sábado, 3 de octubre de 2015

Batallas por orden cronológico - Edad antígua

Batallas del siglo V a. C.

La batalla de Cumas fue una batalla naval en el 474 a. C. entre los navíos deSiracusa y Cumas y los etruscos.
Hierón I de Siracusa se alió con Aristodemo, el tirano de Cumas, para defenderse contra la expansión etrusca en el sur de Italia. En 474 a. C. se reunieron y derrotaron la flota de los etruscos en Cumas en el golfo de Nápoles. Después de su derrota, los etruscos perdieron gran parte de su influencia política en Italia.1 Se perdió el control del mar y sus territorios fueron asumidos por los romanossamnitasgalos. Los siracusanos dedicaron un casco etrusco capturado al gran santuario panhelénico en Olimpia, donde unas excavaciones alemanas descubrieron un trozo de armadura. Los etruscos más tarde se unieron a la fallida expedición ateniensecontra Siracusa en el 415 a. C., lo que contribuyó aún más a su desprestigio.
En el pueblo etrusco, cuya expansión geográfica tuvo lugar en la zona central de la Península Itálica, se encuentran las raíces de Roma, ya que su influencia fue muy grande en el Imperio. Su origen está entre los siglos VII y II a.C., y su mayor apogeo tuvo lugar entre los años 616 y 510 a.C. Etruria terminó incorporándose a Roma en el siglo I a.C.
El origen de los etruscos es todavía incierto. Se piensa que eran autóctonos de la Península Itálica, y se considera que tienen su antecedente en la cultura de Villanova, que ya desarrolló la metalurgia y la incineración y construyó templos monumentales de influjo griego y oriental.
Los etruscos se enfrentaron a los griegos y a los cartagineses, y en la batalla de Cumas fueron derrotados por la flota griega de Siracusa. No eran una civilización unitaria desde el punto de vista político, lo que dificultó su expansión.
Poco a poco se fueron haciendo más frecuentes las guerras con Roma. En la guerra de Veyes, los romanos se hicieron con la ciudad etrusca del mismo nombre, mientras que los habitantes de Etruria veían como también perdían territorios frente a los galos. Para detener este proceso de decadencia se hicieron intentos de alcanzar una mayor unidad militar y se trató de reactivar la economía, aunque sin éxito. En la batalla de Sentino, ubicada dentro de la Tercera Guerra Samnita, Roma derrotó definitivamente a los etruscos, además de a otros pueblos itálicos. En el siglo I a.C. Etruria queda integrada en Roma y comienza un proceso de romanización.
La organización política etrusca se basaba en ciudades-estado vinculadas principalmente por la religión. Se organizó una confederación de doce ciudades y se situó el centro político y religioso en Volsinii, posteriormente refundada y convertida en la actual Bolsena. Desde el punto de vista económico, Etruria tenía una economía agrícola y ganadera, aunque también se desarrolló el comercio en paralelo al uso de la moneda. La estructura social y política fue evolucionando progresivamente de una monarquía absoluta a una dictadura de corte militar. Es importante destacar que la mujer tenía un papel más relevante en la sociedad etrusca que el que podía tener en otras culturas de la época como la griega o la latina.
Los etruscos desarrollaron un arte que, junto con el griego, tendría mucha influencia en el posterior arte romano. En él destacaban las obras de carácter funerario, especialmente la escultura. También desarrollaron un alfabeto muy similar al latino. La lengua etrusca tenía contactos con el indoeuropeo, pero no ha llegado hasta nosotros ningún texto de literatura etrusca; tan sólo conservamos el llamado cipo de Perugia, un texto jurídico, y la estela de Lemnos, una losa funeraria.
Los etruscos fueron uno de los pueblos más religiosos, y para ellos la religión era el principal elemento de unión. El pilar fundamental de sus creencias era la adivinación, de ahí que la principal figura religiosa fueran los arúspices, sacerdotes que adivinaban el futuro a partir del análisis de las entrañas de animales sacrificados y del vuelo de las aves.






La batalla de Cunaxa fue un enfrentamiento armado que tuvo lugar el 3 de septiembre del 401 a. C. en Cunaxa, aldea a unos 70 km al norte de Babilonia, entre los ejércitos del rey persa Artajerjes II y del hermano menor del rey, el príncipe Ciro el Joven.- ................................................:https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Batalla_de_Cunaxa&printable=yes

La Batalla de Cunaxa

La siguiente batalla tiene una gran importancia debido a que se encuadra en una de las epopeyas más grandes de la historia, la retirada de los 10.000, narrada con cierta maestría por el general mercenario Jenofonte. Nunca unas fuerzas griegas se habían adentrado en el corazón del imperio para retar al mismísimo Gran Rey, aunque fueran bajo órdenes de Ciro el joven, pretendiente a la corona. La fidelidad de los mercenarios griegos y su capacidad están patentes a lo largo de todo el relato que nos legó Jenofonte, siendo utilizados como escoltas por Ciro, por la reina de Cilicia (otorgadas por el anterior) y protegiendo incluso la tienda del aspirante a rey durante el consejo por traición a su lugarteniente Orontes con 3.000 hoplitas.

La caballería pesada de Tisafernes penetrando en el ala derecha griega
ocupada por los peltastas. Imagen de Johnny Shumate.
PRELUDIO

Antes de morir Darío elige como sucesor a su hijo mayor Artajerjes, pero su hermano no tenía intención alguna de quedarse sin el trono y ser solamente sátrapa de Lidia, Frigia y Capadocia, así que preparó un plan para asesinarle mientras se investía como rey en Pasagarda, en el templo de Minerva. Pero su plan se fue al traste cuando fue delatado por su supuesto amigo Tisafernes y encarcelado, pero siendo liberado por intercesión de su madre Parisatis. De vuelta a las satrapías occidentales se dedicó a reclutar un ejército de mercenarios, pero de manera que Artajerjes no sospechara y enviara un ejército que atajara el plan de este usurpador. Para ello y bajo la excusa de una guerra contra Tisafernes para arrebatarle las ciudades que consideraba suyas se dedicó a reunir gran cantidad de soldados, primero mandando a los comandantes de sus guarniciones que reclutaran el mayor número de mercenarios del Peloponeso, y luego alimentando una serie de campañas encubiertas:
  • Clearco con base de operaciones en el Quersoneso atacó a los tracios del Sur del Helesponto.
  • Arístipo de Tesalia que recibió dinero para contratar a 2.000 mercenarios y luchar contra el partido contrario de su ciudad.
  • Próxeno de Beocia que llevó una campaña contra los pisidas que supuestamente atacaban a las comarcas de su gobierno.
  • Soféneto de Estinfalia y Sócrates de Acaia se presentaron con el mayor número posible de soldados para la guerra contra Tisafernes.

Cuando lo creyó oportuno reunió a todas las tropas griegas y persas con la excusa de expulsar completamente a los pisidas. Las tropas griegas se componían de la siguiente manera:
  • Jenias con 4.000 hoplitas de las guarniciones de las ciudades.
  • Próxeno con unos 1.500 hoplitas y 500 peltastas.
  • Soféneto de Estinfalia con 1.000 hoplitas.
  • Sócrates de Acaia con sólo 500 hoplitas.
  • Pasión de Mégara con 300 hoplitas y 300 peltastas.
  • Menón el tesalo con 1.000 hoplitas y 500 peltastas (hay que restarle 2 compañías que murieron, es decir, 100 hoplitas, de los que acompañaron a Epiaxa, reina de Cilicia, durante el paso de unas montañas).
  • Clearco de lacedemonia con 1.000 hoplitas, 800 peltastas tracios y 200 arqueros cretenses.
  • Sóside el siracusano con 300 hoplitas.
  • Soféneto el arcadio con 1.000 hoplitas.

Los hoplitas llevaban todos cascos de bronce, grebas, escudo, túnicas de púrpura (al estilo espartano), y posiblemente muchos no llevaran armadura. Respecto a las tropas persas, al igual que los griegos, la mayoría carecía de armadura.

Los soldados griegos desconocían el motivo de la expedición, así que durante una parada en la ciudad de Cilicia, los mercenarios se negaron a avanzar porque sospechaban que no se iban a enfrentar contra los pisidas, sino contra el Rey de reyes, pero aún así Clearco los intentó forzar a marchar, estando a punto estuvo de ser lapidado.

En azul la ruta seguida por los hombres de Ciro hasta el corazón del Imperio Persa
y luego la costosa vuelta a su patria continuamente hostigados por el enemigo.

Ya que por las malas no resultó, este astuto general utilizó sus artimañas convenciendo a los soldados a seguir, y aunque se puso como objetivo a un enemigo de Ciro, Abrócomas (un general del gran Rey), éstos sospechaban ya de que marchaban contra Artajerjes.
Más tarde y tras una agotadora y rápida marcha se les unieron en Iso 700 hoplitas de Quirísofo de lacedemonia y 400 hoplitas de Abrócomas que desertaron, pues este al enterarse que el ejército de Ciro estaba en Cilicia, se retiró de Fenicia y se unió al rey con su ejército que se decía era de 300.000 hombres (cifras claramente infladas), abandonando la custodia de las puertas de Cilicia, dos murallas que custodiaban el paso del río Carso, de unos 30 m. de ancho.
Después, en Miriando, ciudad costera de los fenicios, dos comandantes, Pasión de Mégara y Jenias de Arcadia abandonaron la campaña con un grupo selecto de soldados, pues se negaban a marchar contra el rey. A pesar de estas deserciones siguieron marchando a marchas forzadas para encontrarse con las fuerzas de Artajerjes, pues mientras más rápido marcharan, menos fuerzas sería capaz de reunir el rey persa, pues aunque fueran numerosas sus tropas, se encontraban dispersas a lo largo y ancho del imperio.

Cuando llegaron a tierras de Babilonia unos desertores del ejército de Artajerjes informaron a Ciro de la posición del ejército de su hermano, así que éste ordenó formar en batalla a sus soldados, los arengó y marchó por fin contra el ejército enemigo. Recorrieron así 15 km en ese día, topándose con un foso de 9 m. de anchura, poco más de cinco de profundidad y 60 km de largo, yendo desde la llanura por la que marchaba hasta la muralla de Media (estaba fabricado en ladrillos cocidos y media 6 m. de ancho por treinta que alto, con una longitud de unos 100 km y estaba cerca de Babilonia). Entre el Éufrates y el foso quedaba un paso angosto de unos 6 m de ancho, y una vez pasado este, en vez de encontrarse con el ejército enemigo, sólo vieron numerosas huellas que indicaban que se retiraban. siguieron marchando al encuentro con Artajerjes, pero viendo que no se les enfrentaba empezaron a marchar en desorden y sin tomar precauciones, hasta que rayando el mediodía del tercer día desde que cruzaron el foso, Pategias, un amigo de Ciro, vino a todo galope e informando que las tropas persas enemigas marchaban cerca para presentar batalla. Después del caos inicial las tropas de Ciro formaron a toda prisa.


FUERZAS ENFRENTADAS

Hagamos primero un balance de las fuerzas disponibles por cada bando:

Fuerzas de Ciro:
  • 10.400 hoplitas griegos.
  • 2500 peltastas armados con la pelta, un escudo pequeño en el forma de media luna u ovalados, un haz de jabalinas y a veces la rhomphaia.
  • 200 arqueros cretenses.
  • 20 carros falcados.
  • 600 jinetes acorazados como guardia personal de Ciro. Iban los jinetes con coraza, grebas y casco, y llevaban la kopis griega; los caballos llevaban cabeza y pecho protegido por armadura.
  • 1000 jinetes paflagonios, de excelente reputación.
  • Unas decenas de miles de infantería de las distintas satrapias occidentales. Durante la demostración en Tirieo ante la reina de Cilicia, las tropas griegas formaron con una profundidad de 4 filas y aunque supuestamente era lo habitual en ellos (lo normal era 8), puede que lo hicieran para igualar el frente de los soldados persas, para así marchar contra ellos y asustarlos como luego hicieron. Si hubiera sido así, estaríamos hablando de entre 20.000 y 30.000 hombres.

Fuerzas de Artajerjes:
  • 6000 jinetes cadusios al mando de Artajerjes, comandante de la caballería.
  • 90.000 infantes persas. Si la infantería de Ciro era de casi 40.000 hombres, y teniendo en cuenta que la línea de Artajerjes era algo mas del doble que la de Ciro, y que probablemente la cifra de 900.000 soldados de infantería persa estaba multiplicada por diez para magnificar los hechos, esto nos da como resultado 90.000 hombres persas, poco mas del doble que los 39100 de Ciro.
  • 150 carros falcados con cuchillas debajo del asiento apuntando al suelo y 2 hoces sujetas oblicuamente a los ejes.
  • 5000 jinetes, divididos en 1000 jinetes acorazados de Tisafernes, y 2000 cada uno del resto de generales, Gobrias y Arbaces. Una proporción similar llevaron los persas en Gránico, de ahí las cifras.
Creado con Rome Total War II por Francisco J. Matías Bueno.
Con estas fuerzas se disponían a resolver de una vez por todas las diferencias entre Ciro el joven y su hermano y máximo enemigo Artajerjes. Y así en marzo del 401 a.C. en las llanuras de Babilonia se escribía otro episodio sangriento de esta antiquísima tierra.

DISPOSICIÓN DE FUERZAS
En el ala derecha y pegado al Éufrates para evitar un posible flanqueo, estaba Epístenes de Anfípolis con los 2.500 peltastas cubriendo el flanco de la falange. A continuación los 10.400 hoplitas, mandando el ala derecha de estos Clearco, después Próxeno y así el resto de los generales hasta Menón que mandaba el ala izquierda. Al lado de Clearco y de los peltastas se dispusieron los 1.000 caballos paflagonios. El resto del ejército persa se dispuso a la izquierda de las tropas griegas, mandando el ala izquierda un general persa de Ciro llamado Arieo. Ciro y los carros falcados se dispusieron en la vanguardia del ejército, a pesar de que Clearco aconsejó a Ciro que no expusiera su persona de manera innecesaria y se traslada a la retaguardia. A veces en la historia una simple y sencilla decisión cambia el rumbo de la misma, y este es un ejemplo claro, porque si Ciro no hubiera muerto con toda seguridad se hubiera coronado rey de Persia y este imperio hubiera apoyado casi incondicionalmente a Esparta.

En el ala izquierda del ejército de Artajerjes II dispuso en primer lugar la caballería pesada de Tisafernes, a su lado infantería ligera persa, seguida de la infantería pesada egipcia armada con escudos de madera que les llegaban hasta los pies y lanzas, a continuación más caballería y arqueros, todos ellos bajo el mando de Tisafernes. Delante, en el centro del ejército y en primera línea Artajerjes II y su caballería mandada por su tocayo, tras él, el cuerpo del ejército de 30.000 soldados de Gobrias, y a la derecha de este el resto de soldados al mando de Arbaces, el cual estaba junto a Gobrias en la vanguardia del flanco con su caballería. El ejército de Artajerjes II estaba formado por multitud de tropas de diversas etnias y rincones del imperio que formaban por naciones en columnas.

BATALLA

Una vez formado el ejército de Ciro este ordenó a sus soldados que escucharan el griterío del ejército enemigo, pero se encontró con una sorpresa. Los hombres de Artajerjes II no marchaban gritando y de manera desordenada como había supuesto Ciro, si no que en un alarde de profesionalidad y disciplina, el enorme ejército multiétnico iba en silencio y muy ordenadamente. Esto podría haber desanimado a la tropa del Joven, pues su general falló en el pronóstico y encima se encontraron con un enemigo al que debían temer, pues en principio no parecía una turba alborotada de gente de muy diversas naciones, sino en un ejército cohesionado. Puede que cuando Ciro le preguntó a Jenofonte que rumor era el que había entre las tropas era porque temiera hubiera cundido el desánimo entre la tropa, pero por suerte sólo era el santo y seña lo que corría entre sus filas.

Empezaron a avanzar hacia el ejército enemigo cuando se encontraba a una distancia de unos 500 o 700 m y los griegos empezaron a cantar el pean de batalla (canto dedicado a Apolo) según empezaron la marcha. Una parte de la falange, probablemente la lacedemonia, fue a la carrera para evitar así la lluvia de proyectiles que lanzaban los persas, adelantando así al resto de los compañeros que tuvieron que correr para seguirlos, y mientras iban marchando golpeaban con sus lanzas los escudos para infundir miedo a los caballos de los carros falcados y a la vez gritaban a la manera como se festejaba a Ares.

Carros de guerra persas. Eran enormes mastodontes con poca maniobrabilidad,
pero muy blindados y cubiertos de de cuchillas para hacerlos más mortíferos.

Cuando llegaron a cierta corta distancia de los arqueros estos huyeron, arrastrando algunos de los carros enemigos, pero el resto cargó contra las tropas griegas sin causar baja alguna, pues como más tarde hiciera Alejandro Magno, abrieron filas y dejaron pasar por amplios pasillos a los carros enemigos. De esta manera una de las bazas de Artajerjes fue anulada con facilidad. Una vez solventado el peligro de los carros, entablaron combate con la infantería ligera y egipcia. La balanza del combate se inclinó del lado griego debido a su mayor entrenamiento y experiencia en combate, ya que la Guerra del Peloponeso había forjado tremendos soldados. La infantería ligera persa fue la primera en huir ya que su escasa protección no les permitía aguantar el envite griego. Los egipcios si que poseían grandes escudos y mejores lanzas para el combate cuerpo a cuerpo, aguantando más tiempo sobre el terreno, aunque al final rompieron filas y huyeron como antes hizo la infantería ligera. La tropa griega fue en su persecución pero manteniendo el orden. Tisafernes que estaba en el extremo derecho de la formación cargó contra los peltastas griegos y éstos al igual que hicieran los hoplitas abrieron filas diluyendo la carga persa que mientras pasaban por entre las filas griegas eran heridos con las jabalinas y espadas. Después de traspasar la línea de peltastas se dirigieron al campamento de Ciro y lo saquearon.

Como vemos, el flanco izquierdo persa fue derrotado, pero el centro permanecía intacto, y viendo Artajerjes que no recibía ataque alguno mandó al cuerpo del ejército que estaba a la derecha flanquear el ala izquierda enemiga. Ante esto Ciro sólo vio una solución, cargar personalmente contra su hermano. Cogió a sus 600 jinetes acorazados y probablemente a sus veinte carros falcados especialmente diseñados tanto para desorganizar la línea infantería como para montar una masacre con la caballería. La carga fue un éxito, dándose a la fuga los 6.000 jinetes de la caballería de Artajerjes, persiguiéndolos casi toda la caballería acorazada menos los llamados "compañeros de mesa" que permanecieron junto a Ciro y lucharon contra el escuadrón que protegía al rey. La lucha fue encarnizada. Artajerjes, jefe de la caballería cadusia, lanzó una jabalina a Ciro, pero no traspasó su armadura, pero menos suerte tuvo este, que recibió un impacto de jabalina en el cuello como respuesta del pretendiente a rey. A continuación y tras luchar contra los acompañantes del rey mató al caballo de este. Artajerjes II esquivó dos jabalinas lanzadas tanto por su hermano como por Arieo, pero luego lanzó una que dio de lleno en el pecho de Satifernes, amigo personal de Ciro. Tras esto llegó el momento fatal, el punto de inflexión de esta historia que cambiará radicalmente la suerte de los mercenarios griegos y de toda esta magna empresa: Ciro muere en combate. Aquí las fuentes nos dan tres versiones:
  • Es muerto de la mano de su hermano
  • Muere debido a un golpe mortal de uno de Caria, que como recompensa siempre llevó un gallo de oro como estandarte (los persas llaman gallos a los carios).
  • Herido por un enemigo en la sien con una jabalina es transportado por unos eunucos, pero antes de que lleguen a un lugar seguro es herido de nuevo con otra jabalina por un caunio en la corva, cayendo al suelo y golpeándose en la misma sien en que había sido herido antes con una roca.
Después de esta desgracia la caballería de Ciro se dio a la huida al igual que todas tropas que comandaba Arieo, huyeron al lugar desde donde habían partido por la mañana, a unos 20 km de distancia, siendo perseguidos por Artajerjes II hasta el campamento de Ciro, el cual fue saqueado menos la parte que fue protegida por los mercenarios griegos. Una vez que las tropas griegas que estaban en persecución del enemigo se dieron cuenta de que su campamento estaba siendo asaltado deliberaron si iban a defenderlo, pero a la vista de que el ejército del rey parecía venir a atacarlos por la retaguardia formaron en combate y se prepararon para recibirles.

Pero en principio no fue el rey a atacarles sino que fue a unirse a Tisafernes y a capturar a sus desertores en el lugar donde rebasaron el ala izquierda de Ciro, pero una vez hecho esto se aproximó al ala izquierda griega que se replegó para no ser flanqueada, dejando toda la retaguardia pegada al río. Una vez frente a frente los griegos lanzaron sus cánticos de guerra y cargaron contra el frente persa, el cual ni esperó a tenerlos a tiro, sino que emprendió la huida hacia una colina que estaba al lado de la aldea de Cunaxa. La infantería marchó por otro lado desapareciendo de la batalla, pero toda la caballería se encontraba en lo alto de dicha colina, pero no por mucho tiempo pues ante el avance de las fuerzas griegas huyeron en diferentes direcciones. Aquí es donde se acaba la batalla de Cunaxa y dónde empieza la épica retirada de los 10.000 de Jenofonte, pero esto ya es otra historia que la abordaré más adelante.

BAJAS
Las bajas en combate fueron las siguientes:

Artajerjes II: entre 9.000 y 20.000 hombres según Ctesias, y más de 15.000 según Diodoro Sículo.
Ciro: 3.000 muertos entre los persas y algunos heridos griegos según el Sículo.

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