sábado, 13 de abril de 2019

POESÍAS

RUBEN DARÍO

Caminos
Esta poesía forma parte del libro Lira póstuma - Vol. XXI
CAMINOS

I
Que vereda se indica,
cuál es la vía santa,
cuando Jesús predica
o cuando Nietzsche canta?

II


 ¿La vía de querer,
o la vía de obrar?
¿La vía de poder,
o la vía de amar?
III
 Embriagarse en el opio
que las tristezas calma.
Ser el mártir de su alma
o ser el héroe propio.

IV


 Martirizar la vida
con perjuicio del juicio,
y hacerla decidida
para ir al sacrificio.

V


 Tener la voluntad
hecha de acero y oro;
tener la honestidad
como íntimo tesoro.
VI
 O bien ser el tirano
que surge de repente,
con la idea en la mente
o la espada en la mano.

VII


 En la tierra o el mar,
ser el conquistador
que lleva su esplendor
a matar y a aplastar.

VIII


 Pues nuestro hombre de barro
es en todo país:
o Francisco Pizarro
o Francisco de Asís.
IX
 Juntas almas fervientes,
han tenido igual vuelo:
conquistar continentes
o conquistar el cielo.

X


 Santidad y heroísmo
tienen el propio vuelo
con el genio que vuela entre los dos:
los Santos y los Héroes
tienen el propio cielo,
y todos ellos buscan la dirección de Dios.











Prosas profanas de Rubén Darío
Canción de Carnaval
Prosas profanas - Pag 55.png
Le carnaval s'amuse!
Viens le chanter, ma Muse...
BANVILLE.

Musa, la máscara apresta,
Ensaya un aire jovial
y goza y ríe en la fiesta
 Del carnaval.
Ríe en la danza que gira,
Muestra la pierna rosada,
Y suene, como una lira,
 Tu carcajada.

Para volar más ligera
Ponte dos hojas de rosa,
Como hace tu compañera
 La mariposa.

Y que en tu boca risueña,
Que se une al alegre coro,
Deje la abeja posteña
 Su miel de oro.

Unete a la mascarada,
Y mientras muequea un clown
Con la faz pintarrajeada
 Como Frank Brown;
Mientras Arlequín revela
Que al prisma sus tintes roba
Y aparece Pulchinela
 Con su joroba,

Di a Colombina la bella
Lo que de ella pienso yo,
Y descorcha una botella
 Para Pierrot.

Que él te cuente cómo rima
Sus amores con la luna
Y te haga un poema en una
 Pantomima.

Da al aire la serenata,
Toca el áuro bandolín,
Lleva un látigo de plata
 Para el spleen.
Sé lírica y sé bizarra;
Con la cítara sé griega;
O gaucha, con la guitarra
 De santos Vega.

Mueve tu espléndido torso
Por las calles pintorescas
Y juega y adorna el corso,
 Con rosas frescas.

De perlas riega un tesoro
De Andrade en el regio nido,
Y en la hopalanda de Guido,
 Polvo de oro.

Penas y duelos olvida,
Canta deleites y amores;
Busca la flor de las flores
 Por Florida.
Con la armonía le encantas
De las rimas de cristal,
Y deshojas a sus plantas,
 Un madrigal.

Piruetea, baila, inspira
Versos locos y joviales,
Celebre la alegre lira
 Los carnavales.

Sus gritos y sus canciones.
Sus comparsas y sus trajes
Sus perlas, tintes y encajes
 Y pompones.

Y lleve la rauda brisa,
Sonora, argentina, fresca,
La victoria de tu risa
 Funambulesca.














Canción de otoño en primavera
de Rubén Darío 

Cantos de vida y esperanza (page 13 crop).jpg

VI
CANCIÓN DE OTOÑO EN PRIMAVERA
A MARTÍNEZ SIERRA
Juventud, divino tesoro,
ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro.
Y a veces lloro sin querer...

Plural ha sido la celeste
historia de mi corazón.
Era una dulce niña, en este
mundo de duelo y aflicción.

Miraba como el alba pura;
sonreía como una flor.
Era su cabellera oscura
hecha de noche y de dolor.

Yo era tímido como un niño.
Ella, naturalmente, fué,
para mi amor hecho de armiño,
Herodías y Salomé...

Juventud, divino tesoro,
ya te vas para no volver...!
Cuando quiero llorar, no lloro,
y a veces lloro sin querer...

Y más consoladora y más
halagadora y expresiva,
la otra fué más sensitiva
cual no pensé encontrar jamás.

Pues a su continua ternura
una pasión violenta unía.
En un peplo de gasa pura
una bacante se envolvía...

En brazos tomó mi ensueño
y lo arrulló como a un bebé...
Y le mató, triste y pequeño,
falto de luz, falto de fe...

Juventud, divino tesoro,
te fuiste para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro,
y a veces lloro sin querer...

Otra juzgó que era mi boca
el estuche de su pasión;
y que me roería, loca,
con sus dientes el corazón

poniendo en un amor de exceso
la mira de su voluntad,
mientras eran abrazo y beso
síntesis de la eternidad;

y de nuestra carne ligera
imaginar siempre un Edén,
sin pensar que la Primavera
y la carne acaban también...

Juventud, divino tesoro,
ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro,
y a veces lloro sin querer!

Y las demás! en tantos climas,
en tantas tierras, siempre son,
si no pretextos de mis rimas,
fantasmas de mi corazón.

En vano busqué a la princesa
que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
Ya no hay princesa que cantar!

Mas a pesar del tiempo terco,
mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris, me acerco
a los rosales del jardín...

Juventud, divino tesoro,
ya te vas para no volver...
Cuando quiero llorar, no lloro,
y a veces lloro sin querer...

Mas es mía el Alba de oro!

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