domingo, 19 de febrero de 2017

Estilos arquitectónicos del siglo XIX

arquitectura colonial

La Casa Amarilla es un edificio localizado en la ciudad de San José, capital de Costa Rica. Es la actual sede el Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país. Ubicada en el distrito de El Carmen, en la intersección entre avenida 7 y calle 11, es un inmueble de arquitectura neocolonial con decorados neobarrocos, construido en 1920 por el arquitecto estadounidense Henry D. Whitfield, con el propósito de que dicho edificio fuera la sede la Corte Centroamericana de Justicia. Considerado vestigio fundamental de la herencia urbana costarricense, fue declarado Monumento Nacional el 17 de septiembre de 1976 y es patrimonio histórico-arquitectónico de Costa Rica.

Historia

En 1909 se estableció en la ciudad de Cartago, Costa Rica, la sede de la Corte Centroamericana de Justicia, tribunal internacional creado con el propósito de dirimir los conflictos, principalmente limítrofes, que pudieran darse entre los países centroamericanos. Para construirle una sede apropiada a la Corte, el filántropo estadounidense Andrew Carnegie realizó una donación de $100 000. Dicho edificio, conocido como el Palacio de la Paz, comenzó a ser construido en Cartago, pero no logró finalizarse su edificación ya que fue destruido por el terremoto de Cartago de 1910.
En noviembre de 1910, Carnegie realizó otra donación similar, con la condición de que el nuevo inmueble fuese construido en una ciudad distinta y que el arquitecto fuera un estadounidense de su escogencia. El elegido fue el estadounidense Henry D. Whitfield, quien además era cuñado de Carnegie. Se eligió un predio ubicado cerca del Parque España, en San José, en el incipiente barrio Otoya. La construcción del Palacio de la Paz finalizó en 1916, no obstante, la Corte no llegó a sesionar en él, ya que para ese año había expirado el convenio internacional que la sostenía. Al no ser renovado éste, Costa Rica solicitó a los demás países centroamericanos su aprobación para utilizar el inmueble, el cual fue concedido. Luego de finalizar su construcción, el edificio pasó a ser conocido como Palacio Carnegie, Castillo Amarillo o Casa Amarilla, siendo este último nombre el que predominó, debido a la coloración de sus muros.
En 1920, se estableció en este edificio el Despacho Presidencial. En 1921, fue trasladada la Secretaría de Relaciones Exteriores, y en 1924, el Poder Legislativo lo ocupó por un corto periodo. Desde 1922 y hasta la actualidad, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto lo ha utilizado como su sede.

Arquitectura

Vista lateral de la Casa Amarilla.
La arquitectura de la Casa Amarilla es producto de la influencia tanto estética como política de la época en que se construyó. En 1910, la Revolución Mexicana había sacudido el panorama político del continente americano. Este hecho, junto a otros eventos acaecidos en Hispanoamérica y, a partir de 1914, con la Gran Guerra Europea, provocó fuertes repercusiones en la estética arquitectónica de Costa Rica. Se desarrollaron nuevas posiciones filosóficas y literarias que reivindicaban lo criollo americano, tanto hispánico como indígena, movimiento que fue conocido como restauración nacionalista. Costa Rica no escapó de este influjo, que se manifestó fuertemente en las publicaciones de la revista Repertorio Americano de Joaquín García Monge, y posteriormente en las artes plásticas, de la mano de artistas como Francisco AmighettiFrancisco ZúñigaJuan Manuel Sánchez Barrantes y Manuel de la Cruz González.
Detalle de la puerta neobarroca de la Casa Amarilla.
La restauración nacionalista fue una reacción a la estética neoclásica que predominó a finales del siglo XIX, en la cual prevaleció el concepto europeo clásico y académico de belleza. No obstante, este movimiento pronto empezó a recibir influencias de la moda historicista que apareció en los Estados Unidos durante los años 1920. Es por esto que el arquitecto de la Casa Amarilla, el estadounidense Whitfield, tratando de sintonizar con esta corriente, utilizara una variante de la arquitectura neocolonial hispanoamericana, conocida como barroco novohispano. Esta decisión fue criticada por algunos escritores de su época, como el historiador Ricardo Fernández Guardia, para quien el nuevo palacio debía ser más representativo de la arquitectura clásica de la Costa Rica colonial, donde el barroco novohispano no tuvo manifestaciones.
La Casa Amarilla posee una simetría absoluta con volúmenes puros, con cubiertas a dos aguas, interrumpidos por una elegante puerta principal de estilo barroco. A ambos lados posee dos puertas laterales también barrocas, pero más sencillas que la principal, idénticas entre sí. Al sur, el edificio posee un amplio volumen cuadrangular con un patio central y corredor perimetral, intersecado por otro volumen cuadrangular más reducido y de mayor altura, que forma un monitor con su techo. Al norte, otro volumen rectangular remata el sencillo conjunto.
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El Castillo Azul es un edificio localizado en San JoséCosta Rica. Es una de las cuatro edificaciones que pertenecen a la Asamblea Legislativa de Costa Rica y alberga la presidencia del congreso. Se encuentra ubicado en Cuesta de Moras, entre Avenida Central y calle 17, sobre el bulevard Ricardo Jiménez Oreamuno. Es un elegante inmueble de dos plantas con arquitectura de estilo neocolonial y mediterráneo, lo que, sumado a su importancia histórica y política, lo convierte en uno de los edificios más emblemáticos de esta capital centroamericana. En el pasado sirvió de Casa Presidencial y también fue sede de la Embajada de los Estados Unidos. Fue declarado monumento nacional y patrimonio histórico-arquitectónico de la nación costarricense en 1976.

Historia

El Castillo Azul fue construido en 1911 por el grupo de ingenieros "Andreoli e Induni", por encargo de Máximo Fernández Alvarado, líder del Partido Republicano, quien aspiraba a la presidencia de la República y planeaba utilizarlo como Casa Presidencial y residencia personal, de allí su ubicación cercana al Cuartel Bellavista, el principal cuartel de armas de San José. Las elecciones de 1914, sin embargo, quedaron sin ganador y de acuerdo a la constitución vigente, fue llamado a ejercer el licenciado Alfredo González Flores, diputado y miembro del mismo partido, quien ocupó la mansión. Durante 1917, el presidente González Flores fue derrocado por su Ministro de Guerra, Federico Alberto Tinoco Granados, quien tomó el poder de facto. De este modo, la casa fue ocupada por él y su esposa doña María Le Fernández Le Cappellain. Durante el corto gobierno de los Tinoco, la casa fue testigo de los más elegantes bailes y recepciones que la primera dama ofrecía a la agradecida oligarquía capitalina, quienes habían apoyado el golpe de estado. La casa fue desmantelada en 1919 cuando los Tinoco se exilian en Francia. El siguiente gobernante, el Presidente provisional Francisco Aguilar Barquero, decidió no residier en el Castillo Azul y únicamente lo utilizó como su despacho, mientras que su sucesor, Julio Acosta García, se negó a vivir bajo el mismo techo donde residió alguna vez la familia Tinoco.
La Casa fue adquirida nuevamente por su propietario original, Máximo Fernández Alvarado, quien vendió el edificio al Departamento de Estados de los Estados Unidos para colocar allí una legación que sirviera de embajada. Los funcionarios estadounidenses decidieron modificar la construcción por razones de seguridad y colocaron doble piso de madera, un sistema contra incendios y enormes vigas antisísmicas que "amarran" todo el edificio y que todavía cumplen su cometido. También modificaron la distribución de las salas para hacer oficinas y estudios, y colocaron en las verjas de las ventanas las letras USA.
En 1932, un grupo de militares rebeldes se apoderó del Cuartel Bellavista para dar un golpe de estado. Los contingentes leales realizaron la defensa desde la Penitenciaría Central (actual Museo de los Niños) y un tiro errado derribó la torre azul de la embajada. Como anécdota, el embajador Roy Tasco Davis envió una carta a Washington D.C en la que relataba que el hecho no pasó de ser "un gran susto" y que inclusive tuvo la virtud de traerse al suelo un enorme panal que había en la torre, por lo que "pudo disponer de miel fresca por muchos meses".
No obstante, lo ocurrido motivó a los norteamericanos a poner en venta la edificación. Fue así como la propiedad pasó a manos del Dr. Carlos Manuel Gutiérrez Cañas, quien invirtió una suma importante en reacondicionarla en sus formas originales y amueblarla. En esta época se bajó el cielo raso en algunas habitaciones para tapar la viga antisísmica que pusieron los norteamericanos, se cambió el piso del vestíbulo pues no correspondía en cuanto a arquitectura con el resto de la casa, se remodelaron los baños y se cerró el balcón del frente, entre otras cosas. Una pequeña edificación en la parte posterior fue demolida.
Durante una de las administraciones del controvertido ex presidente José Figueres Ferrer, ordenó la destrucción del histórico Palacio Nacional (sede del congreso) para construir en su lugar el Banco Central. La Asamblea Legislativa se trasladó a un complejo de edificios entre ellos esta mansión. En 1989, como parte de la celebración del Centenario de la Democracia Costarricense, el Gobierno de la República adquirió el edificio para que formara parte de la Asamblea Legislativa.

Arquitectura

El Castillo Azul.
El Castillo Azul debe su nombre a la insignia política de Máximo Fernández, una bandera de color azul. Los planos y las especificaciones técnicas fueron hechos por la Casa Hennebique de ParísFrancia, por el ingeniero P. Falsimagne, y los trabajos dirigidos por el contratista Alfredo Andreoli. Es una mansión de unos mil metros cuadrados construida en concreto armado, con bases de granito criollo, madera moldurada en las puertas y ventanas, en la estructura del techo.
Su arquitectura combina el estilo neocolonial con elementos modernos, lo que la asemeja a una mansión mediterránea. Presenta elementos de estilo italianizante: arcos de medio punto, balaustradas, ménsulas y columnas. Tiene una buena jerarquía volumétrica, con predominancia de la masa sobre el vano, propio de la arquitectura románica. Posee seis salones con pisos decorados con granito italiano dentro y mosaicos andaluces por fuera, amueblados con finos muebles europeos. El comedor, en su momento, se dijo era el más grande de la ciudad.
La construcción original poseía una torre en el costado oeste, la cual tenía vidrios rojos, blancos y azules, sobre todo de este último color. Existen versiones de que esta torre fue destruida por un sismo. También contaba con un balcón para dar discursos.
En su interior, el Castillo Azul posee un patio de estilo español, con arcos de caracteres mudéjar y con una fuente central, obra del arquitecto catalán Luis Llach. Según una publicación del desaparecido diario La Información, en 1914 el Castillo Azul poseía una escalinata interna hecha de mármol, dos amplios salones con grandes ventanales de estilo modernista, con batientes de alto relieve de figuras doradas, y otra gran escalera de mármol cerca del comedor, la cual en el descanso se dividía en dos y ascendía a los pisos superiores que dan a los balcones que miran a la ciudad, al este y oeste del edificio.
Su última restauración data de febrero de 2013.
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El Gran Hotel Costa Rica es un hotel localizado en San JoséCosta Rica. Se ubica en la Avenida Central y segunda entre calles 1 y 3. Fue construido en 1930, durante el gobierno de Cleto González Víquez, por iniciativa del empresario y médico Luis Paulino Jiménez Ortiz. Actualmente el hotel cuenta con cinco pisos, 107 habitaciones, un restaurante, un bar, un casino en el vestíbulo y una cafetería en el patio, que destaca por sus actuaciones de marimba. Forma un conjunto cultural y arquitectónico con los cercanos Teatro Nacional, Las Arcadas, Plaza de la CulturaEdificio Knöhr, Plaza Juan Mora Fernández y Museo del Oro Precolombino. En diciembre de 2004 fue declarado patrimonio histórico-arquitectónico de Costa Rica, al considerarse a este edificio testimonio urbano del San José de la primera mitad del siglo xx y promotor de la naciente industria turística nacional. Es el único hotel de Costa Rica con esta distinción.

Historia

El Gran Hotel Costa Rica fue construido en 1930 debido a la conjunción de fuerzas del empresario y médico costarricense Luis Paulino Jiménez Ortiz y el gobierno presidido por Cleto González Víquez. La intención era la de dotar al país de un hotel moderno que se adaptara a las exigencias de la época, para atraer turistas extranjeros a los que se les ofreciera servicios de primer nivel, a la usanza de las grandes capitales del mundo, pues en esa época no existían en el país dichos inmuebles. La inversión de Jiménez fue apoyada por el gobierno, que se comprometió a construir carreteras que conectaran la capital con los volcanes Poás e Irazú, de modo que los visitantes pudieran acceder a estas consideradas maravillas naturales de Costa Rica. Además, el gobierno se comprometió a exonerar de impuestos la compra de materiales y muebles para el establecimiento. A su vez, el Hotel cedió dos habitaciones de lujo por 20 años para que el gobierno alojase delegaciones extranjeras que visitaran el país, además de acordar servir solamente el café nacional, en ese época el principal propulsor de la economía nacional. Para llevar a cabo todo esto, el Congreso de la República firmó un contrato-ley el 22 de noviembre de 1928. Para la construcción se contrató al ingeniero estadounidense Víctor Lorenz.
El hotel fue inaugurado el 30 de octubre de 1930 con un baile de gala. En ese momento contaba con cuatro pisos y uno en construcción, que se finalizó en los cinco años siguientes. Incorporado a una de las Arcadas que limitan la plaza Juan Mora Fernández, el Gran Hotel se convirtió en un importante centro de actividades políticas, sociales y diplomáticas. En los años posteriores se volvió en sitio de visita frecuente para tomar un café o cenar posterior a las funciones que se llevaban a cabo en el Teatro Nacional. Alojó diversos huéspedes distinguidos como los presidentes de Estados Unidos John F. KennedyHarry Truman y Jimmy Carter, así como los actores John Wayne y Mario Moreno "Cantinflas", y el jugador de fútbol Pelé.
A partir del 2003, el Centro de Patrimonio del Ministerio de Cultura inició una labor de restauración cercana a los 2 millones de dólares. Se restauró el edificio de Las Arcadas, se rescataron los pisos originales, se construyeron un nuevo bar, una nueva cafetería y un nuevo restaurante, se instaló un centro de entretenimiento y un gimnasio, y se redecoró el hotel, rescatando los elementos originales.
El 2013, el hotel fue vendido a la firma Elite Hotels Resorts por 15 millones de dólares.

Arquitectura

Vista del Gran Hotel Costa Rica desde la esquina suroeste de la Plaza de la Cultura.
El Gran Hotel Costa Rica se encuentra construido en hierro y concreto armado. Presenta una mezcla de estilos arquitectónicos propios de lo que se hacía en el país en la década de 1930. El arquitecto estadounidense Víctor Lorenz imprimió en su construcción elementos de arquitectura racionalista, notable en la conformación volumétrica de los primeros cuatro pisos. A su vez, añadió elementos de la arquitectura neoclásica en los frisos y las cornisas, y de la arquitectura victoriana, visible principalmente en el primer piso, destinado para los servicios y el comercio tanto de los huéspedes como de los visitantes urbanos. El quinto piso, en cambio, presenta elementos propios de la arquitectura hispano neocolonial, con la presencia de un balcón con columnas de estilo historicista.
El hotel cuenta con un sótano donde se encuentran la cocina, la planta refrigeradora, la lavandería, la bodega y una fábrica de hielo. En el primer piso se ubican el vestíbulo, un salón para el té, un salón recepción, un comedor, una cantina, una barbería y seis puestos de comercio. Los otros tres pisos restantes poseen dos apartamentos de lujo y cuarenta habitaciones con baño independiente. El quinto piso tiene cuatro salones para recepciones. En sus inicios, este piso no existía y en su lugar había una torreta, la cual luego se eliminó. La habitación más lujosa es la suite presidencial John F. Kennedy, donde se alojó el mandatario estadounidense. En sus inicios, el hotel contaba con un salón para la celebración de grandes bailes, que fue eliminado al desaparecer la realización de este tipo de eventos sociales.
Cercano al Gran Hotel, se encuentra el edificio de Las Arcadas, un monumento histórico arquitectónico construido a finales del siglo xix y principios del siglo xx. Se trata de un pasaje formado por una serie de arcos de arquitectura neoclásica, construido como complemento del Teatro Nacional, que queda de frente. Las Arcadas son más antiguas que el hotel y no forman parte de él, pero fue dado en concesión al mismo por el gobierno de Cleto González Víquez en 1928, de modo que éste las administra. Es una zona de libre tránsito que forma una escuadra con el edificio del Hotel y engloba a la plaza Juan Mora Fernández. En ellas se realizan exposiciones de arte y se encuentra una cafetería.
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El Museo de Arte Costarricense (siglas MAC) es la principal institución de Costa Rica dedicada a la conservación, exhibición y promoción de las artes plásticas de este país. Su colección está compuesta por alrededor de 6.000 obras de arte de artistas nacionales e internacionales en todas las disciplinas artísticas, incluyendo principalmente pintura, escultura y fotografía, creadas en su mayoría entre finales del siglo XIX y la actualidad.
El Museo de Arte Costarricense lidera las principales actividades relacionadas con las artes plásticas de Costa Rica; reúne y exhibe obras de artistas nacionales e internacionales, estimula la confrontación plástica y el pensamiento crítico y contribuye a la formación integral del público que lo visita mediante programas educativos y recreativos.
El MAC cuenta con más de seis mil obras en su colección que incluye pintura, escultura, fotografía y otros de artistas nacionales e internacionales, que datan desde mediados del siglo XIX hasta principios del siglo XXI.
El Museo también realiza programas de extensión por medio de exposiciones itinerantes y exhibiciones con proyección internacional. Estas acciones le han permitido al MAC posicionarse en el medio costarricense y en el extranjero con una visión actualizada y contemporánea.
Visitar el Museo de Arte Costarricense es una experiencia enriquecedora donde podrá descubrir obras de gran valor estético y patrimonial que reflejan distintas épocas y movimientos artísticos que han dejado huella en la plástica costarricense. Es importante destacar que la entrada es totalmente gratuita.

El Antiguo Aeropuerto La Sabana

Su sede se encuentra ubicada en el antiguo edificio que albergó la torre de control del primer aeropuerto internacional de Costa Rica, llamado Aeropuerto El Coco, en el Parque Metropolitano La Sabana, localizado en San José. Este es un inmueble de estilo neocolonial, construido en la década de 1930. A partir de 1977, el museo pasó a ocupar el edificio, que se restauró e inauguró el 3 de abril de 1978. Desde 1986, el edificio del MAC es patrimonio histórico-arquitectónico de Costa Rica.
Además, el edificio que alberga al MAC es una obra de arte por sí solo que vale la pena admirar. Es un inmueble de estilo neocolonial, diseñado por Teodorico Quirós, que se construyó a finales de los años 30 y fue el primer aeropuerto internacional de Costa Rica.

El Salón Dorado

El Salón Dorado, antiguo salón diplomático del primer aeropuerto internacional, constituye uno de los tesoros artísticos con que cuenta el Museo de Arte Costarricense. Luis Féron Parizot (1901-1998) escultor y orfebre francés radicado en Costa Rica, fue el encargado de la creación del mural que adorna las paredes del Salón Dorado. La obra de 1940, es un bajo relieve en estuco (fórmula a base de yeso), tallado y pintado en color bronce. En un área de 150 metros cuadrados, el mural sintetiza la historia de Costa Rica desde la época precolombina hasta la década de 1940.

Colecciones

Arte Nacional

En la actualidad el Museo cuenta con la mayor colección de arte estatal de Costa Rica e incluye obras que datan desde la segunda mitad del siglo XIX hasta el presente. Comprende técnicas diversas como pintura, grabado, acuarela, dibujo, escultura y fotografía. La colección cuenta con un acopio que se ha venido formando a lo largo de los años. El patrimonio artístico del MAC está integrado por más de 6400 obras.
La Colección Nacional tiene como punto de partida las obras que pertenecieron a la Dirección General de Artes y Letras (DGAL) desde su fundación en 1963. En 1978, con las obras provenientes de la DGAL se inició el proyecto de agrupar en una institución museística a los precursores del arte nacional. Las donaciones y la compra de obras son las principales vertientes, que a lo largo de los años, han ido conformando la Colección.
Actualmente, La Colección Nacional cuenta con aproximadamente 1700 obras de reconocidos artistas costarricenses.

Arte Internacional

En 1984, se inició el programa de arte contemporáneo con una colección internacional que reúne en la actualidad más de 560 obras de arte.
La colección se ha ido conformando mediante donaciones de pintura, escultura y gráfica de destacados artistas de diferentes nacionalidades. Las tendencias artísticas representadas van desde el arte abstracto geométrico, al cinetismo, pasando por la abstracción lírica, el arte matérico, el arte pobre, el arte objeto, el expresionismo abstracto, el neo-expresionismo, el foto-realismo, el minimalismo y el arte conceptual.

Juan Manuel Sánchez

Gracias a la donación de más de 4000 obras de Juan Manuel Sánchez Barrantes, que hiciera su esposa Berta Solano en 1998, este legado constituye la principal fuente para el estudio de este artista tan prolífico. El tamaño y la unidad de esta colección no tienen precedente en la historia del arte costarricense. Casi la totalidad de las obras que Sánchez realizó se conservan en el Museo.
Juan Manuel Sánchez (1907-1990) fue educador, poeta, escultor y dibujante. Se inició en el taller imaginero de Manuel María Zúñiga, a finales de los años veinte, y se dio a conocer en los Salones Nacionales de Artes Plásticas (1928-1937) como un artista de vanguardia frente al gusto conservador de la época. Desde su esencia indígena, integra lo costarricense y lo universal al ámbito de lo americano, inmerso en el espíritu americanista de la época, divulgado por el intelectual costarricense Joaquín García Monge en el Repertorio Americano.
Fue un estudioso del arte precolombino y se interesó por las formas zoomorfas y la talla en piedra. Como escultor, sustituyó el mármol y el bronce por la piedra y la madera, descartó lo pulido y lo académico, privilegió la talla directa, el trazo espontáneo y el acabado deliberadamente tosco, se prodigó ante la animalística, los motivos religiosos, la figura femenina y el retrato.
En sus dibujos eliminó el claroscuro y destacó la simplificación de las formas por medio de la línea pura. En la colección del Museo se encuentran desnudos, dibujos de su esposa Berta, animales, la mujer, temas religiosos, la música, personajes históricos, monumentos, motivos diversos y las ilustraciones que hizo para la primera edición de "Cuentos de mi tía Panchita" de la escritora Carmen Lyra.
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