domingo, 29 de octubre de 2017

CUADROS POR ESTILO

CLASICISMO
Puerto con el embarque de Santa Úrsula es un cuadro realizado por el pintor francés del Barroco Claudio de Lorena. Mide 113 cm de alto y 149 cm de ancho, y está pintado al óleo sobre lienzo. Fue pintado en 1641 y se encuentra en la National Gallery de Londres (sala 29, nº de inventario NG30).

Claudio de Lorena fue un pintor francés establecido en Italia. Perteneciente al período del arte Barroco, se enmarca en la corriente denominada clasicismo, dentro del cual destacó en la pintura de paisaje. En su obra reflejó un nuevo concepto en la elaboración del paisaje basándose en referentes clásicos —el denominado «paisaje ideal»—, que evidencia una concepción ideal de la naturaleza y del propio mundo interior del artista. Esta forma de tratar el paisaje le otorga un carácter más elaborado e intelectual y se convierte en el principal objeto de la creación del artista, la plasmación de su concepción del mundo, el intérprete de su poesía, que es evocadora de un espacio ideal, perfecto.1
Este cuadro fue un encargo de Fausto Poli (1581-1653), mayordomo pontificio de 1629 a 1643, nombrado cardenal en 1643 por Urbano VIII. A su muerte pasó a Antonio Barberini, sobrino del papa Urbano y también cardenal. Fue propiedad de la familia Barberini hasta 1760, en que fue comprado por Lock y llevado al Reino Unido. Posteriormente fue propiedad Van Heythusen (1781), Desenfans (1786) y Moore Slade, hasta que pasó a la colección Angerstein en 1803. En 1824 pasó a la National Gallery.2
Formaba pareja (pendant) con Paisaje con San Jorge (1643, Wadsworth AtheneumHartfordConnecticut).3
Figura en el Liber Veritatis —un cuaderno de dibujos donde Claudio dejaba constancia de todas sus obras para evitar las falsificaciones— con el número 54. En el reverso del dibujo figura la inscripción «quadro faict pour lemmo Cardinale poli sy ritrova del lemmo Cardinale Barberino».4

Descripción[editar]

Dibujo nº 54 del Liber Veritatis de Claudio, correspondiente a este cuadro
Este paisaje pertenece al período de madurez del artista. Por entonces Claudio era uno de los más famosos paisajistas de Europa, honrado por soberanos como Urbano VIII y Felipe IV. En los años 1640 recibió la influencia de Rafael —a través de los grabados de Marcantonio Raimondi—, especialmente en las figuras,5​ así como de Annibale Carracci y Domenichino, como se denota en sus obras Paisaje con San Jorge y el dragón (1643), Paisaje con Apolo custodiando los rebaños de Admeto y Mercurio robándoselos (1645) y Paisaje con Agar y el ángel (1646).6
El tema representado es el embarque de santa Úrsula en Roma. Úrsula era una princesa británica que peregrinó a Roma con otras once doncellas —aumentadas en época medieval a 11 000 vírgenes—; en el camino de regreso, en Colonia, fueron martirizadas por los hunos de Atila (año 451).7
La escena muestra un puerto al amanecer, uno de los temas favoritos de Claudio. En primer término, en la parte inferior del cuadro, se ven varias figuras de marinos y comerciantes en la playa, ocupados en sus quehaceres o conversando entre ellos; en el lado derecho un marinero está amarrando una barca, de la que desciende otro. En un segundo plano a la izquierda se ve a santa Úrsula, que lleva corona y porta un estandarte blanco con una cruz roja, acompañada de una comitiva de vírgenes con arcos y flechas —símbolo de su martirio— que descienden unas escaleras para embarcarse en las barcas que esperan en el puerto.7​ Proceden de un templo que ocupa toda la altura del costado izquierdo del cuadro, inspirado en el templete de San Pietro in Montorio (Roma), de Bramante.7​ Tras este se suceden varios edificios más, uno de ellos con cierta semejanza a la Villa Médicis, que ya utilizó Claudio en varias de sus obras, como Puerto con Villa Médicis (1637, UffiziFlorencia) y Puesta de sol en un puerto (1639, museo del LouvreParís). En el lado izquierdo aparecen varios barcos y unos altos árboles y, al fondo, una fortaleza, probablemente para la defensa del puerto. En el centro del cuadro hay otro barco, tras el que se ve la luz del sol naciente que ilumina con su resplandor dorado un límpido cielo azul.
Algunos detalles de la composición recuerdan a Paisaje con el embarque en Ostia de Santa Paula Romana(1639, museo del PradoMadrid).3
De esta obra se conservan varios dibujos preparatorios: uno sobre el paisaje en el British Museum de Londres; otro sobre la arquitectura en la colección Witt en Londres; y otro sobre las figuras también en el British Museum.









Puesta de sol en un puerto es un cuadro realizado por el pintor francés del Barroco Claudio de Lorena. Mide 103 cmde alto y 136 cm de ancho, y está pintado al óleo sobre lienzo. Fue pintado en 1639 y se encuentra en el Museo del Louvre, en París (pabellón Richelieu, 2º piso, sala 15, nº INV 4715).

Claudio de Lorena fue un pintor francés establecido en Italia. Perteneciente al período del arte Barroco, se enmarca en la corriente denominada clasicismo, dentro del cual destacó en la pintura de paisaje. En su obra reflejó un nuevo concepto en la elaboración del paisaje basándose en referentes clásicos —el denominado «paisaje ideal»—, que evidencia una concepción ideal de la naturaleza y del propio mundo interior del artista. Esta forma de tratar el paisaje le otorga un carácter más elaborado e intelectual y se convierte en el principal objeto de la creación del artista, la plasmación de su concepción del mundo, el intérprete de su poesía, que es evocadora de un espacio ideal, perfecto.1
El comitente de este cuadro es desconocido, pero probablemente fuese francés, debido a las banderas y escudos de esa nacionalidad consignados en el lienzo. En 1693 formaba parte de un lote de 21 cuadros donados por André Le Nôtre al rey Luis XIV. Colocado inicialmente en el palacio de Meudon, en 1737 pasó a Versalles. En 1785 pasó al museo del Louvre. Ha sufrido dos restauraciones, en 1789 y 1957.2
Este cuadro es una segunda versión del Puerto pintado en 1637 para el papa Urbano VIII, conservado en la colección del duque de Northumberland, en Alnwick Castle. Formaba pareja (pendant) con Paisaje con danza de campesinos (1639, Museo del Louvre, París). Está firmado abajo a la derecha: CLAVDIO IN V ROMA 1639.2
Figura en el Liber Veritatis —un cuaderno de dibujos donde Claudio dejaba constancia de todas sus obras para evitar las falsificaciones— con el número 14, el mismo que el Puerto pintado en 1637.2
En 2008 Postes, télégraphes et téléphones de Francia emitió un sello con esta imagen, dentro de la serie Chefs-d'œuvre de la peinture («Obras maestras de la pintura»).

Descripción[editar]

Dibujo nº 14 del Liber Veritatis de Claudio, correspondiente a este cuadro
Este cuadro se enmarca en un período de gran fecundidad que marca el inicio de una etapa de madurez en la producción del artista. Poco a poco Claudio se había ido ganando fama como paisajista, hasta el punto de que en 1635 recibió uno de los mayores encargos del artista: ocho grandes lienzos para el palacio del Buen Retiro, encargados por Felipe IV de España: las obras pintadas para el monarca español son las más monumentales realizadas por el artista hasta el momento y su concepción solemne y majestuosa marca un punto álgido en la producción del artista.3
La escena representada es la de un puerto al anochecer, uno de los temas favoritos de Claudio. En primer término, en la parte inferior del cuadro, se ven varias figuras de marinos y comerciantes en la playa, ocupados en sus quehaceres o conversando entre ellos; el grupo de la izquierda está sentado sobre unos baúles, esperando para embarcar, uno de ellos tocando el laúd; en el centro algunos de ellos se están peleando, probablemente borrachos. Varias barcas transportan personas hacia los barcos, situados a la derecha. Por detrás de los barcos aparece una torre fortificada, probablemente para la defensa del puerto. En el lado izquierdo hay un palacio de estilo renacentista, tras el que se halla un segundo palacio cuya fisonomía se corresponde en su parte inferior con la Villa Médicis.4​ Más al fondo hay un faro y un barco que sale del puerto, dirigiéndose hacia un esplendoroso sol poniente, cuyos rayos iluminan un límpido cielo surcado por algunas nubes.
La composición es prácticamente idéntica a la primera versión realizada dos años antes para el papa Urbano. Las principales diferencias son el menor tamaño de las figuras y las banderas y escudos franceses (flor de lis) en vez de los pontificios, de la Orden de Malta y de la familia Barberini que aparecían en la primera versión.2​ Los elementos arquitectónicos utilizados en este cuadro fueron usados por Claudio, en distintas combinaciones, en varias de sus obras, como Puerto (1637, colección particular, París), Marina con combate sobre un puente (1637, Wildenstein and Co., Nueva York), Puerto con Villa Médicis (1637, UffiziFlorencia) y Puerto (1639, The National GalleryLondres).4
Uno de los elementos más destacados en esta obra es la presencia del sol: una de las características principales en la obra de Lorena es su utilización de la luz, no una luz difusa o artificial como en el naturalismo italiano (Caravaggio) o el realismo francés (La Tourhermanos Le Nain), sino una luz directa y natural, proveniente del sol, que sitúa en medio de la escena, en amaneceres o atardeceres que iluminan con suavidad todas las partes del cuadro, en ocasiones situando en determinadas zonas intensos contrastes de luces y sombras, o contraluces que inciden sobre determinado elemento para enfatizarlo.5​ En numerosas ocasiones utiliza la línea del horizonte como punto de fuga, disponiendo en ese lugar un foco de claridad que atrae al espectador, por cuanto esa luminosidad casi cegadora actúa de elemento focalizador que acerca el fondo al primer plano.6​ La luz se difunde desde el fondo del cuadro y, al expandirse, basta por sí sola para crear sensación de profundidad, difuminando los contornos y degradando los colores para crear el espacio del cuadro. Por lo general, Lorrain disponía la composición en planos sucesivos, donde gradualmente se iban difuminando los contornos, hasta perderse en la luminosidad ambiental, produciendo una sensación de distancia casi infinita donde en última instancia se pierde la mirada. Solía introducir el disco solar en marinas, en sus típicas escenas situadas en puertos, que sirven de pretexto para dar acción a la temática figurativa; en cambio, los paisajes situados en el campo tienen una luz más difusa, proveniente de los lados del cuadro, que baña la escena con suavidad, no tan directamente como en los puertos.7
De esta obra se conserva un dibujo preparatorio en el Museo Condé, en Chantilly.

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