domingo, 22 de octubre de 2017

Apuntes de Historia del Arte

Arte de la prehistoria      http://www.historiadelarte.us


Artista, cazador y chamán

Como se acaba de explicar la caza era una de las actividades fundamentales de este hombre del Paleolítico, de forma que casi todos sus esfuerzos se dirigian para llevarla a buen puerto, y de entre ellos, la pintura cumplía una función ritual. Es por este motivo es que era necesaria la presencia de alguien que fuera especialmente hábil a la hora de pintar. Así, se procuraba buscar a aquél que sobresaliera en su talento para imaginarse figuras en las formas geomórficas de las rocas de las grutas y, después, que tuviera la facultad de pintarlas. A esta figura se le conoce como el mago-artista.
A este binomio anterior le tendríamos que añadir otro término más, el del cazador, desde el momento en que el hombre paleolítico, por antonomasia, es ante todo eso: un cazador. Y esta tríada iba indisolublemente unida siempre. Así pues, la caza era su actividad principal. Para ello, se organizaban en hordas poco numerosas, haciendo uso de armas fabricadas en muchas ocasiones a partir de lo que les proporcionaban esas mismas criaturas, así como de trampas. Con el tiempo, todo esto se iría complementando con la pesca y la recolección de frutos silvestres.
Debido a ello, de entre todos los cazadores de la tribu, se escogía como líder aquél que tuviera más facilidad para ser a la vez artista y chamán, es decir, que tuviera el suficiente poder para ejecutar pictóricamente, y de la forma más naturalista posible, la representación de sus futuras presas. Para ello, y siguiendo con su mentalidad de mimesis en relación a la posesión, no sólo se dedicaban a pintar animales de forma realista, sino incluso el mismo mago-artista intentaba aprehender esos rasgos animales.
Por este motivo, iba vestido con pieles animales, llevaba máscaras y cornamentas, y se movía imitando los movimientos de los mismos -ritmo en el que se ha visto el origen de la danza-. Y es que se tiene la necesidad de asumir la forma de ciertos seres, ya que de esta manera se obtienen mayores facultades cercanas a esos animales, o sus características.
Con todo, la asociación a un animal determinado resulta difícil de averiguar en estas representaciones, aunque destaca el grupo de figuras ornitocéfalas. Aparte, como líderes dotados de ese don que les diferenciaba del resto, llevaban un bastón de mando, generalmente realizado sobre hueso o marfil, y que presentaba decoraciones animales en grabado, como el hallado en la Cueva del Pendo, en Escobedo (Camargo, Cantabria). Ahora eran ellos la obra de arte, sin necesidad de pasar por la creación de un “objeto”.
En algunas ocasiones, aparte de representar la presa de caza, ellos mismos se “autorretrataron”, en una serie de figuras antropomorfas, híbridos entre seres humanos y animales, que constituyen manifestaciones de las primeras tentativas humanas de dar forma a conceptos religiosos y la actitud del hombre frente a lo sobrenatural. Con todo, en estas pinturas aparecen con bastantes deformaciones, en un deseo de acercarse a la fisonomía animal.
Hay una escena al respecto -una de las primeras composiciones de la “Prehistoria” del Arte-, en las cuevas de Lascaux, que ilustra a la perfección todo lo que se está comentando: en la llamada escena del “pozo” se representa a un chamán con los brazos extendidos y la cabeza animal, a su lado el bastón de mando -cuya parte superior también ostenta la forma de un ave-, mientras que frente a él está el bisonte herido, atravesado por una lanza.
De cualquier forma, dejando a un lado la cuestión iconográfica, la diferencia de estilo entre el esquematismo de la figura humana y el detallismo del rostro y del pelaje de la bestia son evidentes. El hombre paleolítico intentaba pintar de la misma forma que cuando cazaba, empleando un estilo simple, pero seguro y dinámico, y que recuerda a las características de la cinegética. No obstante, algunos historiadores y antropólogos defienden la hipótesis de que en realidad pintaban sólo animales -y figuras humanas con rasgos zoomórficos, ante su incapacidad de representar seres humanos.
Como se puede comprobar, aquellos antepasados ya tenían un cierto sentimiento religioso. Se sabe que procedían a la inhumación de los muertos, que los enterraban cerca de donde estaban los vivos -no se distinguía aún claramente entre la vida y la muerte-, y existía un culto a los cráneos. Aparte de esto, existían diferentes tipos de ritos (de iniciación, de antropofagia). Pero los más importantes, una vez más, iban dirigidos hacia la caza.
En este sentido, más que hogares, las grutas donde se han encontrado todas estas pinturas tenían antes una consideración de santuarios. Es por ello que se cuidaban de que las pinturas estuvieran bien protegidas y en un lugar más próximo y en comunión con el centro de la Tierra. En este sitio, rodeados de todas estas pinturas, tenían lugar los diferentes rituales. En las cuevas de Niaux, por ejemplo, se han encontrado huellas de niños que intentaban acceder a la categoría de cazador.
La aparición de la llamada “Revolución neolítica” supuso la introducción de la agricultura -cultivo de la tierra-, de la ganadería -domesticación de animales-, de una vida más sedentaria, así como la aparición de nuevas actividades, tales como la alfarería o la tejeduría. Por todo ello, la caza ya no lo era todo para este nuevo hombre. En consecuencia, la finalidad de sus pinturas ya no era la misma. De ahí que el naturalismo presente hasta entonces dejara paso a un estilo mucho más simbólico y esquemático, como se puede ver en el arte levantino.
Felinos
Felinos, pintura de la cueva de Combe d'Arc (Ardéche, Francia). El cazador que tuviera más facilidad para ser artista y chamán, para retratar de la forma más naturalista posible las presas o los animales que le rodeaban, se constituía en el líder. En esta imagen los felinos son representados con motas en el cuerpo y una gran cabeza, en un deseo por acercarse a la fisonomía animal.



Diosas primitivas

Desde finales del pleistoceno y sobre todo a principios del Neolítico, empiezan a proliferar las esculturas femeninas de pequeño formato, que hoy en día se conocen bajo la denominación de Venus. Se las encuentra esparcidas por una amplia zona geográfica, pues están presentes desde el Midi francés hasta Siberia.
Se trata, generalmente, de esculturas de bulto redondo (exentas, no como parte fija de un conjunto), aunque a veces se las ha encontrado aplicadas en relieve sobre superficies rocosas. Las Venus de bulto redondo forman parte de lo que se denomina “Arte mobiliar”, o “Arte mueble”, ya que se trata de piezas de dimensiones reducidas y se pueden transportar con facilidad. Éstas, habitualmente, miden entre los 3 y los 22 centímetros, y estaban concebidas para caber en la palma de una mano; por lo que se cree tienen su origen en colgantes o amuletos que aquellos antepasados más remotos llevaban para protegerse, o bien como parte de sus rituales cotidianos.
Las Venus prehistóricas son especialmente características debido a las proporciones con que se las representa. Por lo general, sus atributos sexuales están muy enfatizados, con senos, vientre, nalgas y caderas abultados sobremanera. Por otra parte, a medida que fueron evolucionando, las Venus se vieron sometidas a un proceso de esquematización, cosa que actuaba en detrimento de los otros rasgos del cuerpo, en especial el rostro, que con frecuencia aparece tan sólo esbozado, o simplemente no existe.
Las Venus son objetos conectados con el estilo de vida y las creencias de las comunidades humanas prehistóricas. En este contexto, la fertilidad era un elemento fundamental, ya que su función era la de ser madres, y perpetuar la vida en un mundo lleno de hostilidades para el hombre.
La representación de los órganos reproductivos de la mujer fue una constante en el mundo antiguo, desde la época del hombre de Neandertal. La vulva, sin lugar a dudas, el símbolo más utilizado, a diferencia del falo masculino, que aparece plasmado en contadas ocasiones. La vulva sería, así pues, una plasmación física de la necesidad de perpetuación de la especie humana. Generalmente, ésta no aparece sola, sino representada junto a otros símbolos relacionados con la abundancia, como figurillas zoomorfas, muestras del deseo de sus creadores de obtener más ejemplares del animal esculpido.
Durante el período magdaleniense, se empiezan a destacar las zonas púbicas de las Venus, mediante una incisión triangular. Esta manera de poner de relieve los genitales femeninos durará hasta la aparición de las primeras manifestaciones artísticas griegas, influyendo en su génesis y posterior desarrollo. A medida que la ejecución de las Venus fue evolucionando, perdiendo su inicial tendencia por el naturalismo, la plasmación de la vulva también varió, volviéndose cada vez más esquemática.
Otro de los símbolos relacionados con el culto a la fertilidad son los senos femeninos. Aunque en contadas ocasiones se encuentran de forma exenta, por lo general nunca se hallan desvinculados del resto del cuerpo humano. Resultan atípicas las representaciones de mujeres con más de dos mamas, peculiaridad que se da también en elementos pertenecientes a otras culturas y épocas.
Las Venus, aún sin ser esculturas de bulto redondo y estar ideadas para poder ser manipuladas y observadas desde varios puntos de vista, presentan dos tipologías diferentes. Por un lado las hay frontales, cuyos rasgos sexuales están acentuados para ser contemplados por su parte anterior. En este caso, se enfatizarían principalmente las caderas. Un ejemplo paradigmático de esta tipología es la Venus de Lespugue.
Por otro lado, estarían las Venus de perfil, cuyos atributos se destacarían al ser vistas de lado. Éste es el caso de la Venus de Savignano, que junto con la Venus de Willendorf y la de Lausel son las más famosas de todas las representaciones de divinidades primitivas relacionadas con el culto a la fertilidad.
La Venus de Savignano, por su parte, es la mayor de las Venus halladas hasta el presente. Mide unos 22 centímetros y fue hallada en 1925 por un obrero de la construcción en Savignano sul Punaro, en las cercanías de la ciudad italiana de Módena. Esta pieza, realizada con piedra serpentina verdosa, ha llegado hasta la actualidad en buen estado de conservación. Aunque no se encontró acompañada de otros materiales que facilitaran su datación, se cree que es del período auriñaco-perigordiense, y que fue realizada alrededor del 25000 a.C. Su cabeza y sus piernas, meramente esbozadas, presentan forma triangular. Esta disposición concentra toda la fuerza de la composición en pechos, vientre y nalgas, si bien las caderas no están ensanchadas, muy probablemente debido a la forma de la piedra sobre la cual se esculpió.
La Venus de Willendorf fue descubierta en 1908, por el arqueólogo Josef Szombathy, cerca de la localidad austríaca de la que la Venus tomó su nombre. Pertenece al auriñaciense tardío, por lo que se podría fechar en torno al 22000 a.C. Esta pieza, que mide unos 11 centímetros, fue realizada con un tipo de piedra no presente en las immediaciones de Willendorf, por lo que se cree que, o bien se importó el material, o bien fue hecha en otra región y posteriormente llevada a la zona.De proporciones gruesas, esta Venus posee un plasticismo notable, y una particular exhuberancia, relacionada con los ritos de fertilidad con los cuales estaba relacionada.
Las Venus podían presentar policromía. Recientes estudios creen que estos pigmentos, por lo general rojizos, añadían una función al simbolismo inherente a las Venus. El rojo estaba vinculado con la existencia de los hombres y los animales, pudiendo aludir también a la menstruación.
Estas esculturas femeninas han sido relacionadas con el culto a las divinidades naturales, anteriores a la aparición de las religiones organizadas. Las Venus podrían, entonces, ser consideradas como el origen de las representaciones de la Madre Tierra.
La Venus recibieron su nombre en una época en que se las consideraba meramente esculturas eróticas, figuras triviales radicadas en el entorno de la sexualidad humana. Sin embargo, pronto se abandonó esta idea, a favor de una interpretación más abierta de su significado. Las Venus pertenecían a un universo en el que eran veneradas por lo que ellas simbolizaban: la fuerza de la naturaleza y el poder de la fertilidad.
Venus de Kostienki
Venus de Kostienki (Museo del Ermitage, San Petersburgo). Descubierta en 1908 por el profesor Szobarhy, está datada en 23000 a.C. De diez centímetros de altura, constituye una de las figuras femeninas más famosa de la Prehistoria. De aspecto naturalista y representando a una mujer obesa, está esculpida en piedra caliza eólica. Sus senos, sus caderas y su vientre, en relación con sus brazos, son exagerados, formándose una figura redonda y pequeña, maciza.

Venus Prehistóricas, ¿diosas o amuletos?

VENUS PALEOLÍTICAS. EL CULTO A LA FERTILIDAD

 Texto de Ampa Galduf/Arquehistoria
Durante las últimas glaciaciones, en los últimos compases del Paleolítico comenzaron a tallarse unas pequeñas, pero llamativas esculturas femeninas, asociadas con el culto a antiguas divinidades que hoy conocemos como Venus prehistóricas.

Son figuras de mujeres, generalmente, desnudas y regordetas, con los atributos sexuales muy enfatizados, con pechos y abdomen prominentes. Pequeñas esculturas en piedra que, bien podrían haber sido talladas por las propias mujeres, en la visión que ellas mismas tuvieron de su propio embarazo.


  • La Venus de Lausel y la Venus de Willendorf , son las más conocidas de todas las representaciones de estas diosas primitivas relacionadas con el culto a la fertilidad. 
  • Algunos expertos las interpretan como modelos de belleza paleolítica o bien de estatus social, al estar rollizas, es decir, bien alimentadas.
  • Otros, en cambio las consideran divinidades de la fecundidad, representantes de la Madre Tierra.
  • Su pequeño tamano y fácil manejo no hace decartar que podría tratarse de simples amuletos.
  • La mayoría son de bulto redondo realizadas en marfil, hueso o material lítico. Su principal característica, es la exageración de los rasgos sexuales.
  • Estos ídolos femeninos de reducido tamaño fueron la plasmación de una idea generalizada, ya que se encuentran en varios puntos de Europa y Asia

Se las bautizó como Venus, calificándolas de esculturas eróticas por sus marcadas formas femeninas. Después, esa idea fue abandonada siendo sustituída por otra teoría más oprtuna; las Venus simbolizaban la fuerza de la naturaleza y el poder de la fertilidad. 

Hoy, la ciencia todavía no tiene clara la importancia de estas figuras para aquellas comunidades del Paleolítico Superior.Queda claro, en cambio, que se trató de la plasmación de una idea generalizada por todo el continente europeo, ya que su presencia se reparte por una gran zona geográfica desde el Midi francés hasta Siberia. 

¿Divinidad o, belleza?, ¿obesidad o embarazo ?,  ¿éxito, protección, seguridad, fertilidad? Cúal pudo ser su verdadero significado…

Una incógnita abierta más, entre tantos otros enigmas del Paleolítico.

Hacia los albores del Neolítico y en la Europa de hace unos 40.000 años, se produjeron unos cambios gigantescos, de tipo biológico y cultural. El hombre moderno, comenzaba a relevar al Neandertal, y surgió una nueva tecnología para elaborar herramientas, que inauguró el Paleolítico Superior. Todo ello en un clima hostil,  frío, con muchas oscilaciones, donde la fertilidad era un elemento fundamental para la supervivencia de la nueva especie humana, a la que nosotros pertenecemos.
Las mujeres en su función de ser madres, tenían la gran misión de perpetuar la vida en un mundo durísimo para ellas y sus clanes. De manera que, podemos imaginar en estas “Venus prehistóricas”, a unas verdaderas diosas de la procreación representadas en pequeñas estatuillas, con unas enfatizadas proporciones de sus genitales y órganos sexuales, propias del estado de gestación; senos, vientre, nalgas y caderas abultados sobremanera, mientras que otros rasgos como el rostro, apenas se muestran esbozados.

LA VENUS DE WILLENDORF

La Venus de Willendorf,  es  reconocida desde su descubrimiento hace un siglo, como  modelo de la belleza paleolítica del períodoAurignaciense.
Se trata de una conocida estatuilla de piedra caliza de apenas 11 cm de alto por 5  de ancho,  que  ha planteado numerosos enigmas a todo aquel que haya  profundizado en su estudio. Tiene mas de 25.000 añosde existencia y cuando fué encontrada a orillas del Danubio levantó todo tipo de conjeturas debido a sus marcados atributos sexuales, que los expertos no tardaron en relacionar con el concepto de fertilidad.
Tallada en piedra caliza, con un exceso de grasa corporal en su parte superior, está  representada con un gran desarrollo mamario y un vientre prominente interpretados como una situación típica de embarazo.
Hoy constituye el objeto de exposición más destacado del Museo de Historia Natural de Viena.

¿DIOSAS O AMULETOS?

Esta y otras figuras paleolíticas, como la Venus de Grimaldi, de Kostienki , de Laussel, o de Lespugue, entre otras, son objetos conectados con el estilo de vida y las creencias de aquellas primitivas comunidades humanas. Es detacable su pequeño tamaño. Se trata de figurillas  entre los 3 y los 22 centímetros, fáciles de manipular, concebidas para caber en la palma de una mano.
Es por ello que también se piensa que pudieron ser empleadas como colgantes o amuletos para protegerse de la enfermedad y atraer la salud, la fertilidad y la abundancia, o bien que formaron parte de sus rituales cotidianos. 

SIMBOLOS SEXUALES

LA VULVA
Desde la aparición del hombre de neandertal, la representación de los órganos reproductivos de la mujer ha sido una constante que tuvo su continuidad en el mundo antiguo.
Pero a diferencia del falo masculino, escasamente representado en tiempos prehistóricos, la vulva femenina fue el símbolo artístico más recurrido interpretado como la representación  física de la necesidad vital de perpetuación de la especie humana.  Más apreciable, si se quiere durante el período magdaleniense cuando estas zonas púbicas de las Venus se representaban mediante una incisión triangular. Pero las Venus como en general el arte prehsitórico  fueron evolucionando hacia la esquematización, así que la forma de representar la vulva también varió, perdiendo aquella primitiva tendencia al naturalismo.
Sin embargo, este énfasis en representar los genitales femeninos durará hasta la aparición de las primeras manifestaciones artísticas griegas, influyendo en su génesis y posterior desarrollo.
LOS PECHOS
En este culto a la fertilidad también fueron predominantes los senos femeninos prominentes como símbolo de reproducción y continuidad de la especie. Aunque atípicas, tambien se han encontrado esculturas femeninas con más de dos mamas, peculiaridad que se da también en elementos pertenecientes a otras culturas y épocas.
DIFRENTES TEORIAS
Pese a estas interpretaciones,  la ciencia todavía no tiene tan clara la importancia de estas Venus para aquellas la culturas del Paleolítico superior y toma distancia, más bien, de las frecuentes interpretaciones que las muestran como símbolos eróticos, de fertilidad o simplemente como diosas.
    • Algunos estudiosos, han venido interpretando a las Venus prehistóricas, como diosas madre, símbolo de fecundidad y de supervivencia, protectoras de la vida. Más aún, en una sociedad cazadora-recolectora que dependía del medio natural para su supervivencia, representando uno de los cultos más antiguos de la humanidad y germen del posterior desarrollo de las religiones antiguas como tales, a partir del Neolítico.
    • Otros científicos, sin embargo tienen muchas reticencias en identificarlas, precisamente, como manifestaciones divinas de la Madre Tierra. Según plantean, resulta casi imposible encontrar pruebas de que se tratara divinidades representantes de la naturaleza en la cultura europea del Paleolítico Superior.
    • También es detacable la opinión de Christopher Witcombe, profesor de la Sweet Briar College, en Virginia, quien sugiere que si bien “la identificación irónica de estas figuras con “ideales de belleza prehistóricos” satisfizo algunos conceptos en la época en que se descubrió, sin embargo este concepto primigenio es rechazado en la actualidad, ya que los estudios actuales no consiguen ver en estas figuras, con características más bien obesas, la imagen clásica de la  belleza.
  • http://arquehistoria.com

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