sábado, 3 de octubre de 2015

Batallas por orden cronológico - Edad antígua

Batallas del siglo V a. C.

La Segunda Batalla de Hímera se libró cerca de la ciudad de Hímera en Sicilia en409 a. C. entre las fuerzas cartaginesas bajo Aníbal Magón (político cartaginés de la familia Magónida) y los griegos jonios de Hímera ayudados por un ejército y una flota de Siracusa. Aníbal, actuando bajo las instrucciones del senado cartaginés, ya había saqueado y destruido la ciudad de Selinunte después de la Batalla de Selinunte en 409 a. C. Aníbal atacó a la ciudad de Hímera, sitio de la gran derrota cartaginesa en 480 a. C. y destruyó por completo el lugar. Hímera nunca fue reconstruida, una nueva ciudad llamada Termes fue construida al oeste de la ciudad en ruinas, que contenía una población mixta de griegos y fenicios.












La Primera Batalla de Hímera (480 a. C.), que supuestamente tuvo lugar el mismo día que la más famosa Batalla de Salamina,6 o el mismo día que la Batalla de las Termópilas,7 enfrentó a las fuerzas griegas de Gelón y Terón, el tirano de Siracusa y el tirano de Agrigento, respectivamente, contra un ejército cartaginés al mando deAmílcar Magón. La derrota de Cartago supuso el fin de su amenaza sobre lascolonias griegas de Sicilia.
Amílcar comandaba un gran ejército de CartagoLibiaIberiaLiguriaElisicia,8Cerdeña y Córcega contra los sicilianos.9 En la primavera de 480  a. C. zarpó deCartago con un ejército de tierra de no menos de 300 000 hombres, con una flota de doscientas naves de guerra, así como más de 300 barcos de transporte. Durante la travesía del mar Líbico perdió los transportes de caballos y carros a causa de una tempestad.10 Después de desembarcar en Panormo y reponerse del desastre sufrido, a los tres días se dirigió con sus fuerzas de tierra a Hímera. Estableció doscampamentos, uno para el ejército de tierra y otro para las tripulaciones de las naves.11 Sacó las naves a tierra para que se secasen, las encerró en unaempalizada y ocupó toda la zona occidental de la ciudad de Hímera. Después con sus tropas de élite emprendió la marcha contra la ciudad. Mientras parte de sus naves habían sido enviadas a Libia y Cerdeña a por provisiones, mató a muchos himereos que le salieron al encuentro.12
Los cartagineses habían desembarcado previamente, en verano de 480 a. C., en su base siciliana de Panormo, a unos 45 km al oeste de Hímera, y asediaron la ciudad, donde se encontraba Terón. Ante esta situación, el tirano acragantino envió una embajada a Siracusa para pedir ayuda a Gelón. Este partió con no menos de 50 000soldados de infantería y más de 5000 de caballería.13 Gelón se vio obligado a dividir sus fuerzas (por eso no pudo socorrer a los griegos contra Jerjes I) enviando sus efectivos terrestres en ayuda de Terón, mientras que su flota permanecería inmovilizada por la de Anaxilao en el estrecho de Mesina.
Gelón estableció su campamento en los alrededores de Hímera, la fortificó, la rodeó de un profundo foso y una empalizada. Después su caballería luchó contra los enemigos que vagaban por la región en busca de botín, la cual hizo más de 10 000 prisioneros.14
Mientras Amílcar realizaba sacrificios en su campamento naval, un destacamento de caballería que regresaba de una incursión, condujo a Gelón un mensajero portador de una carta de los selinuntios, en la que se decía que para el día indicado por Amílcar, le enviarían un contingente de caballería. El día fijado era precisamente el que Amílcar iba a ofrecer el sacrificio. Entonces Gelón envió a su caballería al alba con la misión de dirigirse al campamento naval presentándose como si fueran los refuerzos enviados por Selinunte y, una vez dentro de la empalizada, matar a Amílcar e incendiar las naves.15 Esta estratagema la narra también Polieno.16 Apostó vigías en las alturas circundantes para que dieran una señal cuando la caballería hubiese completado su misión. Dada la señal, Gelón con todas us fuerzas en orden de batalla avanzó contra el campamento cartaginés. Los comandantes púnicos hicieron salir primero a todas sus fuerzas al encuentro de los siciliotas y trabaron combate. Las trompetas de uno y otro ejército dieron la señal de batalla. La carnicería fue grande, y estuvo indecisa, pero súbitamente, cuando las llamas se elevaron y dieron la noticia de la muerte de Amílcar, los cartagineses se dieron a la fuga. Gelón había dado orden de no hacer prisioneros y se produjo una matanza, que Diodoro estima en unos 50 000 hombres.17 Los supervivientes se refugiaron en una fortificación y al principio pudieron rechazar los asaltos, pero acuciados por la sed se entregaron.18
Tras ganar la batalla, Gelón no pudo encontrar a Amílcar pese a lo exhaustivo de su búsqueda. Heródoto afirma que Amílcar, al no obtener un augurio favorable durante los diversos sacrificios que realizó ese día y luego de oír que su ejército estaba al borde de la derrota, saltó en medio de las llamas. Se supone que su cuerpo fue totalmente incinerado. Durante los años siguientes, los cartagineses le ofrecieron sacrificios y levantaron monumentos en su honor en varias colonias e incluso un espléndido monumento en Cartago.19 Pero como el culto a los héroes parece ser que no existió entre los fenicios, Heródoto debió confundir el nombre de Amílcar (Abd Melkart) y el del dios Melkart, forma fenicia del dios Baal.
Es probable que el ejército cartaginés fuese numeroso, pero seguramente no sobrepasara los 50 000 hombres. No existe evidencia alguna que respalde la cifra de 300 000 hombres, que hubiese sido vista como un ejército de proporciones míticas. No pudo haberse reunido un ejército semejante y ser derrotado, menos aún por los ejércitos pertenecientes a las pequeñas ciudades estado de la Sicilia griega. Esta cifra desorbitada, que menciona también Diodoro Sículo, puede ser una exageración patriótica de los griegos de Sicilia a fin de igualar los efectivos de Amílcar con los de Mardonio en la campaña de 479 a. C.
Si Amílcar se suicidó antes del clímax de la batalla, tal como se sugiere, los griegos no sólo obtuvieron la victoria, sino que aniquilaron a una fuerza inmensamente mayor.










La batalla de Jinyang fue un largo conflicto entre entre las familias nobles más ricas y poderosas del estado de Jin: los Zhi y los Zhao. Las familias nobles de losWei y Han participaron también apoyando a los Zhi inicialmente pero posteriormente se cambiaron de bando. La familia de Zhi resulto aniquilada. Esto provocó la posterior división de Jin en 434 a. C. formando los estados de Han, Wei y Zhao e iniciando el período de los Reinos Combatientes y finalizando el de las Primaveras y Otoños.








La Batalla del Lago Regilo (en latín Regillum) fue una victoria romana sobre la legendaria Liga Latina poco después del establecimiento de la República Romana. Los latinos fueron liderados por un anciano Lucius Tarquinius Superbus, séptimo y último rey de Roma, que había sido expulsado en el 509 a. C., y su yerno, Octavius Mamilius, el dictador de Tusculum. La batalla marcó el último intento de los Tarquinos para reclamar su trono. Según la leyenda, Cástor y Pólux lucharon en el bando de los romanos.
La amenaza de invasión por parte de los antiguos aliados de Roma en el Laciocondujo al nombramiento de Aulus Postumius Albus como dictador. El año en que se produjo la batalla no está claro, y así ha sido desde la antigüedad. Tito Livio sitúa la batalla en el año 499 a. C., pero dice que algunos de sus fuentes también sugieren que la batalla ocurrió durante consulado de Postumius en el año 496 a. C.La otra fuente importante de este período histórico, Dionisio de Halicarnaso también sitúa la batalla en el año 496 a. C. Los autores modernos han sugerido también 493 a. C. o 489 a. C.
El Lago Regilo se encuentra en los restos de un cráter volcánico, entre Roma yTusculum. El lago fue drenado en el Siglo IV a. C.
Según Tito Livio, los Volsci (una tribu vecina al sur del Lacio) había levantado tropas para enviar a la ayuda de los latinos en contra de Roma, pero la prisa del dictador romano en unirse a la batalla impidió que las fuerzas de los Volsci llegaran a tiempo.
El dictador Aulus Postumius Albus condujo a la infantería romana, mientras queTitus Aebutius Elva fue jefe de la caballería. Tarquinio fue acompañado por el único hijo que le quedaba, el mayor y último, Titus Tarquinius. Se dijo que la presencia de los Tarquinios hizo que los romanos lucharan con más pasión que en cualquier batalla anterior.
Al principio de la batalla, el rey fue herido al atacar a Aulus Postumius. El magister equitum cargó contra Mamilius, y ambos resultaron heridos, Ebucio en el brazo, y el dictador latino en el pecho. El magister equitum tuvo que retirarse del campo, y dirigió a sus tropas a distancia. Los soldados del rey, entre ellos muchos romanos exiliados, comenzaron a dominar a las fuerzas republicanas, y los romanos sufrieron un revés cuando Marcus Valerius Volusus (cónsul en 505 a. C.) fue muerto por una lanza mientras atacaba a Titus Tarquinius, pero Postumius trajo a tropas frescas de su propia guardia personal, y se detuvo el progreso de los exiliados.
Mientras tanto, Tito Herminio Aquilino, que había ganado fama luchando junto a Horacio Cocles en el Puente Sublicio, y se desempeñó como cónsul en el año 506 a. C., se enfrentó a Mamilius y le mató, pero al intentar despojar a su enemigo caído y reclamar el botín, Herminius fue muerto por una jabalina. Como el resultado de la batalla parecía estar en duda, Postumius ordenó a los équites desmontar y atacar a pie, obligando a los latinos a retirarse y capturando el campamento latino. Tarquinio y el ejército latino abandonaron el campo, y el resultado fue una victoria romana decisiva. Postumius y su ejército regresaron a Roma, donde el dictador celebró un triunfo.3 4
Una leyenda popular informó que los Dioscuros, Cástor y Pólux, luchó junto a los romanos, transfigurados como dos jinetes jóvenes. Postumius ordenó un templo construido en su honor en el Foro Romano, en el lugar donde habían regado sus caballos.

BattleOfLakeRegillus.jpg

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