Fases de expansión del Reino de los Asmoneos.
Identidad
Los Seléucidas, en amarillo, eran descendientes del Imperio de
Alejandro Magno y llegaron a
Israelaprovechando la decadencia de los helenistas de Ptolomeo en
Egipto (en azul).
La palabra asmoneo viene del
griego Ἀσαμωναῖος o
Asamoneus que se traduce como 'descendiente de Asmón',
3 , antepasado de los
Macabeos, sacerdote del grupo de Joarib.
4 Aunque para muchos estudiosos la dinastía de los asmoneos no es más que la continuación de la macabea, lo cierto es que tienen notables diferencias históricas que deben resaltarse. En primer lugar los ideales religiosos y su celo por la defensa del
templo de Jerusalén, del
monoteísmo y de la independencia del reino de Judea, que eran características de los macabeos, perdieron toda su fuerza con los asmoneos, más ambiciosos y preocupados por extender su poderío militar, y marcados por las intrigas, traiciones y luchas fratricidas. Estos conflictos fueron los que en parte pudieron haber hecho un tanto menos complicada la conquista romana de aquel territorio.
Los macabeos
Moneda helénica de
Perseo de Macedonia. Las gestas macabeas fueron en contra del avance del mundo helénico en la cultura de Israel.
La historia de la dinastía asmonea continúa la de la dinastía macabea, cuya principal fuente histórica son los dos libros
bíblicos reconocidos por los cánones católicos, pero no por aquellos rabínicos. La razón por la cual los dos libros no fueron incluidos en el canon de la
Tanaj es que estaban escritos en
griego, pero ello no significa que no sean valorados como documentos históricos.
5 Los relatos del historiador clásico
Flavio Josefo dan razón de la existencia de estas dos dinastías que se enlazan entre la decadencia del
Imperio seléucida, de corte
helenístico, y el surgimiento del
Imperio romano. Sin embargo, los libros bíblicos se detienen en los macabeos e ignoran a sus sucesores, menos preocupados por las cosas del cielo y más celosos de los asuntos terrenales.
Política
Los leones de Judá, símbolo de la Ciudad Santa de
Jerusalén, escenario de milenarias luchas y centro político de la dinastía de gobernante de los Asmoneos.
Si bien para los Macabeos la razón de ser de sus luchas contra el
Imperio seléucida era la defensa de su fe y la independencia de su pueblo, para los Asmoneos ello pierde su sentido como motivo principal y es cambiado por ambiciones políticas muy concretas y a toda costa. Una de las características principales de su gobierno fue la expansión lograda gracias al debilitamiento de los seléucidas, especialmente aquellos radicados en
Siria. Para entonces, la
República Romana se consolidaba lejos y no representaba una amenaza real, lo que permitió que los Asmoneos ampliaran las fronteras de
Israel: se establecieron en
Samaria,
Galilea,
Idumea, el
Golán, el litoral del
Mediterráneo y la
Transjordania. Dichas conquistas representaron para el reino tiempo próspero y el alejamiento del peligro de perder la independencia y ver amenazada la identidad cultural con el advenimiento del helenismo que tanto preocupaba a los celosos del Templo. Con la excepción de la reina
Salomé Alejandra, los Asmoneos se pusieron de parte de la secta sacerdotal de los
saduceos y en contra de los
fariseos. La primera era más de corte aristocrático, mientras que los fariseos estaban más con el pueblo.
Sin embargo, en sus conquistas hicieron aquello que sus ancestros habían sufrido durante las invasiones extranjeras: forzaron la
circuncisión de los pueblos conquistados,
6 como los
idumeos,
7 destruyeron ciudades y atrajeron un gran odio no sólo entre sus colonias sino entre su propio pueblo.
Historia
Pompeyo profana el
Templo de Jerusalén: «
No vi ninguna imagen de dios, sino un espacio vacío y misterioso», dice después de entrar al
Sancta Santorum en donde sólo los
levitas tenían permitido ingresar.
El último de los Macabeos, Simón, reinó en paz, mientras el
Senado romano reconoció su dinastía en
139 a. C. Pero la situación cambiaría pocos años después en
135 a. C. cuando fue asesinado en compañía de sus hijos Matatías y Judas por instigación de su cuñado Ptolomeo hijo de Abubus. Esto le abrió el camino a su tercer hijo,
Juan Hircanoque entre el
134 a. C. y el
104 a. C. abriría el linaje de los Asmoneos. Se aseguró el poder después de la matanza de Dok en contra de las oposiciones de Antioco VII Sidete de
Siria quien pedía para sí las ciudades de Jope, Ghezer y sitió Jerusalén. Ambos hicieron un pacto en el cual Jope y Ghezer serían de los judíos, pero le pagarían impuesto a Siria y
Juan Hircano ayudaría a Antioco contra los
partos. Antioco moriría en una batalla contra los partos en
129 a. C., lo que significó un golpe de suerte para el nuevo líder. Se puso en marcha y conquistó posiciones estratégicas como
Madaba,
Siquem,
8 Edom, Bet Shean y Samaria. Si en principio era amigo de la secta de los
Fariseos, bien pronto estos le quitarían su favor al ver lo que sería la nueva dinastía reinante con actos políticos que contradijeron aquellos religiosos como declararse a sí mismo Sumo Sacerdote sin ser descendiente de
Sadoq. Como testimonio de este periodo queda en la actualidad la
Fortaleza Hircana en el Desierto de Judea.
Antes de su muerte, Juan decidió que su mujer le sucedería en el trono y su hijo mayor (tenía cinco hijos varones)
Aristóbulo I fuera el
Sumo Sacerdote, pero no el rey. Sin embargo, muerto el padre, Aristóbulo puso en prisión a su madre y tres de sus hermanos, entre los que estaba
Alejandro Janeo. Su gobierno solo duró un año porque murió de una dolorosa enfermedad en
103 a. C. Puestos en libertad los prisioneros, la sucesión le correspondió a
Alejandro Janeo que gobernó hasta el
76 a. C. y murió durante el sitio de la
Fortaleza de Ragaba. Le sucedió su mujer,
Salomé Alejandra, que reinó hasta el
67 a. C. y que pasó a ser la única monarca mujer en la historia de
Israel (sin contar a
Atalía, que usurpó el trono del Reino de Judá y gobernó 6 años hasta que fue derrocada y ejecutada). Bajo su mando, se vivió un tiempo de paz y gracias a ella la secta de los
fariseos, enemigos de los anteriores reyes, pudieron consolidarse y adquirir importancia. Los fariseos tenían la simpatía del pueblo, por lo que la Reina adquirió el aprecio de todos y le dio la fisonomía al judaísmo de las generaciones futuras. Tenía dos hijos,
Hircano II, el mayor, de carácter tranquilo y
Aristóbulo II el menor, heredero del carácter propio de los Asmoneos. La Reina, que había regido con tranquilidad y justicia por largos años, era la madre de quienes llevarían al desastre definitivo la independencia de Israel.
Muerta la reina
Salomé Alejandra, su hijo menor Aristóbulo II ya había preparado el ambiente para tomarse el poder. Hircano II tenía el título de
Sumo Sacerdote durante el reinado de su madre y, muerta Alejandra, correspondía a él por derecho el título de
Rey de Israel. Pero su hermano no lo aceptó. Le declara la guerra y lo vence en
Jericó en donde ambos negocian la paz de cuyos acuerdos Aristóbulo II queda con el título de rey y sacerdote, mientras Hircano II se retiraría a una vida tranquila con una renta vitalicia. Este acuerdo hubiera sido perfecto y hubiera resuelto el conflicto si no hubiera entrado una tercera persona en escena: Antípatro el Idumeo,
9 que había sido gobernador de
Edom durante el reinado de
Alejandro Janeo.
10 Antípatro no estaba de acuerdo con que Aristóbulo se tomase el poder. Su primer movimiento político fue invitar a Hircano a refugiarse en la corte del rey Aretas, rey de
Petra y con este hace un pacto en el cual las ciudades de
Transjordania serían de Aretas si ayudaba a Hircano a recuperar el poder. El rey Aretas emprende entonces el asedio de
Jerusalén y se enciende la guerra civil. Entra entonces en escena otro personaje que cambiaría a su vez los acontecimientos,
Pompeyo el Grande, junto a otros generales romanos, estaban en
Siria que ya había sido conquistada por la ascendente
República Romana. Los dos hermanos asmoneos se dirigen a ellos pidiendo ayuda. Pompeyo, que quiere derrotar a Aretas y a los
nabateos, ve que el conflicto entre los dos hermanos le beneficia y se opone a Aristóbulo que huye en un primer momento a la
Fortaleza del Alexandrión. Pompeyo asedia
Jerusalén y los
saduceos del partido de Aristóbulo, resisten valerosamente en el Templo. En el año
63 a. C., después de tres meses de duro asedio, el general romano Pompeyo el Grande toma Jerusalén y en el acto mueren 12 mil judíos. Queda un hecho recordado con amargura por el historiador judío
Flavio Josefo: «
Nada aflige tanto al pueblo en aquella desventura como el Santuario hasta ahora invencible, desvelado por extranjeros».
11 El romano, espiando en la oscuridad, no encontró nada: «
Nulla intus deum effigie vacuam sedem et inania arcana» («
No vi ninguna imagen de dios, sino un espacio vacío y misterioso»).
12
Reyes asmoneos
Los partidos
De este tiempo viene la génesis de los partidos políticos y religiosos que dominarían la historia de Israel entre el tiempo de los Asmoneos y el establecimiento de Israel como colonia romana. Flavio Josefo presenta una cuidadosa descripción de los mismos. Entre los más notables se encuentran:
Saduceos
Los saduceos (צדוקים -
Tsdoqim 'hijos del Sumo Sacerdote
Tzadoq'), si se hiciera un señalamiento moderno, eran el partido liberal del tiempo, en favor del helenismo y abiertos a las innovaciones occidentales, por lo que eran aristocráticos y dominaban el sacerdocio y el Templo. Estuvieron siempre a favor de la dinastía Asmonea y resistieron valientemente el asedio de Pompeyo el Grande. Son ampliamente mencionados en el
Nuevo Testamento y sólo se extinguieron con la destrucción definitiva del Templo por parte de los
romanos en el año
70.
Parece ser que había dos tipos de Saduceos: los sacerdotes descendientes de Sadoq, de tiempos del Rey David, y un partido religioso, discípulos de Sadoq que fue alumno de Antígonos de Sojo. Eso crea grandes dificultades en el momento de discernir entre ellos.
Fariseos
Los fariseos (פרושים - prushim) eran en cambio en términos modernos, el partido conservador, celosos defensores de la religión y las tradiciones ancestrales, observantes estrictos de la Ley de
Moisés (
Torá), hostiles a cualquier elemento helenista que consideraban pagano hasta el punto que tener una relación con lo que no era judío era visto por ellos como un acto de idolatría. Los fariseos eran por naturaleza patriotas y si en principio apoyaron las aspiraciones de Juan Hircano I, pronto se opusieron a sus políticas para nada religiosas. Sólo con la Reina Alexandra Salomé tuvieron una gran prosperidad, lo que les permitió trabajar en el moldeamiento de la religión, lo que subsistiría por generaciones futuras. También son mencionados ampliamente en el
Nuevo Testamento y contrariamente a lo que se piensa, algunos de ellos se hicieron
cristianos, entre ellos el más célebre fue
Pablo de Tarso. Pero la mayoría de ellos, después de la destrucción del Templo y con el traslado del centro religioso a la ciudad costera de Yavne (Jabne), ayudaron a sentar las raíces del
Rabinismo.
Esenios
Los grandes silenciosos de la historia, los esenios, también surgen en este periodo de la dinastía asmonea y fueron incluso más radicales que los fariseos. Después de que los asmoneos dejan como establecido su derecho al título de
Sumo Sacerdote y
Rey de Israel, ambos reglamentados en las Escrituras y los Profetas como prerrogativa absoluta de un descendiente del Sumo Sacerdote Sadoq
13 y del rey David,
14 un grupo de judíos estrictamente observantes abandonan Jerusalén y se establecen en las cuevas del Valle del
mar Muerto en donde se dedican a una vida ascética a la espera del
Mesías. Existe la hipótesis de que el profeta
Juan el Bautistahabía pertenecido a esta misteriosa secta e incluso algunos proponen que el mismo
Jesús por las semejanzas entre estos y muchas de las descripciones de estos personajes
neotestamentarios. Gracias a ellos, se conservaron papiros bíblicos en lo que se conoce como Rollos del Mar Muerto. También ellos desaparecieron con la destrucción que los romanos hicieron en Israel en el 70 y su nombre fue olvidado por siglos hasta el descubrimiento de las grutas de
Qumrán en
1947.
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