.) fue nombrado comandante en jefe de los cartagineses en sustitución de Hannón el Viejo que no había podido evitar la derrota en la batalla de Agrigento. Sus primera operaciones fueron victoriosas y aunque la flota cartaginesa fue derrotada en la batalla de Milas por el cónsul romano Cayo Duilio en 260 a. C., Amílcar mantuvo la superioridad de sus fuerzas en tierra.
Enterado de que los romanos habían acampado en Terma, alejados del campamento de los legionarios, atacó repentinamente y mató a 4000 romanos, entonces atravesó la isla y llegó hasta Enna y hasta Camarina, ciudades que ocupó sin lucha ya que los habitantes se rindieron, también fortificó Drépano que se convirtió en una de las principales fortalezas cartaginesas al final de la guerra.
El 257 a. C. dirigió la flota en la costa norte de Sicilia y lucho en la batalla de Tíndaris contra el cónsul Cayo Atilio Régulo Serrano, en una batalla que según Polibio no tuvo un ganador claro (sin embargo, el cónsul romano obtuvo por esta batalla los honores del triunfo en Roma). En 256 a. C. unido a Hannón en el mando de la gran flota cartaginesa, le fue encargado de impedir el paso de los romanos hacia África como pretendían los cónsules Marco Atilio Régulo y Lucio Manlio Vulsón Longo. Las dos flotas se enfrentaron a la batalla del Cabo Ecnomo,1en la costa sur de Sicilia, ambas eran similares, 350 trirremes de los cartagineses y 330 barcos más los transportes de los romanos. Aunque Amílcar, que mandaba el ala izquierda, obtuvo una leve ventaja, el desenlace de la batalla fue una gran victoria para los romanos; 30 barcos cartagineses fueron hundidos o destruidos y 64 capturados; Amílcar se retiró con el resto de la flota hacia Heraclea Minoa y muy poco después recibió órdenes de volver a Cartago amenazada por los romanos que habían conseguido desembarcar. A su regreso a Cartago se le dio el mando del ejército junto con Asdrúbal y Bostar, con el que tenían que enfrentar a Régulo. Los errores de los generales llevaron a la derrota cartaginesa de AdísPolibio no dice cuál fue la suerte de los generales después de la batalla pero parece que conservaron el mando. Orosio habla de un Amílcar, probablemente el mismo, que muy poco después de la batalla de Adís fue enviado a combatir a los sublevados númidasFloro por su parte dice que los generales cartagineses murieron o fueron hechos prisioneros así que el Amílcar mencionado por Orosio podría ser un personaje diferente.







Aníbal el Monómaco fue un militar cartaginés, oficial del ejército cartaginés bajo las órdenes de Aníbal durante la segunda guerra púnica y amigo de éste. Polibio lo describe como un hombre feroz y sanguinario, autor de muchas crueldades también atribuidas a Amílcar Barca. Entre las anécdotas que se explican está la de que recomendó a Aníbal que enseñara a sus tropas a vivir de la carne humana, anécdota también esgrimida por los autores romanos para desacreditar al padre de Aníbal, y que no puede ser comprobada.








Aníbal el Rodio fue un marino cartaginés de la primera guerra púnica. Mandaba un rápido quinquerreme. Durante el Sitio de Lilibea (250 a. C.) fue capaz de utilizar la velocidad de su barco y la marea baja para entrar en los escollos y evitar a la flota romana. Fue capaz de obtener valiosa información de inteligencia de la que informó al comandante cartaginésAderbal, y al Senado cartaginés. Más tarde se vio obligado a encallar por la armada romana, y su barco fue tomado por infantes de marina romanos. Los romanos tomaron su barco como diseño y lo utilizaron para construir una marina de guerra tan capaz como la de los cartagineses.








Asdrúbal fue un general de alto rango del ejército de Aníbal. La primera misión en la que aparece fue el de transportar armas sobre el río Po y luego en preparar la estratagema con la que Aníbal eludió la vigilancia de Quinto Fabio Máximo y salió de Campania por los pasos de los Apeninos. En esta época dirigió todos los asuntos militares (ὁ ἐπὶ λειτουρλιῶν τεταλμένος), luego aparece con el mando del campo cartaginés en Geronium y al enfrentamiento con Minucio, en la batalla de Cannas dirigió el ala izquierda (216 a. C.). Después de esta batalla no vuelve a aparecer.





Asdrúbal el Bello fue un político y general cartaginés (ca. 270-221 a. C.), yerno de Amílcar Barca y gobernador de Iberia a la muerte de éste.
Acompañó a su suegro a la conquista de Iberia en 237 a. C. En fecha indeterminada, quizás hacia 231-230 a. C., intervino en nombre de Amílcar en el sometimiento de los númidas, sublevados contra Cartago. Desde entonces Numidia pasó a la esfera de influencia de la familia Barca.1
A la muerte de Amílcar, durante el asedio de Heliké (228 a. C.),2sus hijos eran demasiado jóvenes - Aníbal, el mayor, no debía tener más de diecinueve años -. Desde Cartago se resolvió dar el mando del ejército a Asdrúbal. Éste prefirió utilizar la diplomacia antes que la vía militar.3 De acuerdo con las costumbres diplomáticas de la época, Asdrúbal exigió la entrega de rehenes por parte de los pueblos iberos bajo su control, como forma de asegurarse la sumisión de sus lugares de origen.
En 226 a. C., ante la continua expansión del poderío púnico en Iberia, dos importantes ciudades bajo la influencia griegas, Ampurias y Sagunto, recurrieron a Roma, la cual, temerosa de esta expansión, trató de delimitar el área de influencia púnica. El acuerdo, comúnmente denominado Tratado del Ebro, limitaba la esfera de influencia púnica al Sur del río Iberus, el río Ebro en la actualidad. Asdrúbal hubo de aceptar el acuerdo, debido a que el dominio púnico no estaba aún lo suficientemente establecido como para hacer peligrar la expansión púnica en un prematuro conflicto.
En 227 a. C., cerca de la antigua población ibérica de Mastia, fundó la importante ciudad y base naval de Qart Hadasht, que los romanos llamarían posteriormente Carthago Nova, la actual Cartagena. Cuando aún no habían pasado siete años desde la muerte de Amílcar, Asdrúbal el Bello fue asesinado en 221 a. C., a manos de un esclavo del rey celta Tagus, que vengó con este acto la muerte previa de su señor. El sucesor de Asdrúbal el Bello sería su cuñado e hijo de Amílcar, Aníbal Barca.

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Asdrúbal el Calvo fue un comandante de la expedición cartaginesa en Cerdeña en la segunda guerra púnica (215 a. C.) tras la revuelta de Hampsicora. Asdrúbal fue enviado con un ejército importante, igual al que se había enviado a Hispania bajo Magón, pero una tormenta llevó sus naves hacia las islas Baleares, donde tuvo que permanecer un tiempo y mientras, los asuntos en Cerdeña fueron desfavorablemente. Cuando desembarcó en la isla se unió a las fuerzas de Hampiscora y se dirigieron a Caralis, la capital, donde el pretor Tito Manlio les hizo frente y los derrotó. Asdrúbal fue hecho prisionero y llevado a Roma donde fue parte del triunfo de Manlio.



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