Primera Guerra Púnica
La Primera Guerra Púnica abarcó desde el año 264 a.C. hasta el 241 a.C. Esta Guerra Púnica se dio entre Roma y Cartago, dando como vencedora a Roma.
Causas
El foco donde comenzó la Primera Guerra Púnica fue Mesina, encendido por Hierón II de Siracusa, que en 275-274 a.C. había usurpado el dominio de la ciudad, mandada por los mamertinos, soldados oscos que tomaron este nombre de Mamer, dios Itálico de la guerra, los cuales pidieron ayuda a cartagineses y romanos.
Acontecimientos
De 264 a 260 a.C.
Ante el desembarco del cuerpo expedicionario romano, se aliaron Siracusa y Cartago: Hierón se une a los romanos en 263 a.C., que en el año 261 a.C. logran conquistar la zona occidental de la isla, hasta Akragás (Agrigento).
Generales Romanos: El tribuno militar C. Claudio. Cáudex; M. Valerio Máximo Mesala-M. Otacilio Craso; L. Postu-mio Megelo-Q. Mamilio Vítulo; L. Valerio Flaco-T. Otacilio.
Generales Romanos: El tribuno militar C. Claudio. Cáudex; M. Valerio Máximo Mesala-M. Otacilio Craso; L. Postu-mio Megelo-Q. Mamilio Vítulo; L. Valerio Flaco-T. Otacilio.
Generales Cartagineses: Hannón, hijo de Aníbal; Aníbal hijo de Giscón: Amílcar, subjefe Bodo.
Hierón de Siracusa
Los romanos vencieron a los cartagineses en el mar, en la batalla de Mila, con una escuadra de 20 trirremes y 100 quinquerremes que construyó uno de los cónsules en el año 260 a.C. Cornelio Escipión Asina, tomando como modelo una nave cartaginesa. Al otro cónsul para este año, C. Duilio, se le encargó el mando del ejército. Prisionero Escipión, tomó el mando Duilio.,que venció a los cartagineses.
Los romanos vencieron a los cartagineses en el mar, en la batalla de Mila, con una escuadra de 20 trirremes y 100 quinquerremes que construyó uno de los cónsules en el año 260 a.C. Cornelio Escipión Asina, tomando como modelo una nave cartaginesa. Al otro cónsul para este año, C. Duilio, se le encargó el mando del ejército. Prisionero Escipión, tomó el mando Duilio.,que venció a los cartagineses.
- Toma de Segesta por Duilío.
- Amílcar vence a los sicilianos cerca de Panormo (Palermo).
Desde la victoria de Mila hasta la partida de los romanos de Africa (260*255 a.C.)
260 – 258 a.C.
Generales Cartagineses: Hannón y Amílcar en Sicilia.
Generales Cartagineses: Hannón y Amílcar en Sicilia.
Generales Romanos: L. Cornelio Escipión; A. Atilio Cayatino-C.
Escipión incorporó Córcega para luego atacar en Cerdeña a los cartagineses. Más tarde venció a Hannón, que murió en la batalla.
258 a.C.: Nuevamente fueron derrotados los cartagineses: Aníbal huyó a Cartago y allí fue muerto por sus conciudadanos, mientras que Hannón derrotó a los romanos.
257 a.C.
Escipión incorporó Córcega para luego atacar en Cerdeña a los cartagineses. Más tarde venció a Hannón, que murió en la batalla.
258 a.C.: Nuevamente fueron derrotados los cartagineses: Aníbal huyó a Cartago y allí fue muerto por sus conciudadanos, mientras que Hannón derrotó a los romanos.
257 a.C.
Generales Cartagineses: Amilcar.
Generales Romanos: Cornelio Biasio-C. Atilio Régulo.
En este año se dio la batalla naval de Tíndaris en la que venció Atilio Régulo.
256 a.C.: En este año. después de la batalla naval de Ecnomo, desembarca por primera vez en África un ejército romano.
255 a.C.: En la batalla de Túnez, los romanos son vencidos por los cartagineses, con contingentes de mercenarios griegos mandados por Jantipo, mercenario espartano. Entre los prisioneros se encontraba Régulo. Más tarde, tuvo lugar la catástrofe de la flota romana cerca de Camarina, en la costa sur de Sicilia, donde se perdieron 284 barcos de 364.
256 a.C.: En este año. después de la batalla naval de Ecnomo, desembarca por primera vez en África un ejército romano.
255 a.C.: En la batalla de Túnez, los romanos son vencidos por los cartagineses, con contingentes de mercenarios griegos mandados por Jantipo, mercenario espartano. Entre los prisioneros se encontraba Régulo. Más tarde, tuvo lugar la catástrofe de la flota romana cerca de Camarina, en la costa sur de Sicilia, donde se perdieron 284 barcos de 364.
Desde la salida de los romanos de Africa hasta su victoria en las islas Egatas (255-241 a.C.)
Generales Cartagineses: Amilcar.
Generales Romanos: l. Cornelio Escipión-A
254 a.C la mayor parte de la costa norte de Sicilia, una parte del interior del país y algunas localidades de la costa sur caen en manos de Roma.
251 a.C. Generales cartaginenses: Asdrúbal; Generales Romanos: Furio Pacilo.
Tiene lugar la batalla de Panormo, en la que vence Roma.
Asdrúbal fue condenado a muerte in absentia. Más tarde fue empalado.
250 a.C. : Generales romanos: C. Atilio Régulo-L. Manlio Vulso.
Generales cartagineses: Aníbal, hijo de Aníbal-Alexon. mercenario aqueo: Aníbal. hijo de Amílcar.
249 a.C.: Generales romanos: Claudio Pulcro-L. Junio Pulo.
Generales cartagineses: Adérbal. Cartalón.
Los cartagineses vencen en la batalla naval de Drépano. Tras varios años de agitadora guerra terrestre de posiciones contra el cartaginés Amílcar Barca, sucesor de Asdrúbal.
241 a.C.: Los romanos vencen en la batalla naval de las islas Egatas.
Y se concluye la paz. firmándose un tratado definitivo que recoge Polibio (III. 27. 2-6). Por ella, Cartago renunció a Sicilia, que se convertirá en la primera provincia romana.
254 a.C la mayor parte de la costa norte de Sicilia, una parte del interior del país y algunas localidades de la costa sur caen en manos de Roma.
251 a.C. Generales cartaginenses: Asdrúbal; Generales Romanos: Furio Pacilo.
Tiene lugar la batalla de Panormo, en la que vence Roma.
Asdrúbal fue condenado a muerte in absentia. Más tarde fue empalado.
250 a.C. : Generales romanos: C. Atilio Régulo-L. Manlio Vulso.
Generales cartagineses: Aníbal, hijo de Aníbal-Alexon. mercenario aqueo: Aníbal. hijo de Amílcar.
249 a.C.: Generales romanos: Claudio Pulcro-L. Junio Pulo.
Generales cartagineses: Adérbal. Cartalón.
Los cartagineses vencen en la batalla naval de Drépano. Tras varios años de agitadora guerra terrestre de posiciones contra el cartaginés Amílcar Barca, sucesor de Asdrúbal.
241 a.C.: Los romanos vencen en la batalla naval de las islas Egatas.
Y se concluye la paz. firmándose un tratado definitivo que recoge Polibio (III. 27. 2-6). Por ella, Cartago renunció a Sicilia, que se convertirá en la primera provincia romana.
La Confederación Itálica después de la Primera Guerra Púnica
Roma había conseguido colonizar el territorio comprendido desde el Lacio al Piceno, hasta la costa del Adriático, al sur de Etruria y el norte de Campania.
En el interior de este territorio estaban enclavadas:
En el interior de este territorio estaban enclavadas:
- Ciudades no romanas aliadas, como Tíbur y Praeneste.
- Ciudades federadas: Gabies, Aricia, Capena.
- Los romanos inscritos en las tribus formaban una especie de aristocracia, con ius sufragii, ius honorum, ius connubii, e ius comercii.
- Otros eran los vencidos, rendidos por las armas (dediticii), a los que Roma concedía derechos civiles: pero rehusaba concederles los políticos (civis sine suffragio).
- La política que seguía con las ciudades de origen etrusco o griego, extrañas por el idioma, era la de la deditio.
- Una nueva distinción era la de latinos (latini) y aliados (foederati).
- En lo que respecta a las ciudades del Lacio; estaban habitadas por proletarii procedentes de Roma. Los latinos estaban privado del ius connubii con Roma.
- Las demás ciudades itálicas sometidas que no eran municipios, ni colonias romanas ni ciudades latinas estaban unidas a Roma por pactos de alianza (foedera) de diversas formas y tratos. Así, Nápoles gozaba de situación más privilegiada que Tarento.
Primera Guerra Púnica
Roma –que poseía sólo una pequeña flota- apenas tenía experiencia en batallas navales. Así que, al principio, los cartagineses destruían con facilidad las naves que enviaban los romanos, mal dirigidas por sus inexpertos almirantes.
Pero cada derrota enseñaba a los romanos algo nuevo. Al final, se percataron de que su infantería era superior a la cartaginesa, y decidieron aprovechar esa ventaja. Para ello, diseñaron unas pasarelas de madera terminadas en garfios, con las que los legionarios podían cruzar hasta las naves enemigas. Los cartagineses sabían manejar mejor sus trirremes, pero sus marineros no estaban preparados para combatir cuerpo a cuerpo, y terminaron siendo derrotados.
Después de veinte largos años de guerra, en el año 241 a.C., los romanos se convirtieron en los únicos dueños de Sicilia, que pasó a ser la primera provincia romana.
Compromisos de Cartago
La derrotada Cartago se comprometió a no atacar jamás a un aliado de Roma, y tuvo que hacer frente a unas indemnizaciones millonarias. La cuantía de las compensaciones era tan elevada, que los cartagineses no podían pagarlas con los beneficios de sus dominios en África, y decidieron expandirse por las ricas tierras de la Península Ibérica. Pero, tras su victoria sobre Cartago, Roma se había convertido en una potencia temible, y también había puesto sus ojos en las tierras de Hispania.
Así que para evitar un nuevo enfrentamiento, decidió repartirse la Península con Cartago. La frontera se situaría en el Ebro. Los territorios al norte de este río serían para Roma, los del sur, para Cartago.
La primera guerra púnica (264-241 a. C.) fue el primero de tres grandes conflictos bélicos entre las dos principales potencias del Mediterráneo Occidental, la República romanay la República cartaginesa, que tuvo una duración de 23 años.
Cartago, situada en lo que hoy es el norte de Túnez, África, era la potencia dominante del Mediterráneo occidental al principio de este conflicto bélico. Sin embargo, tras la guerra, Cartago saldría derrotada, teniendo que ceder Siciliaa los romanos y obligada a aceptar unas duras condiciones tributarias en el tratado de paz.
El conjunto de guerras entre Roma y Cartago se conocen como guerras púnicas debido a que en latín cartagineses era Punici, que a su vez derivaba de Phoenici, en referencia al origen fenicio de los cartagineses.
Antecedentes[editar]
A mediados del siglo III a. C., los romanos ya habían logrado hacerse con el control de la totalidad de la península itálica. A lo largo del siglo anterior, Roma había logrado aplastar a los distintos enemigos que se había encontrado en su camino a la dominación de la península: primero la Liga Latina fue disuelta por la fuerza durante las guerras latinas,1 y luego el poder de los samnitas fue subyugado durante las largas guerras samnitas.2 Finalmente, las ciudades griegas de la Magna Grecia, unificadas bajo el poderoso rey Pirro de Epiro, terminaron sometiéndose a la autoridad romana al término de las guerras pírricas.2
Cartago, por su parte, era considerada como el poder naval dominante en el Mediterráneo occidental. Fundada como colonia fenicia en el norte de África, cerca de la actual Túnez, gradualmente se convirtió en el centro de una civilización cuya hegemonía se extendía a lo largo de la costa norteafricana, controlando también las islas Baleares, Cerdeña, Córcega, un área algo limitada en el sur de la península ibérica y la parte occidental de Sicilia.3
Roma y Cartago, las grandes potencias del Mediterráneo occidental, siempre habían mantenido tratados y relaciones amistosas, y llegaron incluso a unir sus fuerzas cuando Pirro de Epiro desembarcó en el sur de Italiaen el año 278 a. C. Sin embargo, los intereses de las distintas potencias terminarían desencadenando la guerra por la hegemonía del Mediterráneo occidental. En particular, la primera guerra púnica daría inicio después de que tanto Roma como Cartago intervinieran en la ciudad siciliana de Mesina, cuya proximidad a la península italiana la convirtió en una ciudad de suma importancia estratégica.
La guerra[editar]
Comienzo de la guerra[editar]
Los mamertinos, un grupo de mercenariositalianos provinientes de la Campania, fueron contratados por Agatocles de Siracusa como guardia de élite. A la muerte de éste, en 289 a. C., los mamertinos fracasaron en encontrar a alguien que aceptara sus servicios. Lograron ser admitidos en la ciudad de Mesina, en la punta nororiental de la isla de Sicila, pero luego mataron a traición a todos los hombres que habitaban la ciudad y desposaron a sus mujeres por la fuerza.45 Cuando en 280 a. C. Pirro de Epiro invadió el sur de Italia, Regio, ciudad situada frente a Mesina, pidió ayuda a Roma, que envió una guarnición compuesta de ciudadanos campanos "sin derecho a voto". Estos terminaron por apoderarse de la ciudad a imitación de los mamertinos en Mesina, y les apoyaron en su expansión en Sicilia a costa de Siracusa y de Cartago. En 270 a. C., respondiendo al reclamo de los habitantes de Regio, los romanos recuperaron el control de la ciudad, y castigaron duramente a los soldados campanos. Los mamertinos de Mesina eran entonces menos fuertes, al haber perdido a sus aliados de Regio, y el nuevo tirano de Siracusa, Hierón II, decidió marchar contra ellos. Hierón II de Siracusa derrotó a los mamertinos en la llanura de Milea, al norte de Mesina (Polibio dice [¿dónde?] en Milea, en el río Longano, aunque el río Longano corre algo más al sur).
Tras esa derrota, en el año 264 a. C., los mamertinos acudieron tanto a Roma como a Cartago en busca de ayuda. Los cartagineses hablaron con Hierón, y lograron acordar que éste no llevara a cabo nuevas medidas militares a cambio de que los mamertinos aceptasen una guarnición cartaginesa en Mesina. Ya fuese porque no les gustaba la idea de la guarnición cartaginesa, o bien convencidos de que la reciente alianza entre Roma y Cartago contra el rey Pirro reflejaba unas relaciones cordiales entre ambas potencias, el hecho es que los mamertinos solicitaron a Roma una alianza, buscando con ello mayor protección. Sin embargo, la rivalidad entre Roma y Cartago había ido creciendo desde la guerra contra Pirro, y una alianza entre ambas potencias ya no era factible.6
En ese momento la isla está dividida en dos esferas de influencia: la parte oeste y central, dominada por Cartago, y la parte oriental, de ascendencia e influencia griega. Los griegos estaban capitaneados por la polis de Siracusa, dirigida por el tirano Hierón II.
Por otro lado, y tras la llegada de la embajada mamertina solicitando ayuda, tuvo lugar un considerable debate en Roma sobre la aceptación o no de las solicitud de ayuda de los mamertinos, la cual implicaba entrar en guerra con Cartago. Por otro lado, y aunque todavía se encontraban recuperándose de la insurrección de Regio, los romanos eran reticentes a enviar ayuda a soldados que habían robado injustamente una ciudad de manos de sus propietarios originales, pero tampoco deseaban ver incrementar todavía más el poder cartaginés en Sicilia. Dejar a los cartagineses solos en Mesina implicaba permitirles enfrentarse directamente con Siracusa, único obstáculo que les quedaba antes de tener el control total de la isla.7 El Senado romano finalmente decidió plantear el asunto ante la Asamblea popular, en donde se tomó la decisión de responder a la llamada de los mamertinos.89 Según Goldsworthy, la aprobación por parte de la Asamblea popular debe entenderse impulsada por los ciudadanos más prósperos de la época, incluyendo al orden ecuestre y al propio cónsul Apio Claudio Cáudex. El cónsul buscaría la gloria militar en una guerra que él dirigiría, siendo la primera que se libraría al otro lado del mar. El resto de ciudadanos acaudalados se beneficiarían a través de los contratos para abastecer y equipar el ejército y a través de la revitalización del mercado de esclavos gracias a los prisioneros capturados en guerra.10
En esa época, no podría hallarse dos estados con más contrastes que Roma y Cartago:
- Los campesinos romanos eran reclutados con mucha frecuencia, por lo que formaban una infantería relativamente bien entrenada y experimentada; además, su tradición religiosa fomentaba el patriotismo entre la nobleza y el pueblo llano por igual; Cartago era una ciudad donde sólo la nobleza tenía derechos políticos, y los campesinos no eran reclutados en el ejército más que en casos de necesidad extrema; por ello, casi la totalidad de las fuerzas armadas cartaginesas estaban compuestas por mercenarios.
- Roma no tenía colonias ni posesiones de ultramar a las cuales explotar para obtener recursos; Cartago tenía un imperio colonial que abarcaba la mayor parte del norte de África, las islas Baleares, Cerdeña, Córcega y la parte occidental de Sicilia, cuyas poblaciones no tenían los números ni la organización para rebelarse. Por ello, los ingresos que el Estado cartaginés percibía eran más grandes que aquellos que Roma lograba extraer de aliados y clientes numerosos y propensos a sublevarse.
- Roma no tenía una marina preparada para emprender una guerra naval a gran escala, mientras que Cartago era la potencia naval predominante del Mediterráneo occidental.
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