viernes, 5 de abril de 2019

CUADROS POR ESTILO

EL BARROCO

Santa Catalina de Alejandría es una obra de Caravaggio, de 1597, que se exhibe en el Museo Thyssen-Bornemiszade Madrid. Es una de las cuatro pinturas seguras del artista conservadas actualmente en España.
Este cuadro colgaba en el Palacio Barberini de Roma cuando esta gran mansión pertenecía aún a la poderosa saga Barberini. Hacia 1930, el gobierno de Benito Mussolini autorizó la exportación de diversas obras de los Barberini, como ésta y Jesús entre los doctores de Durero, que pasaron a una galería de arte de Suiza. Poco después, ambas fueron adquiridas por la familia Thyssen-Bornemiszay en 1992 se incluyeron en el repertorio expuesto en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.
Este cuadro muestra a Santa Catalina de Alejandría, que domina toda la composición. La rodean los objetos con que la santa fue torturada, pero Catalina muestra un ideal de dulzura y tranquilidad, si bien como una muchacha de pueblo. Este cuadro fue el preludio a las grandes obras de su autor para las iglesias romanas.










Santa Isabel de Hungría curando a los tiñosos es un cuadro realizado en 1672 por el pintor español Bartolomé Esteban Murillo, por encargo de Miguel de Mañara, para la decoración de la iglesia de San Jorge del Hospital de la Hermandad de la Caridad de Sevilla. Tiene unas dimensiones de 3.25 x 2.45 metros y se encuentra situado actualmente, después de numerosos traslados, en el mismo lugar en el que fue colocado originalmente, en un retablo marco del citado templo. La obra forma parte de un grupo de lienzos que se le encargó al pintor para desarrollar un programa iconográfico relacionado con las obras de misericordia y el ejercicio de la caridad, con objeto de señalar a los miembros de la Hermandad de la Santa Caridad, radicada en esta iglesia, el camino que debían seguir en la tierra para alcanzar la salvación eterna. En el lienzo se representa a Santa Isabel de Hungría ayudada por unas damas, mientras vierte agua sobre la cabeza de un niño que se encuentra afectado de tiña cápitis, enfermedad del cuero cabelludoproducida por hongos dermatofitos.

Descripción[editar]

Santa Isabel de Hungría (1207-1231) era una mujer de ascendencia noble, hija del rey Andrés II de Hungría, tras quedar viuda en el año 1227 dedicó su vida a la religión y a socorrer a los enfermos y necesitados. Ordenó la construcción de un hospital en la ciudad de Marburgo en el que ella misma atendía a los pacientes. Más adelante ingresó en la orden terciaria franciscana, falleció muy joven, con solo 24 años, convirtiéndose en un símbolo de la caridad cristiana, en el año 1235 fue canonizada por el papa Gregorio IX, su culto se extendió rápidamente.
Existe numerosos cuadros que tratan sobre el tema de Santa Isabel atendiendo a enfermos. Esta obra tiene la particularidad de que los pacientes son niños afectados por tiña capitis, enfermedad contagiosa -muy frecuente en la época en se realizó el lienzo- que provocaba zonas de calvicie (alopecia), picor e infecciones secundarias al rascado, el proceso estaba favorecida por las malas condiciones de vida, hacinamiento y deficientes higiénicas. En el lienzo puede contemplarse como la Santa lava la cabeza de un joven ayudada por varias damas elegantemente vestidas, una de las cuales sostiene una aljofaina. Contrastan fuertemente sus lujosas vestiduras con los pobres y sucios ropajes de los tiñosos. La escena se desarrolla sobre el fondo de una arquitectura monumental y está bañada por una luz de tonos dorados que crea una sensación atmosférica que contribuye a difuminar los contornos, pero permite ver todos los detalles de los personajes. Al fondo, bajo un pórtico, puede contemplarse una segunda escena en la que también se representa a la Santa, pero esta vez en el acto de dar de comer a los pobres.3

Historia[editar]

La obra permaneció en su localización original en la Iglesia de San Jorge del Hospital de la Caridad hasta que el rey Carlos IV ordenó su traslado al Alcázar de Sevilla, para que fuera copiada por el pintor José María Cortés, con idea de enviar el original al Real Museo de Madrid y colocar la copia en su lugar de procedencia, este proyecto no fue finalmente llevado a cabo por distintas razones. En 1812, durante la Guerra de la Independencia española, el mariscal Soult del ejército francés requisó la obra y la regaló al Museo Napoleón de París para ser expuesta al público.4​ En 1815 tras la nueva situación política de Francia y la restauración de la monarquía en dicha país, el cuadro fue devuelto a España, a pesar de que los círculos artísticos franceses y el entonces director del Museo del LouvreVivant Denon, se opuso decididamente a esta medida, sin lograr impedirla. Tras la vuelta a España del lienzo en 1815, quedó depositado en la Real Academia de Bellas Artes San Fernando de Madrid, donde permaneció hasta 1901, año en que se ubicó en el Museo del Prado por una Real Orden. La Hermandad de la Caridad realizó numerosas alegaciones para que el cuadro le fuera devuelto, por otra parte la Real Academia Sevillana de Buenas Letras y la Academia de Bellas Artes de Sevilla remitieron sendos escritos al Ministro de Instrucción Pública con la misma finalidad. Finalmente en 1939 el lienzo fue repuesto en el lugar para que fue realizado.











Santa Lucía es un lienzo atribuido a la pintora caravaggistaArtemisia Gentileschi, ejecutado entre los años de 1642 y 1644, durante su última etapa en Nápoles, tras su regreso de Londres.1​ Forma parte de la colección del Museo Soumaya.2

Descripción de la obra[editar]

En este cuadro se retrató a Santa Lucía, mártir cristiana que murió durante la persecución de los cristianos de Diocleciano. Según la tradición, Lucía de Siracusa, proveniente de una familia rica, se consagró a Dios realizando un voto de castidad, sin embargo su madre la comprometió con un pagano. Al curarse esta tras rezarle a Águeda de Catania, decidió romper el compromiso de su hija y donase sus riquezas a los pobres,3​ aunque el pretendiente la denunció por ser cristiana. Fue arrestada y se negó a abjurar del cristianismo, por lo que se dio la orden a los soldados de llevarla a un lupanar y que fuera violada, pero no la pudieron mover; tras este acontecimiento se ordenó que le sacaran los ojos y, pese a ello, Lucía continuaba mirando,4​ por lo que el cónsul Pascasio la mandó a decapitar, poniéndole fin a su martirio.5
Se ve a la santa con el cuerpo rotado en 3/4 y con la mirada hacia el espectador. Sobre su cabeza porta una corona de rosas en distintas tonalidades;2​ en su mano izquierda sostiene una palma, elemento icongráfico de los santos mártires, y en la derecha un plato con dos ojos, en el torso se le observa una cuerda que corre desde su hombro izquierdo a su cadera. Estos últimos son conforman la iconografía más común de Santa Lucía.5​ Sus ropas son de un tono amarillento con mangas bombachas y debajo de estas se muestra una manga de color borgoña metálico con una empuñadura blanca. La envuelve un manto verde metálica, la cual se puede apreciar por el juego de luces y sombras.

Atribución[editar]

En uno de los catálogos razonados elaborados sobre la artista italiana, se clasificó un cuadro que perteneció al acervo de Stanislao Poliastri, arzobispo de Rossano, en el que se habla de una obra en la que se retrató a la mártir Santa Lucía,6​ probablemente siendo el único cuadro de Gentileschi con este tema y que se ha considerado perdido.2
Sin embargo, el investigador en arte napolitano, Nicola Spinosa, ha estudiado y propuesto que la obra fue ejecutada por Artemisia Gentileschi.

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