sábado, 3 de octubre de 2015

Batallas por orden cronológico - Edad antígua

Batallas del siglo V a. C.

La batalla del Monte Álgido fue un conflicto militar sucedido en 458 a. C. (o457 a. C.) entre la República Romana y los ecuos ubicados cerca del Monte Álgido,Latium. El dictador romano Lucio Quincio Cincinato convirtió una derrota romana en una importante victoria.
El gobierno de Roma ya era compartido entre los pueblos romanos originarios, los latinos y los sabinos. Por ejemplo, la gens Quincia, quienes tuvieron una importante influencia sobre la vida pública de Roma durante esta época, eran de origen latino. Los hérnicosestaban aliados con los romanos; los etruscos no chocaban con los romanos pese a que la ciudad etrusca de Veyes estaba situada muy cerca de Roma.
Los mayores enemigos de Roma en estos tiempos eran los volscos y los ecuos. Los volscos estaban ubicados en el territorio al oeste de Roma, mientras que los ecuos se hallaban al este. Ya sea junto a algún aliado o no, los ecuos atacaban permanentemente Roma y sus alrededores. Además, los ecuos se trasladaron desde los Montes Apeninos hacia Tusculum (Frascati). Sus ataques interferían con el comercio y las comunicaciones a lo largo de la Vía Latina y del territorio romano en general.
Dentro de Roma, en esta época, existían disturbios. Había conflicto entre los patricios y los plebeyos romanos. También hubo una revuelta por parte de los esclavos de Roma en la cual estos tomaron el Campidoglio durante un tiempo considerable, junto con los templos más importantes de la ciudad. En medio de esta revuelta, el cónsul Valerio Publícola falleció. Los disturbios finalizaron con la llegada de un ejército desde Tusculum liderado por el dictator Lucio Mamilio. Mientras tanto, Lucio Quincio Cincinato fue designado cónsul en reemplazo de Publícola.
En 459 a. C., los ecuos ocuparon Tusculum. Como respuesta ante la amenaza inminente, los romanos decidieron enviar un ejército bajo el mando del cónsul Lucio Cornelio Maluginense para ayudar a su ciudad aliada. El cónsul Fabio Vibulano, quien en ese momento se hallaba sitiando Antium, también movilizó sus tropas para atacar Tusculum. Finalmente, la gente de Tusculum consiguió recapturar su ciudad con la ayuda de Vibulano, quien pudo matar a muchos ecuos cerca del Monte Álgido. A continuación, se estableció una tregua con los ecuos.
No mucho después, en 458 a. C., los ecuos rompieron la tregua y volvieron a atacar Tusculum, acampando cerca del Monte Álgido. Al mismo tiempo, un ejército sabino se puso en marcha contra Roma. Rápidamente se formaron dos ejércitos romanos: El cónsul Cayo Naucio Rutilo planeaba adentrarse en los territorios ecuos, mientras que el cónsul Lucio Minucio Esquilino atacaría el campamento del Monte Álgido.1
Minucio no llegó a atacar a los ecuos, quienes, llegada la noche, habían comenzado a construir fortificaciones alrededor del campamento romano.2 Puesto que Nautio no supo cómo manejar la situación, Cincinato, cuyo breve período como cónsul había concluido, fue elegido dictador.
Cincinato eligió a su magister equitum y realizó una leva en el Campo de Marte, pidiendo a cada romano disponible que trajera comida para cinco días y doce valli. Los valli eran empleados para construir una muralla protectora alrededor del campaemento; la solicitud de doce valli en lugar de uno fue algo inusual.
El ejército romano llegó al Monte Álgido por la noche. Cincinato envió el aviso a los romanos sitiados de que había llegado y luego ordenó a sus hombres construir una muralla alrededor de los ecuos. Estos atacaron a Cincinato, pero pronto fueron obligados a darle la espalda para enfrentarse a las tropas de Minucio, quien había abandonado su campamento para reunirse con sus compatriotas. La muralla alrededor de los ecuos estuvo completa para el amanecer; Cincinato ordenó a sus hombres, quienes habían marchado y trabajado durante todo un día sin descanso alguno, que atacaran a los ecuos dentro de la muralla. Estos, incapaces de contener un ataque en dos frentes, se rindieron. Cincinato dejó ir a todos los ecuos salvo a sus líderes.
Los líderes ecuos fueron mantenidos prisioneros en Roma. El botín del saqueo al campamento ecuo fue distribuido entre los hombres de Cincinato, mientras que los romanos bajo el mando de Minucio eran criticados y el mismo Minucio, depuesto.
Cincinato recibió un triunfo romano, mientras que el cónsul Lucio Mamilio de Tuscullum recibió la ciudadanía romana. Pese a haber sido electo como dictador por un período de seis meses, Cincinato renunció tras sólo dieciseis días.








La batalla de Muniquia fue un conflicto militar entre los atenienses exiliados por el gobierno oligarca de los Treinta Tiranos y las fuerzas del gobierno, apoyadas por una guarnición espartana. En la batalla, una fuerza sustancialmente superior compuesta por la guarnición espartana de Atenas y el ejército del gobierno oligarca atacó una colina en El Pireo (la colina Muniquia), en la que se habían refugiado 1000 exiliados bajo las órdenes de Trasíbulo. El ejército oligarca fue derrotado y, tras su derrota, los Treinta Tiranos fueron obligados a exiliarse a Eleusis.
A finales de 404 a. C., Trasíbulo, junto con otros exiliados atenienses, había tomadoFilé, un punto estratégico en la costa ateniense. Resistió junto con sus hombres un intento de expulsarles de la zona y, al incrementarse su número gracias a los nuevos reclutas que se iban acercando, fueron capaces de emboscar y derrotar a la guarnición espartana de Atenas, que había sido enviada para vigilarles. Poco después de esta victoria, los soldados de Filé, que ya alcanzaban el millar, marcharon por la noche hacia El Pireo, el puerto de Atenas. Al ser muy pocos para defender el puerto en su totalidad, tomaron una de sus colinas: Muniquia. A la mañana siguiente las tropas del gobierno de los Treinta Tiranos marcharon para enfrentarse con ellos.
Los exiliados atenienses se desplegaron para la batalla en una formación de diez hombres de profundidad en lo alto de la colina, con las tropas ligeras y los hostigadores en la retaguardia. Más abajo, en el ágora (mercado) del Pireo, las fuerzas oligarcas se desplegaron un una formación con la misma anchura, pero con 50 hombres de profundidad. La guarnición espartana se desplegó en el ala derecha, y las fuerzas de los oligarcas en la izquierda. El relato de Jenofonte sobre la batalla comenta que Trasíbulo, en la arenga a sus soldados, les recordó que la derecha del enemigo estaba compuesta por hombres a los que habían derrotado pocos días antes, mientras que la izquierda estaba compuesta por hombres que les habían expulsado de su país.2
Las fuerzas oligarcas avanzaron ascendiendo por la carretera hacia lo alto de la colina, pero antes de que llegasen los exiliados cargaron contra ellas. Su carga rompió la línea oligarca, y los exiliados persiguieron a los enemigos hacia abajo de la colina. En la huida murieron setenta hombres de los oligarcas, entre los que se encontraba Critias, su líder. Otros importantes líderes oligarcas también murieron.
Tras la batalla, el prestigio de los Treinta Tiranos, que ya había quedado debilitado tras la derrota anterior, quedó irreparablemente dañado. Al día siguiente el gobierno fue depuesto y sustituido por un nuevo gobierno oligarca más amplio. Los miembros del antiguo gobierno, por su parte, huyeron a Eleusis.
El nuevo gobierno oligarca, sin embargo, no estaba preparado para llegar a un acuerdo de paz con los exiliados, por lo que enviaron mensajeros a Esparta solicitando ayuda. Una nueva fuerza espartana dirigida por Pausanias de Esparta fue enviada a la zona y, tras unavictoria pírrica en la batalla del Pireo, Pausanias medió en un acuerdo entre oligarcas y exiliados que reunificó Atenas y el Pireo y restauró la democracia en Atenas.







La Batalla de Selinunte, que tuvo lugar en la primavera de 409 a. C., fue la primera batalla de la llamada Segunda guerra siciliana. El sitio se prolongo diez días y la batalla se libró en Sicilia entre las fuerzas cartaginesas bajo Aníbal Magón (Un político de Cartago de la familia Magónida, no el famoso Aníbal de la familiaBárcida) y los griegos dorios de Selinunte. La ciudad de Selinunte había derrotado a la ciudad élimo de Segesta en 415 a. C., un evento que llevó a la invasión ateniense de Sicilia en 415 a. C. y que terminó con la derrota de las fuerzas atenienses en 413 a. C. Cuando Selinunte nuevamente atacó a Segesta en 411 a. C., Cartago, respondió al llamado de Segesta, Selinunte fue sitiada y saqueada después de que los cartagineses rechazarán los ofrecimientos de negociaciones hechas por los griegos. Este fue el primer paso de la campaña de Aníbal para vengar la derrota cartaginesa en la primera batalla de Hímera en el año 480 a. C. La ciudad de Selinunte fue reconstruida posteriormente, pero no volvió a recuperar su poderío anterior.








La batalla de Tanagra del año 457 a. C. se libró entre las fuerzas de Atenas yEsparta, con victoria de éstas últimas, durante la Primera Guerra del Peloponeso.
Después de las guerras médicas, hubo numerosos conflictos entre la Liga de Delosliderada por los atenienses y la Liga del Peloponeso, por los espartanos, sin que mediara una declaración formal de guerra. Esparta había reconstruido sus murallas, destruidas por los persas y se oponía a la construcción de los Muros Largos del puerto ateniense de El Pireo. Atenas recelaba de las negociaciones que Esparta tenía secretamente con algunas facciones atenienses para socavar el gobierno democrático. En 460 a. C. se produjo otra disputa con Corinto, aliado de Esparta; Corinto no quería que Megara construyese los muros largos de su puerto, y Atenas intervino en la disputa fronteriza.
En 457 a. C., Nicodemo de Esparta, regente durante la minoría de edad del rey Plistoanacte, marchó con un ejército espartano de 11 500 hoplitas hacia Beocia para ayudar a Tebas a sofocar la rebelión de los foceos. Atenas tomó ventaja de esto para bloquear las rutas de regreso al Peloponeso, y Esparta decidió permanecer en Beocia y esperar el ataque ateniense. Atenas y sus aliados, 14 000 hombres bajo el mando de Mirónides se enfrentaron a los espartanos en Tanagra. Aunque los espartanos ganaron la batalla, consiguiendo reabrir la ruta de vuelta, perdieron muchos soldados y fueron incapaces de aprovechar la victoria. El resultado habría sido indeciso, según la tradición ateniense.2
Dos meses después, los atenienses se reagruparon y derrotaron a los tebanos en la batalla de Enofita, tomando el control de Beocia.

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