Imperio Antiguo o Menfita de Egipto
Se llama a esta época Menfita por el nombre de su capital, Menfis (que lo sería a lo largo de todo el Imperio Antiguo), en el I nomo, hoy a unos 25 Km. al sureste de la capital, El Cairo. El Reino Antiguo comprende las Dinastías III a VI.
Situación internacional
Su período cronológico se corresponde aproximadamente con las primeras Dinastías arcaicas de Mesopotamia en las ciudades de Kish, Ur y Uruk y el Imperio acadio.
Dinastías del Imperio Antiguo
Dinastía III
El primer rey de la Dinastía III, Sanajt o Nebka, unido por matrimonio con la heredera de la dinastía anterior. Le sucedió su hermano Djeser/Zoser, Dyeser, Tosortos. Con él comienza una nueva Dinastía, debido a los grandes progresos que Egipto realizó en su época.Aunque Zoser es la figura más importante de la Dinastía y se le considera hijo de Nimaathap, esposa de Kasekemui, hay razones para considerar a Sanajte como primer faraón de la Dinastía III.
Este rey tuvo la suerte de contar con la ayuda de un hombre excepcional: El arquitecto-jefe Imhotep, cuya reputación se mantuvo a través de los siglos como médico y le atribuían también la invención del procedimiento para tallar la piedra, de lo que es prueba el magnífico conjunto de Saqqara (lámide escalonada) que supone el triunfo de la arquitectura en piedra, frente a la de adobe típica de la etapa precedente. El empleo de la piedra venía aumentando desde finales de la II Dinastía y se usó ya en la necrópolis de Heluán en épocas anteriores. El complejo de Zoser en Saqqara es uno de los mayores de la historia de la arquitectura. Lo que se denomina pirámide escalonada es el resultado final de un proceso evolutivo, que partiendo de una mastaba inicial, fue incorporando ampliaciones y componiendo cuerpos hasta conseguir la estructura en escalones rematados por un prisma (evolución que terminará con la forma clásica de pirámide).
Zoser hizo de Menfis su capital y extendió su dominio posiblemente hacia Nubia y el Sinaí. Sus sucesores fueron Sanakt o Sanajt, y Jaba. La dinastía termina con un rey cuyo nombre es HU o Huni, constructor de la pirámide calonada de Meidum, que es el inmediato antecesor del rey Snofru, quien terminó la pirámide y con el comienza la dinastía siguiente.
Dinastía IV
El primer rey de la Dinastía fue Sneferu/Snefru o Snofru, cuyo reinado duró más de veinte años.
Contrajo matrimonio, con Huni o Heteferes I, madre de Keops e hija de su predecesor, aunque también pudo ser hijo de Huni y Meresanj I y hermanastro de Heteferes, hija de una esposa más importante de Huni. Esta Dinastía estaba formada por 17 reyes menfitas que reinaron un total de 448 años.
Contrajo matrimonio, con Huni o Heteferes I, madre de Keops e hija de su predecesor, aunque también pudo ser hijo de Huni y Meresanj I y hermanastro de Heteferes, hija de una esposa más importante de Huni. Esta Dinastía estaba formada por 17 reyes menfitas que reinaron un total de 448 años.
Snofru
De Snofru se pueden dar algunos detalles gracias a la Piedra de Palermo. Organizó una expedición a Nubia, de donde trajo numerosos prisioneros y llevó a cabo campañas en el Sinaí. En el interior, construyó dos pirámides en Dahshur, además de templos, palacios y fortalezas. Su importante reinado adelanta la perfección artística que se encontrará en los de sus sucesores: Keops, Kefren y Micerino, cuyas pirámides aún asombran al mundo y son índice de lo avanzado de esta civilización.
En las excavaciones en el Templo del Valle de la pirámide romboidal de Dahshur se descubrieron esplendidos relieves que representan figuras femeninas portadoras de ofrendas. Pero además en tiempos de este rey se había concluido el esquema clásico del complejo funerario de los faraones, consistente en un templo del valle, calzada, templo adosado y pirámide, lo que se repetiría a lo largo de todo el Imperio Antiguo.
Este rey dejó en la literatura clásica egipcia el recuerdo de hombre bondadoso y amante de la buena vida, tal como aparece en la Profecía de Neferti, una obra de la Dinastía XII.
En ella, se ve cómo el rey toma nota con la mayor naturalidad de lo que le aconseja Neferti. El Papiro Westcar lo presenta aburrido en el palacio, tratando familiarmente a sus magos.
En las excavaciones en el Templo del Valle de la pirámide romboidal de Dahshur se descubrieron esplendidos relieves que representan figuras femeninas portadoras de ofrendas. Pero además en tiempos de este rey se había concluido el esquema clásico del complejo funerario de los faraones, consistente en un templo del valle, calzada, templo adosado y pirámide, lo que se repetiría a lo largo de todo el Imperio Antiguo.
Este rey dejó en la literatura clásica egipcia el recuerdo de hombre bondadoso y amante de la buena vida, tal como aparece en la Profecía de Neferti, una obra de la Dinastía XII.
En ella, se ve cómo el rey toma nota con la mayor naturalidad de lo que le aconseja Neferti. El Papiro Westcar lo presenta aburrido en el palacio, tratando familiarmente a sus magos.
Keops
Le sucedió Keops/Kufu/Jufu/Kéope/Quéope/Kheops, hijo de Snofru y de la reina Heteferes I, que gobernó unos veintitrés años. Se puede reconstruir parte de los componentes de su familia y de sus cortesanos gracias a las inscripciones de las tumbas de la necrópolis de Giza o Guizeh, donde se enterraron alrededor de la Gran Pirámide y gracias también a las tumbas de los que yacen en Saqqara.La Gran Pirámide de Keops, en Giza, cerca de El Cairo, es el mayor monumento construido por el hombre. Cuando estaba completa tenía 146,6 m de altura, aunque hoy ha perdido unos cuantos, quedando en 137,4 m. Tiene una base cuadrada de más de 227 m de largo. Está construida con bloques de piedra calcárea de los que algunos pesan 15 toneladas. Las caras están perfectamente orientadas a los cuatro puntos cardinales con errores de menos de 5 grados. Pero este inmenso monumento no se planificó de una vez, sino que sufrió algún cambio, aunque de poca importancia. Se ha calculado que trabajando durante todo el reinado de Keops, extrayendo, transportando y colocando 300 bloques cada día, se necesitarían unos 100.000 hombres y esto sólo para la pirámide, porque a ello hay que añadir el Templo del Valle, la calzada y el templo adosado a la pirámide.
Dyedefre/Didufri
Su sucesor fue Dyedefre/Didufri, que reinó ocho años según el Papiro Turín. dejó una pirámide inacabada en Abú Roash, al norte de Gizeh, de la cual no queda casi nada, lo mismo que de un templo en adobe y una columna en granito con el nombre del rey. La ascensión de este faraón ha sido explicada por una disensión en la familia real que se produjo a la muerte de Keops. El padre de Meresanj, el príncipe Kewab, murió y su mujer Heteperes II se casó con Didufri que subió al trono. El reinado de Didufri acabó en medio del descontento general. El partido de la oposición capitaneado por los príncipes Ninjaf, Amaf y Neermaat llevó al trono a Kefrén, el constructor de la Pirámide que lleva su nombre.
Kefrén
Kefrén (Jaefre o Rejael) reinó, 24 años según el Canon Real de Turín. La reina Heteperes II, viuda de Kawab y de Didufri, le dio como esposa a su hija Meresanj II, con lo cual volvió a reinar la paz en la familia real y la activa Heteferes II vivió hasta el final de la dinastía. Kefrén construyó su pirámide al lado de la de Keops, algo más pequeña, pero como está situada en un nivel algo más elevado parece incluso algo mayor. Se conserva el Templo del Valle, de una bellísima estructura con doble entrada, vestíbulo, sala hipóstila de seis pilares, edificado en piedra local revestido de granito rojo pulido. En él se halló la famosa estatua de Kefrén con Horus protegiéndole, una de las veintitrés estatuas que había en dicho templo.
La realización más famosa del faraón Kefrén fue la Esfinge de Giza o Gizeh. Era una roca de la que se extraía piedra en tiempos de Keops y en los de Kefrén se talló el altozano y se le añadieron algunos bloques para darle la forma de un león con cabeza humana y tocado faraónico, lográndose así una de las más famosas obras de arte de la Antigüedad y uno de los mayores monumentos construidos por la mano del hombre. En el Imperio Nuevo se la creía el dios Harmakis (Horus que está en el horizonte), y Tutmosis IV en el siglo XV a.C. mandó limpiarla de arena y grabó una estela (Estela del Sueño), que figura entre las patas delanteras de la Esfinge. Las excavaciones de 1925 descubrieron el templo a los pies de la Esfinge, también de la Dinastía IV.
Durante estos reinados y el posterior de Didufri/Djedefre, se continuaron las expediciones al Sinaí aunque fueron más importantes en época de Keops.
La realización más famosa del faraón Kefrén fue la Esfinge de Giza o Gizeh. Era una roca de la que se extraía piedra en tiempos de Keops y en los de Kefrén se talló el altozano y se le añadieron algunos bloques para darle la forma de un león con cabeza humana y tocado faraónico, lográndose así una de las más famosas obras de arte de la Antigüedad y uno de los mayores monumentos construidos por la mano del hombre. En el Imperio Nuevo se la creía el dios Harmakis (Horus que está en el horizonte), y Tutmosis IV en el siglo XV a.C. mandó limpiarla de arena y grabó una estela (Estela del Sueño), que figura entre las patas delanteras de la Esfinge. Las excavaciones de 1925 descubrieron el templo a los pies de la Esfinge, también de la Dinastía IV.
Durante estos reinados y el posterior de Didufri/Djedefre, se continuaron las expediciones al Sinaí aunque fueron más importantes en época de Keops.
Sepseskaf
Sepseskaf fue el sexto y último rey de la IV Dinastía, cuyo reinado fue corto y sin gloria. Tras él comienza la V Dinastía.
Dinastía V
Esta dinastía reinó durante 140 años según el Papiro de Turín. Su origen está explicado en el Papiro Westcar. Parece indudable el papel de las reinas-faraón en estas antiguas Dinastías. Así Khent-kaus, fue hija de Hordjedef y madre de Userkaf, Sahuré y Neferirkara, Casi toda la labor de esta Dinastía fue obra de los sacerdotes de Heliópolis, cuya teología solar triunfó durante casi siglo y medio.
Sus primeros soberanos, Userkaf y Sahura, según se deduce de la leyenda recogida en un papiro cuyo manuscrito data de finales del Reino Medio, no eran de sangre real, sino hijos de la mujer de un simple sacerdote de Ra de un pequeño pueblo del Delta llamado Sajebu. Sin embargo, es posible que el primer rey de la dinastía fuera hijo de Neferhotep, hija de Didufri y que se casara con Jentkaues, probable hijo de Micerino. Está enterrada en la Pirámide inacabada de Giza que realmente es una mastaba parecida a la mastaba del faraón.
La Dinastía V supuso muchas novedades en el Estado egipcio. El título real de hijo de Ra, ya empleado esporádicamente en la Dinastía anterior, se generalizó en este período, incorporado a la titulatura real. Aumentaron los textos escritos y se comprueba una elevación del pensamiento literario y científico
Sus primeros soberanos, Userkaf y Sahura, según se deduce de la leyenda recogida en un papiro cuyo manuscrito data de finales del Reino Medio, no eran de sangre real, sino hijos de la mujer de un simple sacerdote de Ra de un pequeño pueblo del Delta llamado Sajebu. Sin embargo, es posible que el primer rey de la dinastía fuera hijo de Neferhotep, hija de Didufri y que se casara con Jentkaues, probable hijo de Micerino. Está enterrada en la Pirámide inacabada de Giza que realmente es una mastaba parecida a la mastaba del faraón.
La Dinastía V supuso muchas novedades en el Estado egipcio. El título real de hijo de Ra, ya empleado esporádicamente en la Dinastía anterior, se generalizó en este período, incorporado a la titulatura real. Aumentaron los textos escritos y se comprueba una elevación del pensamiento literario y científico
Userkaf
De Userkaf, el primer rey, sabemos que construyó en el sur, porque en un templo más tardío situado en Tód se encontró una columna cuadrada con su nombre.
Sahura
El segundo rey de esta Dinastía, Sahura, reinó unos catorce años y en sus tiempos hubo campañas contra los libios y los asiáticos. Envió expediciones al Punt y al Sinaí. Comenzó el cementerio de Abusir, que sería continuado por sus sucesores con un esquema algo distinto del anterior: templo del valle, calzada y pirámide.
En esta época las pirámides son más pequeñas, construidas con materiales más menudos. El templo adosado a la pirámide servía para el culto y las ofrendas dedicadas al rey difunto. Una novedad de los templos es el empleo de columnas palmiformes y relieves.
En esta época las pirámides son más pequeñas, construidas con materiales más menudos. El templo adosado a la pirámide servía para el culto y las ofrendas dedicadas al rey difunto. Una novedad de los templos es el empleo de columnas palmiformes y relieves.
Neferirkara
Su sucesor, Neferirkara, era su hermano y su reinado duró unos diez años. Precisamente en su tiempo se grabó la Piedra de Palermo.
Construyó su pirámide en Abusir pero no la pudo acabar, lo que hizo su tercer sucesor Niuserre o Niuserra.
De lo sucesores directos de Neferirkara, Shepseskara y Neferefra hay pocas noticias, así como Niuserra, célebre por su templo solar de Abusir, y su complejo funerario, uno de los más completos que se conservan, al que parecen seguir Menkauhor y tal vez Isesi Dyedkara.
Construyó su pirámide en Abusir pero no la pudo acabar, lo que hizo su tercer sucesor Niuserre o Niuserra.
De lo sucesores directos de Neferirkara, Shepseskara y Neferefra hay pocas noticias, así como Niuserra, célebre por su templo solar de Abusir, y su complejo funerario, uno de los más completos que se conservan, al que parecen seguir Menkauhor y tal vez Isesi Dyedkara.
Unas/Onos
El último rey de la V Dinastía fue Unas/Onos. Reinó treinta años y se sabe que probablemente hizo un viaje a Elefantina para recibir un homenaje de los jefes nubios. En Biblos (en la costa fenicia) aparecieron vasos con su nombre. Es interesante recordar las escenas de la calzada de su pirámide que representan una serie de figuras masculinas y femeninas esqueléticas, una forma de expresar los resultados de las crecidas escasas del Nilo.
El principal cuidado de los reyes de esta V Dinastía fue el culto de Ra, que se celebraba en templos solares al aire libre, aunque no de una forma exclusivista como será la revolución religiosa de Akenatón (Amenofis IV, de la Dinastía XVIII) y en los mismos santuarios de Ra están atestiguados los cultos de Horus y Hathor. El resultado de esta reforma religiosa fue el debilitamiento del poder real, ya que, al reconocer el rey su dependencia del poder del dios, se acercaba en cierto modo a los demás mortales. Esta debilitación de la concepción monárquica tendría una gran influencia sobre la evolución política y social del Estado menfita.
En el orden religioso hay que destacar también el hecho de que en la pirámide del rey Unas en Saqqara, las cámaras y los pasadizos se cubren con inscripciones jeroglíficas llamadas Textos de las Pirámides, costumbre que se repetirá más tarde con otros monarcas y reinas. Estos textos son una colección muy extensa de plegarias, invocaciones, himnos, etc., destinados a asegurar al faraón la vida de ultratumba entre los dioses. Constituyen la base de lo que después llamaremos en el Reino Medio Textos de los Sarcófagos y en el Reino Nuevo Libro de los Muertos. Es de destacar que una parte muy importante de estos textos, que se denomina El Himno Caníbal, no vuelve a repetirse.El principal cuidado de los reyes de esta V Dinastía fue el culto de Ra, que se celebraba en templos solares al aire libre, aunque no de una forma exclusivista como será la revolución religiosa de Akenatón (Amenofis IV, de la Dinastía XVIII) y en los mismos santuarios de Ra están atestiguados los cultos de Horus y Hathor. El resultado de esta reforma religiosa fue el debilitamiento del poder real, ya que, al reconocer el rey su dependencia del poder del dios, se acercaba en cierto modo a los demás mortales. Esta debilitación de la concepción monárquica tendría una gran influencia sobre la evolución política y social del Estado menfita.
Dinastía VI
Los reyes de la Dinastía VI eran de Menfis. El acceso al trono de su primer rey. Teti I, puso fin a la inestabilidad que siguió a la muerte de Unas/Onos, tal vez con su matrimonio con una de las hijas de dicho rey llamada Ipue, que le transmitió el derecho al trono.Su nombre de Horus, Seheteptany, El que pacifica la Dos Tierrassimboliza la tranquilidad del país. Posiblemente murió asesinado lo que hace suponer que tal pacificación era más deseable que cierta. Tal vez para buscarla, también, casó a su hija Seshseset con el visir Mereruka, del que se conserva su mastaba magníficamente decorada en Saqqara.
Entre Teti I y Fiope/Pepi I suele citarse a veces al rey Userkara que tal vez reinó en algún momento. De Teti se conservan restos de un féretro de madera en el Museo de El Cairo. En su pirámide se conservan restos de los llamados Textos de las Pirámides.
Los relatos y actividades de personajes de su corte, demuestran las transformaciones de la época y el declive de la autoridad real.
Pepi I nombró corregente a Merenra en los últimos años de su vida y éste le sucedió al morir.
Merenra I, El amado de Ra, reino como único rey durante unos nueve años.
El sucesor de Merenra I, Pepi II/Neferirkara, reinó 90 años. Nada en su reinado hacía preveer el derrumbamiento de un Estado tan reciamente organizado como el Egipto del Imperio Antiguo. Con este rey continúan las expediciones comerciales del reinado anterior, como la expedición al Sinaí y a Yam.
Merenra II Antyemsaf
Merenra II Antyemsaf es sucesor de Pepi II, el último monarca de la Dinastía VI, que reinó sólo un año, su esposa fue la reina Nitocris/Nitiqret. La fama de esta reina creció hasta convertirse en época griega, en Rodopis, cortesana y mítica constructora de la tercera pirámide de Giza, antecedente en su leyenda de La Cenicienta. Ella fue la segunda reina conocida que ejerció el poder político en Egipto tras Merneith. de la I Dinastía. Su sucesor fue Neferkara, hijo de Ankhesenpepi y Pepi II. Tras ellos empieza el denominado Primer Período Intermedio. El Canon de Turín cita seis nombres más tras Nitocris. La Lista de Abidos no la menciona.
La crisis del poder real se acentuó con la VI Dinastía, y, sobre todo, durante el reinado del faraón Pepi II, que como vimos contrajo matrimonio con las hijas de un simple funcionario. Estas alianzas provinciales fueron nefastas para el poder real y lo debilitaron, junto con las crisis agrarias, dando paso a un periodo de descentralización.
La crisis del poder real se acentuó con la VI Dinastía, y, sobre todo, durante el reinado del faraón Pepi II, que como vimos contrajo matrimonio con las hijas de un simple funcionario. Estas alianzas provinciales fueron nefastas para el poder real y lo debilitaron, junto con las crisis agrarias, dando paso a un periodo de descentralización.
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Periodo Arcaico o Tinita de Egipto
El Periodo Arcaico o Tinita de Egipto abarca desde las Dinastias I a la Dinastia II. La Dinastia I abarcó desde los años 3050 a.C. hasta 2860 a.C. en el cual el personaje más importante fue Narmer.
Dinastías del Periodo Arcaico o Tinita
La Dinastía I (Nagada III C1, 2, 3) (3050-2860 a. C.)
Narmer es uno de los nombres reales más extendidos del Dinástico Arcaico (incluso en Palestina se han encontrado ejemplos). Ha sido considerado como el fundador de la I Dinastía y originó la figura legendaria de Menes.
Está asociado con los comienzos de la fase Nagada IIIc (Dinastía I). Parece que él solucionó el problema de los rivales de Hierakómpolis, aunque la forma en que lo hizo son especulaciones. Por el momento, no hay noticias de victorias militares de Abidos sobre Hierakómpolis, (Nekhen) con lo cual se podría decir que el problema se solucionó de forma pacífica, reconociendo la autoridad de Nekhen con concesiones del rey a las familias locales de gran alcance. Este aspecto de la unificación de Egipto, como otros muchos, sigue investigándose, e irá aclarándose progresivamente con las siguientes Dinastías.
Los ocho faraones de la I Dinastía reinaron en una época de prosperidad. Los reyes de esta Dinastía comienzan a llevar lo que se denomina titulatura o protocolo real tradicional, conferida al faraón en la ceremonia de coronación, que comportaba a partir del Reino Antiguo cinco títulos fijos, que introducían, bien por un solo nombre o una corta frase, variantes para cada faraón. Al menos tres de estos títulos rituales eran utilizados por los faraones de la I Dinastía.
Está asociado con los comienzos de la fase Nagada IIIc (Dinastía I). Parece que él solucionó el problema de los rivales de Hierakómpolis, aunque la forma en que lo hizo son especulaciones. Por el momento, no hay noticias de victorias militares de Abidos sobre Hierakómpolis, (Nekhen) con lo cual se podría decir que el problema se solucionó de forma pacífica, reconociendo la autoridad de Nekhen con concesiones del rey a las familias locales de gran alcance. Este aspecto de la unificación de Egipto, como otros muchos, sigue investigándose, e irá aclarándose progresivamente con las siguientes Dinastías.
Los ocho faraones de la I Dinastía reinaron en una época de prosperidad. Los reyes de esta Dinastía comienzan a llevar lo que se denomina titulatura o protocolo real tradicional, conferida al faraón en la ceremonia de coronación, que comportaba a partir del Reino Antiguo cinco títulos fijos, que introducían, bien por un solo nombre o una corta frase, variantes para cada faraón. Al menos tres de estos títulos rituales eran utilizados por los faraones de la I Dinastía.
Títulos en la I Dinastía
- Nombre de Horus del faraón, inscrito sobre un rectángulo o serekh, imagen del palacio real, con un halcón encima, símbolo del poder real. Se traduce por el Horus X…. Este título lo llevaron los ocho faraones de la I Dinastía.
- Este segundo título está formado por la frase n(y)swt-bity que se traduce por el que pertenece al junco (swt) y a la abeja (bity), siendo el junco (o la caña) el símbolo del Alto Egipto y la abeja del Bajo Egipto”’, de donde la traducción habitual del título como el rey del Alto y Bajo Egipto. En las inscripciones originales de la I Dinastía este título se emplea solo, de forma absoluta. En época clásica, el título nesutbity precedía al nombre principal del faraón o nombre de nacimiento, que se encerraba en un cartucho, que nunca se encerraba en las dos primeras dinastías.
- El tercer título del protocolo era el de las Dos Señoras o Nebty, en razón de la lectura probable de los grupos de signos que reunían para escribirlo: el buitre, que representaba a la diosa Nekhbet de el-Kab y la cobra, divinidad tutelar de Dep (Buto), ambos sobre el signo de la cesta neb, que significa señora. Como ambas ciudades estaban, una en el norte y otra en el sur, este título se relaciona, como el de Nesutbity, con los reinos del norte y del sur.
Los faraones:
Al primer faraón, Narmer, la tradición manetoniana le atribuye de treinta a sesenta años y el haber desaparecido llevado por un hipopótamo, la fundación de Menfis y su templo, el primero, del dios Path. Parece que fundó Cocodrilópolis, la antigua Shedet egipcia.Su sucesor fue Aha, el combatiente, conocido por numerosos documentos procedentes de Abidos, Saqqara y otros lugares, que le atribuyen campañas contra Nubia y Libia y relaciones con Biblos y el Líbano. De su época se conoce un sacrificio humano ante el palacio real. Su mujer fue la reina Neithotep. a la que se atribuye una gran tumba en Nagada y la regencia de su hijo, Teti. Éste fue un faraón efímero, que sólo duró un año y cuarenta y cinco días, aunque a veces aparece Kenkénes, el Horus Djer de Manetón, Iti en la Piedra de Palermo, cuyo nombre aparece encerrado en un cartucho. De este faraón se conservan dos grandes tumbas, una en Abidos y otra en Saqqara. En la de Abidos se encuentran alrededor 338 tumbas subsidiarias que se supone ocupadas por miembros de la corte sacrificados para acompañar al rey eternamente, principalmente mujeres.
Una tablilla de marfil con el nombre de Djer/ Dyer descubierta en Abidos hace alusión a la salida helíaca de Sothis, lo que mostraría que en esta época los egipcios asociaban la estrella con la inundación y el comienzo del calendario solar, adoptado en época de la II Dinastía, unos siglos más tarde.
El rey siguiente. Vadyi, es conocido como Rey-Serpiente. Reinó unos diez años y durante su gobierno una expedición penetró en el desierto oriental. Contemporánea suya es la reina Merneith, atestiguada en numerosos documentos escritos pero cuya posición en la I Dinastía o incluso en la II Dinastía es incierta. No figura ni en las Listas Reales ni en Manetón. Al lado de la forma masculina del nombre Merneith se encuentra también la forma femenina: Mer(y)tneith, por lo que se la considera una reina. Sería la madre de Den, ejerciendo la regencia en su nombre al principio de su reinado, su tumba de Abidos estaba rodeada de 77 sepulturas subsidiarias, lo que testimonia su gran importancia y que tal vez reinó como única monarca egipcia, siendo la primera reina-rey de este país, antecedente de otras muchas.
En tiempos de Den se suponen escritos al menos dos capítulos del Libro de los Muertos. Le sucedió Miebis o Adjib y a éste Semerkhet. El octavo sería el Horus Ka o Kaa, con el que, según Manetón, acababa la dinastía I, sin que se sepan las razones de la llegada al poder de la II Dinastía, de origen tinita, como la I. que comprendía nueve reyes.
Dinastía II
Los nombres y el número de orden de estos faraones es incierto, ya que las fuentes, los cilindros-sello, las tablillas de marfil, la Piedra de Palermo, las Listas Reales y el Papiro de Turín no coinciden y se contradicen a partir del séptimo faraón, y sólo son seguros los nombres y el orden de sucesión de los cuatro primeros, que se calcula reinaron entre 2930-2890 a. C.
Los faraones:
El primero fue Hotepsekhemuy/ Hotepsejemuy. Le sucedió Nebré o Raneb el Kalau de las Listas Reales del Reino Nuevo. Su nombre es el primer nombre real compuesto con el del dios Sol de Heliópolis.
El tercer faraón, Nineter, es conocido gracias a la Piedra de Palermo, le sucedió Uneg y después de él las noticias son confusas, con faraones como Sekhemib o Peribsen. El Serekb de este último está bajo un animal sethiano, en lugar del Horus tradicional, lo que se interpreta como un cambio político que obligaría al rey a dejar Menfis y refugiarse en el sur, donde cambiaría su nombre de Horus por el de Seth-Peribsen. Su sucesor fue Khasekhem o Jasejem, del que se constatan actividades guerreras y se le representa matando prisioneros del norte. Su sucesor, Khasekhemuy/Jasejemuy, cuyo nombre significa Los dos poderes (de Horus y Seth)sugiere la reconciliación de ambos dioses y sus partidarios. Con él terminó este Período Tinita.
El tercer faraón, Nineter, es conocido gracias a la Piedra de Palermo, le sucedió Uneg y después de él las noticias son confusas, con faraones como Sekhemib o Peribsen. El Serekb de este último está bajo un animal sethiano, en lugar del Horus tradicional, lo que se interpreta como un cambio político que obligaría al rey a dejar Menfis y refugiarse en el sur, donde cambiaría su nombre de Horus por el de Seth-Peribsen. Su sucesor fue Khasekhem o Jasejem, del que se constatan actividades guerreras y se le representa matando prisioneros del norte. Su sucesor, Khasekhemuy/Jasejemuy, cuyo nombre significa Los dos poderes (de Horus y Seth)sugiere la reconciliación de ambos dioses y sus partidarios. Con él terminó este Período Tinita.
Características de la época Tinita
Al margen de teorías más o menos contrastadas, y como sucede con las divisiones establecidas por los historiadores, antiguos o modernos, recuerda Vercoutter que la ruptura entre la época arcaica y el Imperio Antiguo es artificial y salvo el lugar de residencia de los soberanos, la III Dinastía sucedió sin ruptura a la II y el nuevo faraón que comenzó esta III Dinastía era nieto de Jasejemuy.
La monarquía
A fines de la II Dinastía estaban fijadas las características de la monarquía faraónica. Los ritos de coronación real y su renovación (fiesta Sed) estaban fijados y se desarrollaron de la misma forma hasta la época ptolemaica, entre ellos la herencia de padres a hijos, la titulatura real y el papel importante de las reinas.
Los dioses
En esta época está atestiguada la existencia de la mayor parte de las divinidades del Panteón egipcio clásico, bien con formas animales o representados por sus símbolos y también con forma antropoforma:
Anubis (chacal) | Apis (toro) | Hathor (vaca) |
Horus (halcón) | Isis | Khnoum |
Maát | Min | Neith |
Nekhbet (buitre) | Osiris | Path |
Ra (el Sol) | Sobek (cocodrilo) | Sekhmet (leona) |
Seshat | Seth (animal setiano y serpiente) | Sokaris |
Thot (ibis) | Tueris (hipopótamo) | Wadjet (cobra) |
La escritura
La aparición de la escritura jeroglífica como la conocemos es uno de los logros que se atribuyen a las dos primeras Dinastías. Aunque se ha buscado un origen mesopotámico, está claro que desde época Amratiense, hacia 3800 a. C., se conocen signos de escritura en vasos y verdaderos jeroglíficos se constatan desde fines de esta época Amratiense, hacia 3500 a. C., como el signo de la corona roja que se conoce por un vaso rojo de borde negro encontrado en Nagada, desarrollándose progresivamente durante todo el Geerzense (Nagada II). A fines de la Dinastía 0 se conocían más de 30 signos, atestiguados en los monumentos y se conocen papiros ya durante el reinado de Den.
Las tres escrituras egipcias fueron Jeroglífica, Hierática y Demótica.
Las tres escrituras egipcias fueron Jeroglífica, Hierática y Demótica.
Los ritos funerarios
En la cerámica encontrada en las tumbas amratienses y geerzense se aprecia una decoración que se interpreta como destinada a asegurar al difunto la vida en el Más Allá y a la protección de las divinidades representadas por sus símbolos, mientras que la escritura mantiene, mágicamente, el nombre de la persona y su permanencia eterna.
Principales ciudades
Se admite la teoría tradicional de que Menfis fue fundada alrededor del 3100 a. C, por el primer rey de la I Dinastía, que unificó Egipto, tras haber conquistado por la fuerza el norte, constituyendo un reino homogéneo bajo la autoridad de la ciudad del Buto (actual Tell-el-Faraín), en el extremo noroccidental del Delta, extremos probados, aunque la conquista violenta no parece probada a nivel arqueológico hasta el momento. Recientes excavaciones arqueológicas matizan esta interpretación simplista basada sólo en fuentes Parciales, destacándose la importancia de aglomeraciones como Hieracómpolis (Nekhen) y Nagada (Ombos).
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