miércoles, 18 de octubre de 2017

Sagradas Escrituras

Mateo

14 En aquel tiempo en particular, Herodes, el gobernante del distrito,*oyó el informe acerca de Jesús,+ y dijo a sus sirvientes: “Este es Juan el Bautista. Fue levantado de entre los muertos, y por eso operan en él obras poderosas”.*+ Pues, Herodes había arrestado a Juan y lo había atado y puesto en prisión a causa de Herodías, la esposa de Filipo, su hermano.+Porque Juan le había estado diciendo: “No te es lícito tenerla”.+ Sin embargo, aunque quería matarlo, temía a la muchedumbre, porque lo tenían por profeta.+ Pero cuando se celebraba el cumpleaños+ de Herodes, la hija de Herodías danzó en la función, y tanto agradó a Herodes que él prometió con juramento darle cualquier cosa que pidiera.+ Entonces ella, aleccionada de antemano por su madre, dijo: “Dame aquí en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista”.+ Bien que se contristó el rey, sin embargo, por consideración a sus juramentos y a los que estaban reclinados con él, mandó que le fuera dada;+ 10 y envió e hizo decapitar a Juan en la prisión. 11 Y la cabeza fue traída en una bandeja y dada a la jovencita, y ella la llevó a su madre.+ 12 Finalmente vinieron los discípulos de él y removieron el cadáver y lo sepultaron,+ y vinieron y lo informaron a Jesús. 13 Al oírlo, Jesús se retiró de allí en una barca a un lugar solitario en busca de aislamiento;+ pero las muchedumbres, al llegar a oír de ello, le siguieron a pie desde las ciudades.
14 Ahora bien, cuando él salió vio una gran muchedumbre; y se compadeció+ de ellos, y curó a sus enfermos.+ 15 Pero al anochecer, sus discípulos vinieron a él y dijeron: “El lugar es solitario y la hora es ya muy avanzada; despide a las muchedumbres para que vayan a las aldeas y se compren algo de comer”.+ 16 Pero Jesús les dijo: “No hay necesidad de que se vayan; ustedes denles de comer”.+ 17 Ellos le dijeron: “No tenemos nada aquí sino cinco panes y dos pescados”.+ 18 Él dijo: “Tráiganmelos acá”. 19 Luego, habiendo mandado a las muchedumbres que se reclinaran sobre la hierba, tomó los cinco panes y los dos pescados, y, mirando al cielo, dijo una bendición,+ y, después de partir los panes, los distribuyó a los discípulos, y los discípulos a su vez a las muchedumbres.+ 20 De modo que todos comieron y quedaron satisfechos, y recogieron el sobrante de los trozos, doce cestas llenas.+ 21 Sin embargo, los que comieron fueron unos cinco mil varones, además de mujeres y niñitos.+ 22 Luego, sin demora, él obligó a sus discípulos a subir a la barca y adelantársele al otro lado, mientras él despedía a las muchedumbres.+
23 Por fin, habiendo despedido a las muchedumbres, subió solo a la montaña a orar.+ Aunque se hizo tarde, estaba allí solo. 24 Para este tiempo la barca estaba a muchos centenares de metros* de la tierra, y las olas la tenían en aprieto,+ pues tenían el viento en su contra. 25 Pero en el período de la cuarta vigilia* de la noche él vino a ellos, andando sobre el mar.+26 Cuando alcanzaron a verlo andando sobre el mar, los discípulos se perturbaron, y dijeron: “¡Es un fantasma!”.+ Y clamaron en su temor. 27 Pero en seguida Jesús les habló estas palabras: “Cobren ánimo, soy yo;+no tengan temor”. 28 En respuesta, Pedro le dijo: “Señor, si eres tú, mándame venir a ti sobre las aguas”. 29 Él dijo: “¡Ven!”. Entonces Pedro, bajando de la barca,+ anduvo sobre las aguas y fue hacia Jesús. 30 Pero al mirar a la tempestad de viento, le dio miedo, y, comenzando a hundirse, clamó: “¡Señor, sálvame!”. 31 Inmediatamente Jesús, extendiendo la mano, lo asió, y le dijo: “Hombre de poca fe, ¿por qué cediste a la duda?”.+ 32 Y después que subieron a la barca, se apaciguó la tempestad de viento. 33 Entonces los que estaban en la barca le rindieron homenaje, y dijeron: “Verdaderamente eres Hijo de Dios”.+ 34 Y terminaron la travesía y llegaron a tierra en Genesaret.+
35 Al reconocerlo, los varones de aquel lugar enviaron por toda aquella comarca, y la gente le trajo todos los que se hallaban mal.+ 36 Y se pusieron a suplicarle que les dejara tocar siquiera el fleco de su prenda de vestir exterior;+ y todos los que lo tocaron recobraron completamente la salud.

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San Mateo

Capítulo 14

Se decapita a Juan el Bautista — Jesús alimenta a cinco mil personas y anda sobre el mar — Los que tocan el borde de Su manto son sanados.
En aquel tiempo Herodes, el tetrarca, oyó la fama de Jesús
y dijo a sus criados: Este es Juan el Bautista; él ha resucitado de entre los muertos, y por eso actúan en él estos poderes.
Porque Herodes había prendido a Juan, y le había encadenado y puesto en la cárcel, por causa de Herodías, esposa de su hermano Felipe,
porque Juan le decía: No te es lícito tenerla.
Herodes quería matarlo, pero temía al pueblo, porque tenían a Juan por profeta.
Mas cuando se celebraba el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos y agradó a Herodes,
por lo cual este le prometió con juramento darle todo lo que pidiese.
Y ella, instruida primero por su madre, dijo: Dame aquí en un plato la cabeza de Juan el Bautista.
Entonces el rey se entristeció, pero a causa del juramento y de los que estaban juntamente con él a la mesa, mandó que se la diesen.
10 Y ordenó decapitar a Juan en la cárcel.
11 Y fue traída su cabeza en un plato y dada a la muchacha, y ella la presentó a su madre.
12 Entonces llegaron sus discípulos, y tomaron el cuerpo y lo enterraron; y fueron y dieron las nuevas a Jesús.
13 Y al oírlo Jesús, se apartó de allí en una barca a un lugar desierto y apartado; y cuando la multitud lo supo, le siguió a pie desde las ciudades.
14 Y cuando salió Jesús, vio un gran gentío, y tuvo compasión de ellos y sanó a los que de ellos estaban enfermos.
15 Y cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto y la hora es ya pasada; despide a la multitud para que vayan por las aldeas y compren para sí de comer.
16 Y Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer.
17 Y ellos dijeron: No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces.
18 Y él les dijo: Traédmelos acá.
19 Y mandó a la gente recostarse sobre la hierba; tomó los cinco panes y los dos peces, y alzando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la gente.
20 Y comieron todos y se saciaron; y recogieron lo que sobró, doce cestas llenas.
21 Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
22 Y enseguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él al otro lado del lago, entretanto que él despedía a la multitud.
23 Y después de haber despedido a la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.
24 Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas, porque el viento era contrario.
25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús fue a ellos andando sobre el mar.
26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.
27 Pero enseguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo! ¡Yo soy, no tengáis miedo!
28 Entonces le respondió Pedro y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.
29 Y él dijo: Ven. Y descendió Pedro de la barca y anduvo sobre las aguas para ir a Jesús.
30 Mas al ver el viento fuerte, tuvo miedo y, comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!
31 Y al momento Jesús, extendiendo la mano, le sujetó y le dijo: ¡Oh hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
32 Y cuando ellos subieron a la barca, se sosegó el viento.
33 Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.
34 Y después de cruzar al otro lado, llegaron a la tierra de Genesaret.
35 Y cuando le reconocieron los hombres de aquel lugar, enviaron la noticia por toda aquella tierra alrededor, y trajeron a él todos los enfermos;
36 y le rogaban que solamente los dejase tocar el borde de su manto; y todos los que lo tocaron quedaron sanos.
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Mateo

15 Entonces llegaron a Jesús unos fariseos y escribas de Jerusalén,+ y dijeron: “¿Por qué traspasan tus discípulos la tradición de los hombres de otros tiempos? Por ejemplo, no se lavan las manos cuando van a tomar una comida”.+
En respuesta, él les dijo: “¿Por qué traspasan ustedes también el mandamiento de Dios a causa de su tradición?+ Por ejemplo, Dios dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’;+ y: ‘El que injurie a padre o a madre termine en muerte’.*+ Pero ustedes dicen: ‘Cualquiera que diga a su padre o a su madre: “Todo lo que tengo por lo cual pudieras sacar provecho de mí es una dádiva dedicada a Dios”, no debe honrar de ningún modo a su padre’.+ Y así ustedes han invalidado la palabra de Dios a causa de su tradición.+Hipócritas,+ aptamente profetizó de ustedes Isaías,+ cuando dijo: ‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está muy alejado de mí.+En vano siguen adorándome, porque enseñan mandatos de hombres como doctrinas’”.+ 10 Con eso, llamó a sí a la muchedumbre y les dijo: “Escuchen y capten el sentido:+ 11 No lo que entra por la boca contamina al hombre; pero lo que procede de la boca, eso es lo que contamina al hombre”.+
12 Entonces se acercaron los discípulos y le dijeron: “¿Sabes que los fariseos tropezaron al oír lo que dijiste?”.+ 13 En respuesta, él dijo: “Toda planta que mi Padre celestial no ha plantado será desarraigada.+14 Déjenlos. Guías ciegos es lo que son. Por eso, si un ciego guía a un ciego, ambos caerán en un hoyo”.*+ 15 En forma de respuesta, Pedro le dijo: “Acláranos la ilustración”.*+ 16 A lo cual él dijo: “¿También ustedes están aún sin entendimiento?+ 17 ¿No se dan cuenta de que todo lo que entra en la boca va pasando de allí a los intestinos, y se expele en la cloaca?* 18 Sin embargo, las cosas que proceden de la boca salen del corazón, y esas cosas contaminan al hombre.+ 19 Por ejemplo, del corazón salen razonamientos inicuos,+ asesinatos, adulterios, fornicaciones, hurtos, testimonios falsos, blasfemias.+ 20 Estas son las cosas que contaminan al hombre; mas el tomar una comida con las manos sin lavar no contamina al hombre”.+
21 Partiendo de allí, Jesús entonces se retiró a las partes de Tiro y Sidón.+ 22 Y, ¡mire!, una mujer fenicia*+ de aquellas regiones salió, y levantó la voz, y dijo: “Ten misericordia de mí,+ Señor, Hijo de David. Mi hija está terriblemente endemoniada”. 23 Pero él no le contestó palabra. De modo que sus discípulos se acercaron y empezaron a solicitarle: “Despídela; porque sigue clamando tras nosotros”. 24 En respuesta, él dijo: “No fui enviado a nadie aparte de las ovejas perdidas de la casa de Israel”.+25 Cuando la mujer vino, se puso a rendirle homenaje, diciendo: “¡Señor, ayúdame!”.+ 26 En respuesta, él dijo: “No es correcto tomar el pan de los hijos y echarlo a los perritos”. 27 Ella dijo: “Sí, Señor; pero en realidad los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos”.+28 Entonces Jesús le dijo en respuesta: “Oh mujer, grande es tu fe; que te suceda según deseas”. Y su hija fue sanada desde aquella hora.+
29 Marchando por tierra de allí, Jesús en seguida llegó cerca del mar de Galilea,+ y, después de subir a la montaña,+ estuvo sentado allí. 30 Entonces se le acercaron grandes muchedumbres, teniendo consigo personas que eran cojas, mancas, ciegas, mudas, y muchas en otras condiciones, y casi se las tiraron a los pies, y él las curó;+ 31 de modo que la muchedumbre se asombró al ver que los mudos hablaban y los cojos andaban y los ciegos veían, y glorificaron al Dios de Israel.+
32 Pero Jesús llamó a sí a sus discípulos, y dijo:+ “Me compadezco+ de la muchedumbre, porque hace ya tres días que se han quedado conmigo y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos en ayunas. Posiblemente desfallezcan en el camino”. 33 Sin embargo, los discípulos le dijeron: “¿Dónde, en este lugar solitario, vamos a conseguir panes suficientes para satisfacer a una muchedumbre de este tamaño?”.+ 34 Entonces Jesús les dijo: “¿Cuántos panes tienen?”. Ellos dijeron: “Siete, y unos cuantos pescaditos”. 35 Luego, después de mandar que la muchedumbre se reclinara sobre el suelo, 36 tomó los siete panes y los pescados y, habiendo dado gracias, los partió, y los iba distribuyendo a los discípulos, y los discípulos a su vez a las muchedumbres.+ 37 Y todos comieron y quedaron satisfechos, y como sobrante de trozos recogieron siete cestas de provisiones llenas.+ 38 Sin embargo, los que comieron fueron cuatro mil varones, además de mujeres y niñitos. 39 Por fin, después de despedir a las muchedumbres, él entró en la barca y vino a las regiones de Magadán.+


San Mateo

Capítulo 15

Escribas y fariseos discuten con Jesús — Él sana a la hija de una mujer gentil — Alimenta a cuatro mil personas.
Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseosde Jerusalén, diciendo:
¿Por qué quebrantan tus discípulos la tradición de los ancianos?, pues no se lavan las manos cuando comen pan.
Y respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?
Porque Dios mandó, diciendo: Honra a tu padre y a tu madre, y: El que maldiga al padre o a la madre, ciertamente morirá.
Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte,
ya no tiene que honrar a su padre o a su madre con socorro. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición.
¡Hipócritas! Bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:
8Este pueblo con sus labios me honra,mas su corazón lejos está de mí.
9En vano me honran,enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.
10 Y llamando hacia sí a la multitud, les dijo: Oíd, y entended:
11 No es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso contamina al hombre.
12 Entonces, acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra?
13 Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre Celestial será desarraigada.
14 Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guía al ciego, ambos caerán en el hoyo.
15 Y respondiendo Pedro, le dijo: Explícanos esta parábola.
16 Y Jesús dijo: ¿También vosotros estáis aún sin entendimiento?
17 ¿No entendéis, aún, que todo lo que entra en la boca va al vientre y es echado en la letrina?
18 Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y eso contamina al hombre.
19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios y las blasfemias.
20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre.
21 Y saliendo Jesús de allí, se fue a las regiones de Tiro y de Sidón.
22 Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquellos alrededores clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio.
23 Pero él no le respondió palabra. Entonces, acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros.
24 Y él, respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
25 Entonces, ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme!
26 Y respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos.
27 Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus señores.
28 Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija quedó sanada desde aquella hora.
29 Y partiendo Jesús de allí, vino junto al mar de Galilea; y subiendo al monte, se sentó allí.
30 Y vino a él mucha gente que tenía consigo cojos, ciegos, mudos, mancos y muchos otros enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y él los sanó;
31 de manera que la gente se maravillaba viendo a los mudos hablar, a los mancos quedar sanos, a los cojos andar y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel.
32 Y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días quepermanecen conmigo y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos en ayunas, para que no desmayen por el camino.
33 Entonces sus discípulos le dijeron: ¿Dónde podríamos conseguir nosotros tantos panes en el desierto para saciar a una multitud tan grande?
34 Entonces Jesús les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron: Siete, y unos pocos pececillos.
35 Y mandó a la gente que se recostase en tierra.
36 Y tomando los siete panes y los peces, dio gracias, los partió y dio a sus discípulos, y los discípulos a la gente.
37 Y comieron todos y se saciaron; y de lo que sobró de los pedazos recogieron siete cestas llenas.
38 Y los que comieron fueron cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
39 Entonces, una vez despedida la gente, Jesús subió a la barca y fue a la región de Magdala.

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