El molino de Wijk bij Duurstede (en neerlandés, De molen bij Wijk bij Duurstede) es acaso la obra más conocida del pintor paisajista holandés Jacob Ruysdael. Está realizada al óleo sobre lienzo. Fue pintada hacia el año 1670. Mide 83 cm de alto y 101 cm de ancho. Se conserva en el Rijksmuseum de Ámsterdam en los Países Bajos.
Se trata de un paisaje típico de Jacob Ruysdael, con elementos dramáticos como el cielo nublado que ocupa dos tercios del cuadro. Parece que va a haber tormenta, pero no hay relámpagos que lo evidencien. En Ruysdael, la naturaleza parece más impresionante y dramática de lo que es en realidad. Pretendía representar la naturaleza sin domar en sus diferentes aspectos. Como es propio de los paisajistas holandeses del siglo XVII, su punto de vista es muy bajo, a diferencia de los paisajistas de siglos anteriores que optaban por puntos de vista más altos (como se ve en Los cazadores en la nieve o Paisaje fluvial con cacería de jabalíes, por ejemplo). Este tipo de punto de vista, mucho más bajo, permitía, por un lado, que se viera una gran extensión de cielo; por otro lado, eso hace que el molino de viento destaque en lo alto.
El río que se ve es la desembocadura del Rin en Wijk bij Duurstede. El lugar se reconoce al situar el pintor el castillo y la iglesia de St. Maarten.
El Mosa en Dordrecht es una conocida obra del pintor neerlandés Albert Cuyp. Se trata de un lienzo que mide 114,9 cm de alto y 170,2 cm de ancho. Fue pintado hacia 1650 y se encuentra en la Galería Nacional de Arte, de Washington D. C., Estados Unidos.
Este cuadro es típico del autor: una marina que representa el puerto de Dordrecht, su ciudad natal. En él se ven barcos y un inmenso cielo con nubes. Se cree que representa un acontecimiento del año 1646, cuando se celebró el fin de la guerra por la independencia de Holanda, pues el 30 de mayoEspaña y los Países Bajos firmaron un alto el fuego temporal en la guerra.
El nacimiento de la Virgen es una obra del pintor Bartolomé Esteban Murillo, realizada originalmente en 1660 para la capilla de la Concepción de la Catedral de Santa María de la Sede de Sevilla. Actualmente se encuentra en el Museo del Louvre de París.
Historia
Durante la ocupación francesa de Sevilla, en el marco de la invasión napoleónica a España, el tesoro de la catedral de Sevilla fue objeto de un expolio perpetrado por las tropas del mariscal francés Jean de Dieu Soult. Una de las obras confiscadas por el militar fue la Inmaculada de Soult y el Nacimiento de la Virgen, de Murillo. En principio, el francés pensaba obtener la Visión de San Antonio de Padua, pero el cabildo propuso intercambiarla por el Nacimiento de la Virgen y la obra permaneció en la capilla de San Antonio.1
Análisis
Es una de las obras más importantes en la producción artística de Murillo, quien se basó en modelos de la vida cotidiana de Andalucía para realizar el cuadro. Salvo por la presencia de los ángeles, no existe ninguna otra clave de que se trata de un cuadro de tema religioso.
La figura de la Virgen María centra toda la composición, sostenida en los brazos de varias mujeres, al mismo tiempo que emana un foco de luz que ilumina toda la escena aunque deja en penumbra al grupo de Santa Ana, incorporada en el lecho. También aparece San Joaquín.
El juego de luces que Murillo emplea recuerda a las obras de Rembrandt, que el pintor pudo haber admirado en las colecciones privadas.
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