sábado, 3 de octubre de 2015

Batallas por orden cronológico - Edad antígua

Batallas del siglo V a. C.

La batalla de Corbione fue un conflicto militar ocurrido en 446 a. C. entre la República romana y pueblos itálicos ecuos y volscos. Elcónsul Tito Quincio Capitolino Barbato, secundado por Agripa Furio Fuso y Espurio Postumio Albino, lideró a sus tropas a la victoria contra las tribus de los ecuos y de los volscos, pertenecientes al noreste y sur del Lacio, respectivamente. Los romanos ya habían derrotado a los ecuos en la batalla del Monte Álgido, de modo que la batalla de Corbione marcó definitivamente el dominio de Roma sobre esta tribu.
Después de los reveses militares sufridos por los decenviros, provocados por una mala coordinación de las operaciones y a problemas de autoridad y disciplina en el seno del ejército, Roma conoció una serie de campañas victoriosas, desde el restablecimiento del consulado. La elección de nuevos cónsules y tribunos permitió la aplicación de políticas diferentes, distintas del simple apego al poder a cualquier precio. Paradójicamente, ecuos y volscos no aprovecharon el período de deórdenes civiles que desestabilizó a Roma, sino que reemprenden la ofensiva en el momento en que los romanos se han dotado de generales competentes.
Según Tito Livio, los jefes de las tribus ecuas y volscas deciden romper la paz con Roma, a fin de hacerse con botín procedente de las tierras circundantes de la ciudad. En efecto, al estar los romanos divididos, el momento parece propicio para atacar a un estado que crece peligrosamente y amenaza la independencia de los pueblos vecinos.
Las tribus reúnen sus tropas y forman una coalición contra los romanos. Su ejército avanza en territorio latino, que es saqueado. Paralizado por conflictos internos, los romanos no intervienen, y los coaligados llegan cerca de Roma, hasta la Porta Esquilina sin encontrar resistencia, e instalan su campamento en Corbione, cerca de Tusculum.
En 446 a. C., Tito Quincio Capitolino Barbato, cónsul por cuarta vez, decide tomar las armas. Según la tradición, consigue convencer al pueblo en la necesidad de una intervención militar, gracias a un largo discurso, donde critica las divisiones internas y la segunda secesión de la plebe, resaltando los perjuicios económicas que traería dejar obrar libremente al enemigo. Todas las clases del pueblo romano responden a la llamada del cónsul, y la leva del ejército se hace sin dificultad2
El segundo cónsul, Agripa Furio Fuso, reconociendo la competencia militar de su colega, le deja el mando de las operaciones. El ejército se instala en Corbione pocos días después, cerca del campo enemigo, y la batalla comienza al día siguiente. Atacados en dos frentes, los ecuos y volscos son puestos en fuga,3 y los romanos se apoderan de su campamento, recuperando el botín reunido en los últimos meses4
Los cónsules victoriosos vuelven a Roma, pero no se celebra ningún triunfo, sin que se sepa si porque no lo solicitaron, o porque el Senado no se lo concedió.










La batalla de Coronea tuvo lugar entre la Liga de Delos -dirigida por Atenas- y laLiga Beocia en 447 a. C., durante la Primera Guerra del Peloponeso.
En 457 a. C. los atenienses tomaron el control de Beocia tras la Batalla de Enofita y emplearon los siguientes diez años intentando consolidar su poder. En 454 a. C.Atenas perdió una flota intentando ayudar a una revuelta egipcia contra Imperio persa. En 453 a. C., por temor a eventuales revueltas de otros miembros de la Liga de Delos, los atenienses trasladaron el Tesoro de la Liga desde su sede tradicional en la isla sagrada de Delos a su ciudad. posteriormente, firmaron la Paz de Caliascon el Imperio aqueménida hacia el 450 a. C.
La Liga de Delos en esencia era un imperio, el ateniense, cuyos miembros se habían convertido en satélites o colonias de la poderosa polis. Con su poderosa flota, Atenas tenía asegurada la hegemonía dentro de la Liga, pero en tierra los éxitos eran mucho menores. Hacia el año 447 a. C. algunos de los líderes beocios exiliados después de la victoria ateniense de 457 a. C. habían regresado y comenzaron a recuperar el control de algunas de las ciudades beocias. Bajo el mando de Tólmides, 1000 hoplitas y otras tropas de sus aliados, marcharon a Beocia para reconquistar las ciudades. Tomaron Queronea, pero fueron atacados y derrotados por los beocios en Coronea. Los atenienses fueron obligados a abandonar el control de Beocia, y la derrota condujo a las revueltas de Eubea y de Megara, que desembocaron en el conflicto con Esparta y la Guerra del Peloponeso.
La batalla de Coronea es uno de los conflictos que tuvieron lugar dentro de la Guerra de Corinto (395 – 387/6 a.C.). En esta guerra se aliaron Atenas, Tebas, Argos y Corinto (apoyados y financiados por Persia) con el objetivo de frenar la intervención de Esparta en la zona de Asia Menor. Al comienzo de la guerra, el rey espartano Agesilao II se encontraba en una campaña en Persia.
Tras la batalla de Nemea, de la que salieron victoriosos los espartanos, Agesilao se encontraba volviendo a Grecia desde Asia Menor. En su camino de vuelta, varios contingentes de focidios y orcomenios se le unieron, además de algunas moras que estaban situadas como guarniciones en la ruta. En total Agesilao contaba con un ejército consistente en una mora y media de espartiatas, lo que hacía un total de 1680 hoplitas. Además contaba con los neonamodeis que comandó en Asia, que en origen eran unos 2000, parte de los Diez Mil mercenarios griegos reclutados por Ciro el Joven (incluyendo al propio Jenofonte) comandados por el espartiata Herípidas, algunos contingentes de ciudades griegas de Asia Menor que se le unieron mientras volvía y otros de Orcómeno y Focia. Esto hacía un total de aproximadamente 15.000 hoplitas. Jenofonte además señala que tenían bastantes más unidades de peltastas que el enemigo pero el mismo número de unidades de caballería.
El ejército contrario estaba formado por una coalición de beocios, atenienses, argivos, corintios, eubeos y locrios. Contaban con 6.000 beocios, 6.000 atenienses, 3.000 eubeos, 7.000 argivos y 3.000 corintios. Lo que hacía un total aproximado de 25.000 hoplitas.
Jenofonte describe cómo se dispusieron ambos contingentes. En la derecha del ejército lacedemonio se situó el rey Agesilao junto con las moras de espartiatas, seguido de los veteranos de los Diez Mil, luego los griegos de Asia Menor, luego los focidios y finalmente los orcomenios en el extremo izquierdo. En el bando contrario, los tebanos ocuparon el ala derecha, directamente enfrentados contra los orcomenios, y los argivos el lado izquierdo, enfrentados directamente contra los espartiatas. El encuentro tuvo lugar en la llanura de Coronea, con el contingente lacedemonio marchando desde el río Kephisos y sus oponentes desde el monte Helikon, es decir, Agesilao marchaba desde el sur y sus oponentes desde el norte .
Según la descripción de Jenofonte, en el campo de batalla reinaba un silencio total hasta que, cuando ambos contingentes se hallaban a unas 200 yardas de distancia, los tebanos elevaron sus gritos de guerra y se lanzaron a la carga contra los orcomenios. A continuación se lanzaron a la carga todos los contingentes de los lacedemonios contra el rival que tenían en la línea de enfrente salvo los propios espartanos, que antes de chocar contra la línea de argivos, estos huyeron presa del pánico.
Los tebanos derrotaron a la línea de Orcómeno, pero el resto de sus aliados fueron derrotados por el contingente lacedemonio. Cuando el ala derecha del contingente lacedemonio estaba celebrando la victoria les llegó la noticia de que los tebanos habían roto las filas de los orcomenios y estaban saqueando los carros con los botines que Agesilao traía de Asia Menor. Así, Agesilao dio la orden de que el contingente espartano se girase sobre sí mismo y cargase contra los tebanos, lo que hizo con increíble rapidez y sin perder la cohesión de la falange. Cargaron y derrotaron a los beocios, que se dieron a la fuga.
Según Diodoro, más de 600 beocios y sus aliados cayeron, mientras que en el bando espartano solo cayeron 350 soldados. Tras la batalla, Agesilao II ordenó erigir un monumento a modo de trofeo al día siguiente y realizar un desfile de tropas. Los tebanos enviaron emisarios pidiendo enterrar sus muertos bajo tregua, a lo que los lacedemonios accedieron. Según Plutarco (de origen beocio), los tebanos estaban eufóricos tras la batalla ya que habían llegado a la retaguardia del ejército espartano y habían logrado pasar de nuevo a través de su contingente y huir. Agesilao regresó a Esparta pasando por Delfos y dejó un contingente tras él dirigido por el polemarca Gylis. Este intentó invadir la Lócride, pero fracasó y fue muerto en batalla.








La batalla del Crémera fue un conflicto militar sucedido entre la República Romanay la ciudad etrusca de Veyes, en 477 a. C.
Los registros históricos muestran la derrota de la fortificación romana en el ríoCrémera y las incursiones resultantes por parte de Veyes sobre el territorio romano.
El relato de la batalla, escrito por Tito Livio, es una explicación de los hechos reales y una exaltación del sacrificio de la gens Fabia. Probablemente su objetivo fuese brindar el motivo de la ausencia de los fabios en los listados consulares durante los años posteriores a la batalla. Además, este relato está claramente influenciado por la actuación espartana en la batalla de las Termópilas.
Luego de una coexistencia pacífica entre Roma y Veyes, estas ciudades se hallaron abiertamente en guerra hasta el punto en que una batalla ocurrida en 480 a. C., en la cual el ejército romano estuvo cercano a la derrota, fue salvada por el cónsulCéson Fabio Vibulano. Después de esta batalla, los veyenses invadieron permanentemente el territorio romano, siempre retirándose ante la llegada de las legiones romanas para evitar el conflicto directo.
En medio de un conflicto con los ecuos y los volscos, los romanos estaban luchando en dos frentes. Así, en 479 a. C., la gens Fabia ofreció ocuparse de Veyes por su cuenta mientras que las legiones de la República luchaban contra sus otros enemigos. Livio dice que los 306 fabios adultos (es decir, hombres de más de quince años de edad) fueron a la guerra junto con sus clientes.
Los Fabios construyeron una fortaleza en el río Crémera, cerca de Veyes, desde el cual consiguieron limitar las incursiones veyenses. Los veyenses se trabaron en batalla cerca de la fortaleza romana, pero fueron vencidos por los Fabios y por un ejército liderado por el cónsul Lucio Emilio Mamercino, y obligados a pedir una tregua.
Tras la ruptura de la tregua, los veyenses reanudaron sus ataques, pero fueron derrotados una y otra vez por los Fabios, quienes, envalentonados por sus éxitos, se volvieron atrevidos y atacaron y pillaron el territorio de Veyes.
Finalmente, los Fabios cayeron en una trampa tendida por los veyenses. Creyendo a sus enemigos lejos de la fortaleza, los romanos salieron a capturar un rebaño y se separaron para perseguir a los animales. En ese momento apareció un número mucho mayor de veyenses y rodearon a los Fabios. Adoptando una formación en cuña, los romanos rompieron el cerco y lograron llegar a una colina donde consiguieron repeler los ataques etruscos hasta la llegada de una formación veyense por su retaguardia.
Los Fabios fueron masacrados a excepción de Quinto Fabio Vibulano, quien era demasiado joven para haber ido a la guerra.

La batalla de Cremera opone a un ejército reunido por el pueblo romano fuerzas Fabios de Veyes en 477 antes de Cristo. BC, a orillas del río Cremera durante la primera guerra entre la República Romana y Veyes. El compromiso terminó en un desastre para los Fabios clados Cremerensis.

Las fuentes antiguas

Entre las antiguas fuentes disponibles sobre el traslado de Fabios y hemos recibido incluir, entre otros pasajes de Diodoro de Sicilia escritas por mayor, Tito Livio, Dionisio de Halicarnaso y Ovidio.
Diodoro menciona brevemente la batalla que data del 472 antes de Cristo. AD en el undécimo libro de su Biblioteca Histórica:
Diodoro, libro XI, LIII.
Los autores del primer siglo Livio y Dionisio de Halicarnaso describen la secuencia de eventos con más detalle, la primera en su Historia romana, libros II y III, y el segundo en su antigüedades romanas, Libro IX. En general, sus testimonios son coherentes, pero todavía no están de acuerdo en algunos puntos. Por último, se refiere a Ovidio en los Fastos Dies Cremerensis pero parece que su cuenta se basa en gran parte en los textos Livio.

La antigua historia

Fondo

La guerra contra los etruscos

La República romana y Veyes están en guerra desde hace varios años sin que se firme una sola paz. Los romanos también se enfrentan incursiones regulares volscos y los ecuos.
En el año 480 antes de Cristo. C., una de las tres personas en el consular Fabios, Quinto Fabio Vibulano, muere en la batalla contra Veyes. La batalla se ganó finalmente por los romanos, liderados por dos hermanos Quinto Fabio Vibulano: Ceso Fabius Vibulano y Marcus Fabius Vibulano. Este último, el cónsul de ese año, se negó el triunfo que se le concedió por su hermano y su colega Cneo Manlio Cincinato allí murió. Este gesto y los elogios Marcus Fabius dicen y acciones para cuidar de los soldados heridos permiten Fabios para ganar el apoyo del pueblo.

El juramento de Fabios

Mientras que la guerra contra Veyes se prolonga, las incursiones de los ecuos y volscos se están convirtiendo cada vez más apremiante. Veyes, aprendiendo que las tropas romanas habían sido despedidos, realizaron incursiones en las tierras de la República. El Senado decidió reclutar tropas para vigilar la frontera, pero el dinero se acaba y el levantamiento se retrasa, dejando la tierra vulnerable a los invasores enemigos.
En 479 aC. AD, los Fabios, liderado por Marcus Fabius, el cónsul del año anterior, y Ceso Fabius Vibulano que fue elegido cónsul en el año, ofreciendo a luchar solo y por su cuenta contra Veyes para aliviar la República de la frente y un juramento ante el Senado. Esta decisión en última instancia, aumentar la popularidad de la gente Fabia con el pueblo romano.
Tener reunido a sus hombres, 306 patricios de la misma familia, dejaron Roma ese año, pasando bajo el arco de la puerta Carmental derecha, colocando según Tito Livio envío bajo un signo fatal. Llegado en el valle del río Cremera, a diez kilómetros aguas arriba de Roma, fortalecen rápidamente su posición mediante la construcción de un fuerte que pudiera servir de refugio en caso de jubilación. Inicialmente, los Fabios defender fácilmente su fortaleza y permite llevar la guerra en tierras enemigas sin encontrar mucha resistencia, produciendo un botín considerable.

Primeras escaramuzas

En el 478 aC. BC, Veyes, debilitado por el saqueo de las expediciones lanzadas desde el fuerte Cremera por los romanos llaman las otras ciudades etruscas que envían refuerzos. Los etruscos y luego lanzó un ataque contra el fuerte de Cremera Fabios pero el cónsul Lucio Emilio Mamercino interviene con sus legiones y carga de caballería repente sorprende al enemigo, puso en fuga. Veyes y sus aliados se retiraron a su campamento antes de que sea tomada por los romanos. Unos días más tarde, los etruscos exigen paz, Lucio Emilio les concede después de recibir la aprobación del Senado, pero sin imponer condiciones restrictivas. El Senado contra él y lo rechazó los honores de la victoria.
Pronto, Veyes romper la tregua y reanudar la ofensiva. En la lucha que siguió, los Fabios se dejan para amenazar al enemigo en su territorio y ganó varias victorias y escaramuzas en una de las ciudades más poderosas de Etruria. Estas victorias repetidas humillan Veyes y animan a los fabianos, aventurándose cada vez más lejos, tomando más y más riesgos. Según Dionisio de Halicarnaso, los etruscos no se enfrentó directamente a los romanos, pero mostrando abiertamente sus rebaños, tratan de atraer con engaños cada vez más en su tierra, que ofrece poca resistencia a los romanos s 'acostumbrado a derrotarlos fácilmente.

La batalla

Los fabianos, confianza después de sus muchos éxitos, acople de nuevo en territorio enemigo con la esperanza de tomar el ganado y atacaron fuera de su campamento por todos lados por el enemigo, aprovechando su exceso confianza, emboscado. Primero abrumado y rodeado, los fabianos se reúnen sus fuerzas y llevar en un solo punto de las líneas enemigas. Se las arreglaron para abrir un paso en las filas enemigas y doblar la parte superior de una pequeña colina. Se las arreglan para mantener a raya al enemigo hasta que una tropa de Veyes llega a la cumbre mediante la adopción de la parte trasera. Los fabianos son luego los mató a todos. Los etruscos luego llevan sus fuerzas contra el fuerte Cremera incurren.
Gran parte del Fabia se masacraron pueblo el mismo día, sólo los miembros permanecieron en Roma como el joven Quinto Fabio Vibulano sobrevivió.

Secuelas

Este desastre tiene lugar al comienzo del mandato de los cónsules Cayo Horacio Pulvillus y Tito Menenio Agrippae lanatus en 477 antes de Cristo. AD Esta es enviado al lugar contra Veyes sino también venció, y los ejércitos etruscos se sitiaba Roma. El cónsul Cayo Horacio Pulvillus recordaba a una campaña contra los volscos y después de dos batallas en las puertas de Roma, a repeler al enemigo se hace más fuerte en la parte superior del Janículo y devastó el territorio romano.
Al año siguiente, en el consulado de A. Verginio Tricostus Rutilus y Sp Servilio Prisco Structus, que se toman a su vez en una emboscada, al igual que los fabianos, y sufrió grandes pérdidas. Después de un desastroso intento del cónsul Servilio noche asalto al campamento, cayeron de nuevo en el Janículo. El cónsul Servilio intenta pero no para enjuiciar y Verginio colega viene a su rescate. Los ejércitos de Veyes se trituran, que pone fin a esta larga guerra.

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