El Convento de los Ángeles (en catalán: Convent dels Àngels) es una edificación concebida como convento para monjas dominicas en la ciudad española de Barcelona. Ubicado en el carrer dels Àngels, número 3, sirve en la actualidad como espacio para actividades culturales, formado parte del conjunto del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA). En 1993, partes del mismo fueron declarados Bien de Interés Cultural (BIC) y Bien Cultural de Interés Nacional de Cataluña.
Del edificio original se conservan tres grandes salas abovedadas, alguna de ellas con ménsulas decoradas. En el interior de la capilla del Peu de la Creu hay uno de los pórticos del renacimiento más importantes de la ciudad. Esta iglesia, proyectada por el maestro Bartomeu Roig, es de trazado gótico, formada por una sola nave de cinco tramos con capillas laterales entre contrafuertes, ábside poligonal y una fachada sencilla con un portal renacentista. El resto del convento es de líneas muy sobrias, sobre todo la extensa fachada en la que se encuentran pocas aberturas y sólo está ornamentada con un escudo y un relieve que representa un Ángel de la Guarda, sobre una puerta del siglo XVI.
Historia
En 1485 fue concedido a una comunidad de monjas procedentes de Caldas de Montbui el cuidado de una pequeña capilla dedicada a la advocación mariana de Nuestra Señora de los Ángeles (cuya existencia está documentada desde 1473) situada a extramuros de la ciudad, en la zona que posteriormente ocupó el el parque de la Ciudadela y los edificios que lo rodean. A principios del siglo XVI, estas monjas iniciaron la construcción de un gran convento, labor que se vieron obligadas a interrumpir a mediados de siglo debido a la inseguridad del lugar y por el hecho de que la estructura podía suponer un obstáculo en las tareas de defensa y fortificación de Barcelona. El Consejo de Ciento decidió el traslado del convento al interior.2 Así se concedió a las monjas una capilla en la calle Peu de la Creu. Tocando a este edificio se colocó la primera piedra del convento de los Ángeles en 1562. Durante el siglo XIX las monjas fueron exclaustradas en dos ocasiones: en 1814 durante cuatro meses y durante 10 años en 1836, dentro de los procesos de desamortización. En 1868 la iglesia comenzó a funcionar como parroquia de San Antonio Abad y Nuestra señora de los Ángeles. En 1906 se vendió el convento, y la iglesia en 1924. Durante muchos años en la dictadura franquista, la edificación sirvió de almacén de hierros del alcalde Miquel Mateu. En 1984, los arquitectos Lluís Clotet, Carles Diaz e Ignacio Paricio, elaboraron el proyecto de restauración y rehabilitación del edificio. El convento y sus alrededores fueron objeto de una profunda reforma enmarcada dentro del proyecto de remodelación urbanística del barrio de El Raval, Del Liceu al Seminari. Tras varias propuestas, entre las que destacaba la posibilidad de ubicar la sede del Institut Català d'Estudis Mediterranis,3 se optó porque fuera la sede de Foment de les Arts Decoratives (FAD)
Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona
Desde septiembre de 2006, la antigua iglesia del Convento de los Ángeles forma parte del espacio expositivo Capella MACBA, del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona. Actualmente conocido como La Capella, se han realizado exposiciones de artistas como Armando Andrade Tudela, Pep Duran Esteva o Latifa Echakhch. Debido a la crisis económica, en noviembre de 2011 se decidió paralizar la programación para convertirlo en un espacio de alquiler para eventos externos, y así ampliar el margen de ingresos propios de la institución, quedando sin programación propia.4
En abril de 2012 se hizo público que Foment de les Arts i el Disseny se trasladaría al edificio del Museo del Diseño de Barcelona, por lo que el Centro de Documentación del MACBA pasaría a ocupar este espacio.
Los Capuchinos de Sarriá son una comunidad de los Capuchinos que se instaló en Barcelona en 1578 por una petición del Consejo de Ciento, en contra de la voluntad del rey Felipe II.
Historia
Inicios
Després de ser requeridos por el Consejo de Ciento en 1578, vinieron unos capuchinos de Italia, que se instalaron provisionalmente en la ermita de Santa Madrona de Montjuic. Después de un breve período allí, estuvieron durante un breve período en Sant Gervasi de Cassoles, pero ya el mismo año se trasladaron a unos terrenos llamados el Desierto de Sarriá, donde estaba la ermita de Santa Eulalia. Esta ermita se había construido a mediados del s. XV en el lugar llamado "El Desierto de Sarriá", en un lugar donde tradicionalmente se consideraba que había nacido y vivido esta insigne mártir barcelonesa. Así pues, el mismo 1578, el lugar se cedió a los frailes capuchinos, para que ellos fundaran un convento, que fue el primero de la península ibérica del orden capuchino. En el Desierto de Sarriá se instauró un noviciado. Este protoconvento coexistió con el de Montcalvari, fundado también en aquellos años fuera de las murallas de Barcelona. En el asedio de 1714 durante la Guerra de Sucesión Española el convento fue ocupado militarmente, pero buena parte de los capuchinos se pudieron quedar para el servicio religioso y el lugar fue respetado.1
El convento de Sarriá fue el primero de los capuchinos en tierras ibéricas, y desapareció en 1835 con la confiscación de los bienes de la Iglesia durante la desamortización de Mendizábal. Sus terrenos fueron a parar a manos del italiano Enrico Sisley, a quien se le concedieron los terrenos de manera dudosa y sin explicación lógica.2
Restauración
Tras unos años y después de los intentos infructuosos para recuperar el antiguo convento, una familia de Sarriá, los Ponsich, hicieron donación de los terrenos actuales, donde empezó a construirse un nuevo convento en 1887. A partir de 1900, se convirtió en sede de la curia provincial, casa de estudios y centro de irradiación intelectual frecuentado por novecentistas ilustres como Josep Carner, Carles Riba, Jaume Bofill, Francesc Pujols y Francisco Cambó. El convento fue un centro importante de estudios bíblicos, con figuras como Antoni M. de Barcelona o Marc de Castellví. El padre Miquel d'Esplugues fue presidente de la Fundación Bíblica Catalana, de la que, entre otros trabajos, es la versión al catalán de los textos originales, casi contemporánea de la otra versión, la de Montserrat (del padre Bonaventura Ubach). Esta tradición biblista ha continuado hasta la actualidad con estudiosos como Frederic Raurell, Enric Cortès o Jordi Cervera.
Miquel d'Esplugues también fundó y dirigió la revista Estudios Franciscanos en 1907, que aún se edita, después de dejarse de editar durante un breve paréntesis después de la Guerra Civil Española. También fundó en 1925 la primera revista catalana de filosofia, Criterion (1925-1936).
En 1936 el convento fue incendiado y saqueado por las milicias anarquistas, pero los vecinos ayudaron a salvar una buena parte de la biblioteca. En 1939 empezó la restauración bajo la dirección del arquitecto Pere Benavent. La revista Estudis Franciscans volvió a editarse a partir de 1948, de la mano de fray Basili de Rubí, primer editor suyo después de su reinicio. También se volvió a editar después de la Guerra Civil Criterion, ahora como colección de temas filosóficos y religiosos, en 1959. Basili de Rubí fue el nuevo iniciador, y su sucesor, por poco tiempo, Àlvar Maduell. La colección había de ser en principio revista, pero las leyes de prensa del ministro Manuel Fraga Iribarne no lo autorizaron, y la revista cerró en 1969.3
Durante los años cincuenta del s. XX, y por iniciativa de fray Basili de Rubí, nació la asociación Franciscalia. Era una asociación con cobertura canónica para la espiritulidad y la cultura. Tuvo colaboradores laicos de relieve como Roc Llorens, Josep Maria Piñol, Jordi Maragall o Tomás Carreras y Artau, entre otros.
En 1966 el convento acogió un encuentro de estudiantes, conocido como Capuchinada, donde tuvo lugar la asamblea constitutiva del Sindicato Democrático de Estudiantes de la Universidad de Barcelona (SDEUB). La actuación de la policía, que rodeó el convento durante tres días, generó un amplio apoyo popular que incluso tuvo eco internacional.4
Bajo el altar de una capilla, en una urna, están los restos de nueve de los veintyseis (el resto no se ha encontrado) mártires capuchinos en el inicio de la guerra civil española, beatificados el 21 de noviembre de 2015 en la Catedral de Barcelona.5
Actualmente, el convento de Sarriá es sede del Museo Etnográfico Misional, de la Biblioteca Hispanocaputxina y del Archivo Provincial de los Capuchinos de Cataluña y Baleares, entre otros. En 2006 recibió la Medalla de Honor de Barcelona.
Capuchinos ilustres
Misioneros
- Josep Busquets i Quintana
- Camil Plàcid Crous i Salichs
- Maties Solà i Farell
- Francesc Xavier Vilà i Mateu
Filósofos
Historiadores
Teólogos
Biblistas
- Antoni Maria de Barcelona.
- Marc de Castellví.
- Frederic Raurell.
- Enric Cortés.
- Jordi Cervera.
Publicaciones
- Estudios Franciscanos. Es una revista de estudios eclesiásticos y franciscanos fundada, con finalidades apologéticas, por Miquel d'Esplugues en 1907. Dejó de editarse en 1936 y se volvió a editar a partir de 1948. Actualmente, es el órgano científico de investigación de todas las provincias capuchinas de España y Portugal. Publica artículos en todas las lenguas habladas en la Península Ibérica.
- Catalunya Franciscana. Nace en el año 1926 en atención al Tercer Orden Franciscano. El director actual es Josep Manuel Vallejo.
El convento de San Francisco es un antiguo edificio religioso de Tarrasa construido a comienzo del siglo XVII (1609-1612), en estilo barroco pero con trazas góticas y renacentistas, perteneciente a la orden de los Hermanos menores recoletos.1Está en la plaza del Doctor Robert, al extremo del paseo del Conde de Ègara y borde del parque de Vallparadís. Destaca especialmente por su claustro decorado con plafones de cerámica que tratan aspectos de la vida de santo Francesc y que actualmente es una de las secciones del Museo de Terrassa.
Del antiguo convento, únicamente se conserva la iglesia, el claustro y algunos espacios adyacentes. La iglesia consta de una sola nave con capillas y ábside poligonal, cubierto con vuelta de creueria; la fachada es de composición sencilla, con una portada renacentista y un testero mixtilínea. El claustro, de planta cuadrada y tres pisos, actualmente está integrado dentro del hospital de San Lázaro, es el espacio más emblemático y tiene las paredes de la planta baja cubiertas con 26 plafones cerámicos policromos situados bajo las bóvedas de arista, atribuidos al maestro barcelonés Llorenç Passoles y que datan de los años 1671-1673. Esta decoración fue promovida por Pere de Fizes, señor del castillo de Terrassa, según se deduce por la aparición de su escudo de armas.2
El convento pasó a manos del Ayuntamiento en 1835, a raíz de la exclaustración y la marcha de la comunidad franciscana. De 1864 a 1868 alojó las Escuelas Pías de Terrassa. Después de algunas reformas y ampliaciones, entre las cuales el levantamiento de un nuevo piso en el claustro, el derribo de la antigua sacristía y la construcción de la prisión del Estado, en 1869 se instaló el hospital y casa de la caridad de San Lázaro.1 Más adelante hubo nuevas reformas constructivas y de uso hasta el último cuarto del siglo XX: en 1907 el hospital de San Lázaro fue objeto de una ampliación que realizó el arquitecto municipal Lluís Muncunill en una época de transición hacia el modernismo, para construir el edificio del Seguro Tarrasense, que más adelante pasó a acoger la clínica del Remedio. A partir del 1989, después de un periodo de desocupación, se inició la rehabilitación de las dependencias conservadas del convento y hoy se puede visitar el claustro con los plafones cerámicos recuperados.
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