Paisaje con Moisés salvado de las aguas del Nilo es un cuadro realizado por el pintor francés del Barroco Claudio de Lorena. Mide 209 cm. de alto y 138 cm. de ancho, y está pintado al óleo sobre lienzo. Data de los años 1639-1640.
Fue un encargo del rey de España Felipe IV para decorar el Palacio del Buen Retiro (en concreto para la Galería de Paisajes), formando parte de una serie pictórica en la que también participaron otros grandes pintores de la época, como Nicolas Poussin, Herman van Swanevelt, Jan Both, Gaspard Dughet y Jean Lemaire. De la colección real pasó al Museo del Prado de Madrid, donde se expone actualmente (nº de catálogo 2253).
Lorena realizó ocho cuadros monumentales para el Buen Retiro, en dos grupos: cuatro de formato longitudinal (1635-38: Paisaje con las tentaciones de San Antonio, Paisaje con San Onofre, Paisaje con Santa María de Cervelló y un cuarto desconocido) y cuatro de formato vertical (1639-41: Paisaje con Tobías y el Arcángel Rafael, Paisaje con el embarque en Ostia de Santa Paula Romana, Paisaje con Moisés salvado de las aguas del Nilo, Paisaje con el entierro de Santa Serapia). El programa iconográfico, tomado de la Biblia e Historias de los Santos, fue elegido por el conde-duque de Olivares, que dirigía las obras.
Descripción[editar]
Se trata de una escena religiosa: al nacer Moisés, el faraónordenó que todo hijo varón de un esclavo hebreo fuera arrojado al Nilo. Su madre, Iojebed, al dar a luz, lo escondió durante los tres primeros meses, pero cuando no pudo ocultarlo más lo colocó en una cesta y lo puso a la deriva en el río Nilo, con tan buena suerte que fue encontrado por la hija del faraón, Batía, quién le llamó Moisés («salvado de las aguas»).
El artista lorenés despliega en esta obra una de sus composiciones típicas, donde la figura humana está reducida al mínimo y solo es un pretexto para otorgar un asunto a la obra, mientras que el protagonismo lo adquiere el paisaje, un vasto panorama majestuoso y bucólico, evocador de un pasado esplendoroso, donde juega un papel fundamental el intenso cromatismo y los efectos lumínicos y atmosféricos. El artista recrea una escena anacrónica, ya que en vez de situarse en Egipto el paisaje corresponde al de la campiña romana que tan bien conocía el artista, y las construcciones y el puente que se ven en lontanaza son coetáneas de Lorrain.
La composición de este cuadro fue repetida por el artista en otras obras, como Descanso en la Huida a Egipto(Colección Cavendish, Hollzer Hall) y Paisaje con Agar y el Ángel (National Gallery, Londres).
Este cuadro formaba pareja (pendant) con Paisaje con el entierro de Santa Serapia, también en el Prado: mientras Moisés representa el nacimiento, Santa Serapia significa la muerte, simbolizando el paso del tiempo.
Esta obra figura en el Liber Veritatis (cuaderno de dibujos donde Claudio dejaba constancia de todas sus obras, para evitar las falsificaciones) con el número 47, donde consta la inscripción quadro per il Re di Spagna.
Paisaje con Polifemo es un cuadro del pintor Nicolas Poussin, realizado en 1649, que se encuentra en el Museo del Hermitage de San Petersburgo (Rusia).
Un discípulo del pintor italiano Carlo Maratta, Andrea Procaccini, adquirió en 1722 para el rey Felipe V de Españauna colección pictórica en la que se incluía este cuadro.1
Descripción[editar]
Poussin pintó una serie de paisajes en los que plasmó la armonía deseada entre sus habitantes. En este son animales, árboles, montes, diosas a punto de ser sorprendidas por los sátiros y hombres que escuchan la música de la flauta que toca el cíclope Polifemo, según el relato mitológico.
El gigante Polifemo parece integrado en la montaña, de forma que cuesta identificarlo en la pintura.
Paisaje con Psique en el exterior del palacio de Cupido, también conocido como El castillo encantado, es un cuadro realizado por el pintor francés del Barroco Claudio de Lorena. Mide 87 cm de alto y 151 cm de ancho, y está pintado al óleo sobre lienzo. Data de 1664 y se encuentra en la National Gallery de Londres.
Claudio de Lorena fue un pintor francés establecido en Italia. Perteneciente al período del arte Barroco, se enmarca en la corriente denominada clasicismo, dentro del cual destacó en la pintura de paisaje. En su obra reflejó un nuevo concepto en la elaboración del paisaje basándose en referentes clásicos —el denominado «paisaje ideal»—, que evidencia una concepción ideal de la naturaleza y del propio mundo interior del artista. Esta forma de tratar el paisaje le otorga un carácter más elaborado e intelectual y se convierte en el principal objeto de la creación del artista, la plasmación de su concepción del mundo, el intérprete de su poesía, que es evocadora de un espacio ideal, perfecto.1
Este paisaje fue un encargo del príncipe Lorenzo Onofrio Colonna (1637-1689), príncipe de Paliano y condestable de Nápoles, para el que pintó otros ocho cuadros.2 Tras el fallecimiento de este en 1696 pasó a la familia Pallavicini. En 1720 estaba en París, en la casa Davenant. Posteriormente fue propiedad Chauncey de 1777 a 1790, Calonne hasta 1795, Toward hasta 1807, Porter hasta 1810 y Wells hasta 1848. En 1850 pasó a la National Gallery.3
Filippo Baldinucci, biógrafo de Lorena, citaba este cuadro como Psique en la orilla del mar, y lo calificó de obra de «sorprendente belleza», no en vano es uno de los cuadros más famosos del pintor.4 El sobrenombre de El castillo encantado apareció por primera vez en un grabado de 1782, obra de Vivarès y Woollett.3
Este cuadro formaba pareja (pendant) con Paisaje con Psique salvada del suicidio (1665, Wallraf-Richartz Museum, Colonia).5
Descripción[editar]
Esta obra pertenece al período de madurez del artista. En los años 1660 Claudio abandona la severidad clasicista y se interna en un terreno más personal y subjetivo, reflejando un concepto de la naturaleza que algunos estudiosos califican de romántico avant-la-lettre.6
Se trata de una escena mitológica, procedente de El asno de oro de Apuleyo. Cupido, dios romano del deseo amoroso, se enamoró de la diosa Psique, personificación del alma, pero la abandonó cuando esta le desobedeció, aunque finalmente acabaron juntos tras muchas peripecias. Sin embargo, la escena representada por Claudio no está identificada con ningún pasaje en concreto del mito clásico.4
El paisaje domina la casi totalidad del lienzo. En primer término, en la parte inferior izquierda, aparece Psique sentada con un brazo apoyado en la rodilla y la cabeza sobre la mano, en actitud pensativa. Su figura está probablemente inspirada en los relieves de sarcófagos romanos.7 En el centro del cuadro aparece un imponente castillo, el palacio de Cupido; aunque se levanta sobre las rocas como una fortaleza medieval la fachada es de estilo renacentista, lo que le otorga un aire ecléctico que acentúa el aparente misterio que lo envuelve.8 Probablemente esté inspirado en el Palazzo Doria-Pamphili, de Alessandro Algardi.3 Entre el castillo y el alto árbol que domina el lado derecho del cuadro se ve el mar, confeccionado con tonos azules plateados. Este mar inspiró a John Keats los versos «peligrosos mares en espantosas y abandonadas tierras», de su Oda a un ruiseñor.7
De esta obra existen dos dibujos preparatorios, conservados en la colección Alberman de Londres y en el Musée Condé de Chantilly. En ellos se constata que el palacio no estaba previsto en una primera concepción de la obra.3
Esta obra figura en el Liber Veritatis (cuaderno de dibujos donde Claudio dejaba constancia de todas sus obras, para evitar las falsificaciones) con el número 162.
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