miércoles, 18 de octubre de 2017

Sagradas Escrituras

Mateo

21 Pues bien, cuando se acercaron a Jerusalén y llegaron a Betfagué en el monte de los Olivos, entonces Jesús envió a dos discípulos,+ diciéndoles: “Pónganse en camino a la aldea que está a su vista, y en seguida hallarán un asna atada, y un pollino con ella; desátenlos y tráiganmelos.+ Y si alguien les dice algo, tienen que decir: ‘El Señor los necesita’. Con eso él los enviará inmediatamente”.
Esto verdaderamente se efectuó para que se cumpliera lo que se había hablado mediante el profeta, que dijo: “Digan a la hija de Sión: ‘¡Mira! Tu Rey viene a ti,+ de genio apacible,+ y montado sobre un asno, sí, sobre un pollino, prole de una bestia de carga’”.+
De modo que los discípulos se pusieron en camino e hicieron exactamente como les había ordenado Jesús. Y trajeron el asna y su pollino, y pusieron sobre estos las prendas de vestir exteriores de ellos, y él se sentó sobre estas.+ La mayor parte de la muchedumbre tendió sus prendas de vestir exteriores+ en el camino, mientras otros se pusieron a cortar ramas de los árboles y a tenderlas por el camino.+ En cuanto a las muchedumbres, los que iban delante de él y los que seguían, clamaban: “¡Salva, rogamos,*+ al Hijo de David!+ ¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová!*+ ¡Sálvalo, rogamos, en las alturas!”.*+
10 Entonces, cuando él entró en Jerusalén,+ toda la ciudad se puso en conmoción, y decían: “¿Quién es este?”. 11 Las muchedumbres seguían diciendo: “¡Este es el profeta+ Jesús, de Nazaret de Galilea!”.
12 Y Jesús entró en el templo y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas y los bancos de los que vendían palomas.+ 13 Y les dijo: “Está escrito: ‘Mi casa será llamada casa de oración’,+ pero ustedes la hacen cueva de salteadores”.+14 También, se acercaron a él ciegos y cojos en el templo, y los curó.
15 Cuando los sacerdotes principales y los escribas vieron las cosas maravillosas que hizo,+ y a los muchachos que estaban clamando en el templo y diciendo: “¡Salva, rogamos,+ al Hijo de David!”,+ se indignaron, 16 y le dijeron: “¿Oyes lo que estos están diciendo?”. Jesús les dijo: “Sí. ¿Nunca leyeron+ esto: ‘De la boca de los pequeñuelos y de los lactantes has proporcionado alabanza’?”.+ 17 Y dejándolos atrás, salió fuera de la ciudad a Betania, y allí pasó la noche.+
18 Cuando volvía a la ciudad muy de mañana, le dio hambre.+ 19 Y alcanzó a ver una higuera junto al camino, y fue a ella, pero no halló nada+en ella sino hojas solamente, y le dijo: “Nunca más venga fruto de ti para siempre”.+ Y la higuera se marchitó al instante. 20 Pero cuando los discípulos vieron esto, quedaron admirados, y dijeron: “¿Cómo sucedió que se marchitara al instante la higuera?”.+ 21 En respuesta, Jesús les dijo: “En verdad les digo: Si solo tienen fe y no dudan,+ no solo harán lo que yo hice a la higuera, sino que también si dijeran a esta montaña: ‘Sé alzada y arrojada al mar’, sucederá.+ 22 Y todas las cosas que pidan en oración, teniendo fe, las recibirán”.+
23 Entonces, después que entró en el templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se le acercaron mientras estaba enseñando, y dijeron:+ “¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te dio esta autoridad?”.+ 24 En respuesta, Jesús les dijo: “Yo, también, les preguntaré una cosa. Si me la dicen, yo también les diré con qué autoridad hago estas cosas:+ 25 El bautismo por Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres?”.+ Pero ellos empezaron a razonar entre sí, diciendo: “Si decimos: ‘Del cielo’, nos dirá: ‘Entonces, ¿por qué no le creyeron?’.+ 26 Sin embargo, si decimos: ‘De los hombres’, tenemos la muchedumbre a quien temer,+porque todos tienen a Juan por profeta”.+ 27 De modo que, en respuesta a Jesús, dijeron: “No sabemos”. Él, a su vez, les dijo: “Tampoco les digo yo con qué autoridad hago estas cosas.+
28 ”¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos.+ Dirigiéndose al primero, dijo: ‘Hijo, ve, trabaja hoy en la viña’. 29 En respuesta, este dijo: ‘Iré, señor’,+ pero no fue. 30 Acercándose al segundo, dijo lo mismo. En respuesta, este dijo: ‘No quiero’. Después le pesó,+ y fue. 31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de [su] padre?”.+ Ellos dijeron: “El segundo”. Jesús les dijo: “En verdad les digo que los recaudadores de impuestos y las rameras van delante de ustedes al reino de Dios. 32 Porque Juan vino a ustedes en camino de justicia,+ pero ustedes no le creyeron.+ No obstante, los recaudadores de impuestos y las rameras le creyeron,+ y a ustedes, aunque vieron [esto], no les pesó después, de modo que le creyeran.
33 ”Oigan otra ilustración:* Había un hombre, un amo de casa,+ que plantó una viña y la rodeó de una cerca y cavó en ella un lagar y erigió una torre,+ y la arrendó a cultivadores, y viajó al extranjero.+ 34 Cuando llegó la época de los frutos, despachó sus esclavos a los cultivadores para conseguir sus frutos. 35 Sin embargo, los cultivadores tomaron a sus esclavos, y a uno lo golpearon severamente, a otro lo mataron, a otro lo apedrearon.+36 De nuevo despachó otros esclavos, más que los primeros, pero a estos les hicieron lo mismo.+ 37 Por último despachó su hijo a ellos, diciendo: ‘Respetarán a mi hijo’. 38 Al ver al hijo, los cultivadores dijeron entre sí: ‘Este es el heredero;+ ¡vengan, matémoslo y consigamos su herencia!’.+39 De modo que lo tomaron y lo echaron fuera de la viña y lo mataron.+40 Por lo tanto, cuando venga el dueño de la viña, ¿qué les hará a aquellos cultivadores?”. 41 Le dijeron: “Por ser malos, traerá sobre ellos una destrucción mala,+ y arrendará su viña a otros cultivadores, que le darán los frutos a su tiempo”.+
42 Jesús les dijo: “¿Nunca han leído en las Escrituras: ‘La piedra que los edificadores rechazaron+ es la que ha llegado a ser la principal piedra angular.+ De parte de Jehová* ha venido a ser esto, y es maravilloso a nuestros ojos’? 43 Por eso les digo: El reino de Dios les será quitado a ustedes y será dado a una nación que produzca sus frutos.+ 44 También, el que caiga sobre esta piedra será hecho añicos. En cuanto a cualquiera sobre quien ella caiga, lo pulverizará”.+
45 Pues bien, cuando los sacerdotes principales y los fariseos hubieron oído sus ilustraciones, se dieron cuenta de que hablaba de ellos.+ 46 Pero, aunque procuraban prenderlo, temían a las muchedumbres, porque estas lo tenían por profeta.+

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San Mateo

Capítulo 20

Jesús enseña la parábola de los obreros de la viña — Predice Su crucifixión y resurrección — Jesús vino a dar Su vida en rescate por muchos.
Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña.
Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña.
Y saliendo cerca de la hora tercera, vio a otros que estaban en la plaza desocupados
y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron.
Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo.
Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban sin trabajo y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados?
Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado. Les dijo: Id también vosotros a la viña y recibiréis lo que sea justo.
Y al atardecer, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros.
Y cuando vinieron los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario.
10 Y al venir también los primeros, pensaron que habían de recibir más, pero también ellos recibieron cada uno un denario.
11 Y tomándolo, murmuraban contra el padre de familia,
12 diciendo: Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos llevado la carga y el calor del día.
13 Y él, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario?
14 Toma lo que es tuyo y vete; mas quiero darle a este postrero como a ti.
15 ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío?, o, ¿esmalo tu ojo, porque yo soy bueno?
16 Así, los primeros serán postreros y los postreros, primeros; porque muchos son los llamados, pero pocos los escogidos.
17 Y subiendo Jesús a Jerusalén, tomó a sus doce discípulos aparte en el camino y les dijo:
18 He aquí, subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte;
19 y le entregarán a los gentiles para que le escarnezcan, y le azoten y le crucifiquen; mas al tercer día resucitará.
20 Entonces se acercó a él la madre de los hijos de Zebedeocon sus hijos, postrándose ante él y pidiéndole algo.
21 Y él le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, en tu reino.
22 Entonces Jesús, respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís: ¿Podéis beber del vaso que yo he de beber y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Y ellos le dijeron: Podemos.
23 Y él les dijo: A la verdad de mi vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado por mi Padre.
24 Y cuando los diez oyeron esto, se enojaron con los dos hermanos.
25 Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de los gentiles se enseñorean sobre ellos, y los que son grandes ejercen sobre ellos potestad.
26 Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor;
27 y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo,
28 así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.
29 Entonces, saliendo ellos de Jericó, le seguía una gran multitud.
30 Y he aquí dos ciegos estaban sentados junto al camino, y cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!
31 Y la gente los reprendía para que callasen, pero ellos clamaban más, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!
32 Y, deteniéndose Jesús, los llamó y les dijo: ¿Qué queréis que haga por vosotros?
33 Ellos le dijeron: Señor, que sean abiertos nuestros ojos.
34 Entonces Jesús, teniendo misericordia de ellos, les tocó los ojos, y al instante sus ojos recibieron la vista; y le siguieron.

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