domingo, 3 de marzo de 2019

CUADROS POR ESTILO

MANIERISMO

El San Sebastián del Museo del Prado conservado en dos fragmentos es la más tardía de las tres versiones del martirio del santo pintadas por El Greco, posiblemente entre 1610 y 1614. Pintado al óleo sobre lienzo y con unas dimensiones de 201,5 x 111,5 cm aproximadamente, aunque recortado y con algunas zonas faltantes, se exhibe reunido en una pieza en una de las salas del Museo Nacional del Prado en MadridEspaña. Se desconoce el momento y las circunstancias en que el lienzo fue recortado. Su incorporación al museo se produjo por separado: en 1959, por donación de la condesa de Mora y Aragón, ingresó la parte superior, con el torso del santo erguido y sujeto al árbol. La inferior, con las piernas del santo y una vista de Toledo, fue adquirida en 1987.

El cuerpo de san Sebastián aparece sumamente estilizado, atado a un árbol y mirando al cielo, asumiendo su martirio con entereza. La obra está construida a base de sutiles pinceladas, que permiten hacer una perfecta transición de luz a sombra.













La Santa Faz es una obra de El Greco, realizada entre 1586 y 1595. Se conserva y exhibe en una de las salas del Museo Nacional del Prado en MadridEspaña. Fue adquirido por el Museo en 1944, con fondos del legado del conde de Cartagena.
Esta obra representa a la Santa Faz, paño con el que, según la tradición cristiana, Santa Verónica enjugó el sudor y la sangre de Cristo durante su Pasión. Los evangelios canónicos no mencionan este episodio, aunque la Iglesia católica lo considera como verídico.
El Greco plasma aquí un rostro de Cristo poco ortodoxo, que se distancia de los ideales bizantinos pero más cercano al canon icónico propuesto por el arte de la Contrarreforma, a la cual El Greco servía.











Santiago el Mayor es una obra de El Greco, realizada en 1610. Se conserva y exhibe en una de las salas del Museo Nacional del Prado en MadridEspaña.

Análisis[editar]

Esta obra forma parte de una serie realizada por El Greco y su taller para la iglesia de Almadrones (Guadalajara), que repite con escasas variaciones la que se encontraba en la catedral de Toledo.
La imagen del apóstol Santiago el Mayor es la más apreciada de la serie, ya que se le representa como a un hombre común. Su expresión está fuertemente enraizada con la teoría de Gregorio Marañón, según la cual El Greco utilizaba como modelos a enfermos mentales del Hospital del Nuncio. La figura carece de atributos identificativos, aunque es tremendamente naturalista y oculta su anatomía con una pesada túnica azul. Un potente foco de luz ilumina la escena, efecto acentuado por las fuertes y abocetadas pinceladas.

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