El Palacio de los Sóviets (en ruso, Дворец советов, Dvoréts Sovétov) fue un proyecto arquitectónico que propuso el gobierno de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en la década de 1930 para la ciudad de Moscú, pero que nunca llegó a realizarse. Se trataba de un colosal edificio administrativo que representaría el monumento supremo del estado socialista y estaría destinado, además, a alojar congresos, celebraciones, etc. El edificio debía convertirse en lo que vino a llamarse la "Nueva Moscú".
Se conservan numerosas maquetas y otros registros originales, además de muchos otros que han ejecutado diferentes arquitectos y maquetistas, el más destacado de los cuales es el realizado a finales de los años 1990 el arquitecto japonés Takehiko Nagakura por medio de una animación virtual de este proyecto.
Historia
Tras la publicación del concurso del Palacio de los Sóviets, se plantearon varias versiones de diferentes estilos arquitectónicos, sobre todo constructivistas, aunque en la fase final del concurso se optó por el estilo arquitectónico conocido como "gran estilo" (Большой стиль). Según el proyecto final, de Borís Iofán, el edificio de 415 metros de altura debía convertirse en el más alto del mundo, y en su cima se colocaría una estatua de Lenin de 100 metros.
Los críticos de la arquitectura europeos reaccionaron furiosos ante esta decisión. Le Corbusier y Sigfried Giedion, que dominaban el CIAM, protestaron ante Stalin, utilizando retórica comunista, que la "decisión del soviet es un insulto al espíritu de la Revolución y al plan quinquenal... es una traición trágica."1
En 1931 fue demolida la Catedral de Cristo Salvador de Moscú (Храм Христа Спасителя) para la construcción del Palacio de los Sóviets.2 Enseguida después de que se retirasen las ruinas comenzaron las tareas de preparación para erigir el edificio, en particular un enorme foso para los cimientos.
Las obras avanzaron con rapidez durante la primera mitad de los años 30, pero posteriormente perdieron vigor por la aparición en Moscú de otros proyectos arquitectónicos de gran envergadura, por problemas geológicos con los cimientos y, finalmente, por el inicio de la Segunda Guerra Mundial.
Después de la guerra, la construcción del Palacio de los Sóviets quedó prácticamente paralizada. Fue la época en que se erigieron los Altos Edificios de Moscú, que tomaron prestadas algunas ideas del proyecto del Palacio de los Sóviets.
El Gobierno de la URSS no renunció formalmente al proyecto del Palacio de los Sóviets hasta 1961. El foso de los cimientos sirvió para la construcción de la piscina Moskvá al aire libre, mientras que la estación de metro Dvoréts Sovétov (Palacio de los Sóviets), abierta en 1935, pasó a llamarse Kropótkinskaya. Finalmente, en los años 90, se utilizaron los cimientos para la reconstrucción de la catedral demolida en los años 30.
No hay comentarios:
Publicar un comentario