martes, 17 de octubre de 2017

Apuntes de Historia Universal

LA EXPANSIÓN ÁRABESIGUIENTE
En 630 el Imperio Chino había logrado neutralizar la amenaza de los turcos orientales (en gran parte gracias a la ayuda de militares turcos). Después de destruir algunos pueblos turcos y de sellar alianzas con otros, China pudo derrotar también a los turcos occidentales y establecer su protectorado sobre los territorios de la ruta de la seda hasta Persia y la India.
Por esta época los tibetanos empezaron a organizarse. El Tíbet estaba dividido en diecisiete feudos situados alrededor del principado de Yar-Klungs, pero en un momento dado el rey Nam-ri empezó a federarlos bajo su autoridad. Envió a la India a su consejero Thon-mi Sambhota para que trajera un sistema de escritura.
En el sur de la India murió el rey Mahendravarman I, que fue sucedido por Narasimhavarman I, que mandó construir el puerto de Mahabalipuram para desarrollar el comercio con el sureste asiático.
El reino visigodo se debatía desde hacía tiempo entre dos tendencias: por una parte, la nobleza reivindicaba su derecho a la elección del monarca, mientras que algunos reyes poderosos habían tratado de consolidar una monarquía hereditaria al estilo franco. El rey Suintila había sido elegido por los nobles, pero trató de asociar al trono a su esposa Teodora, a su hermano Geila y a su hijo Ricimer, con lo cual se encontró con la oposición radical de la nobleza. Además, la Iglesia Católica también prefería una monarquía electiva, pues tenía la suficiente influencia como para sacar buen partido de la elección del rey. En 631 murió sin descendencia Cariberto, el rey de Aquitania hermano del rey franco Dagoberto I, quien transformó Aquitania en ducado y la asignó al duque Boggis. El duque de Septimania, Sisenando,logró el apoyo de Dagoberto I para derrocar a Suintila. Avanzó hasta Zaragoza, donde fue proclamado rey por la nobleza y el clero. En 632 Dagoberto I trató de disolver el reino eslavo de Samo, e inició así una guerra en el este.
Después de tres años de guerra, el rey Penda de Mercia, en coalición con el galés Cadwallan, logró acorralar a Eduino de Northumbria en Hatfield, a unos cincuenta kilómetros al sur de York. Allí murió Eduino y Cadwallan se dedicó a devastar su reino. La población debió de pensar que tales desgracias se debían a la ira de los dioses, a los que habían abandonado al convertirse al cristianismo, así que Northumbria volvió al paganismo. Paulino y su gente tuvieron que abandonar York.
Persia consiguió salir de la anarquía bajo Yazdgard III, un nieto de Cosroes II de quince años de edad.
Mahoma había establecido unos años antes que todo musulmán debía peregrinar a La Meca al menos una vez en su vida. Al poco tiempo de volver de una peregrinación, el Profeta enfermó y murió en Medina. Se dijo que el Profeta había sido envenenado por una judía, en venganza por la matanza de judíos que había ordenado en Medina unos años antes. La dirección del islam pasó a manos de su anciano suegro Abú Bakr, que se convirtió así en el primer Califa (sucesor). Tras la muerte del profeta, numerosas tribus y ciudades que habían manifestado su acatamiento del islam se lo pensaron mejor y no reconocieron la autoridad del califa. Incluso apostataron del islam. Abú Bakr se mantuvo firme y sometió sangrientamente a sus enemigos.
Mahoma no había dejado nada escrito (principalmente porque no sabía escribir), por lo que sus enseñanzas se conservaron únicamente en la memoria de sus seguidores y, ocasionalmente, escritas en los lugares más insólitos (omóplatos de camello, hojas de palmera, piedras, etc.) Tras la muerte del profeta, todo este material fue compilado por Zhaid ibn Thabit, bajo la dirección del califa. Así fue redactándose lo que se convertiría en El Corán (la lectura), el libro sagrado de los musulmanes.
En 633 casi toda Arabia estaba bajo el dominio de Abú Bakr. En un acto de increíble osadía, el califa envió sendos mensajes a Heraclio y a Yazdgard III invitándolos a someterse al islam. Obviamente, ninguno de los dos gobernantes hizo el menor caso, así que los audaces jinetes árabes empezaron a hostigar simultáneamente las fronteras de las dos grandes potencias de la zona.
Dagoberto I tuvo que desistir de su intento de dominar el reino de Samo, así que se limitó a reforzar las fronteras orientales de su reino. Tuvo que confiar su defensa a los sajones, a los austrasianos y a Radulfo, el duque de Turingia.
Cuando Eduino mató al rey Ethelfrith de Northumbria, los hijos de éste se refugiaron en el norte. Uno de ellos, llamado Osvaldo, se había convertido al cristianismo céltico, y había pasado un tiempo en Iona. Tras la muerte de Eduino regresó a Northumbria y mató a Cadwallan en una batalla. Osvaldo se convirtió en rey de Northumbria y se alió con Wessex casándose con una hija de su rey.
El cuarto concilio de Toledo reconoció a Sisenando como legítimo rey de los visigodos, condenó a Suintila, acusado de ladrón, asesino y corrupto, estableció como obligatoria la elección del rey por la nobleza y la Iglesia, declaró al rey ungido de Dios, y por lo tanto inviolable, y también estableció algunas medidas antisemitas.
El concilio estuvo presidido por Isidoro de Sevilla, quien unos años antes había escrito en su Crónica de los visigodos que Suintila era "munícipe para todos, largo para pobres e indigentes, pronto a la misericordia, hasta el punto de que mereciera ser llamado no sólo Príncipe de los Pueblos, sino también Padre de los Pobres." Tras el concilio, Isidoro no borró este párrafo, sino que añadió una nota diciendo que se había equivocado en su juicio. Luego relató los crímenes del rey y "las riquezas robadas a los pobres". Suintila murió en 634.
Un ejército árabe había entrado en Persia el año anterior. Los persas reunieron rápidamente un ejército y los derrotaron rotundamente en la llamada batalla del puente. Mientras tanto, en el frente romano, los árabes tomaron la ciudad de Bosrah, al este del Jordán. La entrega de la ciudad fue considerada una traición en Constantinopla, pues no consideraban que los árabes fueran un enemigo poderoso. Poco después murió el califa Abú Bakr y fue sucedido por Umar I, que había sido uno de los colaboradores más activos de Mahoma.
Dagoberto I destituyó a Pipino de Landen de su cargo de mayordomo de palacio y lo mantuvo retenido en Neustria. Su puesto lo ocupó Ansegisal, hijo del obispo de Metz que había sido regente junto con Pipino durante la minoría de edad del monarca. Ansegisal se casó con Begga, hija de Pipino. Para consolidar la sucesión, Dagoberto I nombró rey de Austrasia a su hijo de tres años Sigeberto III. En 635tuvo un segundo hijo al que convirtió inmediatamente en Clodoveo II, rey de Neustria.
Tras un largo asedio, los árabes tomaron Damasco. Heraclio empezó a darse cuenta de que había subestimado a este pueblo. Formó un ejército y lo envió a Siria bajo el mando de su hermano Teodoro, que recuperó la ciudad. Pero los árabes formaron un ejército mayor y volvieron a la carga en 636. Se libró una gran batalla junto al río Yarmuk, un afluente del Jordán, al sur del mar de Galilea. La pesada caballería imperial se enfrentó a la caballería ligera de los árabes. Por tres veces, los romanos rompieron las líneas enemigas, pero los árabes se dispersaban y se reunían ágilmente. Cuando los romanos quedaron agotados, llegaron árabes por todas partes gritando sus llamamientos a Alá. El ejército imperial fue aniquilado.
Ahora estaba claro que los árabes constituían una seria amenaza. Mahoma había sembrado en ellos la idea de la guerra santa: todo musulmán que muriera defendiendo el islam iría al séptimo cielo, la parte más selecta del paraíso. Los ejércitos musulmanes podían ser más toscos que los romanos y los persas, pero eran más numerosos y sus hombres desconocían el miedo a la muerte.
Ese mismo año murió el rey visigodo Sisenando, así como san Isidoro de Sevilla, que es la principal fuente de información sobre el reino visigodo en esta época, por lo que sabemos muy poco sobre el reinado de Sisenando y el de sus sucesores, el primero de los cuales fue Chintila. San Isidoro fue un erudito que se interesó por todo el saber que estaba a su alcance. Además del latín, dominaba la lengua gótica, el griego y el hebreo. Escribió sobre historia, teología, ciencia, gramática, etc. En su obra apenas hay nada original, y trata por igual a todas las fuentes, mezclando hechos reales con toda clase de leyendas y supersticiones. Pese a ello tuvo una gran difusión y, por consiguiente, una gran influencia en los siglos posteriores. Además de su hermano san Leandro, también fueron santos sus otros dos hermanos: sanFulgencio y santa Florentina.
También murió el rey lombardo Arioaldo, que fue sucedido por Rotario.
En 637 los árabes ocuparon Jerusalén. Desde entonces no se volvió a saber nada de la Vera Cruz. Enardecidos por sus victorias frente al Imperio Romano, volvieron a atacar a Persia. Se produjo un enfrentamiento en Qasidiya, junto al Éufrates, unos ochenta kilómetros al sur de donde había estado Babilonia. Los dos ejércitos tenían aproximadamente el mismo número de hombres y la batalla se prolongó durante dos días, pero luego los árabes recibieron un sustancial refuerzo proveniente de Siria. Una tormenta de arena favoreció a los árabes, pues el viento soplaba hacia el frente persa. Los soldados tuvieron que retroceder y finalmente huyeron en desbandada. Los árabes tomaron Ctesifonte.
Los persas empezaron a reorganizarse alrededor de la ciudad de Nehavend, cerca de Ecbatana, la antigua capital meda. Sorprendentemente, Heraclio no hizo lo propio tras las derrotas sufridas ante los árabes. Nunca organizó un nuevo ejército para enviarlo contra los invasores. Probablemente Heraclio llegó a la convicción de que era inútil tratar de salvar una tierra que no quiere ser salvada. Siria y Egipto se habían entregado a los persas prácticamente sin resistencia, ahora Siria había vuelto a entregarse a los árabes y era una mera cuestión de tiempo que Egipto hiciera lo mismo. Enviar un ejército arreglaría poco, pues podría ganar una batalla, pero eso no sirve para nada sin el apoyo de la población. El problema real era que Siria y Egipto no sentían ninguna lealtad hacia Constantinopla, y ello se debía principalmente a que sus habitantes eran monofisitas y Constantinopla era católica.
Nuevamente, Heraclio contó con el apoyo de Sergio, el patriarca de Constantinopla, que estuvo dispuesto a modificar la postura de la Iglesia para acercarla al monofisismo. En 638 Sergio promulgó una doctrina que fue llamada monotelismo (una sola voluntad): Los católicos afirmaban que Jesucristo tenía dos naturalezas, una divina y otra humana, mientras que los monofisitas consideraban que sólo había en él una naturaleza divina. El monotelismo afirmaba que Jesucristo tenía dos naturalezas animadas por una única voluntad, por lo que en la práctica actuaba como si tuviera una única naturaleza, tal y como creían los monofisitas. Sergio murió ese mismo año, pero su sucesor, Pablo, siguió adelante con el monotelismo.
Probablemente Heraclio esperaba que el monotelismo eliminara los recelos de Siria y Egipto hacia Constantinopla y permitiera que el pueblo acogiera a un futuro ejército como liberador y no como "otro conquistador". Sin embargo el monotelismo resultó ser un fracaso. Los teólogos de Siria y Egipto lo rechazaron de plano y lo mismo hizo la Iglesia Romana. No es de extrañar: las sutilezas teológicas sobre Jesucristo difícilmente podían interesar al pueblo llano. Eran meras excusas para canalizar discrepancias políticas e ideologías nacionalistas que no iban a zanjarse con juegos de palabras.
En Roma murió el papa Honorio I y en su lugar fue elegido Severino, pero al ser abiertamente opuesto al monotelismo el gobernador de Roma, Mauricio, impidió su consagración, que no pudo llevarse a cabo hasta dos años después.
También murieron el rey franco Dagoberto I y su mayordomo de palacio, Ansegisal. Nuevamente el reino quedó dividido en dos: Sigeberto III quedó como rey de Austrasia y Clodoveo II como rey de Neustria. Tenían siete y tres años respectivamente, lo que hizo que el poder real lo ejerciera la nobleza. En Austrasia el poder recayó en el viejo Pipino de Landen, que logró recuperar los privilegios que Dagoberto I le había retirado y se convirtió de nuevo en mayordomo de palacio.
En 639 murió el rey visigodo Chintila, y la nobleza eligió como sucesor a Tulga.
En 640 murió Pipino de Landen. Surgieron muchos candidatos a mayordomo de palacio, pero Grimoaldo I, hijo de Pipino, terminó imponiéndose e hizo valer el carácter hereditario del cargo tal y como lo había establecido el rey Clotario II años atrás.
Un ejército árabe partió de Siria hacia Egipto, bajo el mando del general Amr ibn al-As. Llegó hasta Pelusio y, tras un mes de asedio, tomó la ciudad.
El emperador chino Taizong tomó como concubina a Wu Zhao, hija de un general que había apoyado al emperador para llegar al poder. Desde entonces se entabló una rivalidad entre ella y la Emperatriz Wang, que era estéril.
El papa Severino pudo ser consagrado finalmente, tras lo cual condenó el monotelismo y, en represalia, el gobernador de Roma, Mauricio, saqueó el palacio de Letrán. Se dice que Severino murió del disgusto. En su lugar fue elegido Juan IV, que siguió luchando contra el monotelismo, al que condenó en un concilio celebrado en 641.
Ese año murió el emperador Heraclio, mientras los árabes ocupaban Egipto sin esfuerzo. Entre las medidas que Heraclio tomó para cohesionar el Imperio, estuvo la de abandonar el latín como lengua oficial y sustituirla por el griego, que era la lengua que realmente hablaba la población. Esto supuso un paso más en el distanciamiento cada vez mayor entre Oriente y Occidente. Por esta época en Oriente volvió a ponerse de moda la barba. Puede parecer un hecho intrascendente, pero contribuyó a acrecentar la hostilidad entre orientales y occidentales. En occicente la barba se asociaba con los bárbaros incivilizados, mientras que en Oriente los rostros afeitados recordaban a los de los eunucos, que tenían fama de mezquinos y despreciables. Así, la imagen típica del oriental causaba un cierto rechazo en el occidental típico, y viceversa.
Heraclio dejó el Imperio a sus dos hijos, Constantino III y Heracleonas. Eran hermanastros, pues Heracleonas era hijo de Martina, segunda mujer y sobrina de Heraclio. Un sector de la Iglesia consideró incestuoso este matrimonio, pero Heraclio tenía el prestigio suficiente como para seguir adelante. La corte se dividió entre partidarios de uno y otro emperador, y Martina se puso al frente de los partidarios de su hijo. Tal vez se hubiera desatado una guerra civil si Constantino III no hubiera muerto a los pocos meses de reinado. Probablemente murió de tuberculosis, pero se rumoreó que Martina lo había envenenado. La opinión pública se volvió contra Heracleonas y Martina, por lo que el emperador se vio obligado a abdicar y exiliarse antes de que acabara el año. Fue elegido emperador su sobrino Constante II, hijo de Constantino III, que contaba sólo con once años de edad.
El rey Penda de Mercia decidió que le apetecía combatir de nuevo contra Northumbria, y usó de nuevo como excusa el cristianismo de su rey Osvaldo. Al igual que había sucedido con Eduino, el rey Osvaldo fue derrotado y muerto por Penda. Osvaldo tenía un hermano llamado Oswiu, que se apoderó del trono de Northumbria y, para afianzar su posición, se casó con una hija de Eduino. Para evitar que se repitiera la historia de sus dos predecesores, Oswiu trató de aplacar a Penda, le entregó como rehén a uno de sus hijos e hizo que su hija se casara con un hijo de Penda. Luego le ofreció tributo y lo reconoció como señor.
El rey tibetano Nam-ri murió envenenado, y fue sucedido por su hijo Srong-btsan Sgam-po, que se casó con una princesa china y otra nepalí, ambas budistas. Fundó la ciudad de Lhassa y empezó la construcción de un gran palacio, el Potala. Gracias a las buenas relaciones con la China y la India el nivel de vida del Tíbet mejoró sustancialmente: llegaron la cerveza, el aguardiente, el papel, la tinta y el arte de la cerámica y del riego. Esto permitió iniciar el cultivo de la cebada.
En 642 Amr ibn al-As tomó Alejandría. La ciudad fue reconquistada por un breve periodo, pero luego volvió a caer, y desde entonces los árabes dominaron todo Egipto. Se cuenta que los libros de la biblioteca de Alejandría fueron puestos a los pies del califa Umar, quien sentenció de este modo: "Si estos libros coinciden con el Corán, son innecesarios; si están en desacuerdo con él, son perniciosos. En cualquier caso, destruidlos." Pero es poco probable que esta historia sea cierta y, si lo es, es poco probable que los árabes destruyeran más que unos pocos libros. La biblioteca de Alejandría había sido destruida mucho antes por los cristianos en su lucha contra el paganismo. En Persia los árabes obtuvieron otra gran victoria. El rey Yazdgard III tuvo que huir hacia el noreste mientras los árabes ocupaban sistemáticamente todo el Imperio.
Tras la muerte del papa Juan IV fue elegido Teodoro I. Condenó el monotelismo, y llegó a deponer a Pablo, el patriarca de Constantinopla (a lo cual, claro, nadie hizo caso). El emperador Constante II seguía apostando por la posibilidad de que el monotelismo se ganara a los cristianos persas y egipcios, como paso previo a una posible reconquista de estos territorios.
El rey visigodo Tulga fue víctima de una conjuración de la nobleza, que le obligó a tonsurarse y convertirse en monje (lo cual lo inhabilitaba como rey para siempre). En su lugar fue elegido Chindasvinto,que tenía entonces unos setenta y nueve años. Probablemente fue una elección de compromiso, con la que la nobleza pretendió aplazar unos años (los pocos que viviera Chindasvinto) la elección del nuevo rey. Sin embargo Chindasvinto no resultó fácil de manejar. Hizo matar a muchos nobles, redujo a sus familias a la esclavitud y confiscó sus bienes. Muchos nobles tuvieron que huir a África o al reino franco.
En 643 un peregrino chino llamado Huien Tsang llegó a la India, donde el rey Harsa organizó en su honor una gran asamblea presidida por una imagen de Buda a la que acudieron reyes vecinos, brahmanes, jainistas y monjes budistas. Se pronunciaron discursos, se hicieron ofrendas a Buda y Harsa distribuyó una parte del tesoro real.
El rey lombardo Rotario promulgó en Pavía las llamadas Leyes de Rotario, una recopilación de costumbres germánicas.
En 644 murió el califa Umar I, asesinado en la mezquita de Medina por un esclavo persa. Fue él quien estableció la fecha de la Hégira (la huida de Mahoma a Medina) en el 16 de julio de 622, y la fijó como el primer día del calendario musulmán, vigente hasta la actualidad. Hay que tener presente que el año islámico tiene 354 o 355 días (es lunar), por lo que 33 años islámicos equivalen a 32 años solares. Como nuevo califa fue elegido Utmán, yerno de Mahoma y perteneciente a una familia noble de La Meca, los Omeyas.
Por esta época existían al menos cuatro ediciones del Corán, con las diferencias suficientes para provocar disputas e interpretaciones divergentes. Por ello Utmán nombró una comisión que preparase una única versión oficial, que sería la obligatoria para todos los musulmanes hasta la actualidad. Las demás versiones fueron destruidas. El Corán que sobrevivió consta de 144 suras (capítulos) ordenados (criterio científico donde los haya) según su longitud, desde el más largo hasta el más breve, salvo el primero, que es más corto pero contiene los dogmas fundamentales del islam.
Se pueden distinguir en él dos fuentes básicas, una más antigua redactada en La Meca en prosa rimada y otra posterior redactada en Medina en una prosa más pesada, monótona y repetitiva. Ambas aparecen mezcladas en una maraña que nadie hasta ahora ha intentado analizar. Hay versículos de una intercalados en versículos de la otra, algunos de los más recientes contradicen a los más antiguos y tal vez sea imposible fechar correctamente las distintas partes. Años más tarde surgió la versión oficial de que el Corán es la transcripción literal de un libro que está en el cielo y que le fue dictado a Mahoma por el arcángel san Gabriel.
En 645 el clan Soga perdió la supremacía en Japón. Fue sustituido por el clan Nakatomi, que implantó un sistema de gobierno calcado de la China de los Tang. Promulgó un código de leyes conocido como código Taika.

Primeros siglos de la expansión musulmana[editar]

Expansión árabe en tiempos de Mahoma en la zona I, Abu Bakr en la II, Omar en la III y Uthman en la IV.
Durante sus primeras décadas, el islam se extendió rápidamente hacia el noreste hasta Mesopotamia y Persia; y al oeste hasta SiriaPalestina y Egipto (las provincias más ricas del Imperio bizantino).
El islam impactó en el mundo cristiano y greco-romano poco después de la muerte de Mahoma. Durante el reinado de los Omeyas, la expansión continúa, las conquistas se hacen por vía terrestre hasta el Magreb a fines del siglo VII, y llegan a costas españolas comenzando el siglo VIII. En 711 superan el estrecho de Gibraltar y logran llegar a España. Los moros son detenidos en la batalla de Covadonga en el año 722 en CovadongaAsturias y en la batalla de Poitiers, en el 732 en PoitiersFrancia. Desde allí vuelven a sus territorios en la Península Ibérica aunque los reyes asturianos, tras la victoria en Covadonga inician la Reconquista dando lugar al Reino de Asturias.
Luego se expandieron hacia Asia centralBujaráKabul, y alcanzarán la frontera de la India. Limitarán con el Imperio bizantino, el mar Caspio y el Cáucaso al norte.
El mar Mediterráneo es controlado por el Imperio bizantino luego de la amenaza de las conquistas árabes, quienes construirán una flota y atacarán Constantinopla sin éxito en tres ocasiones. Los bizantinos eran maestros del mar y bloquearon la expansión musulmana, manteniendo de todas formas el comercio con ellos. El mar se constituyó en una frontera, pero sobre todo se convirtió en un mar de comercio. El mapa no cambiaría más hasta el siglo XI.
Cuando los árabes conquistaban un territorio, se establecían en campamentos aparte y vivían del fruto de sus conquistas y de los impuestos aplicados a los no-musulmanes, a cambio de su libertad y su protección. Este impuesto personal se llamaba yizia y era distinto al que pagaban los musulmanes, llamado azaque (que es uno de los cinco pilares del islam).
El siglo VIII se caracteriza por la férrea resistencia del Imperio bizantino, pero también en el interior del mundo musulmán. La agitación es a la vez política y religiosa. Se observa entonces la unificación y la arabización del Imperio (por la lengua, la moneda, la administración), como consecuencia de su islamización (las escuelas son instituidas para aprender el Corán, los juicios son llevados a cabo para responder al derecho musulmán).
Pero hay numerosas secesiones político-religiosas. En efecto, los abasíes fundaron Bagdad. Hay entonces un desplazamiento del centro político hacia el este, que por consecuencia le transferirán corrientes llegadas desde el extremo oriente, pero también significará un desequilibrio pues el centro está alejado del oeste del Imperio. Esto arrastrará las secesiones que derivarán en la formación de tres grandes zonas donde emergerán los califatos.
Estas son las zonas abasífatimí y andalusí; se puede aún hablar de unidad religiosa entre los sucesores de Mahoma.
En el siglo IX y el siglo X, el Imperio árabe-musulmán no se expande más, estando sometido a presiones exteriores crecientes.

Del siglo VII al siglo XV[editar]

Las tropas de Uqba ibn Nafi entran en Ifriqiya, nombre dado a esta antigua provincia romana, pero se topa con la resistencia de Kusaila. En 683, en el momento de una batalla terrible, Uqba muere así como la inmensa mayoría de sus hombres. Kusaila marcha entonces sobre Kairuán, reinando allí cerca de cinco años, pero refuerzos venidos de Siria destituyen al rey.
La conquista del Magreb prosigue y en seguida un nuevo ataque gana la región de Aurès, la reina Dijia (Kahena) llega a reunir a varias tribus bereberes y rechaza provisionalmente a los soldados musulmanes hasta Tripolitania(la actual Libia). Cartago es tomado en 698, la resistencia está dominada a partir de 702 y África del Norte es oficialmente conquistada en 711. El mismo año, los primeros contingentes beréberes pasan a Andalucía, dirigidos por Táriq ibn Ziyad. A la fase de organización militar de la conquista, va a sustituirse la administración de un territorio todavía parcialmente insumiso, y convertido.
Las poblaciones afro-árabe-persas de África del este que comerciaban desde hace siglos con los árabes se islamizaron desde el siglo viii. La cultura swahili es a la vez el fruto de este mestizaje y de la islamización de la región.

Europa[editar]

Desde el siglo VII, el Imperio se extiende de la península arábiga hasta la península Ibérica. La expansión del islam se hace según el principio de la guerra santa o Yihad, concepto también expresado por Agustín de Hiponasegún el cual sería justo combatir para la verdadera fe: el cristianismo para Agustín de Hipona, el islam para Mahoma. Aunque se pueda establecer una equivalencia, no toman el término ni la idea de Agustín de Hipona, sino del Corán donde el término aparece en la fórmula «esfuerzo en el camino de Dios», en el sentido de esfuerzo para hacer reinar los derechos de Dios, es decir, para defender el islamismo. Si bien en los primeros siglos de la era cristiana, no hubo guerras de conquistas llevadas explícitamente en nombre de la fe cristiana, sí las hubo en nombre de la fe islámica.
Esta tierra, entonces cristiana, había sido desgastada por las luchas intestinas derivadas contra la herejía(arrianismo en la península Ibérica y donatistas en el Magreb) y, debido a esto, había sido largamente perseguida por el poder imperial. Lo que explica la acogida fácil para los conquistadores, hecho por la mayoría de ellos por lo menos en África del Norte. La Hispania se convertirá en el país de al-Ándalus durante ochocientos años.
En cambio las corrientes del cristianismo consideraron primero muy negativamente la emergencia del islam. Esta nueva religión ponía obstáculo a su reivindicación de universalismo (“católico” significa universal), y las referencias a los mensajes de la Biblia aparecían en ellos, así como a los judíos, más bien como una herejía cismática (para las corrientes que utilizan este concepto) que como un reconocimiento. La referencia al mensaje cristiano utilizada en el Corán había llegado a Mahoma vía cristianos monofisitasdocetas o nestorianos, es decir, de las corrientes consideradas heréticas por los Concilios de Nicea y Constantinopla.
A lo más, el islam aparecía ante ellos como una forma de competencia ligera, compartiendo su reconocimiento a un Dios único, pero refutando en cambio la idea de Trinidad.
Hasta la llegada de los turcos selyúcidas, sin embargo, la convivencia en Jerusalén sería sin dificultad mayor, a pesar de las invasiones repetidas hacia Europa realizadas por tropas moras que apelan al islam. La situación totalmente cambia con la ocupación turca, que piensa prohibirles a los cristianos el paso hacia los lugares santos.
Una tensión se crea entonces. Para Occidente cristiano, el mahometano se hace el infiel por excelencia, y Mahoma (de donde viene la deformación baphomet) es la imagen de un demonio pérfido, que predica en nombre de Dios para desviar a los fieles de la verdadera fe. A veces es asimilado como el Anticristo, a veces más simplemente hace recordar las palabras que los evangelios atribuyen a Jesús y que advierte contra profetas falsos que vendrán después de él. Desde el lado musulmán se establecen las mismas acusaciones.
La conquista islámica, como más tarde lo serán las cruzadas, son motivados de hecho también:
  • Por los jefes de guerra, por los deseos de extender su territorio.
  • Por las poblaciones preparadas con este fin, por una necesidad percibida de difundir la verdadera fe.
El apogeo de la civilización musulmana (en términos de desarrollo científico y técnico) se sitúa entre los siglos VIII y IX. Los beneficios culturales y técnicos obtenidos por los territorios occidentales gracias a la expansión musulmana son objeto de debate de los historiadores especializados.
Los progresos son tales, que se puede hablar de un “primer renacimiento”, muy anterior al fenómeno que se efectuará en Italia durante el siglo xiii. Ellos recibieron importantes conocimientos de países de antigua civilización que conquistaron: (SiriaLíbanoEgiptoMesopotamia, la provincia romana de África). Pero esta recepción no fue meramente pasiva: con esta materia se producen desarrollos importantes y propios, como los logrados con el álgebra, o en el campo filosófico, el cual reconoce importantes personajes como Avicena, Al-Farabi o Averroes.7​ Europa tiene entonces cerca de dos siglos de retraso sobre el mundo musulmán, aunque ciudades como Venecia tuvieron al respecto una situación extraordinaria. La imprenta vendrá luego para invertir el sentido de la diferencia cronológica.
La batalla de Poitiers, en octubre del 732.
Más que la victoria de 711 de Carlos Martel, que rechazará la invasión en Poitiers, es el fracaso del sitio de Constantinopla el que frenará el avance de los ejércitos árabes. Los establecimientos moros perdurarán mucho tiempo como atestigua la toponimia de Ramatuelle, una ciudad de Provenza al sur de Francia, nacida de Rahmat Allah, la gracia de Dios.
Conoceremos el movimiento inverso de guerra justo también, algunos siglos más tarde, en la Reconquista de la península Ibérica que verdaderamente se presenta en la batalla de Las Navas de Tolosa, la primera victoria de esta campaña, y se concluirá en el siglo XV por la conquista de los últimos reinos Taifas en 1492. Esta fecha corresponde también según Jacques Attali y Arnold J. Toynbee al exterminio de los últimos núcleos de resistencia cristiana en Egipto. Algunas cruzadas previamente destinados a reconquistar la tumba del Cristo habían reabierto en los países cristianos la ruta de las especias apoderándose de las escalas de Levante.

La conquista otomana[editar]

Mapa de las conquistas del Imperio otomano hacia 1683
En el siglo IX, empieza el avance de los pueblos turco-mongoles de la región de las montañas Altái y del lago Baikal hacia el oeste; estos pueblos progresivamente se islamizan. Más tarde, debido al llamado de refuerzo hecho por el califa abasí para calmar las agitaciones, poblaciones turcas llamadas selyúcidas se instalan en Bagdad en el siglo XI.
El islam se extiende en Asia Menor y en la India. Un príncipe afgano convertido al islam instaura un sultanato en la India. Hay diferentes familias influyentes en las tribus turcas en Asia Menor, y la familia Osman, instalada cerca de Estambul, va a emprender la conquista de Asia Menor y de los Balcanes. Constantinopla cae en 1453. La expansión del islam en Europa se debió a las exitosas campañas militares que llevaron a cabo los otomanos, en particular sobre los albaneses y sobre los eslavos de Bosnia.

Época contemporánea[editar]

Mapa de países musulmanes a comienzos del siglo XXI.     Sunní     Chií     Ibadí (jariyismo)
El islam es hoy la religión más seguida después del cristianismo con un total estimado de 1.3 miles de millones de creyentes (sobre el 20 % de la población mundial).
El islam continúa su expansión en África, en una progresión constante hacia el sur del continente (donde predomina aún el cristianismo desde la colonización europea). Desde su independencia, una parte de los países de África negra privilegiaron más bien las relaciones con los países árabes musulmanes antes que con los antiguos colonizadores. Uno de los factores de la fácil difusión del islam en África es su importación desde países vecinos, en lugar de evangelizadores blancos susceptibles de ser percibidos como colonizadores, como en el caso del catolicismo.8
Esta expansión es también fuente de tensiones y de conflictos. En Costa de Marfil o en Nigeria, por ejemplo, la oposición entre las poblaciones musulmanas al norte del país y las poblaciones cristianas del sur alimenta una inestabilidad permanente que puede ir hasta el conflicto armado a escala nacional (Costa de Marfil) o a ataques y represalias en las regiones “mixtas” (Nigeria). A las cuestiones religiosas se incorporan sin embargo intereses económicos y políticos (reparto de las riquezas y del poder político) en el génesis de los enfrentamientos.
La difusión del islam fuera del mundo árabe-musulmán tradicional se explica en parte por el crecimiento de los flujos migratorios a partir de los países de religión y de cultura musulmana. Es el caso en los países occidentales dónde la inmigración de poblaciones musulmanas se desarrolló desde los años 1950. Sin embargo, esta inmigración no parece influir en el número de conversiones de la población local.
El islam continúa también su difusión hacia el este en Asia. En Indonesia particularmente, el islam, llegado desde comerciantes indios y chinos que hacían escalas en los puertos de Java y el Sumatra por lo menos desde el siglo XII, tuvo una progresión más bien lenta. En nuestros días, el 88 % de la población indonesia administrativamente es registrada como musulmana.

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