sábado, 3 de octubre de 2015

Guerras por siglos

Guerras del siglo II a. C.

guerras celtíberas o celtibéricas a los enfrentamientos bélicos producidos a lo largo de los siglos III y II a.C , entre la República romana y los distintos pueblos, denominados celtíberos, que habitaban en la zona media del Ebroy la meseta superior. Estos enfrentamientos tuvieron una extensión temporal, muy desigual en la duración, con diversas treguas, pactos, asedios y batallas.- .....................................:https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Guerras_Celt%C3%ADberas&printable=yes

Durante la conquista romana Buscar voz... de las tierras aragonesas, ocupa un papel primordial la pacificación de los pueblos celtíberos Buscar voz..., que da lugar a tres grandes enfrentamientos conocidos con el nombre de guerras celtibéricas.
En el año 181 a.C. los celtíberos del Jiloca y del Jalón se sublevan contra el dominio romano, con un ejército de más de 35.000 hombres. Reprime el levantamiento el cónsul Fulvio Flacco, con la destrucción de varias ciudades lusonas y especialmente con la toma de Contrebia Buscar voz.... No obstante, será Tiberio Sempronio Graco Buscar voz... quien por primera vez consiga éxitos duraderos sobre estos pueblos, en el año 179 a.C. Desde la Bética se dirigió hacia la Celtiberia, donde libertó la ciudad de Caravis Buscar voz... —en la Ribera del Ebro y aliada de los romanos- del asedio de 20.000 celtíberos; una batalla junto al Moncayo acabará con la resistencia de los indígenas de esta zona, completada con los convenios y tratados firmados por Graco: las ciudades celtíberas deberían pagar un tributo anual y prestar servicio militar, pero a cambio podrían mantener su autonomía.
La paz conseguida duró veinticinco años, hasta el estallido de la segunda fase de la contienda en el 153 a.C. La causa inmediata hay que buscarla en la interpretación de una de las cláusulas de los tratados anteriores. Se refiere a la nueva fortificación de la capital de los belos Buscar voz...Segeda Buscar voz..., considerada por el Senado romano como infracción de los acuerdos del 179 a.C. e indicio de preparación para la guerra. Por otro lado, Polibio Buscar voz... atribuye el origen de la guerra al mal comportamiento de los gobernadores romanos, que habían hecho la administración romana insoportable para la población indígena.
El Senado prohibió continuar la muralla y exigió, además, el tributo establecido por Graco, pero los belos,titos Buscar voz..., y otros celtíberos, refugiados en la ciudad, continuaron con las obras de fortificación. Ante este desafío, Roma envió un ejército de 30.000 hombres al mando del cónsul Quinto Fulvio Nobilior Buscar voz... para hacer frente a la situación. A consecuencia de ello los habitantes de Segeda huyeron con sus familias hacia el territorio de los arévacos (Numancia), acogiéndose a su protección. Una federación de tribus celtibéricas, al mando del indígena Caro, presenta batalla al cónsul romano y mueren alrededor de 6.000 ciudadanos romanos. Sin embargo, la caballería romana atacó a los vencedores y dio muerte al propio Caro y a otros 6.000 celtíberos. Éstos se refugian de nuevo en Numancia, con cuya resistencia final acabó (el 133 a.C.) Escipión Emiliano.
Tras los fracasos de Nobilior, Roma envió al cónsul M. Claudio Marcelo Buscar voz..., en el 152 a.C. Su primer objetivo es la reconquista del valle del Jalón, una de cuyas ciudades, Ocilis (Medinaceli) se había pasado al enemigo. Esta ciudad se sometió y Marcelo le concedió el perdón sin otra exigencia que la de rehenes y pagar una fuerte indemnización, de 30 talentos de plata. Esta moderación hace que otras ciudades (Nertobriga, entre ellas) ofrezcan su sumisión. No obstante, los jóvenes nertobrigenses atacaron por sorpresa el campamento romano y el cónsul, en venganza, arrasó sus campos y atacó la ciudad. Ésta, asustada, pidió la paz, pero Marcelo exigió que ésta fuera general con todos los celtíberos, que dijeron accederían, siempre que fuera en los mismos términos del antiguo tratado de Graco.
Marcelo hizo una tregua y envió embajadores a Roma a solicitar consentimiento, pero el Senado no aceptó las condiciones de los indígenas y exhortó a Marcelo a continuar la contienda. Marcelo mantuvo la tregua con los celtíberos e intentó llegar a una solución, aprovechando la tardanza del nuevo ejército que, al mando de L. Licinio Lúculo, llegaba desde Roma. Renovó los tratados de Graco y exigió una fuerte indemnización de guerra (6.000 talentos), consiguiendo una paz.
El Senado de Roma aceptó estos acuerdos y la paz se mantuvo en el territorio hasta el año 143 a.C., en que estalló la tercera guerra celtibérica. Es en este momento cuando la gran guerra de Viriato se va a extender a la Celtiberia, donde belos, titos, lusones y arévacos se levantaron de nuevo contra Roma. Los celtíberos se ponen bajo el mando de un solo caudillo, Olónico, y reemprenden las hostilidades contra la República. En Roma se confía la dirección de la guerra al cónsul Quinto Cecilio Metelo, quien con un ejército de 30.000 hombres emprende la pacificación de la Celtiberia.
Metelo entró por el valle del Jalón y en el primer año de sus campañas reconquistó las ciudades deNertobriga Buscar voz... y Centobriga. Inmediatamente se dirigió contra Contrebia Buscar voz..., ciudad de la tribu de los lusones, cuya ocupación supuso el punto final de la conquista de la Celtiberia Citerior. El resto de la contienda ya no afecta directamente a las tierras aragonesas, pues se centra en torno a la ciudad de Numancia (Soria). No obstante, en el transcurso del sitio a esta ciudad, Escipión Emiliano recurrió con frecuencia a la leva de tropas de los pueblos antes mencionados. Con la derrota de Numancia, estos pueblos quedan arrasados y empobrecidos y a esto se añaden los saqueos e impuestos que, cada vez en mayor número, tienen que pagar los vencidos a Roma.
La larga duración de las guerras celtibéricas puede atribuirse, por un lado, al carácter independiente de los pueblos celtibéricos y, por otro a las rivalidades internas en las diversas facciones políticas del Senado romano, lo que favoreció la dilación en las empresas militares o dificultó la pronta llegada de soluciones políticas.
A comienzos del siglo I a.C. surgieron dos nuevos levantamientos de celtíberos: el primero (99 a.C.) fue reprimido cuatro años más tarde por T. Didio, el segundo (93 a.C.) cedió a causa de la intervención del cónsul C. Valerio Flacco Buscar voz..., quien restableció la calma tras la matanza de casi 20.000 celtíberos de la ciudad de Belgeda.

Las así llamadas Guerras Celtibéricas fueron realmente destinadas al sometimiento de celtíberos y vacceos. ¿Por qué no servían ya lospactos firmados por Tiberio Sempronio Graco? Cuando se inician las hostilidades el 153 a.C., los celtíberos reclaman el cumplimiento de aquellos pactos y Roma intenta justificar que los habían infringido al no pagar impuestos ni ofrecer tropas al Estado romano, exigencias extraordinarias que nadie había reclamado. En la búsqueda de justificaciones para dejar constancia de que ambos sólo hacían guerras justas, cuadra bien el que unos y otros ofrezcan pretextos justificativos de sus acciones, pero, desde la lógica política de Roma, esta guerra se presentaba como un eslabón más para cubrir su programa de la anexión completa de la Península. Un buen testimonio de tal programa es el comprobar que el año de comienzo de las hostilidades, el 153 a.C., Roma envía a sus dos cónsules a la Península. 
Los celtíberos venían conociendo los métodos militares y los proyectos políticos de Roma desde la II Guerra Púnica. Habían luchado contra o con el ejército romano en diversas ocasiones, y habían establecido pactos con los generales romanos. En el interior de la Celtiberia se venía produciendo una cierta romanización ya antes de su sometimiento a Roma. Cuando el Estado romano acusa a los celtíberos de haber faltado a los pactos por dedicarse a reconstruir las murallas de sus ciudades, había un fondo de verdad en tal acusación. La lectura detenida de los autores antiguos que relatan las operaciones bélicas y los estudios modernos de arqueología espacial demuestran que, en la Celtiberia, se estaba superando el nivel organizativo de aldeas y se estaban dando pasos hacia la construcción de formas políticas cercanas a la organización estatal. Cuando el 153 a.C., Q. Fulvio Nobilior, al frente de un ejército de dos legiones se dirige a Segeda, ciudad de los belos, cuya muralla estaba siendo reconstruida con la intención de servir también de protección para los titos, no se habían terminado las obras y la población asustada huyó y buscó refugio en el territorio de los arévacos. 
Hay dos instituciones que, sin ser exclusivas de los celtíberos, se documentan de modo particular entre los mismos: los pactos de hospitalidad y la devotio. Los pactos de hospitalidad están demostrando un nivel de intensas relaciones intercomunitarias; daban la forma institucional precisa para que particulares, grupos o comunidades enteras fueran recibidos en otras comunidades con la protección que tenían sus propios ciudadanos. A su vez, la práctica de la devotio consistente en la consagración de particulares a alguna persona distinguida por su capacidad militar y/o política está desvelando la existencia de desigualdades sociales que conducían a la marginación social; los devoti constituían grupos armados puestos al servicio de un protector de quien esperaban apoyo económico y social. 
La distribución geográfica de las téseras de hospitalidad presenta una gran concentración en el área de la Celtiberia, tanto en el estudio clásico de Lejeune como en los posteriores que han aportado otras nuevas. De igual modo, tampoco es casual que los textos antiguos hablen del numantino Retógenes, quien se puso al servicio de la ciudad con todos sus devoti. En el área celtibérica se habían roto, pues, los posibles usos y prácticas comunales y se estaba acelerando el proceso de formación estatal, al que acompaña siempre una marcada desigualdad social. 
Los belos y titos, que habían buscado refugio en los arévacos, infringieron una grave derrota al ejército romano, pero, con los restos del mismo, Nobilior aún estuvo en condiciones de poner cerco a Numantia (Numancia). 
Desde ese momento, Numancia se convirtió en el símbolo de la resistencia celtibérica contra Roma, pues el cerco se mantuvo hasta la caída de la ciudad el 133 a.C. y, durante esos veinte años, fueron pasando a poder de Roma las demás ciudades celtibéricas y las vacceas. Si se tiene en cuenta que Numancia tendría una población de unas 7-8.000 personas, resulta difícil de comprender su resistencia ante un ejército tan numeroso. Cuando se leen los relatos de los autores antiguos que nos dicen que, en los campamentos romanos, había buhoneros y prostitutas indígenas y que los soldados llevaban una vida muelle, se adquiere otra dimensión del heroísmo de Numancia. A la baja moral de unos soldados que no tenían excesivo interés en volver a Roma para pasar a engrosar las filas de los desheredados de las ciudades, se unían muchos antiguos vínculos de celtíberos y romanos y una gran indecisión de los generales romanos, que oscilaban entre mantener las consignas de una guerra total de sometimiento a los celtíberos o bien proponer al Senado romano que renovara con estos pueblos los antiguos pactos
El sucesor de Fulvio Nobilior, M. Claudio Marcelo, que no dudó en atacar otras ciudades, fue el primero de los que sugirieron al Senado la necesidad de hacer la paz. El gobernador del 137, C Hostilio Mancino, llegó a tomar la iniciativa de firmar pactos que no fueron reconocidos por Roma; Mancino fue entregado desnudo a los numantinos. 
Bajo el pretexto de que los vacceo ayudaban con provisiones a los celtíberos sin previa declaración de guerra y sin haber mediado hostilidades, el ejército romano inició el ataque abierto a los vacceos. El sucesor de Marcelo, L. Licinio, tomó Cauca (Coca, provincia de Segovia), Intercatia (Valverde de Campos) y Pallantia (Palencia), adueñándose así de las grandes ciudades que controlaban la mayor parte del territorio vacceo. 
A partir del 143 a.C., van cayendo en poder de Roma las demás ciudades celtíberas: Contrebia fue tomada por Meteloel 143 y Termes (Tiermes, provincia de Soria) el 141 por Q. Pompeyo; antes del 134, habían pasado también a depender de Roma, por la entrega voluntaria o por acciones militares, centros tan importantes como Segobriga (Cabeza del Griego, Saelices), Uxama (Burgo de Osma, provincia de Soria) o Clunia (Coruña del Conde, provincia de Burgos). 
El año 134, Escipión, después de someter a un duro y largo entrenamiento a sus tropas, procedió al cerco completo deNumancia con obras combinadas de campamentos y fortificaciones que impedían cualquier acceso a la ciudad incluso por el río. Se calcula que se empleó en el cerco de Numancia a unos 20.000 hombres. Tras un largo asedio, la ciudad fue rendida por el hambre. Los pocos supervivientes fueron llevados a Roma como prisioneros para ser exhibidos en los actos de celebración del triunfo de Escipión. Numancia fue arrasada y sólo años más tarde se permitió su reocupación. 
Toda la población de celtíberos y vacceos, sometidos en acciones militares, quedaron en la categoría de súbditos,dediticii, obligados al pago de impuestos regulares por la explotación de las tierras que antes eran de su propiedad y ahora pasaron al Estado romano.










Guerra Numantina (De Bellum Numantinum en la Historia de Roma de Apiano) al último conflicto que tuvo lugar entre la República Romana y lastribus celtiberas que habitaban las inmediaciones del Ebro. Fue el último episodio de las Guerras Celtibéricas. Esta contienda se resolvió tras veinte años de guerras intermitentes. La primera fase de la guerra se inició en el 154 a. C. debido a una revuelta de las tribus celtíberas del Duero. Esta primera fase finalizó en el 151 a. C., pero, en el 143 a. C. surgió de nuevo una insurrección en la ciudad de Numancia.
La primera guerra fue contemporánea a la Guerra Lusitana que estalló en Hispania Ulterior. Los lusitanos fueron sometidos por Servio Sulpicio Galba, que asesinó a sus líderes haciéndoles creer que quería entablar negociaciones de paz y asesinándoles en plena conferencia mediante la decapitación. Los arévacos deHispania Citerior continuaron la guerra y se unieron a Viriato cuando este asumió el liderazgo de la rebelión lusitana.
Tras el rebrote de las hostilidades en el 143 a. C., Roma envío a una serie de generales a la península ibérica para que se enfrentaran a los numantinos. En ese año, Quinto Cecilio Metello Macedonico fracasó en su intento de tomar la ciudad, tenía 30.000 infantes y 2.000 jinetes,2 que se estaba convirtiendo en un ícono de la resistencia en Iberia, pero sometió por completo a la tribu de los arévacos. Su sucesor, Quinto Pompeyo, un inepto según relatan sus contemporáneos, fue derrotado en diversas ocasiones por los numantinos y negoció en secreto un tratado de paz que aseguraba la permanencia de la ciudad. Ya en el 138 a. C. llegó un nuevo general, Marco Popilio Laenas. Cuando los numantinos quisieron hacer prevalecer el tratado que había firmado Quinto Pompeyo, Laenas dijo que no reconocía ningún tratado que no hubiera sido firmado por elSenado romano. Roma decidió por consiguiente ignorar el tratado de paz de Quinto Pompeyo y envío a Cayo Hostilio Mancino con 40.000 hombres (la mitad auxiliares locales)2 para que continuara la guerra (136 a. C.). Mancino asaltó la ciudad pero fue repelido en diversas ocasiones por los 4.000 guerreros defensores.2 Tras sus derrotas, los romanos comandados por Mancino fueron rodeados y Mancino fue obligado a aceptar el tratado. El Senado tampoco ratificó este tratado. Los sucesores de Mancino, Lucio Furio Filón y Cayo Calpurnio Pisón continuaron la lucha contra Numancia.
En el 134 a. C., el cónsul Publio Cornelio Escipión Emiliano fue enviado a Hispania Citerior para que terminara de una vez con la guerra. Escipión Emiliano reclutó a un ejército de 20.000 hombres, más 40.000 auxiliares entre los que se contaba caballería númida cedida porYugurta y un gran número de aliados locales,6 en total unos 60.000 soldados.3
Escipión construyó un sistema de siete fortificaciones que rodeaban la ciudad antes de iniciar el sitio. Tras sufrir peste y hambruna la ciudad se rindió finalmente, aunque la mayoría de sus habitantes se suicidaron antes de entregarse. La gran victoria sobre Numancia trajo una era de paz a Hispania, paz que se mantuvo hasta el inicio de las Guerras Sertorianas.

mapa pueblos prerromanos

Ficha de la Batalla de Numancia

CICHA BATALLA E NUMANCIA

Antecedentes Históricos de la Batalla de Numancia

El cerco de Numancia hay que encuádralo en el marco de las Guerra Celtíberas que tuvieron lugar en España entre el154 a.C y el 133 a.C. cuando concluyeron con la total de la ciudad.
El hecho que desencadenó el conflicto entre Numancia y el Imperio Romano se debe relacionar con la población deSegeda (El Poyo de Mara, Zaragoza). Esta ciudad decidió ampliar construir una nueva muralla de unos 8 km. Esto fue considerado por los romanos que ocupaban España como un desafía ya que no respetaba el tratado de paz al que había llegado con Graco ( tratado de Graco) . Enterado de esto, el Senado Romano envió a Hispania a Fulvio Nobilior, con un ejército de unos de 30.000 hombres para hacer cambiar de planes a los segedenses, quienes, al conocer la amenaza y dado que todavía no habían terminado de fortificar su ciudad, huyeron a refugiarse con familias a Numancia. De esta manera, Numancia fue involucrada en la guerra , como escribió Floro, a pesar de haberse mantenido al margen en la guerras celtíberas hasta entonces .
Fueron varios los generales romanos que fracasaron en el intento de la toma de Numancia. Por aquí pasó

 

MAPA DE NUMANCIA

Nobilior

Nobilior, después de controlar Ocilis en la zona del Jalón , se dirigió a Numancia, localizando su campamento en El Guijar de Almazán. Al mando del jefe celtíbero Caros, el 23 de agosto del 153 a.c., los arévacos y seguedenses atacaron por sorpresa a los romanos consiguiendo una gran victoria. Las bajas fueron muy importantes en el cuerpo de ejército romano, murieron 6.000 . Por el lado celtíbero hay que resaltar también las numerosa bajas incluida la del propio Caros. Desde entonces, el 23 de agosto, día consagrado por los romanos a Vulcano, que fue declarado nefasto. Después de aquello, jamás ningún general romano libró batalla en el consagrado a Vulcano. Nobilior, persiguiendo a los numantinos, llegó a La Atalaya de Rinieblas, situada a 24 estadios de Numancia, y descansó esperando la llegada de efuerzos. Los celtíberos nombraron a Ambon y Leucon, como jefes en sustitución de Caros.
Después de un mes , Nobilior recibió refuerzos de su aliado Masinisa, rey de Numidia (Africa). Los númidas eran unos soldados de gran prestigio en su época, llegaron unos trescientos soldados y diez elefantes . El ejército romano de desplegó para la batalla contra los numantinos en campo abierto. Nobilior dispuso en orden de combate a sus tropas, escondiendo a los elefantes en la retaguardia . Apiano:
“Así que hubieron venido a las manos, se abrió la formación y aparecieron las fieras, con cuyo espectáculo, antes nunca visto en las batallas, se aterraron tanto, no sólo los celtíberos, sino aún sus mismos caballos, que huyeron a la ciudad. Nobilior los persiguió hasta las murallas, donde se peleó con valor, hasta que uno de los elefantes, herido en la cabeza con una gran piedra, se enfureció de tal modo que, vuelto a los suyos con terribles bramidos, comenzó a atropellar a cuantos encontraba, sin distinción de amigos o enemigos. A los bramidos de éste, enfurecidos los demás elefantes, comienzan a hacer lo mismo, y atropellan, matan y desbaratan a los romanos”.
Los numantinos salieron de las murallas y persiguieron a los romanos que desordenadamente huían. Mataron a un gran número y incluso de se apoderaron de varios elefantes.
Nobilior pasó el terrible invierno del 153a.C. - 152a.C. en su campamento de la Atalaya de Renieblas, donde muchos soldados murieron de frio.
NUMANCIA MONUMENTOS

Claudio Marcelo

Un año más tarde Claudio Marcelo sucedió a Nobilior. Este gran general controló mediante inteligentes negociaciones la zona del Jalón Ocilis . Como garantía exigió unos 30 rehenes y 30 talentos de plata. Después de someter por la fuerza aNertobriga (Calatorao, Zaragoza) consiguió que el resto de ciudades celtíberas se sometieran al acuerdo de paz, en condiciones similares al tratado de Graco.
El Senado romano no aceptó el tratado de paz propuesto por Marcelo a los arévacos y recibió la orden de reanudar la guerra. El general se dirigió a Numancia acampando en el Cerro del Castillejo, a 1 Km de la ciudad. Afortunadamente antes de iniciarse la batalla, el jefe de los numantinos, Litenon, pidió llegó a un acuerdo con Marcelo y todos los celtíberos tuvieron que pagar una indemnización de 600 talentos de plata ). Este tratado fue ratificado por el Senado romano, y duró desde el 151 al 143 a.C.

 

Cecilio Metelo

Pero la situación económica y social de los pueblos del interior de Hispania fueron cambiando y se reiniciaron nuevamente los levantamiento contra los romanos. Estas guerras celtibéricas son conocidas como Guerra Numantina.
En el año 143 llegó para reprimirlas Cecilio Metelo, que empleó la vieja táctica de dejar aislada la Celtibéria Ulterior, por medio del control del territorio de los pueblos del Jalón y del Duero medio , para impedir los suministros a los celtíberos, quienes se hicieron fuertes en las ciudades de Termancia y Numancia.

 

Pompeyo

En 142 a.C: Pompeyo fue nombrado responsable romano conseguir controlar al pueblo arévaco. Con 30.000 legionarios y 2.000 jinetes, de dirigió desde el Jalón hasta Numancia. Pero fue derrotado por los numantinos y posteriormente por lostermestinos ( Termancia) . En un segundo intento pretendió cercarla mediante una zanja que uniera los ríos Merdancho y Duero para de esta forma cerrar impedir la salida . Pero los insistentes ataques numantinos a las fuerzas romanas impidieron lograr el ansiado cerco a la ciudad. Pompeyo fracaso por segunda en el intento. Los romanos aceptaron un tratado de paz a propuesta de los numantinos a través de su jefe Megara.

 

Popilio Lenas

Posteriormente y con el pretexto de la llegada de un nuevo general, Pompeyo negó su juramento, y se remitió el asunto al Senado de Roma. Mientras los emisarios de la ciudad discutían en Roma el tratado de paz, la guerra con Numancia sufrió un paréntesis de unos meses . El Senado dio la razón a Pompeyo y se rompió la paz, dando la orden a Popilio Lenasque reanudase la guerra. Fue la tercera vez que un general romano faltaba a su palabra y la segunda que el Senado recusaba un tratado pactado por un general.

 

Hostilio Mancino

El general Hostilio Mancino ocasionó al ejercito romano, en el 137 a.C., uno de los mayores ultrajes de su historia. Tras sucesivas derrotas ante Numancia, Mancio se retiró al valle del Ebro; pero en su huida fue emboscado por numantinos en un desfiladero, sufriendo una fuerte derrota, y viéndose obligado a buscar refugio. El general , a pesar de disponer de 20.000 soldados romanos frente a 4.000 numantinos , tomó la decisión de rendirse y salvar la vida. Los numantinos, respetaron la vida del enemigo y aceptaron nuevamente negociar la paz y dejaron permitieron la salida del ejército romano.
Mancio fue llamado a Roma para explicar su capitulación. Nuevamente el Senado romano no consideró válido el tratado firmado, y decidió entregar el general rendido a los numantinos.

 

Furio Filo

En 136 a.C., el general Furio Filo fue designado para entregar a Mancino a los numantinos. Mancio, vestido con una simple túnica con las manos atadas las manos, fue dejado ante las murallas de Numancia. Los numantinos se negaron a aceptarlo y fue devuelto al campamento y enviado a Roma.

 

Calpurnio Pison y M. Emilio Lépido

Posteriormente, los dos generales siguientes, Calpurnio Pison, en el 135 a.C. , y M. Emilio Lépido, evitaron los confrontamiento con el pueblo arévaco y se dedicaron exclusivamente a combatir a los vacceos; dejando pendiente el sometimiento de Numancia.


 

Los Escipiones

En Roma no se entendía que un grupo de vulgares celtíberos estuvieran desafiando al poder omnímodo de Roma. Las legiones romanas no estaban acostumbradas a tantas derrotas en Hispania. Con la caída de Numancia, quedaría Hispania completamente bajo el poder de la administración de los descendientes de Rómulo.
No debemos olvidar que en aquella época, nuestro territorio era una fuente abundante de ingresos. LEGIONARIO ROMANOLos romanos se proveían de inmensas cantidades de oro, plata y sal procedente de Hispania; sin olvidar los ingresos debidos a los tributos equivalentes al 5% de las producciones agrícolas obtenidas de los agricultores. Por lo tanto, la conquista de Hispania, suponía no solamente una cuestión de orgullo para el Imperio Romano, sino también un inmenso negocio que contribuía significativamente a llenar las sedientas arcas de la República Romana
Todo ello obligaba a someter rápidamente a Numancia sin ninguna contemplación, por lo que el Senado romano decidió enviar a un general de prestigio. Fue designado P.Cornelio Escipión (Africanus minor), que encabezaba el grupo muy belicista y había alcanzado el más alto prestigio con la destrucción de Carthago. Fue nombrarlo cónsul en enero del 134 sin haber transcurrido todavía 10 años desde su anterior nombramiento.
Los Escipiones fue una de las familias más influyentes sobre el poder de Roma. Ocuparon cargos de senadores, cónsules, pretores, etc. Varios miembros de esta ilustre familia lucharon y murieron en Hispana.

 

Cneo Cornelio Escipión

Cneo Cornelio Escipión en 218 a.C. desembarcó en la Península durante la 2ª Guerra Púnica. Una de sus más importantes victoria la consiguió contra el general cartaginés Hannón en Cesse (Tarragona). Esta derrota supuso la captura del caudillo ilergete Indíbil y la toma para Roma del puerto de la ciudad de Tarraco. Este puerto , durante muchos años, fue la base de operación más importantes para las legiones romanas.

 

Publio Cornelio Escipión

Publio Cornelio Escipión llego a Ampurias en 216 a.C. Junto con las tropas de Cneo, tenían como objetivo contar las líneas de suministro de Aníbal. Tuvieron importantes problemas cuando cruzaron el Guadalquivir y se internaron en el territorio controlado por los cartagineses. En 212 a.C., los dos escipiones murieron en combate contra los cartagineses hispanos. Cneo murió en Ilurci y Publio en Castulum. La situación imperial en la península estaba siendo dramáticamente cuestionada en el Senado consecuencia de las derrotas frente a los ejércitos cartagineses en Hispania

 

Publio Cornelio Escipión, el Africano

Publio Cornelio Escipión, el Africano, hijo del Escipión muerto en Castulum llego a Hispania en el 211 con la edad de 25 años. Se le fijó como objetivo, avanzar al máximo sobre las posiciones de los cartagineses. En 209 a.C. tomó Cartago Nova ( Cartagena) y en 206 a.C. expulsó a los púnicos de Hispania en la batalla de Ilipas. En el 202 a.C. derrotó a Aníbal en la batalla de Zama (norte de África, 160 km al sur de Cartago). El ejército cartaginés fue aniquilado y Escipión recibió el sobrenombre de El Africano. Murió el mismo año que Aníbal, 183 a.C, curiosidades de la historia.

 

Publio Cornelio Escipión Emiliano, el Africano menor o Numantino

Publio Cornelio Escipión Emiliano, el Africano menor o Numantino era nieto adoptivo de PublioESCIPION EL AFRICANO MENOR Cornelio El Africano. Nació en 185 a.C. , hijo de Lucio Emilio Paulo, general vencedor de los macedonios en labatalla de Pidan, donde inició su carrera militar junto a su padre como oficial de su estado mayor. Escipión Emiliano, derrotó a Cartago después de un cerco. Este militar romano, después de conquistar Cartago, la capital Púnica, ordenó fuera incendiada, después derruida, sus cimientos destruidos y finalmente toda ella sembrada de sal. Este es el general que tenía como misión destruir a los irreductibles numantinos y libraría a Roma de tan molesto enemigo..
"Numancia, aunque inferior en riquezas a Cartago, Capua y Corinto, respecto a valor y distinción fue igual a todas y, fue la mayor gloria de Hispania. Esta ciudad , sin murallas ni fortificaciones y situada en una prominencia en las inmediaciones de un río, con una guarnición de 4.000 celtíberos sostuvo ella sola el ataque de un ejército de 40.000 hombres durante 11 años,  y no sólo eso sino que también logró rechazarlos fuertemente en diversas ocasiones y les hizo formar vergonzosos tratados. Finalmente, puesto que se trataba de una ciudad que no podía ser conquistada, se vieron obligados a llamar al general, Escipión, que había destruido Cartago”. (Tito Livio, XXIX)


Escipión Emiliano se desplaza a Hispania

Escipión Emiliano fue nombrado cónsul a los 51 años y enviado a Hispania Citerior para terminar definitivamente, costara lo que costara con la resistencia numantina. Los senadores tuvieron que asumirROMANOS el riesgo que debido a su prestigio pudiera proclamarse en Príncipe o dictador después de someter a Numancia. Emiliano ya nos conocía, había tenido oportunidad de conocer nuestro temperamento, la climatología y la geografía de la Península Ibérica cuando en 151 a.C. combatió contra los vacceos y arévacos. En dicha ocasión, junto al cónsul Lúculo, sufrió una dolorosa derrota ante los bravos guerreros celtíberos y entendió sus tácticas y su forma de clavarse al terreno para defenderse de las terribles y demoledoras legiones romanas. Pero esta vez no iba a fracasar.
Escipión reunió a una guardia personal  de 4.000 efectivos, todos ellos muy motivados, convencidos que junto a Escipión Emiliano encontrarían la gloria del triunfo o la muerte honrosa. También se unieron , formando parte de su estado mayor, aliados y soldados enviados por reyes  de Asia, como Atalo III de
RESTOS ARQUEOLOGICOS DE NUMANCIA
PérgamoAntioco VII de Siria y Micipsa de Numidia. A estos 4.000 hombres, le esperaban en Hispania los restos de las legiones de los años anteriores.
Escipión Emiliano eligió a sus hombres de confianza para los puestos de máxima responsabilidad: su hermano Fabio Máximo Emiliano y al hijo de éste, Fabio Buteo. Fabio Máximo fue nombrado legado por su larga experiencia militar en Hispania donde había combatido a los lusitanos. A Fabio Buteo, le nombró cuestor, con la misión de organizar y conducir al ejército hasta la Península Ibérica. Se encargaría también de la logística e intendencia de toda la operación.
Escipión Emiliano salió hacia Hispania, acompañado de guardia personal, unos 500 hombres, en enero de 134 a.C.. No quería esperar más y decidió adelantarse a la llegada del grueso de las fuerzas, 3.500 hombres. Escipión conocía el estado de indisciplina de las legiones desplegadas en la Península y pretendía corregirlo antes de la llegada del resto de sus fuerzas. Decidió comenzar tomando medidas de seguridad para proteger los campamentos; erradicar la suciedad y el desorden reflejo del abandono e indisciplina reinante en los decadentes campamentos de legionarios romanos.
Escipión sabía que primero debía convertir a los harapientos y sucios soldados en legionarios y ganarse su voluntad. El cambio era imprescindible si quería lograr el objetivo asignado por el senado: la toma de Numancia.
Escipión hizo teñir de negro su capa en señal de luto por el lamentable estado de sus tropas. Los legionarios esperaban verlo algún día vestido de púrpura. Después de tres meses de duro trabajo, consiguió el nivel exigido de disciplina en sus tropas y Escipión decidió pasar a la segunda etapa de su plan.

Escipión Marcha hacia Numancia

Han pasado 5 meses desde su llegada a Hispania y Emiliano considera que ya están sus legiones suficientemente recuperadas y decide iniciar la marcha hacia Numancia. Entre legiones desplegadas en España y aliados, Escipión contaba con 50.000 hombres de los cuales 3.500 soldados llegaron con él desde Roma
Escipión Emiliano quería llegar a Numancia con las tropas dispuestas y en buenas condiciones deRESTOS ARQUELOGICOS DE NUMANCIA combate. No iba a plantar batalla contra los celtíberos a lo largo del recorrido; iba a rehuir el combate. Para lo cual decidió un camino largo pero más seguro. No estaba dispuesto a que sus fuerzas se vieran envueltas en escaramuzas de poca monta; su objetivo era exclusivamente la toma de Numancia. Su punto de partida era el valle del Ebro, donde estuvo acampado desde enero a junio de 134 a.C. Emiliano les dijo a sus generales con prisas de vencer y volver a Roma:
“Es un disparate aventurarse por cosas leves, es imprudente el capitán que entra en acción sin necesidad, así como es excelente aquel otro que se arriesga cuando lo pide el caso: así es que los médicos no usan de sajaduras no cauterios antes de las medicinas”
Emiliano no quería el enfrentamiento directo con los arévacos, no iba a seguir el juego de los celtíberos e iba a evitar la lucha si ésta no era absolutamente imprescindible. La guerra que iba a plantear Escipión consistía en el asedio y el cerco de Numancia. Pretendía someter a los numantinos, no por la gloria del combate, sino por el agotamiento, el hambre, la sed y que las enfermedades hicieran el trabajo de sus legionarios. De esta forma evitaría el cuerpo a cuerpo de las emboscadas y la lucha de guerrillas en la que los hispanos eran invencibles. Pero, los habitantes de estas tierras, estaban acostumbrados a los asedios y sabían cómo combatirlos.
Las columnas romanas se encaminaron hacia el rio Ebro entrando en la comarca de Urgel y a los 7 días llegaron a la ciudad de Ilerda ( Lérida) cuna de los heroicos Indíbil y Mandonio. Descansaron unos días y continuaron dando un largo rodeo hasta Celsa ( Velilla del Ebro, Zaragoza), país de los vaceos. Con este largo recorrido, Escipión Emiliano trataba de impedir suministros de comida y soldados arévacos desde Palantia y las ciudades aliadas a los numantinos. Desde Celsa siguieron hasta Balsio en dirección a Palantia territorio peligroso para las tropas romanas. En tierras de Palantia tuvieron lugar varias batallas. Finalmente los palantinos fueron desarmados y saqueados.
“ Escipión taló el país de los vaceos, recogió lo que podía servir para manutención de su ejército, a lo demás le puso fuego.” ( Apiano)
RECORRIDO DE ESCIPIANO
De Palantia partieron en dirección sur, hacia la ciudad de Cauca , tuvieron que atravesar el Duero, que en esta época traía escasa agua y era además muy fangosa. La escasa calidad del agua obligó a los romanos a abastecerse de agua mediante pozos. Debido al calor y la sed de la tropas, Escipión decidió caminar durante la noche a pesar del riesgo de ser sorprendidos por los fieros arévacos. Murieron muchos hombres y ganado por la sed y la mala calidad del agua disponible.TORRE DE VIGILANCIA
Cerca de la ciudad mártir de Cauca, las tropas de Escipión fueron atacadas por un considerable número de celtíberos. Escipión ordenó rehuir el combate. Continuaron caminando hacia Cauca recorriendo la orilla del Duero. Al llegar a Cauca, Escipión exigió la entrega de rehenes para garantizar la neutralidad de la ciudad y de esta manera neutralizar a los principales aliados de los arévacos. Escipión a tenía vía libre hasta Numancia.
Cuando Escipión estaba cerca de Numancia, llegaron tropas númidas africanas apoyadas por 12 enormes elefantes, enviadas por Micipsa, aliado de Escipión en la toma de Cartago.
A primeros de septiembre la expedición llegó a las inmediaciones de Numancia, habían empleado tres meses, desde el Cerro Canal Escipión pudo contemplar aquella ciudad arévaca en pleno páramo castellano. La ciudad no aparentaba nada especial, cualquier otro general hubiera ordenado tomar la ciudad al asalto. Pero anteriormente fracasaron en el intento de la toma de Numancia, Nobilor, Pompeyo y Popilio y las razones no podían explicarse por los muros que la rodeaban. La causa de los fracasos había que encontrarla dentro de la ciudad y no en sus murallas, los numantinos eran hombres y mujeres dispuestos a morir por su libertad.

Despliegue: Comienza el Cerco a Numancia

El Africano Menor estableció su cuartel general en Renieblas campamento levantado por orden de Nobilor durante su campaña de acoso a Numancia. Escipión, mientras desarrollaba su plan de definitivo, ordenó rehuir cualquier provocación y en caso de ataque arévaco, sus tropas debían retirarse y reagruparse en lugar seguro.
La intención de Escipión iba a ser rendir la ciudad por hambre y enfermedad.

PLANO TOPOGRAFICO DE NUMANCIA
Las primeras decisiones fueron ordenar construir dos campamentos próximos a la ciudad; uno situado al norte y el otro al sur de Numancia. Máximo, el hermano de Escipión tomó el mando de Peña Redonda y Escipión se hizo cargo deCastillejos. Desde estas dos posiciones se dirigieron la construcción del cerco y el bloqueo de la ciudad. Se procedió a la tala de árboles para la obtención de las estacas necesarias para las construcciones de las posiciones defensivas y del cerco.
El cerco (circumvallatio) se consiguió   mediante 7 campamentos localizados en los cerros que rodean Numancia. Los campamentos se unieron por medio de un vallado de un doble muro de madera de 3 m de alto , con un diámetro de unos 10 Km y con 200 torres de vigilancia equidistantes e integradas a los largo del recorrido del muro. El vallado iba precedido de un foso profundo y una empalizada. El paso del Duero fue controlado por medio de un complejo sistema defensivo formado por rastrillo colgado de las torres adyacentes.
Durante la construcción de la empalizada,  los romanos soportaron gran número de ataques lanzados por los  arévacos desde las murallas de la ciudad. Unos solados se dedicaban a cortar madera y construcción del cerco, mientras que otros protegían   la construcción y a los soldados involucrados.
En caso de ataque, desde lo alto de las torres , los vigilantes romanos levantaban bandera roja durante el día o encendían hoguera durante la noche. Durante la construcción del cerco, la empalizada fue protegida permanentemente mediante grupos de caballería númida y romana.
MAPA DEL CERCO DE NUMANCIA
El ejército romano estaba compuesto por 60.000 soldados; incluyendo 10.000 reclutados entre los pueblos aliados de los romanos al sur de la Meseta. A este ejército se iban enfrentar 4.000 guerreros arévacos apoyados por otros 4.000 familiares leales; eran pocos, pero eso sí, muy motivados y dispuestos a clavarse al terreno hasta el final.
Especial atención tuvo la zona del Duero. El control del paso el rio era complicado y ofrecía una fácil posibilidad a los arévacos de romper el cerco. Durante la noche los guerreros arévacos solían romper frecuentemente el cerco cruzado el rio a nado o incluso en barca. Desde las posiciones de las Dehesillas y Alto Real, se construyeron mediante vigas puntiagudas y chuzos posiciones defensivas en el interior del río para impedir cruzarlo a nado desde el lado de la murallas e la ciudad. El paso de las tropas romanas se aseguró mediante puentes.
Para albergar a las tropas romanas, además de los campamentos de Castillejos y Peña Redonda, se construyeron los de Alto Real, Travesada, Valeborrón, Rasa, Molino y Dehesillas. Se construyeron unas trescientas torres alrededor de la ciudad, situando en cada una de ellas una catapulta con una alcance de unos 200 m; suficientes para llegar a las murallas de la ciudad. Desde estas torres resultaba sencillo descubrir cualquier escaramuza o intento de rotura del cerco para hostigar o tratar de conseguir comida. Los numantinos, supieron que con este cerco iba finalizaría definitivamente su resistencia al poder del Imperio Romano.
Como la intención de Escipión iba a ser rendir la ciudad por hambre y enfermedad, ordenó tajantemente la de repeler los ataque y no perseguir al enemigo. Los soldados romanos, no debían matar a los atacantes; un numantino vivo a diferencia de uno muerto, necesitaría agua y comida. Los días de resistencia dependían del número de numantinos vivos al otro lado de la muralla de la ciudad.
PLANO EMPALIZADA CERCO A NUMANCIA

Los Numantinos Intentan Romper el Cerco

Los arévacos entendieron que estaban condenados a morir de hambre sino hacían algo. Habría que cruzar las líneas y lograra salir al exterior. Los valientes soldados numantinos se sentían fuertes y decidieron actuar.
Al amanecer iniciaron una acción arriesgada. 2.000 numantinos saltaron el muro y atacaron a los romanos. Los vigías desde las torres encendieron hogueras y tocaron las trompetas para avisar a las fuerzas que todavía dormían en los cuarteles adyacentes. Rápidamente acudió Escipión y su hermano contraatacó cargando con la caballería romana.
Para desgracia de los hispanos, siendo muy inferiores en número se vieron obligados a retroceder a sus posiciones tras haber causado gran número de bajas entre las líneas enemigas. Los numantinos habían aprendido que aunque inicialmente habían conseguido romper el cerco, los romanos reaccionaron rápidamente y lograron neutralizar el golpe de mano. El proyecto había fracasado el se veían cada vez más claro el final del pueblo arévaco. El cerco romano había funcionado y Escipión estaba contento de su iniciativa que sin dudad debía terminar con este desafío del imperio de las águilas doradas. El cerco era muy robusto y los soldados romanos respondían con decisión a sus órdenes.

 


Retógenes Lidera a los Numantinos

Después el intento fallido, el consejo numantino se volvió a reunir para decidir otra opción. Retógenes tomó la palabra y expuso tu propuesta. El valiente guerrero propuso salir de la ciudad con otros cinco numantinos para pedir ayuda a los aliados más cercanos a la ciudad. El plan era que mediante una acción conjunta atacar a las tropas romanas desde la retaguardia y simultáneamente los numantinos saldrían desde la ciudad para cargar también contra las fuerzas romanas. El consejo aprobó la propuesta y los seis valientes se dispusieron para ejecutar el arriesgado plan.
NUMANCIA EN EL CERRO DE LA MUELA
El comando inició la acción comandado por Retógenes. Salieron de la ciudad y sin dificultad atravesaron el primer vallado después de degollar a los soldados de la guardia que se encontraban adormilados y protegidos del intenso frio. Retógenes y el resto de los soldados con los caballos cruzaron el foso a través de un puente construido para la ocasión mediante tablones y se dirigieron al segundo muro del cerco. Con algo más de dificultan terminaron también con la resistencia de los romanos que custodiaban la zona de paso entre las torres de vigía. Los caballos tenían las pezuñas cubiertas de paja para evitar ruidos al paso por el puente y las cabezas las tenían cubiertas para impedir que se asustaran. A pesar de las medidas, algunos legionarios acudieron al ruido ocasionado por los caballos y sólo encontraron a unos 20 legionarios degollados. Los arévacos huyeron a caballo en busca de aliados amigos mientras que la caballería romana inició la persecución. CERRO DE LA MUELA. NUMANCIAEnseguida se produjo una sensación de alegría en la ciudad sitiada y los numantinos volvían a ver con cierto optimismo su futuro. Los seis jinetes después de horas de persecución lograron zafarse de las tropas romanas y se adentraron en terreno aliado para pedir ayuda para liberar Numancia del acoso romano.
Retógenes y su grupo se presentaron en varios pueblos arévacos portando ramos de olivo e implorando ayuda por razones de los lazos de sangre que les unía; pero fueron una y otra vez expulsados de sus territorios por miedo a las represalias de Escipión. Estas negativas hundieron en la depresión a los seis numantinos pero siguieron buscando ayuda porque no podían volver a su ciudad con las manos vacías.
En el pueblo de Lutia ( actual Cantalucía) a unos 45 km de Numancia consiguieron algún resultado positivo. Inicialmente 400 jóvenes se comprometieron con los numantinos en acompañarles. Quedaron en volver a recoger a los voluntarios después de terminar el recorrido por el territorio aliado.
Pero desgraciadamente, varios ancianos temerosos de las represalias romanas, se presentaron en el campamente de Escipión y denunciaron lo acontecido en Lutia. Al amanecer siguiente las tropas romanas habían cercado el pueblo y tomada la plaza mayor. Escipión ordenó congregar en la plaza a todos los hombres del pueblo para posteriormente separar a los 400 voluntarios y ante la mirada horrorizada de los vecinos les cortaron las manos como si fueran vulgares ladrones.
La noticia se difundió rápidamente por las comarcas cercanas cundiendo el pánico ante las posibles acciones de castigo de Escipión si se atendía a las peticiones de los numantinos. Nadie se quería arriesgar a provocar la ira de Escipión. Los numantinos, ante la imposibilidad de reclutar a un solo soldado, decidieron retornar a su ciudad y asumir su final junto a su pueblos y sus familias. Los seis arévacos volvieron a cruzar el cerco y entraron en Numancia, la ciudad que sería su tumba. Retógenes informó al consejo de ancianos que sus hermanos arévacos, con la excepción de Lutia, se habían negado a prestarles ayuda.

Los Romanos no Quieren Negociar

La situación de la ciudad ya era crítica. Los graneros estaba completamente vacios y apenas quedaban gatos y ratas para ser comidos. La falta de higiene y de alimento provocó la aparición de epidemias. Algunos del consejo de gobierno de la ciudad confiaban en Escipión y en su magnanimidad hasta creer que posiblemente le ofreciera una paz honrosa por la valentía mostrada ante el enemigo. Se reunión el Consejo y acordaron enviar emisarios a negociar con Escipión una salida digna para Numancia.
Avaro junto con otros cuatro acompañantes se dirigieron al campamente de Escipión y fueron acompañados a la tienda del general romano y presentaron su petición. Escipión fue claro y contundente. Roma sólo iba a aceptar una rendición incondicional del pueblo arévaco, teniendo que entregar los numantinos sus armas a las tropas romanas. Escipión apenas les dejó contestar a sus exigencias y ordenó a la guardia que les condujera fuera del su campamento.
Los emisarios volvieron a la ciudad e informaron al Consejo del fracaso logrado. Los numantinos no entendieron lo que había ocurrido y terminaron desconfiando de la versión de Avaro. Al grito de traidores, los numantinos atacaron a los emisarios y los descuartizaron.

La Carga Heroica Final

La desesperación total llegó cuando los arévacos llegaron a comerse las carne de los muertos. Bajo estas desesperación los numantinos decidieron hacer una carga suicita contra los romanos. Prefirieron morir luchando que por una agonía lenta, impuesta por el destino que les otorgó Publio Escipión Emiliano el Africano Menor .
El Consejo reunión en la Plaza Mayor a todos los hombres en condiciones físicas para el combate para informarles que se dispusieran para la realización de ataque heroico contra el enemigo, que sin dudad les iba a llevar al sacrificio final. Todos se dispusieron con sus armas para la acción heroica.
VOSITA DE ALFONSO XIII A NUMANCIA
Se abrieron las puertas de la ciudad y cargaron en masa en la zona situada entre Merdancho y la Laguna, que era el sector controlado por Fabio Máximo. La torres de vigía adyacentes dieron la alarma y caballería romana junto con la infantería se desplazaron rápidamente para reforzar el sector atacado por los numantinos. Los numantinos fuero recibidos por una nube de flechas númidas disparadas desde las torres de vigilancia. Cuando se aproximaban a la línea de los romanos, recibieron la mortal descarga de las temibles pilum (lanzas de 2 m ), que acabaron rápidamente con la resistencia de la primera línea de combate arévaca. El revés fue tremendo y las tropas numantinas tuvieron de retroceder y volver a la ciudad antes de llegar al cuerpo a cuerpo, donde ellos se desenvolvían como pez en el agua.
El último intento arévaco de atravesar las líneas romanas había fracasado. Todo estaba llegando a si fin. Los numantinos desesperados y viéndose derrotados, iniciaron el sacrificio de la ciudad. Los numantinos quemaron toda la ciudad y lucharon entre ellos mismos con espadas para matarse los unos a los otros. Al vencido se le cortaba la cabeza y se lanzaba su cuerpo a las hogueras. Todo aquello que pudiera servir a los romanos o a la gloria de Escipión fue arrojado alas hogueras numantinas.
Ante la posibilidad de acabar siendo esclavos de los romanos, los numantinos prefirieron acabar con sus mujeres e hijos, terminar con la vida de sus seres queridos antes que entregarles a los romanos. Sin embargo no todos los numantinos perecieron en el trágico y heroico final; unos pocos supervivientes aceptaron la derrota y entregaron la ciudad a los romanos. Escipión tomó a unos 50 numantinos para su entrada triunfal en Roma, vendió a los demás, destruyó la ciudad y repartió las tierras entre los pueblos vecinos, tras lo cual regresó a Roma por mar.
“Triumphus fuit tantum de nomine”
( el triunfo sólo fue de nombre) . Floro
Tras 15 meses la ciudad se rindió y fue incendiada, según Apiano, Floro y Orosio afirman que los numantinos prendieron fuego a la ciudad y se dieron muerte antes de rendirse.

Los romanos Entran en Numancia

Era verano y la pestilencia se apoderó de la ciudad. Los legionarios al entrar en la ciudad contemplaron un espectáculo dantesco. Toda la ciudad estaba en llamas lo que hacía más apocalíptico el final numantino. Fue una locura de sangre y fuego.
Escipión no pudo saquear la ciudad, no existía nada que pudiera apropiarse cono botín de guerra, armas, joyas, pieles, etc. Volvió a Roma lleno de fama pero vacío de tesoro. Tuvo que pagar con sus propios recursos los 7 denarios de recibió cada soldado romano.
Escipión entro en Roma acompañado de sus generales, legionarios. La población salió a saludarlo y a celebrar el triunfo. Vieron a unos 50 esclavos numantinos encadenados al carro del vencedor, estos eran los que habían tenido durante 20 años amenazo el poder romano.
Numancia había caído por hambre y enfermedad pero la resistencia peninsular continuó todavía más de un siglo. Desde la llegada de los romanos, tardarían más de dos siglos en doblegar y someter a toda España.
ULTIMO DIA DE NUMANCIA
ULTIMO DIA NUMANCIA ALSINA

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