lunes, 16 de octubre de 2017

Apuntes de Historia Universal

Tablilla de Arcilla Ebla

El Imperio Acadio

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El Imperio Acadio creo el primer reino unificado mesopotámico del que se tiene noticia, hace más de 4.000 años. Antes de la aparición de los acadios, Mesopotamia estaba formada por muchas ciudades-estado, cada una de las cuales tenía su propio rey, territorio y ciudades.
En el sur de Mesopotamia vivían los sumerios, mientras que el norte lo ocupaban gente de habla semita. Se trataba de una lengua bastante distinta de la hablada por los sumerios, pero aparte de esta característica los habitantes del norte eran parecidos a sus vecinos sumerios.
En torno a 2334 a.C., un funcionario de lengua semita de la Corte del rey de Kish, una de las ciudades-estado mesopotámicas, derrocó a su soberano y asumió el poder real. Se llamó a sí mismo Sargón (cuyo significado es rey verdadero) y desde Kish se dirigió contra el más poderoso monarca de la región, Lugalzagesi, señor y rey de Uruk. Sargón consiguió derrotarlo y luego atacó y venció a tres ciudades más en el sur de Mesopotamia: Ur, Lagash y Umma, derribando sus murallas. Después siguió avanzando con su ejército hasta llegar a las orillas del golfo Pérsico y, para demostrar que su autoridad desde Kish hasta el golfo, lavó las armas de su ejército en las saladas aguas.

Un nueva capital

Deidad Acadia
Deidad Acadia
Sargón construyó su propia capital en del Imperio Acadio, junto al río Eufrates, cerca de la actual Bagdad. Su reino, Acad, y sus gentes, los acadios, recibieron su nombre a partir del de la ciudad. Gente de todo el imperio acadio iba a Acad para vender con sus bienes, como cabras, ganado y asnos. La ciudad era un gran puerto en el que atracaban barcos llegados de lugares tan lejanos como la India y Egipto.
Sargón siguió dirigiendo más campañas victoriosas, contra Elain, en las montañas al este de Mesopotamia, y por el oeste, hacia las montañas del Líbano. Por el oeste, los acadios consiguieron acceso a importantes recursos, como la plata y la madera de cedro. Por el este, los acadios hicieron que los elamitas trasladaran su capital, desde Elam hasta Susa, y los obligaron a hablar acadio.
Sargón el Grande, como ahora se llamaba a sí mismo, gobernó su imperio hasta 2279 a.C. No obstante, su autoridad se debilitó mucho en los últimos años, cuando tuvo que enfrentarse a las revueltas de algunos de sus súbditos sumerios. Pese a todo, consiguió aplastarlos y traspasar su poderoso imperio a su hijo, Rimush.
Rimush gobernó entre 2278 y 2270 a.C. Tuvo un reinado turbulento, pero al igual que su padre consiguió acabar con las ciudades rebeldes. Al final, sin embargo, fue asesinado por sus cortesanos, quienes (según la leyenda) lo apuñalaron con sus propios cilindro-sellos. Fue sucedido por su hermano Manishtusu, quien gobernó entre 2269 y 2255 a.C.
Manishtusu se encontró con que, a pesar de la derrota de Elarn, la parte occidental del imperio había conseguido recobrar su independencia. Esto suponía una amenaza para las rutas que a los mercaderes acadios les era imprescindible utilizar para ir a buscar metales con los que fabricar el bronce. De modo que, el rey tuvo que encabezar una expedición hacia el extremo oriental del golfo Pérsico, donde encontró una fuente alternativa de esos metales que necesitaba.
El heredero de Manishtusu fue Naram-Sim (2254-2218 a.C.), quien se pasó la mayor parte de su reinado en guerra. En el oeste, puso de nuevo a la Siria septentrional bajo gobierno acadio. En el norte, conquistó a los asirios y derrotó a los hurritas. En el este, acabó con una revuelta entre los súbditos acadios del golfo Pérsico. También derrotó a su enemigo más poderoso, los lullubi, que vivían en las estribaciones de las cercanas montañas del Zagros.
El Imperio acadio no sobrevivió mucho tiempo tras la muerte de Naram-Sin. Seguidamente, su sucesor, Shar-kali-Sharri (2217-2193 a.C.), fue asesinado por sus propios súbditos y, tras su muerte, se desencadenaron grandes luchas entre los candidatos a sucederle, unida a la invasión del país por parte de las tribus de las montañas del Zagros, terminaron con el Imperio acadio para siempre.

El poder del Imperio Acadio

Los acadios gobernaron su imperio con la ayuda de un poderoso y despiadado ejército (el rey Sargón tuvo 5.400 soldados). Los acadios derribaban las murallas de las ciudades que se rebelaban y masacraban a todos sus ciudadanos. Muchos monumentos de piedra muestran a soldados acadios cargando el botín y llevándose a los prisioneros para ser asesinados.
El poder de Sargón se basó en un cambio radical del sistema de gobierno que los sumerios habían utilizado tradicionalmente. Los sumerios habían gobernado sus ciudades nombrando gobernadores de entre las principales familias originarias de esas mismas ciudades. Sargón, en cambio, prefirió nombrar gobernadores acadios, que eran enviados a las ciudades con órdenes reales.
Al transformar las ciudades-estado sumerias en una potencia militar, Sargón difundió la cultura sumeria por todo el Oriente Medio. El cuneiforme fue adoptado ampliamente como sistema de escritura y el acadio se convirtió en la lengua semioficial de Mesopotamia y Oriente Medio.
Mapa del Imperio Acadio
Mapa del Imperio Acadio

Las tablillas de arcilla de Ebla

Cuando el yacimiento de la antigua Ebla, en el norte de Siria, fue explorado por primera vez, en 1964, los arqueólogos encontraron restos de una ciudad que databa de aproximadamente el año 2500 a.C. Había sido destruida y quemada hasta los cimientos bien por Sargón, bien por su nieto Naram-Sin.
El hallazgo más emocionante fue la habitación que contenía el archivo del palacio real, con más de 20.000 tablillas de arcilla inscritas con escritura cuneiforme. Se trataba de registros estatales y, a partir de la información que contenían, fue posible reconstruir una vivida imagen de la vida de esta sociedad de la Edad del Bronce. Las tablillas dejaron claro que Ebla era la capital de un poderoso estado, cuya riqueza se basaba en el comercio y la agricultura. La gente cultivaba vino, olivos y cebada, además de criar dos millones de ovejas y medio millón de reses. Comerciaban con telas, oro, plata y bronce. Algunas de las tablillas conservan leyes, decretos y tratados, demostrando que Ebla poseía una eficiente administración.
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El Imperio acadio fue un gran reino de Mesopotamia formado a partir de las conquistas de Sargón I de Acad. Mantuvo su máximo esplendor en el siglo XXII a. C. (2334 a 2192 a. C.) en los que se sucedieron cinco monarcas: el propio Sargón, sus hijos Rimush y Manishutusu, su nieto Naram-Sin y el hijo de éste, Sharkalisharri que gobernaron un total de 141 años.
Los dominios del Imperio acadio se extendieron a toda la cuenca del Tigris y Éufrates, ElamSiria y según las inscripciones aún más allá, hasta el Líbano y la costa mediterránea. Según dichas inscripciones se llegarían a realizar incursiones hasta Anatolia y el interior de los montes Zagros y el imperio controlaría el comercio del golfo Pérsicohacia Magan (posiblemente Omán) y la región del valle del Indo.
Las ciudades de Mesopotamia se llenaron de monumentos y estelas conmemorativas que hablaban de la grandeza del nuevo imperio y en la escritura se produjo un importante avance de la lengua acadia, que se convirtió en la lengua administrativa del Estado.
Mātu Akkadū
Imperio acadio
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 (c. 2250 a. C.) Kingdom of Ebla.png
 (c. 2260 a. C.) Babilonia de Hammurabi-ES.svg
2334 a. C.-2192 a. C.
Bandera 
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Ubicación de {{{nombre_común}}}
El Imperio acadio en la época de Sargón I, el Grande.
CapitalAgadé (Akkad)
Idioma principalAcadio
Otros idiomasSumerioeblaítaugarítico y elamita
ReligiónReligión Acadia
GobiernoReino
Período históricoEdad de Bronce
 • 2334 a. C.
 • 2192 a. C.

Historia[editar]

Antecedentes[editar]

La infiltración pacífica de los semitas en las ciudades sumerias alcanza ahora densidad suficiente para que aquellos obtengan la supremacía política del país. Cabe incluso atribuir esta supremacía a una inmigración repentina y masiva: “Es indudable que se produjo una gran afluencia de gentes en la época en que Sargón se hizo rey. No pudo ser una lenta infiltración de familias interesadas en ganarse la vida en un país más venturoso, por mucho que así lo sugiera el relato del nacimiento y ocupación del héroe. Este nunca fue un ordinario ensi de ciudad, dispuesto a comprometer a las ciudades vecinas en una lucha por la supremacía. En vez de eso edificó una nueva capital y esta albergaba a sus guerreros y a sus familias, no a una mezcolanza de gentes sacadas del Kish. La ciudad se convirtió en centro de la parte septentrional del país, que en adelante se conocería como Sumer y Accad. Este proceso solo pudo producirse por una población consciente de sus diferencias e incluso de la hostilidad de la población vernácula” (C.J. Gadd, en Cambridge Ancient History, fasc. 17, 1966 p.33).
Desde 3000 a. C. los semitas se habían ido extendiendo desde sus orígenes en Arabia hacia el norte, con otros grupos diferentes como los amorreos. No hay muestras de que estas migraciones se produjesen de forma traumática, sino que parece tratarse más bien de un proceso gradual.23​ En Mesopotamia los más importantes fueron los acadios, presentes en el área del norte de la región, en la que se incluía la ciudad de Kish. En esta ciudad se sabe que Sargón desempeñó algún puesto de responsabilidad. Culturalmente, Sargón era semita ya que se sabe que su lengua era el también semita acadio.
Hacia el 2340 a. C. Sargón fundó la ciudad de Agadé en las proximidades de Kish, posiblemente al norte. Su localización aún no ha sido determinada por los arqueólogos, aunque se especula que podría haber estado hacia la confluencia de los ríos Diyala y Tigris, en las afueras del actual Bagdad.45​ Los motivos de la fundación de Agadé no están claros. Es probable que Sargón se rebelase contra su señor en Kish y decidiese establecer un nuevo centro de operaciones.1​ Tampoco se conoce con seguridad que ocurrió en Kish. Tal vez Sargón la tomó antes de lanzarse hacia a la conquista las tierras del sur o tal vez fue Lugalzagesi de Umma, que había formado un imperio local en el área del sur.1

Las conquistas de Sargón[editar]

Mapa de la extensión del Imperio acadio con las conquistas de Sargón y las principales revueltas posteriores. Para la tradición posterior mesopotámica, Sargón y su nieto, Naram-Sim, se convertirán en los modelos arquetípicos de emperador. Sobre el primero se proyectarán las virtudes a seguir, convirtiéndole en mito; sobre el segundo, el antimodelo del emperador agotado en sofocar rebeliones que pierde el beneplácito de los dioses.3
En algún momento a mediados del siglo XXIV a. C.(2340 a.C) Sargón se lanzó a la conquista de las ciudades sumerias del sur. Las conquistas anteriores de Lugalzagesi de Umma pudieron facilitar el camino del conquistador acadio, al encontrarse ya vencida la independencia de las distintas ciudades sumerias. El primero de los objetivos de Sargón fue Uruk, ciudad célebre por sus grandes murallas y donde en el momento del ataque se encontraba Lugalzagesi. Sargón no solo conquistó la ciudad, sino que hizo prisionero al rey, obligándole a caminar hasta el templo de Enlil en Nippur con una argolla al cuello.
Tras esto se lanzó a la conquista del resto de ciudades sumerias. Tomó UrLagash y Umma, con lo que ya controlaba tantas tierras como había hecho Lugalzagesi. Con el dominio de toda la Baja Mesopotamia asegurado, continuó sus campañas atacando a los Elamitas de los montes Zagros, en el actual Irán, y realizó incursiones en la ciudad de Mari (en la actual Siria) y Ebla, ya a pocos kilómetros del Mediterráneo, llegando, según las inscripciones, a las montañas de los cedros: esto es, al actual Líbano, y tal vez hasta Anatolia.13
Sargón se convirtió así en el primer monarca histórico que consiguió unificar toda la cuenca de la Mesopotamia bajo un mismo mandato. Pese a que es probable que esta unidad fuese más teórica que real, la figura de Sargón fue un referente constante para los monarcas que, posteriormente, tratarían de repetir su hazaña. De hecho, en épocas posteriores se le conoció como Sargón el Grande. Pero su reinado y el de sus sucesores no estuvieron exentos de problemas ya que poco antes de su muerte sufriría una revuelta general en las ciudades conquistadas.3
Pese a estas dificultades, durante el reinado de su nieto y sucesor, Naram-Sin (2260 - 22231​), el imperio alcanzó su máxima extensión territorial: en los límites occidentales incorporó las regiones de Alepo, en la actual Siria, y el entorno de Trípoli, en la costa mediterránea cananea del actual Líbano; en los orientales conquistó Susa y en el norte se expandió por Anatolia. Sin embargo hubo un pueblo al que Naram-Sin no consiguió conquistar pese a que guerreó contra ellos y les infligió algunas derrotas. Eran los guti, que habitaban los montes Zagros y que atacaban y saqueaban continuamente las tierras del valle.6​ El nuevo rey tuvo que enfrentarse además a numerosas rebeliones.
En algún momento de su reinado parece que Naram-Sin fue deificado. El motivo, según una inscripción en una estatua, fue por petición de su pueblo a los dioses, después de que el rey ganase nueve batallas contra las que se le rebelaron "desde los cuatro confines del mundo". Los dioses concedieron y se le construyó un templo en Agadé, que hasta entonces no estaba dedicado a ningún dios.1
Tras la muerte de Naram-Sin, su sucesor e hijo, Šarkališarri (2223 - 2198) vio incrementada la presión sobre el imperio: Elam se rebeló, conquistando varias ciudades del sur de Mesopotamia. Posteriormente sufriría invasiones por parte de los amorreos, a quienes lograría vencer, y de los guti a los que inicialmente también reduciría. Sin embargo el imperio estaba muy desgastado y tras su muerte las ciudades del sur de Mesopotamia se independizaron. Tras esto, los dominios del antiguo imperio quedaron reducidos al área circundante de la antigua capital, Agadé.

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