domingo, 29 de octubre de 2017

CUADROS POR ESTILO

CLASICISMO

El triunfo de Galatea es un fresco del pintor barroco italiano Annibale Carracci situado en el Palacio Farnesio de Roma. Los frescos de la bóveda fueron realizados entre el año 1597 y 1605.
La decoración de este palacio debe considerarse como la obra capital del famoso artista boloñés, que empleó ocho años en este magnífico trabajo por el cual se dice que solo recibió 800 escudos, cantidad miserable cuya exigüidad contrasta con el gran número de frescos inspirados en asuntos mitológicos que adornan la gran galería del palacio, en los que Carracci hizo un verdadero derroche de talento.
Entre ellos, existen tres relativos a la historia de Galatea, representando el de mayor importancia el triunfo de ésta. Evidentemente, Carracci se inspiró en la obra homónima de Rafael, si bien hay gran diferencia entre ellas. La gracia y la elegancia que caracterizan la composición en general de cada una de las figuras del fresco de la Farnesina no son lo característico del que se conserva en el palacio Farnesio, en el que Galatea no es más que una nereida vulgar que, adoptando una actitud académica afectada, descansa en los brazos de un centauro marino de expresión insignificante. En torno a estos personajes, unas náyades casi desnudas montadas en delfines ostentan sus robustas formas mientras un tritónsopla afanoso en una gruesa caracola. Se añade a esto el obligado acompañamiento de amorcillos que revolotean disparando flechas o se sumergen en las aguas jugueteando con los delfines.
A cambio de esta falta de originalidad y de naturalidad, se observa en la obra un dibujo sabio y enérgico y una inigualable técnica del fresco. La imitación de los grandes maestros que preconizaba la Escuela Boloñesa, hija del eclecticismo de los Carracci, no podría traer otros resultados. Cabe pensar que Annibale, dotado de un temperamento fogoso y perfectamente dispuesto para la observación de la naturaleza, habría podido hacer una obra inimitable si en vez de seguir la idea del gran pintor de Urbino se hubiera abandonado a su propia inspiración. Basta para convencerse de ello echar una ojeada a otras composiciones del Palacio Farnesio para ver hasta dónde alcanzaban sus envidiables dotes artísticas.










Venus, Adonis y Cupido, perteneciente a la colección del Museo del Prado (MadridEspaña), es un cuadro realizado hacia el año 1590 por el pintor del clasicismo romano-boloñés Annibale Carracci, considerado como una de sus obras maestras.

Historia[editar]

La pintura procede de la colección del aristócrata y militar genovés Giovan Francesco Serra di Cassano, marqués de Almendralejo y Strevimaestre de campo general de los ejércitos españoles. Tras su muerte, su hijo Giuseppe realizó una almoneda de sus bienes en Nápoles en 1664 y en ella fue adquirida junto con otras diecisiete obras (entre ellas Hipómenes y Atalanta de Guido Reni, hoy también en el Prado) por el virrey Gaspar de Bracamonte Guzmánconde consorte de Peñaranda de Bracamonte, por encargo del rey Felipe IV de España.1​ En el catálogo de la venta es descrita como «famosa» y «di mano de Aníbal Carracci fatta di lui ad emulatione di quella di Tiziano» (de mano de Aníbal Carracci hecha por él a emulación de la de Tiziano).
Almacenada y poco accesible durante décadas, la obra recobró estimación a partir de 1970, gracias a la exposición Pintura italiana del siglo XVII. Exposición conmemorativa del ciento cincuenta aniversario de la fundación del Museo del Prado, que se montó en el Casón del Buen Retiro y de la que fue comisario Alfonso E. Pérez Sánchez, muestra que permitió rescatar ésta y muchas otras pinturas italianas del Seicento (entre ellas la mencionada Hipómenes y Atalanta de Reni), que habían permanecido durante décadas menospreciadas, eclipsadas por el esplendor de la pintura veneciana del Renacimiento. En este caso particular se unió el agravante de que la capa pictórica estaba severamente alterada por repintes, barnices oxidados y suciedad, lo que llevó incluso a que durante mucho tiempo fuera considerada una simple copia de otro ejemplar con ligeras variantes conservado en el Kunsthistorisches Museum de Viena. Sin embargo, la restauración a la que fue sometida sacó de nuevo a la luz las altas calidades pictóricas del lienzo, desveló (mediante rayos X) varias correcciones (por ejemplo, Adonis inicialmente portaba una lanza en lugar de un arco), y en la actualidad es considerada unánimemente original de Carracci así como el modelo en el cual se basó la obra vienesa, y no al revés. En 2005 tras finalizar la restauración mereció una exposición en el Prado, en la cual se expuso junto a dos famosas pinturas del mismo tema debidas a Tiziano y Veronese.
De la composición existe un grabado, en dos estados, realizado en 1655 por el artista italiano Luigi Pellegrino Scaramuccia, ejecutados al aguafuerte (primer estado) y aguafuerte y buril (segundo estado), y publicados en ambos casos por Pierre Bertrand. También fue grabada por los españoles Rafael Esteve y Pedro Pascual.

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