miércoles, 13 de abril de 2016

LECCIONES DE ANATOMIA PATOLOGICA

Anatomía Patológica del Aparato Respiratorio

BRONCONEUMONIA

La bronconeumonía es una lesión secundaria que aparece generalmente como complicación de una enfermedad. A diferencia de la neumonía, no posee fases evolutivas y el exudado no contiene fibrina o tiene muy poca. Exudado fibrinoso se encuentra en la bronconeumonía neumocócica, alrededor de focos supurados y en focos tuberculosos antes de la caseificación. Las lesiones bronconeumónicas consisten en focos de condensación pequeños, a veces, confluentes, en la superficie de corte solevantados, gris rojizos, secos, finamente granulosos. Frecuentemente, sin embargo, son poco notorios macroscópicamente y se manifiestan como zonas ligeramente solevantadas, hiperémicas, que se descubren mejor por palpación que por inspección. Estos focos pueden pasar inadvertidos macroscópicamente, no así en el examen del pulmón fijado previamente. Los focos bronconeumónicos se encuentran frecuentemente en las regiones dorso-basales y laterales de los lóbulos inferiores. En el centro del pulmón los focos son mayores que en la periferia, donde tienden a ser más densos. A menudo alcanzan la pleura, donde se desarolla entonces una pleuritis fibrinosa o purulenta.
Microscópicamente aparece primero un edema inflamatorio, después el exudado se hace cada vez más rico en células polinucleares, primero en los bronquíolos y luego en los alvéolos. Hay tumefacción y necrosis del epitelio alveolar (Fig. 2-8 y 2-9).

BRONCONEUMONÍA ESTAFILOCÓCICA

Se observa en el 31% de las autopsias. Corresponde al 5% de las neumonías bacterianas. Mortalidad cercana al 20%. El tipo de reacción inflamatoria es la inflamación necrotizante y abscedante. Es una afección secundaria a piodermitis, furunculosis, endocarditis, osteomielitis y otras. Los abscesos se forman a partir de embolias sépticas en arteriolas y capilares. El empiema y el pioneumótorax son acompañantes frecuentes.
La neumonía aerógena, primaria o secundaria a bronquitis viral, se observa como una neumonía con infiltrados purulentos mal delimitados, confluentes con tendencia a la necrosis. El pronóstico de esta forma es muy malo, especialmente la forma primaria en lactantes.

BRONCONEUMONÍA ESTREPTOCÓCICA

Se caracteriza por un exudado hemorrágico y flegmonoso, pobre en fibrina. En la forma hematógena, se constituyen infiltrados maculares (bronconeumónicos) y simultáneamente se desarrollan flegmones pleurales, septales y perilobulillares. La forma aerógena es más frecuente y corresponde en verdad a una bronconeumonía purulenta confluente. La pleuritis purulenta y el empiema son también frecuentes.

BRONCONEUMONÍA HIPOSTÁSICA

Se desarrolla en las partes dorso-basales de los lóbulos inferiores, con frecuencia, insuficientemente distendidos (bronconeumonía distelectásica ). Afecta a enfermos debilitados y con estadía prolongada en cama. La aireación insuficiente del pulmón después de resecciones quirúrgicas mayores, abdominales y torácicas, y la retención de secreciones bronquiales con pérdida de conciencia, favorecen esta condición.

 

BRONCONEUMONÍAS POR ASPIRACIÓN

También predominan en lóbulos inferiores y más frecuentemente al lado derecho. Los cuerpos extraños pueden producir una estasis de secreciones bronquiales, heridas de la pared con necrosis y neumonía purulenta consecutiva, a menudo gangrenosa. La circunstancia más frecuente es la aspiración de vómitos con contenido gástrico, que produce una inflamación necrotizante, bronquial y alveolar, por la acción corrosiva del ácido. En la agonía se puede producir aspiración de contenido gástrico y digestión pulmonar post-mortem (neumomalacia ácida ).
Otra situación frecuente es la aspiración de líquido amniótico. El feto respira in utero e inhala líquido amniótico normalmente. En la asfixia neonatal aparece meconio en el líquido amniótico y en el pulmón se observan partículas de vérnix caseoso o de meconio y escamas córneas. Como es un fenómeno normal, la distinción suele ser difícil y, al final, la diferencia es sólo cuantitativa. Cuando la aspiración es masiva, puede observarse una bronconeumonía leucocitaria reactiva.




La bronconeumonía es una enfermedad respiratoria provocada por una infección vírica. Los bebés que tienen entre tres y seis meses de edad son quienes resultan más comúnmente afectados, si bien esta enfermedad puede aparecer hasta los dos años. Se calcula que aproximadamente uno de cada tres bebés tendrá bronconeumonía en algún momento durante su primer año de vida. Es más frecuente durante los meses de invierno.

Acerca de la bronconeumonía
Síntomas de la bronconeumonía
Complicaciones de la bronconeumonía
Causas de la bronconeumonía
Diagnóstico de la bronconeumonía
Tratamiento de la bronconeumonía
Prevención de la bronconeumonía

 ACERCA DE LA BRONCONEUMONÍA

Los bronquiolos son los pequeños conductos que hay dentro de los pulmones. Cuando una persona respira, el aire entra en la tráquea y baja hacia los pulmones a través de una serie de conductos que se ramifican, llamados “bronquios”. Dentro de los pulmones, los bronquios se ramifican para formar bronquiolos, que son de menor tamaño y terminan en millones de diminutas bolsas de aire (los alvéolos). Cuando el aire ingresa en los alvéolos, el oxígeno del aire se transfiere hacia la sangre, que luego se transporta por todo el cuerpo.
 
Lungs

Si su hijo tiene bronconeumonía, los bronquiolos se inflaman y se cubren con mucosidad excedente que puede dificultar la respiración.

La bronconeumonía es causada por uno de varios tipos de virus. En tres cuartos de los casos, es provocada por el virus sincitial respiratorio. 


SÍNTOMAS DE LA BRONCONEUMONÍA
 

Algunos síntomas de la bronconeumonía en su hijo pueden ser:
 
  • fiebre (temperatura por encima de 37.5˚C)
  • nariz tapada o que gotea
  • tos
  • dificultades para tragar
  • respiración acelerada
  • dificultades para respirar
  • sibilancias
  • detención de la respiración durante períodos muy breves (conocida como “apnea”)

Para la mayoría de los niños, la bronconeumonía no es grave y ellos se recuperan en el transcurso de un par de semanas. Si por alguna razón a usted le preocupa que los síntomas empeoren, deberá llevar a su hijo al médico de cabecera.

Es importante que usted preste mucha atención para detectar los siguientes síntomas y buscar atención médica urgente si su hijo:
 
  • está comiendo menos de la mitad del alimento que habitualmente come
  • está muy cansado o en letargo
  • mueve las narinas o hace ruidos quejumbrosos al respirar
  • tiene dificultades para respirar (tal vez usted note que los músculos situados debajo de las costillas del niño o la piel que cubre el área de las costillas se contrae demasiado con cada respiración)
  • tiene la piel de color azulado (lo que se conoce como “cianosis”)
  • tiene episodios repetidos de apnea

COMPLICACIONES DE LA BRONCONEUMONÍA

En unos pocos casos, los niños pueden tener otra infección (conocida como “infección secundaria”) además del virus que provocó la bronconeumonía. Esto a su vez puede causar neumonía.

Algunos bebés se enferman gravemente y necesitan ser tratados en la unidad de terapia intensiva para que un especialista les brinde asistencia en la respiración.

La bronconeumonía rara vez causa problemas respiratorios de largo plazo, pero es posible que un niño tenga tos con ruido durante bastante tiempo después de la enfermedad.
 

CAUSAS DE LA BRONCONEUMONÍA

La bronconeumonía es causada por uno de varios tipos de virus. En tres cuartos de los casos, es provocada por el virus sincitial respiratorio.

Los virus que provocan la bronconeumonía pueden propagarse fácilmente entre personas. Se pueden trasladar por el aire cuando alguien tose o estornuda, o por contacto directo (de una persona a otra, a través de materiales con los que una persona infectada ha estado en contacto).

Hay determinados factores que pueden aumentar las probabilidades de una bronconeumonía grave:
 
  • nacimiento prematuro
  • cardiopatía congénita
  • tabaquismo de los padres
  • lactancia artificial (en comparación con la lactancia materna)
  • compartir habitación con hermanos de mayor edad (especialmente hermanos que asisten a la guardería o a la escuela)

Mientras menor edad tenga el bebé y más prematuro haya sido su nacimiento, mayores probabilidades tendrá de necesitar tratamiento hospitalario contra la bronconeumonía.


DIAGNÓSTICO DE LA BRONCONEUMONÍA

El médico de cabecera le preguntará sobre los síntomas y la historia clínica de su hijo.  Además, examinará al niño mediante la auscultación del pecho con un estetoscopio.

Si el médico considera que su hijo muestra signos de bronconeumonía grave, lo derivará al hospital más cercano, donde otro médico hará más exámenes. Algunos de esos exámenes consisten en:
 
  • Colocar un oxímetro de pulso en el pie o en un dedo del pie del niño para medir el oxígeno que tiene en la sangre

  • Tomar una muestra de secreción de la nariz del niño, que puede servir para identificar el virus que ha causado la bronconeumonía

En algunos casos graves o inusuales, los médicos de hospitales pueden recomendar diversos análisis de sangre, análisis de orina y/o radiografías del tórax del niño.
 

TRATAMIENTO DE LA BRONCONEUMONÍA

Por lo general, un niño se recupera en el transcurso de un par de semanas. Hay una variedad de tratamientos que usted puede seguir en el hogar a modo de ayuda para aliviar los síntomas de su hijo.
 
  • El paracetamol líquido (por ej., Calpol) puede servir para bajar la fiebre y aliviar dolores. Puede comprar paracetamol líquido en la farmacia, sin necesidad de receta. Siempre debe leer el prospecto de información al paciente que viene con el medicamento. Nunca le dé aspirina a su hijo
     
  • Cerciórese de que su hijo tome suficiente líquido
     
  • Las gotas nasales que se compran en cualquier farmacia pueden servir para tratar la nariz tapada

Si a su hijo lo atienden en un hospital, puede recibir uno o más de los siguientes tratamientos.
 
  • Líquidos: si el niño tiene dificultades para alimentarse, puede deshidratarse. Los líquidos pueden administrarse a través de una sonda nasogástrica u orogástrica (un conducto que se coloca a través de la nariz o de la boca hasta el interior del estómago). Como alternativa, su hijo puede recibir líquidos mediante infusión intravenosa.
     
  • La mucosidad que provoca congestión en la nariz puede extraerse mediante aspiración.

  • El niño puede recibir oxígeno adicional a través de una mascarilla o de una sonda en la nariz.

PREVENCIÓN DE LA BRONCONEUMONÍA

Es muy difícil impedir que su hijo contraiga bronconeumonía, ya que los virus que la causan son muy comunes.

Sin embargo, hay algunas medidas que puede adoptar para disminuir las probabilidades de que el niño se enferme. O, si él ya tiene la infección, usted puede reducir al mínimo la posibilidad de que la contagie a otros.
 
  • Controle que todas las personas de su hogar se laven las manos con frecuencia.
  • Mantenga a su hijo en el hogar, sin llevarlo a la guardería o a la escuela, hasta que la fiebre haya bajado, la tos haya desaparecido y el niño se sienta suficientemente bien para asistir a clases.
     
  • Mantenga a su hijo alejado de personas que estén resfriadas o que tengan gripe.
     
  • Enseñe a su hijo a taparse la boca.
     
  • Utilice pañuelos de papel desechables y arrójelos a la basura de inmediato después de usarlos.
     
  • No fume ni permita que otros fumen cerca de su hijo.


Tratamiento

Normalmente, la bronconeumonía vírica no exige tratamiento médico y mejora luego de una a dos semanas. Los antivíricos pueden reducir la duración de la enfermedad y la gravedad de los síntomas.
Si tiene bronconeumonía bacteriana, le recetarán antibióticos para destruir las bacterias que provocan la infección. La mayoría de las personas se sienten mejor después de uno a tres días de haber empezado a tomar los antibióticos. Sin embargo, es importante terminar el tratamiento con los antibióticos para evitar una recidiva.
Tal vez el médico le recomiende un medicamento contra la fiebre o la tos independientemente de que la bronconeumonía sea vírica o bacteriana. De esta manera, usted podrá aliviar los síntomas, pero no logrará curarse.
Realizar un tratamiento en el hogar también puede mejorar los síntomas. El tratamiento en el hogar incluye lo siguiente:
  • hacer reposo
  • beber mucho líquido tibio
  • usar un humidificador
  • beber mucha agua
Si la infección es grave y usted cumple con uno o más de los siguientes criterios, tal vez deba ser hospitalizado:
  • es mayor de 65 años de edad
  • respira de manera agitada
  • su presión arterial disminuye
  • se siente confundido
  • necesita asistencia respiratoria
El tratamiento hospitalario tal vez incluya la administración de antibióticos por vía intravenosa. Si los niveles de oxígeno en la sangre son bajos, tal vez le administren oxigenoterapia para normalizarlos.

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