viernes, 24 de febrero de 2017

Cuadros por estilo

cuadros del Barroco

El tahúr o El tahúr del as de diamantes (en francésLe Tricheur à l'as de carreau) es una de las pinturas más conocidas del pintor francés Georges de La Tour. Está realizada al óleo sobre lienzo. Se considera que debió ejecutarse alrededor de 1635. Mide 106 cm de alto y 146 cm de ancho. Se exhibe actualmente en el Museo del Louvre de París (Francia), que lo adquirió en 1972.
Es un cuadro de género en el que se retrata una escena de burdel, en el que un tahúr y una prostituta, con la complicidad de una criada, despluman a un joven rico, ataviado con lujo, quien no se da cuenta de que el tahúr se saca del cinturón un as de diamantes.








El traslado de las monjas dominicas a su nuevo convento de Valladolid es una histórica pintura barroca novohispana del siglo XVIII conservada en el Museo Regional Michoacano en la ciudad de MoreliaMichoacán. La pintura por sus características y temática es un testimonio documental sobre la época del Virreinato de la Nueva España.
Realizada en 1738 por un autor anónimo la obra relata el episodio histórico vivido el 3 de mayo de 1738 en la ciudad de Valladolid, hoy Morelia, cuando las religiosas dominicas se trasladaron de su viejo convento al nuevo convento que habían hecho edificar en la ciudad, realizando un desfile ceremonial al que se convocó a las autoridades civiles y eclesiásticas, las demás órdenes religiosas y la sociedad en general, hecho que quedó plasmado en el lienzo. La pintura fue donada a las dominicas por un bienhechor el 1 de noviembre de 1738 como lo indica la inscripción en la obra.
A principios del siglo XX el muralista mexicano Diego Rivera en su visita a Morelia al conocer la obra escribió:
El cuadro es de gran interés en la historia de la pintura mexicana, pues en su época, es un caso raro de pintura realista, relacionada con un hecho social concreto, expresando con veracidad plástica la época y el lugar en que ocurre […] etnográficamente, es una colección que subraya con fuerte carácter las diferencias raciales de los personajes, e históricamente constituye un documento importante respecto a la indumentaria, costumbres y estilo arquitectónico del lugar…

Historia

La pintura El traslado de las monjas dominicas a su nuevo convento de Valladolid fue realizada en 1738 por un autor anónimo, la obra pictórica fue donada por un bienhechor al que fue el nuevo convento de las monjas dominicas de Valladolid, ubicado sobre la Antigua Calle Real, hoy Avenida Madero, donde se conservó en la sacristía del templo hasta 1961 en que fue reubicada la obra en su actual emplazamiento en el Museo Regional Michoacano operado por el INAH. En una visita a Morelia el artista plástico Diego Rivera escribió sobre la importancia de la pintura.

Historia del suceso histórico que relata la pintura

En 1590 las monjas dominicas que llegaron a Valladolid, hoy Morelia, fundaron su primer Convento de Santa Catalina de Siena, el cual corresponde al edificio del hoy Conservatorio de las Rosas y el templo anexo de Santa Rosa de Lima. A principios del siglo XVIII las monjas dominicas, ante el estado ruinoso de su convento, decidieron construir uno nuevo por lo que adquirieron terrenos sobre la Antigua Calle Real, hoy Avenida Madero, concluyendo la obra de su nuevo y segundo convento en 1738, el cual corresponde a lo que es hoy el Palacio Federal de Morelia y el anexo templo del Sagrario Metropolitano de Morelia, conocido como el Templo de las Monjas. Las religiosas, al ser monjas de clausura, no podían salir en su vida a la calle más que por un motivo especial. Para efectuar el cambio de domicilio las religiosas dominicas realizaron una solemne ceremonia procesional, desfilando por la Antigua Calle Real hasta su nueva morada, hecho que se llevó a cabo el 3 de mayo de 1738, día de la celebración religiosa de la Santa Cruz. Al evento se convocó a las autoridades civiles y eclesiásticas del obispado, las demás órdenes religiosas asentadas en la ciudad y la sociedad en general de todas las clases sociales.

Descripción de la obra

La pintura novohispana El traslado de las monjas dominicas a su nuevo convento de Valladolid fechada en 1738 y sin firma de autor es un óleo sobre tela de tamaño rectangular que mide 4 metros de alto por 8 y medio de ancho.
La obra como escenario principal muestra al fondo el viejo convento de las dominicas, y la fachada del templo del nuevo del convento (que hoy en día es el Sagrario Metropolitano o Templo de las Monjas en el Centro Histórico de Morelia) ubicado en la antigua calle real, el cual exhibe una fachada doble, tal como se acostumbraba a edificar los templos de religiosas. En la escena se exhibe un desfile procesional que parte del primitivo convento, donde se presentan de izquierda a derecha: autoridades civiles y eclesiásticas del obispado presididas por el Obispo sosteniendo una custodia bajo un palio. Posteriormente se hallan las monjas dominicas que son escoltadas por sacerdotes mientras que en los laterales una muchedumbre presencia el acto donde se dejan ver claramente las clases sociales de la época y las castas. Finalmente, la procesión se dirige al templo ingresando por una de sus dos puertas, frente a la fachada del templo se ubican todas las órdenes religiosas con sus Santos Patrones donde se dejan ver una imagen de un Cristo Crucificado, las imágenes de Santa Catalina de Siena, San Francisco, San Pedro, Santo Domingo, San Agustín, entre otros, finalizando la escena en el extremo derecho con mojigangas. En la esquina inferior derecha de la obra se ubica un medallón donde se encuentra una inscripción que relata el suceso y los nombres de personajes eclesiásticos de la época.

 












El triunfo de la Iglesia, conocido también como El triunfo de la Iglesia sobre la Furia, la Discordia y el Odio, es un cuadro del pintor barroco Peter Paul Rubens.
Se trata de una pintura de pequeñas dimensiones, (63,5 x 105 centímetros), realizada al óleo sobre tabla hacia 1625. Pertenece a la colección del Museo del Prado de Madrid.

Historia

El cuadro forma parte de una serie de imágenes alegóricas destinadas a exaltar el sacramento de la Eucaristía y la fe católica frente a la herejía, en el contexto de la Europa posterior a la Reforma protestante. Fueron concebidos como modelos a pequeña escala para la confección de tapices monumentales, destinados a decorar el convento de las Descalzas Reales de Madrid durante festividades solemnes, como el Corpus Christi. Este proyecto decorativo fue encargado en torno a los años 1622-1625 por la infanta Isabel Clara Eugenia, hija del rey Felipe II de España y gobernadora de los Países Bajos.
Los tapices, sobre los modelos de Rubens, fueron tejidos en Bruselas en el taller de Jan II Raes entre 1627-1632, y enviados a la Corte española. Algunos de los tapices muestran que Rubens introdujo cambios en el diseño final.1
El ciclo muestra una exaltación de la fe católica típica de la Contrarreforma. Los otros temas mostrados en la serie son El triunfo del Amor divinoEl encuentro de Abraham y MelquisedecLa victoria de la Verdad sobre la HerejíaLa victoria de la Eucaristía sobre la Idolatría, y Los defensores de la Eucaristía. Son en su mayoría temas alegóricos con una fuerte carga propagandística y doctrinal, aunque también hay episodios del Antiguo TestamentoEl triunfo de la Iglesia era probablemente uno de los temas centrales del conjunto, ya que el tapiz resultante es el de mayores dimensiones de cuantos se conservan y el que presenta mayor complejidad temática y compositiva. De todos modos, la serie no ha llegado íntegra hasta hoy, y se componía de más tapices.2
Seis de los modelos, de mano de Rubens, se conservan en el Museo del Prado. Los tapices resultantes se encuentran en el monasterio para el que fueron encargados.3 En el año 2014 se desarrolló en el Prado una exposición que muestra las tablas originales, sometidas a un delicado proceso de restauración, y algunos de los tapices.4
En el siglo XVII, el altar mayor de la capilla del Santísimo de la catedral de BragaPortugal, fue adornada con una representación escultórica, en madera, de la composición pictórica de Rubens.

Descripción y análisis de la obra

Las pinturas de la serie, más que bocetos previos, son modelos perfectamente acabados, con gran riqueza de detalles, destinados a servir de guía para la confección de los tapices. La propia naturaleza del tapiz hace que la gama cromática, al igual que los contrastes entre luces y sombras típicos de Rubens, sean más planos que en otros trabajos suyos, lo que no impide que sean obras muy bellas y elaboradas. Todas las pinturas del ciclo se estructuran de idéntica forma, simulando una arquitectura con una columnata y un friso, ante la cual se despliega un tapiz fingido en el que se desarrolla el tema. Es un artificio característico del Barroco (cuadro dentro del cuadro) destinado a reforzar el carácter teatral y equívoco de la imagen.
Tapiz en el Monasterio de las Descalzas Reales. Se aprecia que la composición está invertida respecto al modelo de Rubens.
En la obra que nos ocupa, la escena se desarrolla ante una columnata salomónica, ante la que dos querubines despliegan el tapiz. Dos elementos sobresalen tanto por su posición central en el cuadro como por encontrarse superpuestos en trampantojo: la cartela que debía mostrar el título (que aparece vacía; en el tapiz final, lleva la inscripción ECCLESIAE TRIVMPHVS) y un jeroglífico o símbolo en la parte inferior: un globo terráqueo rodeado por una serpiente que se muerde la cola (el ouroboros, símbolo de la eternidad), un timón, una palma y una rama de roble, símbolos respectivamente del gobierno recto, el triunfo y la fortaleza. Todos estos símbolos, junto con las guirnaldas de frutas y los angelotes, que representan la abundancia, aluden a las virtudes características de la Iglesia.
El tapiz fingido es una escena compleja, llena de simbolismo, con numerosas figuras muy vivaces y movidas; Rubens muestra en ella su dominio del lenguaje alegórico, su facilidad compositiva y sobre todo, su innata capacidad de generar dinamismo y movimiento en sus composiciones.
La escena es un cortejo triunfal al modo de los desfiles de los emperadores romanos. Una cuadriga de caballos blancos introduce la composición por la izquierda, precedida de tres figuras femeninas que sostienen las riendas o acarician a los caballos; una cuarta mujer, de la cual solo apreciamos la parte posterior, precede a todo el cortejo. En el aire, espíritus angélicos tocan trompetas; uno de ellos, con forma femenina, porta una corona de laurel y una palma. Montado sobre uno de los caballos, un ángel mancebo, coronado de laurel, porta el conopeo, sobre el que se muestran las llaves de oro y plata de los papas. Tras él, un querubín lleva las riendas del carro, mientras vuela sobre él la paloma del Espíritu Santo entre glorias de ángeles y resplandores. Sobre el carro, de oro y adornado con gemas, una matrona, vestida de seda plateada y manto púrpura, sostiene una gran custodia con la Eucaristía. Un ángel sostiene la tiara papal sobre ella, mostrando que representa a la Iglesia Católica.
El carro de la Iglesia, en su marcha triunfal, abate y arrolla unas figuras oscuras que apenas se pueden asomar entre las ruedas: una de ellas, huesuda y con una tea, representaría la Furia o la Ira; otra, con la cabeza ensortijada de serpientes, figura la Discordia; mientras que un hombre barbado gesticula bajo las ruedas del carro, personificando el Odio. Cierran la composición por la derecha dos rudas figuras masculinas, atadas con cuerdas, una con los ojos vendados (la Ceguera) y la otra con orejas de asno (la Ignorancia); ambas muestran haber sido dominadas y reconducidas por una mujer que sostiene un candil encendido en lo alto, como personificación de la Verdad.
Las pinturas muestran la faceta más decorativa y efectista del arte de Rubens. Constituyen un perfecto ejemplo de arte propagandístico, destinado a reafirmar la fe de los fieles en los dogmas negados por el protestantismo, como la presencia real de Cristo en la Eucaristía. No hay que olvidar que los Países Bajos españoles se encontraban en ese momento en medio de diversos conflictos de índole religiosa, que habían llevado a la separación de las Provincias Unidas de los Países Bajos del dominio de España en 1579.

No hay comentarios:

Publicar un comentario