miércoles, 18 de octubre de 2017

Sagradas Escrituras

Mateo

22 Tomando de nuevo la palabra, Jesús volvió a hablarles con ilustraciones, diciendo:+ “El reino de los cielos ha llegado a ser semejante a un hombre, un rey, que hizo un banquete de bodas+ para su hijo. Y envió sus esclavos a llamar a los invitados al banquete de bodas,+ pero ellos no quisieron venir.+ De nuevo envió otros esclavos,+ diciendo: ‘Digan a los invitados: “¡Miren! He preparado mi comida,+ mis toros y animales cebados están degollados, y todas las cosas están listas. Vengan al banquete de bodas”’.+ Pero ellos, sin que les importara, se fueron, uno a su propio campo, otro a su negocio comercial;+ pero los demás, echando mano a los esclavos de él, los trataron insolentemente y los mataron.+
”Entonces el rey se airó, y envió sus ejércitos, y destruyó a aquellos asesinos y quemó su ciudad.+ Luego dijo a sus esclavos: ‘El banquete de bodas por cierto está listo, pero los invitados no eran dignos.+ Por eso, vayan a los caminos que salen de la ciudad, e inviten al banquete de bodas a cualquiera* que hallen’.+ 10 Por consiguiente, aquellos esclavos salieron a los caminos y reunieron a cuantos hallaron, tanto a inicuos como a buenos;+y la sala para las ceremonias de bodas quedó llena de los que se reclinaban+a la mesa.
11 ”Cuando el rey entró para inspeccionar a los convidados, alcanzó a ver allí a un hombre no vestido con traje de boda.+ 12 De modo que le dijo: ‘Amigo, ¿cómo entraste aquí sin tener puesto traje de boda?’.+ Él enmudeció. 13 Entonces el rey dijo a sus sirvientes:* ‘Átenlo de manos y pies y échenlo a la oscuridad de afuera. Allí es donde será [su] llanto y el crujir* de [sus] dientes’.+
14 ”Porque hay muchos invitados, pero pocos escogidos”.+
15 Entonces los fariseos siguieron su camino y entraron en consejo a fin de entramparlo en su habla.+ 16 De modo que le despacharon discípulos de ellos, junto con partidarios de Herodes,*+ a decir: “Maestro, sabemos que eres veraz y enseñas el camino de Dios en verdad, y no te importa nadie, porque no miras la apariencia exterior de los hombres.+ 17 Dinos, por lo tanto: ¿Qué te parece? ¿Es lícito pagar la capitación a César,* o no?”.+18 Pero Jesús, conociendo la iniquidad de ellos, dijo: “¿Por qué me ponen a prueba, hipócritas?+ 19 Muéstrenme la moneda de la capitación”. Ellos le trajeron un denario.* 20 Y él les dijo: “¿De quién es esta imagen* e inscripción?”.+ 21 Dijeron: “De César”. En seguida les dijo: “Por lo tanto, paguen* a César las cosas de César, pero a Dios las cosas de Dios”.+22 Pues, al oír [aquello], se maravillaron; y dejándolo, se fueron.+
23 En aquel día vinieron a él saduceos, que dicen que no hay resurrección,* y le preguntaron:+ 24 “Maestro, Moisés dijo: ‘Si alguien muere sin tener hijos, su hermano tiene que tomar a su esposa en matrimonio y levantar prole a su hermano’.+ 25 Pues había con nosotros siete hermanos; y el primero se casó y falleció, y, no teniendo prole, dejó su esposa a su hermano.+ 26 Les pasó lo mismo también al segundo y al tercero, hasta el último de los siete.+ 27 Con posterioridad a todos, murió la mujer. 28 Por consiguiente, en la resurrección, ¿de cuál de los siete será ella esposa? Porque todos la tuvieron”.+
29 En respuesta, Jesús les dijo: “Ustedes están equivocados, porque no conocen ni las Escrituras ni el poder de Dios;+ 30 porque, en la resurrección, ni se casan los hombres ni se dan en matrimonio las mujeres,+sino que son como los ángeles en el cielo. 31 Respecto a la resurrección de los muertos, ¿no leyeron lo que les habló Dios al decir:+ 32 ‘Yo soy el Dios de Abrahán y el Dios de Isaac y el Dios de Jacob’?+ Él es el Dios,* no de los muertos, sino de los vivos”.+ 33 Al oír [aquello], las muchedumbres quedaron atónitas de su enseñanza.+
34 Los fariseos, después de oír que había hecho callar a los saduceos, se juntaron en un grupo. 35 Y uno de ellos, versado en la Ley,+ preguntó, para probarlo: 36 “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?”.+37 Él le dijo: “‘Tienes que amar a Jehová* tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente’.+ 38 Este es el más grande y el primer mandamiento. 39 El segundo, semejante a él, es este: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo’.+ 40 De estos dos mandamientos pende toda la Ley, y los Profetas”.+
41 Luego, mientras estaban reunidos los fariseos, Jesús les preguntó:+42 “¿Qué les parece del Cristo? ¿De quién es hijo?”. Le dijeron: “De David”.+43 Él les dijo: “Entonces, ¿cómo es que David por inspiración*+ lo llama ‘Señor’, diciendo: 44 ‘Jehová* dijo a mi Señor: “Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies”’?+ 45 Por lo tanto, si David lo llama ‘Señor’, ¿cómo es él su hijo?”.+ 46 Y nadie podía decir una palabra en respuesta a él, ni se atrevió nadie desde aquel día a interrogarle ya más.+

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San Mateo

Capítulo 22

Jesús enseña la parábola de la fiesta de bodas del hijo del rey — Pagad tributo a César y a Dios — Los matrimonios del mundo solo perduran por esta vida — El primer mandamiento consiste en amar al Señor nuestro Dios — Jesús pregunta: ¿Qué pensáis del Cristo?
Y respondiendo Jesús, les volvió a hablar en parábolas, diciendo:
El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo una fiesta de bodas a su hijo;
y envió a sus siervos para que llamasen a los invitados a las bodas, pero no quisieron venir.
Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a los invitados: He aquí, he preparado mi comida; mis toros y mis animales engordados he hecho matar, y todo está dispuesto; venid a las bodas.
Pero ellos no hicieron caso y se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios;
y otros, tomando a los siervos, los afrentaron y los mataron.
Y el rey, al oír esto, se enojó; y enviando sus ejércitos, mató a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad.
Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; pero los invitados no eran dignos.
Id, pues, a las salidas de los caminos y llamad a las bodas a cuantos halléis.
10 Y salieron los siervos por los caminos y reunieron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas estuvieron llenas de convidados.
11 Y entró el rey para ver a los convidados y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda,
12 y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció.
13 Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y de manos, y tomadle y echadle a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes.
14 Porque muchos son los llamados, pero pocos los escogidos.
15 Entonces, se fueron los fariseos y consultaron cómo atraparle en alguna palabra.
16 Y le enviaron los discípulos de ellos, con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amador de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no haces acepción de personas.
17 Dinos, pues, ¿qué te parece? ¿Es lícito dar tributo a César, o no?
18 Pero Jesús percibió la malicia de ellos y les dijo: ¿Por qué me tentáis, hipócritas?
19 Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario.
20 Entonces les dijo: ¿De quién es esta imagen y la inscripción?
21 Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.
22 Y oyendo esto, se maravillaron, y dejándole, se fueron.
23 Aquel día se acercaron a él los saduceos, que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron,
24 diciendo: Maestro, Moisés dijo: Si alguno muere sin hijos, su hermano se casará con su esposa y levantará descendencia a su hermano.
25 Hubo, pues, entre nosotros siete hermanos; y el primero se casó y murió; y no teniendo descendencia, dejó su esposa a su hermano.
26 De la misma manera también el segundo, y el tercero, hasta el séptimo.
27 Y después de todos, murió también la mujer.
28 En la resurrección, pues, ¿de cuál de los siete será ella esposa?, porque todos la tuvieron.
29 Entonces, respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios.
30 Porque en la resurrección ni se casan ni se dan en casamiento, sino que son como los ángeles de Dios en el cielo.
31 Y de la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue dicho por Dios, que dice:
32 Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.
33 Y al oír esto, la gente estaba atónita de su doctrina.
34 Entonces los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se reunieron a una.
35 Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó para tentarle, diciendo:
36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley?
37 Y Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma y con toda tu mente.
38 Este es el primero y grande mandamiento.
39 Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
40 De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas.
41 Y estando reunidos los fariseos, Jesús les preguntó,
42 diciendo: ¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es Hijo? Le dijeron: De David.
43 Él les dijo: ¿Cómo, pues, David, en el Espíritu le llama Señor, diciendo:
44 Dijo el Señor a mi Señor:Siéntate a mi derecha,hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?
45 Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su Hijo?
46 Y nadie le podía responder palabra, ni osó alguno desde aquel día preguntarle más.
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Mateo

23 Entonces Jesús habló a las muchedumbres y a sus discípulos,+ y dijo: “Los escribas+ y los fariseos se han sentado en la cátedra de Moisés.+Por eso, todas las cosas que les digan,+ háganlas y obsérvenlas, pero no hagan conforme a los hechos de ellos,+ porque dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y las ponen sobre los hombros de los hombres,+ pero ellos mismos ni con el dedo quieren moverlas.+ Todas las obras que hacen, las hacen para ser vistos por los hombres;+ porque ensanchan las cajitas [que contienen escrituras]+ que llevan puestas como resguardos,* y agrandan los flecos*+ [de sus prendas de vestir]. Les gusta el lugar más prominente+ en las cenas y los asientos delanteros en las sinagogas,+ y los saludos+ en las plazas de mercado,* y el ser llamados por los hombres Rabí.*+ Mas ustedes, no sean llamados Rabí, porque uno solo es su maestro,+ mientras que todos ustedes son hermanos. Además, no llamen padre de ustedes a nadie sobre la tierra, porque uno solo es su Padre,+ el Celestial. 10 Tampoco sean llamados ‘caudillos’,+ porque su Caudillo* es uno, el Cristo. 11 Pero el mayor entre ustedes tiene que ser su ministro.*+ 12 El que se ensalce será humillado,+ y el que se humille será ensalzado.+
13 ”¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas!, porque cierran+ el reino de los cielos delante de los hombres; pues ustedes+ mismos no entran, ni permiten entrar a los que están entrando. 14* ——
15 ”¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas!,+ porque atraviesan mar y tierra seca para hacer un solo prosélito,* y cuando este llega a serlo, lo hacen merecedor del* Gehena* dos veces más que ustedes.
16 ”¡Ay de ustedes, guías ciegos!,+ que dicen: ‘Si alguien jura por el templo,* no es nada; pero si alguien jura por el oro del templo, queda obligado’.+ 17 ¡Necios y ciegos! ¿Cuál, de hecho, es mayor?: ¿el oro, o el templo que ha santificado el oro?+ 18 También: ‘Si alguien jura por el altar, no es nada; pero si alguien jura por la dádiva que está sobre él, queda obligado’. 19 ¡Ciegos! ¿Cuál, de hecho, es mayor?: ¿la dádiva, o el altar+ que santifica la dádiva? 20 Por lo tanto, el que jura por el altar jura por él y por todas las cosas que están sobre él; 21 y el que jura por el templo jura por él y por el que en él habita;+ 22 y el que jura por el cielo jura por el trono de Dios+ y por el que está sentado sobre él.
23 ”¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas!, porque dan el décimo+ de la hierbabuena y del eneldo y del comino, pero han desatendido los asuntos de más peso de la Ley, a saber: la justicia+ y la misericordia+ y la fidelidad.*+ Era obligatorio hacer estas cosas, y sin embargo no desatender las otras cosas. 24 ¡Guías ciegos,+ que cuelan el mosquito+ pero engullen el camello!+
25 ”¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas!, porque limpian el exterior de la copa+ y del plato, pero por dentro están llenos de saqueo+ e inmoderación. 26 Fariseo ciego,+ limpia primero el interior de la copa+ y del plato, para que su exterior también quede limpio.
27 ”¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas!,+ porque se asemejan a sepulcros blanqueados,+ que por fuera realmente parecen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda suerte de inmundicia. 28 Así ustedes, también, por fuera realmente parecen justos a los hombres,+ pero por dentro están llenos de hipocresía y de desafuero.
29 ”¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas!,+ porque edifican los sepulcros de los profetas y adornan las tumbas conmemorativas de los justos,+ 30 y dicen: ‘Si hubiéramos estado en los días de nuestros antepasados, no hubiéramos sido partícipes con ellos en la sangre de los profetas’.+ 31 Así que dan testimonio contra ustedes mismos de que son hijos de los que asesinaron a los profetas.+ 32 Bueno, pues, llenen hasta el colmo la medida+ de sus antepasados.*
33 ”Serpientes, prole de víboras,+ ¿cómo habrán de huir del juicio del Gehena?*+ 34 Por eso, miren, les envío+ profetas y sabios e instructores públicos.*+ A algunos de ellos ustedes los matarán+ y fijarán en maderos,* y a algunos los azotarán+ en sus sinagogas y los perseguirán de ciudad en ciudad; 35 para que venga sobre ustedes toda la sangre justa vertida sobre la tierra,+ desde la sangre del justo+ Abel+ hasta la sangre de Zacarías, hijo de Baraquías, a quien ustedes asesinaron entre el santuario y el altar.+36 En verdad les digo: Todas estas cosas vendrán sobre esta generación.+
37 ”Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas+ y apedrea+ a los que son enviados a ella+..., ¡cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne sus pollitos debajo de sus alas!+ Pero ustedes no lo quisieron.+38 ¡Miren! Su casa+ se les deja abandonada a ustedes.+ 39 Porque les digo: No me verán de ningún modo de aquí en adelante hasta que digan: ‘¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová!’”.*+

San Mateo

Capítulo 23

Jesús pronuncia ayes sobre los escribas y los fariseos — Se responsabilizará a estos de la muerte de los profetas — No escaparán de la condenación del infierno.
Entonces habló Jesús a la multitud y a sus discípulos,
diciendo: Sobre la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos.
Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; pero no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, pero no hacen.
Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas.
Antes bien, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres; pues ensanchan sus filacterias y extienden los flecos de sus mantos;
y anhelan los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas,
y las salutaciones en las plazas y el ser llamados por los hombres: Rabí, Rabí.
Pero vosotros no queráis ser llamados Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos.
Y no llaméis a nadie en la tierra vuestro padre, porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos.
10 Ni seáis llamados maestros, porque uno es vuestro Maestro, el Cristo.
11 El que es el mayor entre vosotros será vuestro siervo.
12 Porque el que se enaltece será humillado, y el que sehumilla será enaltecido.
13 Pero, ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni vosotros entráis ni dejáis entrar a los que están entrando.
14 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque devoráis las casas de las viudas y, como pretexto, hacéis larga oración; por esto recibiréis mayor condenación.
15 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito; y cuando lo conseguís, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.
16 ¡Ay de vosotros, guías ciegos!, que decís: Cualquiera que jure por el templo, no significa nada; pero cualquiera que jure por el oro del templo, queda obligado.
17 ¡Insensatos y ciegos! Porque, ¿cuál es mayor, el oro o el templo que santifica al oro?
18 También decís: Cualquiera que jure por el altar, no significa nada; pero cualquiera que jure por la ofrenda que está sobre él, queda obligado.
19 ¡Necios y ciegos! Porque, ¿cuál es mayor, la ofrenda o el altar que santifica la ofrenda?
20 Pues el que jura por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él;
21 y el que jura por el templo, jura por él y por Aquel que habita en él;
22 y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por Aquel que está sentado sobre él.
23 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque diezmáis la menta, y el eneldo y el comino, y habéis dejado lo más importante de la ley: la justicia, y la misericordia y la fe; esto era menester hacer, sin dejar de hacer lo otro.
24 ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, pero tragáis el camello!
25 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque limpiáis lo que está fuera del vaso y del plato; pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia.
26 ¡Fariseo ciego, limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera quede limpio!
27 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
28 Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.
29 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos,
30 y decís: Si hubiéramos vivido en los días de nuestros padres, no habríamos sido sus cómplices en la sangre de los profetas.
31 Así dais testimonio contra vosotros mismos de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas.
32 ¡También vosotros, llenad la medida de vuestros padres!
33 ¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis del juicio del infierno?
34 Por tanto, he aquí, yo os envío profetas, y sabios y escribas; y de ellos, a unos mataréis y crucificaréis, y a otros azotaréis en vuestras sinagogas y perseguiréis de ciudad en ciudad;
35 para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel, el justo, hasta la sangre de Zacarías hijo de Berequías, al que matasteis entre el templo y el altar.
36 De cierto os digo que todo esto vendrá sobre esta generación.
37 ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que son enviados a ti! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!
38 He aquí, vuestra casa os es dejada desierta.
39 Porque os digo que desde ahora en adelante no me veréis más, hasta que digáis: ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!

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