jueves, 4 de abril de 2019

CUADROS POR ESTILO

EL BARROCO

Salomé con la cabeza de Juan el Bautista es un cuadro de Caravaggio, realizado en 1607. El cuadro muestra a Juan el Bautista tras ser decapitado, algo muy común en la pintura barroca italiana. Salomé, con un aire de frialdad, siente haber cumplido su misión. Ensangrentada, la cabeza del Bautista no es otra que la del propio Caravaggio. El verdugo es quien azota a Jesús en cristo en la columna.















Salomé con la cabeza de Juan Bautista es un óleo de Caravaggio, datado en 1609Carlos VII de Nápoles —que reinó en España como Carlos III—, lo llevó a Madrid en su colección particular, pues se contaba entre sus cuadros favoritos. Actualmente se exhibe en el Palacio Real de Madrid. Narra la escena bíblica de Salomé que pidió en bandeja la cabeza de Juan el Bautista, que ha sido representada como "Salomé con la cabeza del Bautista".
Giovanni Bellori escribió la primera biografía de Caravaggio en 1672, donde afirma que este cuadro fue hecho para el gran maestre de la Orden de Malta, Alof de Wignacourt, retratado ya en Retrato del gran maestre de la Orden de Malta Alof de Wignacourt. Sin embargo, la barca en que fue llevada a Malta fue detenida por el Reino de Nápoles, quedando la obra en posesión de los reyes hasta que en 1759Carlos III de España, la llevó a su corte. No obstante, en el catálogo de Patrimonio Nacional elaborado para la exposición De Caravaggio a Bernini. Obras maestras del Seicento italiano en las Colecciones Reales, Maria Cristina Terzaghi afirma lo siguiente en relación a esta obra:
Sobre la mención más antigua del lienzo, ya no es posible aceptar su identificación con la obra que envió Caravaggio a Alof de Wignacourt, gran maestre de la Orden de Malta, tras el regreso del pintor a Nápoles en 1609. De las dos versiones conocidas del tema (la que aquí se examina y la que se conserva actualmente en la National Gallery de Londres), la historia de la obra de Madrid parece excluir su paso por Malta.
Aspecto de la obra antes de su última restauración.
El lienzo debe ser relacionado con toda probabilidad con una mención del inventario de los bienes de García de Avellaneda y Haro, conde de Castrillo y virrey de Nápoles entre 1653 y 1659. A comienzos de 1657, el virrey poseía ciento ochenta y tres pinturas, entre las que se cita: “Un quadro de la degollación de San Juan con la mujer que recibe la cabeza del Santo, el verdugo y una vieja al lado de seis palmos con marco negro de peral es original de Caravacho”. A este respecto, hay que precisar que el inventario utiliza la unidad de medida local (un palmo napolitano = 26,367 cm), y por consiguiente las dimensiones del lado vertical del cuadro (con marco incluido) serían 158,202 cm, lo que resulta compatible del todo con la longitud del cuadro del Palacio Real de Madrid. La historia de la colección del virrey y las menciones de inventario sucesivas apoyan tal identificación.
García de Avellaneda y Haro, conde de Castrillo (1588?-1670), era un personaje de cierta relevancia en el ámbito del mecenazgo artístico de mediados del siglo XVII. En efecto, sabemos que Felipe IV encargó a Diego Velázquez en 1656 que organizase el traslado a El Escorial de cuarenta cuadros, entre ellos algunos de los “que dio a Su Majestad don García de Avellaneda y Haro, conde de Castrillo”. Si efectivamente la misión se llevó a cabo en 1656, nuestro lienzo no debía de formar parte de este lote.
Volviendo ahora a la procedencia de la Salomé, el lienzo aparece en la relación de bienes de los reyes españoles a partir de 1666, cuandose incluye en el primer inventario del Alcázar redactado tras el regreso de Castrillo a España, con el número 242: “Otra [pintura] del Caravacho de la degollación de S. Joan Bautista de vara y media de largo y de alto vara quarta [tasado] en 100 duc[ado]s de plata”. "

Está considerada una de las mejores obras de la época final de Caravaggio, por el bello colorido, el vívido contraste de luces característico del tenebrismo (que Caravaggio había atemperado en sus últimas obras) y el verismo de los tipos humanos. Los estudiosos han apuntado que la cabeza del bautista en el plato podría tratarse de un autorretrato de Caravaggio. Es, de cualquier forma, una de las obras más destacadas de su autor de las apenas cinco que se conservan en España.










San Andrés es un cuadro del pintor español José de Ribera. Está realizado en óleo sobre lienzo. Mide 123 cm de alto y 95 cm de ancho. Fue pintado hacia 1631. Se encuentra en el Museo del PradoMadridEspaña. Representa al apóstol Andrés abrazado a la cruz en forma de aspa de su martirio. En la mano, lleva un anzuelo con un pez, recordando su oficio de pescador. Quedan fuertemente iluminados el rostro y el torso desnudo del santo.
Esta obra estuvo en el monasterio de El Escorial.
Es un ejemplo del tenebrismo de la primera época de José de Ribera, con marcados contrastes entre las zonas iluminadas y las sombrías.
Este cuadro presenta una figura aislada, Andrés el Apóstol. La luz le cae desde la izquierda, violentamente. La figura está representada con gran realismo. Para este tipo de cuadros, Ribera copiaba modelos del natural, como los propios pescadores de Nápoles.
De esta obra Mariano Fortuny hizo una copia parcial que se encuentra también en el Prado tras ser adquirida en 2014.

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