miércoles, 4 de enero de 2017

Abadías por países - España


Ubicada en el municipio de Arraya, provincia de Álava, la abadía de Santa Pía fue hasta 1785 monasterio y señorío del valle de Laminoria, que a partir de esa fecha pasó a ser de señorío realengo, del cual deriva su nombre de Real Valle.
Otras poblaciones cuyos templos parroquiales estaban vinculados a la abadía de Santa Pía, que contribuían con diezmos y sobre los que se nombraban beneficiarios: Bujanda.
El origen de la abadía es posiblemente medieval. Ocupaba una situación estratégica de retaguardia, al abrigo de razias, en la boca del valle que sirve de paso entre la cuenca alta del río Ega hacia la del Zadorra, conectando la Merindad de Estella con la Llanada Alavesa.
Álava sufrió numerosas razias durante los siglos VIII y IX, y la de Abderramán II se cree se hizo por esta ruta,1hacia Guereñu.
En la actualidad los habitantes de Guereñu todavía hacen rogativas a San Fausto Labrador, cuyos restos se guardan en la parroquia de Bujanda, que hasta el siglo XVII dependía de Santa Pía.
No debe ser mera coincidencia que en Cicujano, población aneja a Santa Pía, se celebren el 29 de agosto fiestas patronales en honor a San Juan Degollado, advocación que también lo fue de la parroquia de Bujanda hasta el siglo XX.

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La Abadía de los Cuerpos Santos o Abadía de Santander, fue una abadía y posterior colegiata que existió en el mismo emplazamiento y bajo los cimientos de la actual Catedral de Santander, en CantabriaEspaña.
Fue llamada de los Cuerpos Santos, debido a que se convirtió en el santuario donde recibieron sepultura, entre otros fieles, los Santos Emeterio y Celedonio, mártires decapitados en Calahorra, patronos de Santander.

Durante el dominio romano en la península, y en concreto, en lo que se cree que podría haber sido Portus Victoriae Iuliobrigensium, se llevaron a cabo una serie de edificaciones sobre un cerro que se conocería como el cerro de Somorrostro, en la actual Santander. Estas edificaciones consistían en una fortificación o pequeño castillo, unas instalaciones termales, y un monasterio advocado a San Celedonio y San Emeterio.
Sobre este monasterio fue mandada construir la Abadía de los Cuerpos Santos a finales del siglo VIII por el rey Alfonso II, recibiendo este nombre no sólo por contar con las cabezas de los santos mártires, sino además, con los restos humanos de otros tantos fieles que solicitaron ser enterrados en el monasterio. En el año 1068, aparece datada por primera vez en un documento hecho redactar por el rey Sancho II.
Posteriormente, en 1131, la Abadía es convertida en Colegiata de los Cuerpos Santos por orden del rey Alfonso VII. Y pocos años después, comienza la construcción de una iglesia, la actual Iglesia del Santísimo Cristo, que se convertiría durante el siglo XIII en los cimientos de la actual Catedral de Santander.
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La Abadía de Lebanza se encuentra a tres kilómetros de la localidad de Lebanza, en el término municipal de La Pernía, en la Montaña palentina (comunidad autónoma de Castilla y LeónEspaña).

Historia

Parece ser que en el solar que hoy ocupa la actual abadía existió una ermita mozárabe del siglo X, fundada por los condes lebaniegos Alfonso y Justa en el año 932, aunque no queda ya nada de estas primeras construcciones. En aquella época se conocía el lugar como "Nebantia", modificándose posteriormente a "Labantia" y "Labancia", hasta llegar a Santa María de Lebanza y Nuestra Señora de Alabanza o Lebanza, como hoy se llama.
En el siglo XII, sobre los restos de la ermita, el obispo Raimundo, primer conde episcopal de Pernía, reedificó otra, de estilo Románico, de la cual solo quedan dos capiteles.
La abadía que hoy vemos data del siglo XVIII y es de estilo neoclásico incipiente. Fue mandada construir por el rey Carlos III que, según parece, sentía una gran devoción por la Virgen de este lugar, como se recuerda en una inscripción que figura en el presbiterio de la iglesia abacial.
Abadía de Lebanza. Panorámica desde la entrada principal.
A raíz de la Desamortización de Mendizábal, el conjunto pasó a manos de un particular, junto con todos los terrenos que rodean la abadía. Después de la Guerra Civil Española, en los años 1940, fue vuelta a adquirir por la diócesis de Palencia, instalándose aquí el Seminario menor diocesano. En esta época se amplió el edificio hacia el oeste, construyéndose un nuevo patio. Se puede diferenciar claramente la parte nueva sobre la del siglo XVIII porque esta última tiene el suelo de la planta de arriba de madera vista, mientras que la zona nueva es de losetas. La pequeña carretera que llega a la abadía quedaba aislada durante los meses de invierno por la nieve, siendo la radio la única forma de comunicación de sus habitantes con Palencia. Por eso, alrededor de la abadía había cuatro edificios con cuadras, panadería, carnicería... e incluso un pequeño puesto de la Guardia Civil cuyos guardas eran además artesanos, para ser autosuficientes durante esos meses de aislamiento. Llegados los años 1960, el Seminario menor se trasladó y la Abadía de Lebanza quedó únicamente como seminario de verano. Durante años vinieron a la abadía a dar cursos y charlas importantes intelectuales de la época.
Hoy en día se están restaurando las cubiertas de la abadía y los edificios colindantes, y se usa principalmente en los meses de verano para colonias y campamentos.

La iglesia

La iglesia abacial tiene planta neoclásica en forma de cruz griega, sobre la que se instala una cúpula central rebajada. La cabecera se cubre con cúpula vaída. Dos retablos barrocos adornan el presbiterio y el lado de la Epístola, con escasa imaginería.

Abadía de Lebanza (Cara oeste, años 40).jpg






A la Abadía del Sacromonte, sita al noreste de la ciudad española de Granada, se accede bien por el camino del Sacromonte, que se inicia en el Peso de la Harina situado en la mitad de la Cuesta del Chapiz, o bien por el camino de San Antonio partiendo de Haza Grande.

Historia

En el año 1595 se hallaron, en el monte Valparaíso (actualmente el Sacromonte), las reliquias de los discípulos del Apóstol Santiago,2 así como unas placas de plomo escritas en árabe, que relataban el martirio de San CecilioSan Tesifón y San Hisicio, conocidas como los libros plúmbeos, además de un horno y unas cenizas. La repercusión que tuvo este hallazgo fue enorme. El extraordinario fermento que siguió culminó con la elevación de numerosas cruces, alrededor de unas 1.200 levantadas por los gremios y artesanos, de las cuales hoy quedan sólo cuatro. Muchas de estas cruces fueron donadas a los franciscanos que, en el año 1633, realizaron en el camino que unía la ciudad al Sacromonte, un vía crucis que terminaba en una pequeña capilla dedicada al Santo Sepulcro. El lugar se convirtió en centro de peregrinación.

El conjunto

El complejo sacromontino consta de las Santas Cuevas, la Abadía, el Colegio Viejo de San Dioniosio y el Colegio Nuevo.

Las Santas Cuevas

Entre 1595 y 1597 se acometieron las primeras obras con el desenterramiento de las mismas para posteriormente reforzar y valorar aquellas en donde se tenía constancia de que había sido lugar de martirio. El conjunto de las cuevas aparece delimitado por un muro de ladrillo con almenas curvilíneas y decorado con estrellas, círculos, flores y el escudo del fundador, así como el año de su construcción (1598). Entrando a las Santas Cuevas encontramos un altar a cuyos lados se veneran dos figuras de cera traídas de Roma en 1843 con las reliquias de los mártires Víctor y Leoncio. Una réplica sacada del Cristo de las Cuevas o del Consuelo obra de Miguel Zúñiga. Descendiendo una escalera situada bajo el altar se pasa a las Santas Cuevas donde aparecen varias capillas como:
  • La capilla de la Dolorosa.
  • La capilla de Piedra. Aquí se halla una gran piedra a la que la fantasía popular atribuye la virtud de conceder marido dentro del año a la mujer que la besa.
  • La capilla de Santiago. Según la tradición aquí celebró el Apóstol Santiago la primera misa en España, pues se dice que aquí se le apareció por primera vez la Virgen, y no en Zaragoza. Tiene un retablo de fines del siglo XVII. Centrando el altar hay una Inmaculada obra de Duque Cornejo y a sus lados dos figuras de Santa Lucía y Santa Teresa.
  • Otra especie de capillita (u horno donde sufrieron el martirio), está protegida por una reja y dentro de ella un pequeño busto de San Cecilio y la Cruz que según la tradición llevaba San Juan de Dios cuando pedía limosna por Granada.
Junto a las Cuevas se halla el cementerio de los canónigos.

La abadía

A comienzos del siglo XVII se construyó una abadía que tuvo gran importancia como complejo cultural y religioso y cuya sucesiva decadencia provocó también la desaparición del Sacromonte del que se conserva, como único testimonio, la cruz erigida por los franciscanos. Obra encargada por el arzobispo de Granada Pedro Vaca de Castro y Quiñones al hermano jesuita y arquitecto Pedro Sánchez, teniendo como referente El Escorial, y que no llegó a verse terminada, pues tras la muerte del obispo, la financiación se vio recortada. En la biblioteca del edificio se conservan los planos de la obra. El patio es el elemento más destacado del conjunto. Los cuatro lados tienen galerías con columnas toscanas sobre las que descansan arcos de medio punto moldurados y con ménsulas en la clave; en los espacios que hay entre los arcos aparecen tondos con el escudo de Castro y estrellas de Salomón. En el piso superior se abren vanos rectangulares acodados entre pilastras. Si el cuerpo inferior es de cantería, el superior es de ladrillo, ofreciendo una nota de color al conjunto. En el centro del patio, cuyo pavimento es de canto rodado, se ubica una gran fuente.
La iglesia está consagrada a la Virgen de la Asunción. La planta del proyecto inicial estaba formada por una sola nave que remataba el crucero. A partir del siglo XVIII se amplió, proyectándose una planta de cruz latina, de tres naves con capilla mayor, crucero y coro. En su interior, la nave central aparece cubierta con bóvedas de cañón y las laterales con bóveda de aristas. La riqueza decorativa es otra de sus peculiaridades. El coro, uno de sus elementos más llamativos, fue realizado por Francisco Díaz del Rivero entre 1615 y 1617. El retablo de la capilla mayor se ha atribuido a Blas Moreno. Entre las manifestaciones escultóricas también destaca la imagen del Cristo del Consuelo o de los Gitanos, realizado por José Risueño en 1695. En la calle central se ubica el manifestador que acoge el sagrario y a ambos lados esculturas de los santos mártires bajo las aque se guardan sus cenizas. La cornisa se rompe por un gran medallón con un relieve de la Asunción. Se remata con relieve de la Trinidad y apóstoles. Los retablos laterales del crucero presentan la misma estructura: un único cuerpo y ático. Junto al altar mayor, a la derecha, está la capilla del fundador. De pequeñas dimensiones, alberga su mausoleo, en el que aparece de rodillas y en actitud orante. A la izquierda del altar mayor entramos en la sacristía, de planta rectangular. En ella destacan una mesa de cálices con incrustaciones de mármol y sus cajoneras y lienzos de temas religiosos que alternan con espejos ovalados.
El edificio principal, que se construyó entre 1600 y 1610, año este último en que Pedro de Castro Cabeza de Vaca y Quiñones, fundó uno de los primeros colegios privados de Europa (como una universidad privada en la que se estudiaba derecho, teología y filosofía). Esta universidad pasó a ser solo colegio de secundaria desde principios del siglo XX hasta 1975, año en el que cerró. Hoy en día la abadía funciona como residencia de sacerdotes y es la parroquia del barrio, que celebra misa los domingos a las 12 de la mañana.

El museo

El nuevo museo inaugurado en febrero de 2010 ubicado en un lateral del patio, distribuido en cuatro salas monográficas, numerosas obras de arte de los artistas que vivieron en Granada durante los siglos XVI y XVII, tales como incunables y códices, entre ellos uno de San Juan de la Cruz, uno de los ejemplares de Las Crónicas de Núremberg de Hartmann Schedel, un Mapamundi de Ptolomeo, manuscritos árabes con materias de religión, derecho, gramática, historia, matemáticas, un ejemplar de Generalidades sobre la Medicina, de Averroes, así como diversos objetos de culto, tapices y una colección de vestiduras. Destacan los 25 libros plúmbeos y planchas que sirvieron para la estampación de grabados como la Plataforma de Granada de Ambrosio de Vico.
De la abundante colección pictórica y escultórica, destacan, entre otras, las siguientes:
  • La Virgen de la Rosa, de Gérard David, uno de los máximos representantes de la pintura flamenca.
  • La Coronación de la Virgen por la Santísima TrinidadLa Virgen de las CuevasSan Bruno de José Risueño.
  • Retrato a Don Francisco de Saavedra de Goya
  • Papa León XIII, de Gómez Moreno.
Otras obras escultóricas destacan como El Calvario tallado en marfil de escuela de Alonso Cano, una Inmaculada, de Pedro de MenaLa Virgen con el Niño, de Duque Cornejo y El Buen Pastor, de José Risueño, entre otros.
Se puede visitar el interior todos los días menos los lunes, de 10 a 13 y de 16 a 18 horas (los domingos solo hay visita a las 11, a las 13 y por la tarde de 16 a 18). La entrada cuesta 4 euros. La actual legislación —Ley del Patrimonio Histórico Español y Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía— le concede el carácter de Bien de Interés Cultural (B.I.C.) lo que conlleva el más alto nivel en su protección.
Abadía del Sacromonte III.JPG

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