sábado, 14 de enero de 2017

Historia - Historia antígua

historia de cartago
La batalla de Alalia (hacia 537 a. C.) fue un combate naval entre cartagineses, aliados con los etruscos, contra los griegos de la colonia focense de Alalia (actual Aleria), situada al este de Córcega.

Batalla de Alalia
Battle of Alalia map.jpg
Mapa del mar Tirreno con ciudades etruscas, griegas y púnico-fenicias.
FechaEntre 540 y 535 a. C. (posiblemente 537 a. C.)
LugarFrente a las costas de Alalia (Córcega)
ConflictoBatalla naval
ResultadoVictoria pírrica griega
Beligerantes
Colonos focenses de AlaliaReino de Cartago
Etruscos
Comandantes
DesconocidoDesconocido
Fuerzas en combate
60 barcos120 barcos
Bajas
40 barcos hundidos, varios más dañadosDesconocidas

Causas

La presión del Imperio aqueménida sobre el reino de Lidia había desviado los intereses griegos hacia el Mediterráneo Occidental, donde florecían sus colonias comerciales como Emporion o Massalia (fundada hacia 600 a. C.). Con el este de Sicilia y el sur de Italia (conocida como Magna Grecia) aseguradas, los griegos decidieron asegurar la ruta entre el estrecho de Mesina y el golfo de León estableciendo la colonia de Alalia en Córcega. En el año 547 a. C., muchos de los griegos de Focea (Asia Menor) que huían de las tropas persas que acababan de conquistar su ciudad emigraron hacia las colonias occidentales, recalando en su mayor parte precisamente en Alalia.
Por su parte, los cartagineses, a las órdenes de la familia de los magónidas, se hallaban asimismo en un proceso de expansión. Crearon auténticas ciudades en Ispanim o Hispania, donde antes sólo había factorías fenicias (como GadirSexi o Malaka), y abriendo nuevas rutas comerciales hacia el Atlántico. Los cartagineses también estaban presentes en el oeste de Sicilia (en creciente competencia con los griegos) y en la isla de Cerdeña, por lo que interpretaron la presencia griega en Córcega como una amenaza para sus intereses. Los etruscos, asentados en el norte de Italia, también recelaban del tráfico griego frente a sus costas y pronto sellaron una alianza con Cartago.

La batalla

La flota etrusco-cartaginesa (estimada entre 100 y 120 naves) se dirigió a Alalia con la intención de destruirla, bajo el pretexto de que se trataba en realidad de un nido de piratas. A ella se enfrentó una escuadra focense de apenas 60 naves (probablemente penteconteras, provistas de 48 remos y 2 timones, ya que la trirreme aún no estaba muy extendida). Los griegos consiguieron suplir la inferioridad numérica con su superioridad táctica, por lo que lograron destruir la flota enemiga.
Sin embargo, este resultado fue en realidad una victoria pírrica para los griegos, cuyas pérdidas fueron tan cuantiosas que hubieron de renunciar a su política expansionista. Según Heródoto, cuarenta de las sesenta naves focenses fueron destruidas, y de las restantes muchas quedaron dañadas. Las pérdidas etrusco-cartaginesas no se mencionan.
ἐπείτε δὲ ἐς τὴν Κύρνον ἀπίκοντο, οἴκεον κοινῇ μετὰ τῶν πρότερον ἀπικομένων ἐπ᾽ ἔτεα πέντε, καὶ ἱρὰ ἐνιδρύσαντο. καὶ ἦγον γὰρ δὴ καὶ ἔφερον τοὺς περιοίκους ἅπαντας, στρατεύονται ὦν ἐπ᾽ αὐτοὺς κοινῷ λόγω χρησάμενοι Τυρσηνοὶ καὶ Καρχηδόνιοι, νηυσὶ ἑκάτεροι ἑξήκόντα. οἱ δὲ Φωκαιέες πληρώσαντες καὶ αὐτοὶ τὰ πλοῖα, ἐόντα ἀριθμὸν ἑξήκοντα, ἀντίαζον ἐς τὸ Σαρδόνιον καλεόμενον πέλαγος. συμμισγόντων δὲ τῇ ναυμαχίῃ Καδμείη τις νίκη τοῖσι Φωκαιεῦσι ἐγένετο: αἱ μὲν γὰρ τεσσεράκοντά σφι νέες διεφθάρησαν, αἱ δὲ εἴκοσι αἱ περιεοῦσαι ἦσαν ἄχρηστοι: ἀπεστράφατο γὰρ τοὺς ἐμβόλους. καταπλώσαντες δὲ ἐς τὴν Ἀλαλίην ἀνέλαβον τὰ τέκνα καὶ τὰς γυναῖκας καὶ τὴν ἄλλην κτῆσιν ὅσην οἷαι τε ἐγίνοντο αἱ νέες σφι ἄγειν, καὶ ἔπειτα ἀπέντες τὴν Κύρνον ἔπλεον ἐς Ῥήγιον.
Y después vinieron a Córcega, donde vivieron durante cinco años como comunidad junto a aquellos que habían llegado antes, y fundaron allí templos. Pero asaltaron y saquearon a todos sus vecinos, como resultado de lo cual los tirrenos y los cartagineses hicieron causa común contra ellos, y zarparon en su contra con sesenta naves cada uno. Los focenses también armaron sus naves, sesenta en total, y se enfrentaron al enemigo en el así llamado Mar Sardonio. Combatieron y los focenses vencieron, pero fue sólo una victoria cadmea, pues perdieron cuarenta de sus naves, y las veinte restantes quedaron inutilizadas, con sus espolones retorcidos. Navegaron después hacia Alalia, embarcaron a sus mujeres e hijos así como todas las posesiones que sus barcos podían alojar, y dejando Córcega navegaron hasta Regio.

Consecuencias

La derrota marcó el final de la talasocracia focense en el Mediterráneo occidental. que quedaría bajo dominio cartaginés. Por su parte, las colonias griegas de la costa levantina española y del sur de Francia quedaron aisladas de sus metrópolis.
Las últimas citas de Tartessos como un estado existente proceden de esta época. Es posible que la desaparición de los griegos focenses en la zona tras la batalla, que según Heródoto eran estrechos aliados y colaboradores de los tartésicos, provocase una fuerte crisis económica en la zona. La cercanía de Gadir, base del nuevo monopolio cartaginés en el Atlántico, contribuyó seguramente al desplome económico de Tartessos, que acabó sumiéndose en el olvido.1
Muchos etruscos se asentaron entonces en Córcega, aunque ésta, al igual que la vecina Cerdeña, quedaría pronto bajo la influencia púnica. Debido a esto, los etruscos se ven obligados a renunciar al comercio con los celtas del norte de Europa por la ruta del Ródano. Como consecuencia, los Príncipes Hallstáticos - conocidos como keltoi por los griegos - hasta entonces intermediarios entre etruscos y celtas, entraron en crisis.
West Mediterranean Areas 509 BC.png
La colonización la realizan principalmente los focenses, los griegos de la ciudad de Focea situada en Asia Menor. Éstos se incorporan tarde a la aventura colonial, por lo que se encuentran obligados a desplazarse más allá de los territorios ya ocupados por otros griegos. Desde el siglo VIII a.C. tienen un próspero comercio con los tartesos, a partir del cual fundaron hacia el año 650 a.C. la ciudad de Mainake, cerca de la actual Málaga. Este floreciente comercio se ve acrecentado por el descenso de la influencia fenicia al caer Tiro en el año 573 a.C. en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia.
Sin embargo, el predominio griego en el sureste peninsular apenas se prolonga durante medio siglo más. Los etruscos y cartagineses coaligados derrotan a los griegos en la batalla de Alalia en el año 535 a.C.; Alalia es una colonia focense situada al este de Córcega, actualmente denominada Alaria. La consecuencia es la formación de dos áreas de influencia en el Mediterráneo occidental: la parte meridional con su ruta comercial de metales por la Península Ibérica queda para los cartagineses, mientras la parte septentrional corresponde a los griegos. Este motivo propicia que funden Masalia (Marsella), donde tienen acceso a otra ruta de los metales, la que discurre por el Ródano.
Desde Masalia crean Emporion (Ampurias), que se convierte en la colonia griega más importante de la Península Ibérica. Y cerca se asientan en otra destacada ciudad que es Rode (Rosas). El comercio con la zona meridional peninsular habitualmente la realizan a través de intermediarios púnicos. En la primera mitad del siglo V a.C. Emporion sustituye a Masalia en la primacía comercial e inicia la acuñación de moneda. Ofrece principalmente cerámica, tejidos, vino y aceite a cambio de esclavos y metales. En el siglo III a.C. la colonia de Rode conoce un gran desarrollo por la fabricación y comercio de cerámicas de barniz negro para las poblaciones indígenas. Se produce un gran influjo cultural sobre el mundo íbero. La victoria de los romanos en la Segunda Guerra Púnica contra los cartagineses coincide con el fin de la presencia griega en la Península Ibérica.





El primer tratado romanocartaginés fue un tratado de amistad y asistencia recíproca entre estas dos potencias emergentes del Mediterráneo. No se sabe con certeza cuando fue sellado el pacto. Gracias a otros escritos se ha estimado que la fecha más cercana fue el año 508 o 507 a. C. Todo lo que se sabe de este tratado se basa en las anotaciones que hizo Polibio.
Aunque no se dispone del texto del tratado, se sabe que se pactaron los siguientes puntos:
  1. Los romanos no podían zarpar de la costa norteafricana de "Cabo Bello" (algún punto al norte de la ciudad de Cartago, probablemente Cabo Harina). En caso de fuerza mayor, como una tempestad, se podía desembarcar en aquellas tierras, debiendo abandonarlas en el menor tiempo posible.
  2. Los mercaderes romanos solo podían cerrar pactos comerciales en las zonas de influencia cartaginesa del norte de África y Cerdeña en presencia de funcionarios cartagineses.
  3. En la parte cartaginesa de Sicilia (oeste de la isla), los mercaderes romanos serían tratados de la misma manera que los cartagineses.
  4. Para los cartagineses no había ningún tipo de limitación de movimientos en la zona de influencia romana, pero los asaltos de los cartagineses a las ciudades romanas del Lacio quedaban prohibidos. También el avance de los cartagineses en las ciudades independientes del Lacio quedaba excluido. Si, por alguna razón, Cartago tenía que conquistar una ciudad independiente de esta localización, ésta debía ser entregada inmediatamente intacta a los romanos. Con eso se consiguió que las ciudades independientes del Lacio tuvieran que mostrar una colaboración estrecha y rentable con Roma. Además, ambas ciudades ofrecerían defensa mutua en caso de ataque de alguna de las otras potencias del Mediterráneo occidental.



El primer tratado romano-cartaginés constituye un tema de estudio controvertido sobre la Roma arcaica. Son las fuentes literarias las que informan al respecto, no otras. Polibio, Tito Livio y Diodoro constituyen las principales. El primero recoge un primer tratado al inicio de la República romana y la dedicación del templo Capitolino; el segundo cita una acuerdo entre romanos y cartagineses en los acontecimientos de 348 a.C., pero no dice expressis verbis que se trate del primero; Diodoro también señala un primer acuerdo en 348 a.C. Hay dos noticias más de la Antigüedad que conviene tener en cuenta a propósito de los acuerdos en cuestión, a saber: la mención de Aristóteles, en la Política, de acuerdos entre ciudades etruscas y los cartagineses sobre alianzas, tratos comerciales y cláusulas de no agresión; y las Tablillas de Pyrgi vienen a confirmar la presencia cartaginesa en aguas del Mar Tirreno y las ciudades aledañas en época arcaica. Polibio menciona que la antigüedad de la lengua en que estaba redactado el primer tratado impedía comprender satisfactoriamente su contenido. Esto y la complejidad técnica y sintáctica del texto polibiano hacen sospechar sobre el hecho de que se hubiera concluido efectivamente un acuerdo entre Roma y Cartago en época tan temprana, por lo que cabe pensar que Polibio habría desarrollado el texto en cuestión a partir del epigráfico más comprensible del segundo tratado romano-cartaginés. Polibio debió recoger una versión de lo que circulara por ámbitos políticos y culturales en la época inmediatamente anterior a la Tercera Guerra Púnica. Las fuentes literarias sobre los episodios arcaicos de Roma, a pesar de revestirse de narraciones legendarias, no son gratuitas. En este sentido cabe preguntarse si realmente se pudo concluir un primer tratado entre Roma y Cartago de las características que recoge Polibio. Así pues, tomando como referencia las inscripciones de Pyrgi, se puede pensar que un almirante plenipotenciario cartaginés realizó una ofrenda a la Juno del Capitolio, con cuya excusa se ajustaron convenios del tipo que recoge Aristóteles en la Política, especialmente cláusulas de no agresión. Es difícil demostrar claramente esta posibilidad; pero, sea como quiera, este primer tratado, de finales del siglo VI a.C., introdujo a Roma en el ámbito de las relaciones internacionales más allá del Lacio y de las ciudades etruscas más próximas.

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