Cuadros de Joseph Mallord William Turner
La batalla de Trafalgar es una obra de Joseph Mallord William Turner pintada al óleo sobre lienzo con unas medidas de 261,5 x 368,5 cm. Está datado en el año 1824 y actualmente se conserva en el Museo Marítimo Nacional de Londres.
Historia y temática
La pintura fue encargada por el rey Jorge IV del Reino Unido para el Painted Hall de Greenwich como pendant (pareja) para la obra de Loutherbourg, Lord Howe's action, or the Glorious First of June. La obra muestra el barco de la Armada Real, HMS Victory en la batalla de Trafalgar. Es una de los cuadros más conocidos y también más controvertido de J. M. W. Tunner por las inexactitudes históricas que presenta.
Tunner, en realidad, prefirió dar al cuadro un enfoque más simbólico que histórico y en su pintura mezcló varios eventos que sucedieron a lo largo de la batalla.1Estos son, según historiadores y expertos navales, algunos de los errores que presenta:
- En la pintura se puede ver las tres últimas letras del famoso mensaje que Horatio Nelson, antes de entrar en combate, envío a todas sus naves por medio de un código de banderas (11:50); England expects that every man will do his duty(Inglaterra espera que cada hombre cumpla con su deber). Turner muestra el mensaje en el palo mayor cuando en realidad esos mensajes se izaban en el palo de mesana. Además, nada más que se entabló el combate, la señal fue reemplazada casi inmediatamente por el mensaje: engage the enemy more closely («Enfrentarse al enemigo más de cerca»)
- El palo de mesana cayó a las 13:00
- El barco francés Achille que se ve en llamas al fondo, cayó en realidad al atardecer.
- El barco francés Redoutable, también en el fondo de la composición, se está hundiendo cuando lo cierto es que no fue hundido hasta el día siguiente.
Años antes, en 1806, Turner ya había pintado otro cuadro de igual temática y título, Batalla de Trafalgar (1806).
Lluvia, vapor y velocidad. El gran ferrocarril del Oeste (en inglés, Rain, Steam, and Speed – The Great Western Railway) es un conocido cuadro del pintor románticobritánico Joseph Mallord William Turner.1 Se trata de un óleo sobre tela que mide 91 centímetros de alto por 121,8 centímetros de ancho. Actualmente se conserva en la National Gallery de Londres (Reino Unido).
Esta pintura fue exhibida por vez primera en la Royal Academy en 1844, aunque pudo haber sido pintada con anterioridad. La fecha es significativa porque los ferrocarriles eran aún algo nuevo. A diferencia de otros pintores de la época, que despreciaban la industrialización y no veían en el progreso industrial temas merecedores de tratamiento pictórico, Turner admiraba la técnica moderna y por ello pinta la locomotora más moderna de su género y el entonces vanguardista puente de Maidenhead.2 Aun así, no se trata de ningún homenaje al ferrocarril ni a la revolución industrial. El tren es usado como recurso para representar un objeto a gran velocidad, para desmaterializar la forma.
El gran ferrocarril del Oeste (GWR, sigla de su nombre en inglés) fue uno de una serie de compañías de ferrocarril británicas privadas creadas para desarrollar este nuevo medio de transporte. El propósito del GWR fue inicialmente conectar Bristol con Londres; su ingeniero jefe era Isambard Kingdom Brunel.
La localización de la pintura es, según se acepta generalmente, el puente llamado Maidenhead Railway Bridge, sobre el río Támesis entre Taplow y Maidenhead.3 La vista está mirando hacia el este, hacia Londres. El puente fue diseñado por el ingeniero Brunel y completado en 1838. La línea desde Paddington en Londres a Taplow se inauguró en 1838.
Turner realizó apuntes del natural y luego creó el cuadro en su taller.
Pinta a un tren que corre a lo largo de las vías. El paisaje está definido muy vagamente, como en muchas otras obras de Turner, hecho que lleva al célebre crítico Francesco Arcangeli a relacionar la obra del pintor con el informalismo de Jackson Pollock. Pero la repercusión más importante de este pintor está encarnada en la pincelada de los impresionistas.
Recurre a una luz muy intensa que transmite más la emoción que la realidad objetiva. Así logra crear la atmósfera que pretende, más que ofrecer una representación verídica.3 A través de empastes se logra reflejar el humo del ferrocarril y el aire mismo.
Los elementos sólidos (el tren, el puente) apenas están insinuados, desaparecen en la atmósfera neblinosa e irreal del cuadro. Se difuminan y mezclan la neblina que exhala el agua, la lluvia que pone un velo ante el cielo y el vapor de la locomotora.2
Turner usaba una técnica particular con la que obtenía efectos lumínicos cambiantes.3 Aplicaba los colores rascándolos hasta extraer esquemáticamente del fondo las formas figurativas.2 Con su particular técnica obtiene una textura inconfundible.
Roma antigua; Agripina desembarcando con las cenizas de Germánico (en inglés, Ancient Rome; Agrippina Landing with the Ashes of Germanicus) es un óleo sobre lienzo realizado en 1839 por el pintor británico Joseph Mallord William Turner.
El lienzo fue originalmente presentado en la Royal Academy formando pareja con otro, Roma moderna; Campo Vaccino, estando ambos inspirados en el poema Liberty de James Thomson.1 Representa a Agripina la Mayor regresando a Italia con las cenizas de su esposo, Germánico.1Actualmente se conserva en la Tate Britain.
Ulises burlando a Polifemo (en inglés, Ulysses Deriding Polyphemus) es un cuadro del pintor romántico británicoJoseph Mallord William Turner. Se trata de un óleo sobre lienzo que mide 133 centímetros de alto por 203 centímetros de ancho. Actualmente se conserva en la National Gallery de Londres (Reino Unido).
Se trata en este cuadro un tema de la Odisea de Homero. Ulises, con sus compañeros, cayó prisionero del cíclopePolifemo. Gracias a su ingenio, Ulises logra burlar al cíclope y cegarle su único ojo. Turner representa el momento en el que los marineros, después de haber huido del Cíclope, se alejan en una barca y se burlan del enemigo derrotado.
En el centro del cuadro campea la gran nave de Ulises, mientras Polifemo parece una gran nube en el horizonte.
Turner demuestra aquí su gran dominio de la luz y el color. Alterna tonos fríos (azules) y cálidos (dorados). El sol baña toda la escena.
El crítico John Ruskin consideraba esta obra como el cuadro central en la carrera de Turner, por su técnica perfecta.
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